Frederic salió de casa después de que su madre se acostara en su cama, venía con una expresión de cansancio acompañada de varias ojeras que rompió el corazón de Freddy, este le dejó una nota a su madre en la cocina para cuando se levantara "Te quiero mamá gracias por esforzarte tanto" después salió de su casa, se sorprendió cuando vio a Kyle delante de la puerta de su casa.
—¿Qué haces aquí?—preguntó confundido.
—Lo primero, buenos días ¿No?—dijo Kyle peinándose.
—Vale, buenos días ¿Qué haces aquí?
Kyle dio un suspiro.
—Estaba preocupado por mi mejor amigo—dijo cariñoso, pasando un brazo por el hombro de Freddy, el bajo le miró sonriendo.
—No mientas—rió Frederic caminando hacia el instituto.
—La verdad, es que me he metido en un lio Freddy. Tienes que salvarme—rogó Kyle juntado sus manos, Freddy sonrió de medio lado.
—¿Qué clase de locura has hecho esta vez?—pregunto interesado, Kyle se mordió el labio y sacó una bolsa de plástico de su mochila con varias pastillas blancas.
Frederic palideció y se alejó unos pasos de su amigo.
—¡Kyle estás loco!
Gritó lo suficientemente bajo para que solo le escuchara Kyle.
—No fue mi culpa, lo juro Freddy—lloriqueó, Frederic bufó.
—Entonces si no fue tu culpa ¿Cómo explicas eso?—gruñó señalando la bolsa.
—De verdad, Freddy confía en mí, yo no quería pero ellos eran muchos, me rodearon y no me quedó más remedio que guardarles la mercancía—gimió, Frederic alzo las cejas.
—¿Qué hacías a las diez de la noche fuera de casa?—preguntó mordaz.
—Eh...
—Nada de "eh" y mírame a los ojos, solo quiero la verdad.
—Fui a casa de Marcus—confesó avergonzado.
—Entonces dale ''eso'' a tu novio, yo no quiero estar presente en este tema.
—Vamos Freddy sabes que no puedo hacer eso, Marcus es un medico...
—¡Y qué m****a quieres que haga! Joder me estás haciendo decir palabrotas—se quejó Frederic frotando sus labios.
—Guárdamelo esta mañana—pidió sonriendo de oreja a oreja.
—¡¿Qué?! ¡¿Te has vuelto loco?!
—Ahora tengo clase de educación física, no estamos en la misma clase. Tú tienes con la profesora de lengua, ya sabes que el de educación física siempre revisa nuestras mochilas si me pilla con esto estoy muerto.
—Ufff, Kyle... me voy a volver loco por tu culpa—suspiró Frederic enfadado.
—Por favor, por favor, Freddy. Te lo recompensaré por mil años ¿Vale?—rogó haciendo pucheros, Freddy le alzó una ceja.
—No viviremos mil años.
—Freddy, por favor...—continuó desesperado, ya viendo la entrada del instituto—Tú eres un alumno sobresaliente nadie se imaginaría que tendrías eso en tu mochila.
—¿Y qué pasaría si descubren que lo llevo yo, eh? Años de esfuerzo tirados a la basura.
—No, Freddy, si llegara a pasar eso yo tomaría la culpa lo prometo—dijo sonriendo, Frederic se maldijo silenciosamente mientras abría la mochila.
Kyle le miró a los ojos casi llorando e introdujo la bolsa con pastillas en la mochila de su amigo después le dio un cálido abrazo y le besó en la mejilla fugazmente.
—¡Eres el mejor amigo del mundo! ¡Sí, sí, sí, todos vean ese es mi mejor amigo!
Fue gritando Kyle por la entrada del instituto señalando a Frederic, el bajo quiso cavar la tumba de su amigo ahí mismo mientras miraba como algunos estudiantes le observaban y señalaban.
Frederic no podía estar tranquilo era como si su mochila fuera el objetivo de todas las miradas de las personas que caminaban a su alrededor, estaba paranoico de nuevo, ya que nadie le estaba mirando pero notaba una fuerte presión en el pecho y en el estómago.
