Capítulo 77. Irlanda. Al despertar Elián, Franco está llamando para ver a su nieto. Este, devastado por la pérdida, aún intenta tener el valor de ver a su abuelo a la cara, derrotado. —No pude salvarlo, abuelo, nos emboscaron, no pude salvarlo. —No es tu culpa, mira a tu abuelo, no es tu culpa, todos los culpables pagarán. Franco apoya su frente sobre la de su nieto mientras Elena y Emma lloran a su alrededor de ver la escena. —Dijo que te dijera que te amaba, que te amaba y que no olvidarás tu promesa. Franco llora al escuchar las últimas palabras de Alessandro; el dolor invade su pecho y en su mente los recuerdos de esa promesa. “Pase lo que pase, si muero primero, protege a mi familia, mantenlas lejos de este mundo, que tengan una mejor vida que esta”. Franco sabe a lo que se refiere; estaba cansado de los engaños y traiciones. Era cuestión de tiempo para que todo se saliera de control de nuevo, pero esta vez las consecuencias fueron más lejos. La traición lo hace s
Capítulo 78. Inicio del final. En casa, Selín y Leandro están en medio de una consulta médica antes de la partida de Leandro a América. —Los bebés van muy bien, su desarrollo es progresivo y tienen buen líquido, que es lo más importante. Por lo pronto no les puedo dar certeza del sexo; quizás el próximo mes, con una ecografía más detallada, pueda que puedan saber el sexo. —Gracias por venir, doctor. —No se preocupe, vendré si es necesario. Sigan con las vitaminas, eso los ayudará tanto a la madre como al feto. Permiso. El doctor se retira y Leandro se aproxima a Selín, quien lo enfoca incómoda. —¿Esta es la despedida? —pregunta ella con incertidumbre en su corazón. —No… —responde Leandro dándole un corto beso—. Solo es un hasta luego, porque voy a volver contigo y nuestros gatitos. —Ella sonríe ligeramente dándole un fuerte abrazo. —Te amo tanto, no quiero que me dejes, prométeme que todo esto valdrá la pena. —Leandro la enfoca con una ligera sonrisa. —Lo valdrá. Acabaremos
Capítulo 79. Inicio del final. Los planes están en marcha. Después de varios días de espera, convivir juntos y tomar vacaciones para arreglarlo todo, Julián, por fin, regresa a Nueva York, su hogar, junto a su actual familia, a la que le da la bienvenida. J: Ya, cariño, en dos días estaremos de vuelta; tengo asuntos que atender en la empresa, me he desaparecido por mucho tiempo —dice Julián a Selín, quien quiere verlos rápidamente. S: Papá, ven pronto, por favor. J: Calma, cariño, entretente con mamá viendo las cosas de los bebés; pronto estaremos juntos. Julián intenta calmar a su hija, mientras que trata de cambiar los lingotes y transferir el dinero a la cuenta secreta en las Bahamas, todo bien coordinado para no dejar rastro. *—¡Papá! Leandro.— Selín se levanta caminando hacia ellos. Julián, al verla venir, empuja a Leandro, alejándolo de su encuentro con Selín, quien lo abraza a él, siendo su pequeña, aunque ya tenga una abultada pancita de embarazo. Leandro, al ver la
Prólogo La Jetta, en sus tiempos poco conocidos por su apellido Bernardi, originaria de la región de Calabria, en el sur de Italia, se considera hoy en día la mafia más poderosa y rica del mundo. Provenientes de la región de Sicilia, Italia, en donde se autodenominó Cosa Nostra, aunque agrupaciones similares fueron comunes en Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos, ninguno ha tenido el nivel de poder mundial como los Bernaldi. En su origen era una confederación dedicada a la protección y el ejercicio autónomo de la ley (justicia vigilante) y, más adelante, al crimen organizado, dándose a conocer en el mundo con la inmigración italiana en el siglo XIX. Sus miembros se denominaban a sí mismos «mafiosos», es decir, ‘hombres de honor’. Los miembros de los distintos clanes mafiosos emplean una serie de «códigos de honor», inviolables, de los cuales el más conocido es la omertà o ley del silencio, que se ejecutaba en un grupo de nominados, la élite de Jetta, formada por miembros escogidos