"Ah, esto es lo que deben sentir las personas cuando hacen algo inapropiado" pensó sintiendo aquel cosquilleo molesto por su cuerpo.
Entró en el aula cabizbajo para no llamar la atención pero se dio cuenta de que no iba a llamar la atención de ninguna manera ya que su clase estaba completamente vacía, miró a su reloj anonadado no había llegado tarde pero ninguno de sus compañeros estaba en clase, extrañado fue caminando hacia su mesa y ocultó su mochila debajo de la mesa.
—Oh, Frederic, menos mal que te encuentro aquí—dijo el profesor de historia.
Frederic se giró a cámara lenta, viendo como aquel enorme viejo de carácter como un volcán se iba acercando hacia él y hacia su mochila, Frederic solo escuchaba en su cabeza los latidos de su corazón y los fuertes pasos de su profesor que iban hacia él, sintió como si se fuera a morir.
—N-no hice n-n-nada malo lo j-juro—lloriqueó Frederic cuando su profesor ya estaba encima de él.
—¿De qué hablas Frederic? Bueno, ya comente que íbamos a tener dos alumnos nuevos en clase, son gemelos así que se su consejero, ¿vale?—dijo su profesor guiñándole el ojo, quedaba muy mal que alguien de su edad hiciera eso pensó el menor.
Freddy aún estaba alterado así que solo asintió con la cabeza con el corazón latiéndole a mil por hora.
—Por cierto, tienes las mangas de su chaqueta mojadas—añadió el profesor, Frederic bajó la mirada hacia sus mangas y efectivamente estas estaban empapadas pero él no recordaba haberse mojado con nada.
—Bueno... ¿Q-qué es lo que tengo que hacer?
—Nada importante, enseñarles el instituto, comer con ellos, ayudarles en las tareas y acompañarles a casa ya que al parecer hoy se habían perdido viniendo al centro—rió su profesor.
—Bien, parece sencillo—intentó sonreír Frederic.
—Gracias, chico—le dijo el profesor dejando posar sus fuertes manos en el delicado hombro de Frederic, cuando este se fue Frederic empezó a dar vueltas nervioso por las mesas de la clase recordado su momento de locura por culpa de su estupidez.
—¿Hola?
Frederic paró en seco su carrerilla por clase para ver a dos chicos entrar en clase, se quedó impresionado por la presencia de dos chicos tan altos y con la misma cara, uno tenía el pelo rubio un poco ondulado y le observaba con una sonrisa enorme mientras que el otro vestía todo de negro y su pelo lucia azabache y despeinado. Cuando cruzó miradas con él sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, entonces recordó que ese chico fue el que se encontró el otro día por el pasillo y probablemente él fue quien le llevó a la enfermería cuando se desmayó.
"No hay que juzgar a un libro por su portada'' pensó mirando al chico de negro.
—Hola, soy Frederic—dijo el bajo elevando la mano, el gigante de negro alzó la mirada al escuchar "Frederic" y ambos mantuvieron sujeta la mirada, Frederic se perdió en un mar negro mirando aquellos ojos fríos y penetrantes.
—Yo soy William y este es mi hermano gemelo William—rió el rubio, Frederic parpadeó varias veces.
—Espera, ¿sois gemelos y os llamáis igual?—preguntó sorprendido, el rubio sonrió.
—Sí, nuestros padres no fueron muy originales—contestó sonriente, Freddy se quedó anonadado.
''Sonríe como si fuera un ángel'' pensó.
—Bueno, supongo que queréis mirar el centro ¿Hay algún lugar al que queráis ir?
El rubio miró a su hermano que estaba apoyado contra la pizarra mirando al vacío con seriedad.
—Pues... No en particular ninguno—aclaró alegre.
—¿Me puedo ir ya?—preguntó el azabache.
—¿Irte?—cuestionó Frederic acerándose más hacia los gemelos.
''Dios son enormes'' pensó elevando el cuello.
—No pienses que voy a venir a esta m****a de antro, tengo mejores cosas que hacer, canijo.
"Retiro lo dicho, los libros hay que juzgarlos por la portada esta nunca engaña" pensó furioso Frederic.
—No le hagas caso mi hermano es algo..—empezó el rubio—¡Ah, se me olvidaba! Había pensado que como los dos nos llamamos igual podrías diferenciarnos por motes así que a mí me puedes llamar Will—dijo el rubio divertido, su hermano lanzó un suspiro de agonía.
—Oh, me parece una buena idea... Will. ¿Y tú?—preguntó Frederic mirando al azabache.
—Ni de sueñes que voy a tener un mote ridículo y afeminado como "Will". Llámame William o mejor aun, no me llames nada—escupió, Frederic abrió la boca para decir algo pero mejor se lo calló.
—Ok, como quieras.
Frederic no sabía por qué William era tan frio y distante con él, dio un amplio suspiro pero por alguna extraña razón sentía una adrenalina recorrer todo su cuerpo cuando sus ojos se cruzaban con los suyos como si ya se hubieran conocido antes.
—Me gustaría ir al gimnasio, he escuchado que tenéis unas canchas increíbles—alzó los brazos Will emocionado, Freddy elevó la mirada.
—Es una buena idea—dijo casi emocionado, miró de reojo su mochila al fondo de la clase dio un largo suspiro y fue corriendo a por ella no se atrevía a dejarla a la vista de todos.
—¿Llevas algo importante ahí?—preguntó Will, Frederic palideció.
—Eh... no, solo libros—dijo nervioso.
William alzó una ceja mirando la mochila y al bajo.
—¡Deteneos ahí!
Los tres chicos se pararon en seco cuando el profesor de gimnasia les gritó desde el otro lado del pasillo.
—¿Ocurre algo?—preguntó Frederic intentando mantener la calma.
—Vosotros debéis de ser los chicos nuevos—dijo mirando a William y a Will, solo el rubio asintió alegre.
—Así es—añadió Frederic, su profesor miró al bajo con seriedad y le arrebató la mochila con brutalidad.
—¿Por qué no has venido a clase de educación física?—preguntó con un tono algo molesto, los gemelos clavaron sus miradas en Freddy.
—¿Q-qué? Pero hoy no tenía clase... yo tenía lengua—dijo temblando.
—Ya sabías que cambiamos la clase de lengua por la de educación física, lo dije todo el puñetero día la clase anterior—gruñó mientras abría la mochila de Frederic, este empezó a sentir la muerte recorrer todos sus huesos, cabizbajo y con ganas de llorar miró como sus rodillas se chocaban la una con la otra.
—Perdón, esa mochila es mía—dijo William, Frederic alzó la mirada para ver al azabache ¿Por qué había dicho eso?
—Entonces va a tener que venir conmigo a la oficina por traer sustancias ilegales a clase el primer día... No está nada mal, un buen comienzo de curso—dijo sarcástico el profesor elevando la bolsa de plástico con las sustancias, Frederic palideció.
—E-espera—rogó Frederic viendo como el profesor se iba con William, sus miradas se cruzaron.
—¿Acaso quieres unirte a él?—gruño su profesor.
Frederic se quedó quieto, claro que no quería ser castigado pero le parecía demasiado injusto que William tomara su papel cuando él no tenía nada que ver con las sustancias.
—No pasa nada, Frederic—dijo Will ofreciéndole un abrazo cálido pero eso no impidió que lágrimas inundaran el rostro del bajo.