Cinco meses después. —Si hay alguien que se oponga a esta boda, que hable ahora o calle para siempre. Todos en el lugar guardan silencio, cuando de repente, una voz al fondo se hace sentir. —YO ME OPONGO. —Todos los presentes voltean, quedándose en shock.— ESTO ES UN SECUESTRO, QUIEN SE LEVANTE DE SU SILLA O MUEVA UN DEDO PARA LLAMAR A LA POLICÍA, LE VUELO LA CABEZA. La novia sonríe agitada, niega con la cabeza al verlo acercarse, mientras el novio se opone entre ambos. —Aléjate de ella, no voy a permitir que… —Leandro le da un cachazo en la cabeza, arrojándolo contra el suelo. —Cierra la boca… —expone Leandro, acomodándose el rifle en el costado. —¿Qué haces aquí? —pregunta la novia, enfocándolo en negación. —Vine por ti, tú vienes conmigo. —No, ¿qué haces? —La carga en su hombro—. Bájame, bájame, Leandro caminaré, caminaré. Te has vuelto loco. —Lo estoy, tú eres mía, y no voy a permitir que te cases con nadie más.— La besa sintiendo que ella se rehúsa. — Eres un
Capítulo 2. Celebración. Una gran celebración se lleva a cabo, donde todos los amigos y familiares están reunidos para compartir con Franco un año más de vida. —65 años viejo, ¿quién lo diría? —afirma Orlando. —El abuelo ya está viejo y parece de 30. —Replica Zoe, tomando el brazo de su abuelo con orgullo. —Déjense de juegos, ¿dónde estaban que ni siquiera sus padres tenían idea? —pregunta Franco con seriedad. —Buscando un regalo para ti. —Confirma Leandro, quien le entrega un maletín negro.— Cortesía de la casa, lo mejor para nuestro jefe. Todos sus nietos se reúnen para ver su reacción al abrir el maletín. —Armamento ruso, ¿de dónde lo sacaron? —pregunta Franco, sorprendido al reconocer el arma en el enorme maletín. — De unos rusos que entraron a nuestro territorio, Alessandra desde la base identifico a los hombres en nuestro territorio, intentaron no llamar la atención y era evidente que algo importante se traían entre manos, se vieron con un cuerpo del gobierno y lo
Capítulo 3. Reencuentro. Emma sonríe besando los labios de su esposo, siendo correspondida con la misma intensidad y pasión. La velada es maravillosa; la familia disfruta de los pocos momentos juntos, mientras que en Rusia, la desesperación y el enojo invaden a Aleksi y a Dacha. —Aún no puedo creer qué clase de grupo de inteligencia enviaste. ¿Cómo un niño de 24 años pudo derrotar un comando especial? ¿Se burlan de mí? —explota diciendo, muy enojada, con respiración irregular. —Calma, te sentirás mal después, no permitas que esto afecte al bebé en tu vientre, yo me haré cargo, ve a descansar. — Responde calmado Aleksi. —¿Calmarme? Quiero destruir a ese mocoso con mis propias manos. —Y lo haremos, solo debemos jugar su juego; ellos están vigilando cada paso que damos, pero eso no los hace perfectos, nadie lo es. Darán un paso en falso y ahí atacaremos. —Déjamelo a mí, hermano… —Replica el medio hermano de Aleksi. —¿Qué tienes en mente, Alirio? —pregunta el hombre fuman
Capítulo 4. Sorpresa. Leandro intenta alejarse para darle paso, pero su reloj queda enganchado de la tela de su vestido, lo que lo lleva a detenerla nuevamente. —Espera… —Al intentar tocarla, ella reacciona apoyando su pulsera contra su muñeca, sujetando su brazo, lo que emite una presión eléctrica que los recorre a ambos, sobre todo a Leandro, con una sensación desde su mano a su cuerpo, haciéndolo tensar. —¡Ah! —Leandro se paraliza, la mira fijamente de la misma manera que ella a él, se resiste un poco antes de caer de rodillas al suelo. Ella, al verlo de rodillas, lo mira con una mirada juguetona, mientras se acerca lo más cerca que desea. —¿Qué pasa? ¿Jamás te han dicho que no? Al ver a Leandro arrodillado, con la vena de su frente marcando la presión en su cuerpo, los chicos se mueven, lo que pone en alerta a la chica que los observa ser detenidos por Leandro al levantar su mano, impidiendo que intervengan sin quitar su enfoque de la chica que lo mira esbozando una peq