El resto de clases fueron molestas, Frederic por primera vez desde que entró en el instituto no había prestado atención en clase, se sentía molesto, enfadado y confuso. Todo eso le hacía tener un dolor de cabeza inaguantable, a su lado estaba el gemelo castaño Will que a pesar de que a su hermano le podía caer una expulsión estaba bastante alegre y tarareaba canciones mientras miraba varias revistas de animales y ropa. ¿Cómo podía estar tan calmado cuando su hermano estaba en peligro y encima por su culpa? Frederic no podía parar de tirar mierda sobre su propio tejado pero era su culpa, estaba claro que todo lo que había pasado era su jodida culpa porque si no hubiera aceptado ayudar a Kyle todo esto se habría podido evitar, pero ya no había vuelta atrás.—Así que tú eres el chico nuevo—dijo Kyle apoyándose sobre la mesa de Will, este alzó la mirada y sonrió alegre, Kyle embozó una sonrisa cuando bajo la mirada y vio que el uniforme le quedaba pequeño y lucia demasiado los tobillos
Frederic se sentía en deuda con el gemelo azabache, William se había sacrificado por él. Frederic tenía que recompensarle de alguna forma, tenía que haber algo en lo que él pudiera ser de utilidad.—¿Quieres ayudarme? Entonces no te muevas—dijo pasando su lengua por sus labios.Los ojos de Frederic se abrieron cuando William ya estaba rozando su nariz con la suya, besó sus labios sin que el bajo pudiera hacer ningún movimiento, las manos de William le acorralaban contra la encimera de la cocina impidiendo que este pudiera huir, después fue cerrando los ojos poco a poco dejándose llevar por el sabor de la boca de William, un sabor amargo a cigarrillos.Frederic quiso entrelazar sus manos con el cuerpo del gigante, tocar su pelo, sentir su cazadora mojada, necesitaba palpar su cuerpo pero sus deseos fueron interrumpidos por las manos de William que sujetaron las manos del adolescente para que este no hiciera ningún movimiento.—Te dije que no te movieras—advirtió.Frederic tragó grueso,
Frederic se sentía en el desierto, su armario era una sauna, logró quitarse la camisa y bajarse el pantalón mientras (con la respiración acelerada) asomaba la mirada por la puerta del armario, excitándose y tocándose el pene con cada embestida que daba William a su gemelo castaño. Este gemía de placer cada vez que el pelinegro le tocaba, cada vez que le susurraba cosas lascivas al oído, todo era sudor, caricias y duros golpes contra la cama.Entonces Frederic se planteó si eso de verdad era correcto.¿Se veía así él cuando William le acarició? Frederic miraba las expresiones de Will con recelo, este abría a medias la boca para que su hermano introdujera con fuerza sus dedos y estos fueran humedecidos por la saliva del castaño, luego William los lamia también y después los deslizaba por el cuerpo de su hermano hasta introducirlos por el culo de Will con dureza, no había nada de gentileza en ninguno de sus actos, todo era sexo salvaje. Frederic observaba como Will clavaba sus uñas en
La mañana siguiente fue un sábado cálido y agradable, Frederic se despertó siendo abrazado y estampado contra el pecho del castaño mientras este emitía dulces ronquidos y sonreía tiernamente, Frederic miró a su alrededor. No recuerda cuándo se durmió pero si recuerda que William se fue a media noche por la ventana mientras Will dormía.Frederic dio un largo suspiro. Despertar siendo abrazado por un hombre no se lo habría imaginado ni en el mejor de sus sueños, aunque claro el hasta hace un par de días creía que era heterosexual, pero al parecer sus gustos en el amor eran una increíble sorpresa hasta para el propio Frederic, pero ya daba igual, él había comprendido que era el amor."Sí, el amor es una sensación como el verano, cuando llega sientes calor y disfrutas de ella" pensó alegre.Ese era su amor.—Buenos días—susurró Will con voz ronca.Frederic estiró el cuello, todavía se sentía extraño el estar ahí tumbado (desnudo) junto a otro hombre, esa había sido su cama durante 17 añ
—Continúa—dijo una voz, aunque Frederic ya no estaba seguro de si eran voces de su propia cabeza o de si era la voz de una persona.—He cometido actos lujuriosos, yo nunca había deseado eso hasta ahora, pero mi mente ahora esta manchada y mi alma también—gimió—Ya no sé a quién debo amar, no sé qué es el amor, no sé nada. Pero mi cuerpo no para de desear arrancar el fruto del pecado siendo acariciado por dos chicos.—Entonces acepta la lujuria y vive bajo el pecado.Freddy abrió los ojos como platos.¿Qué clase de respuesta era esa? ¿Dónde estaba su perdón divino? ¿Acaso él ya iba a ir al infierno? ¿Era eso? ¿Él ya estaba condenado para toda la eternidad?—P-pero quiero s-ser perdonado.—¿Estás seguro de que quieres ser perdonado?Frederic abrió la boca para responder pero sus palabras no salieron, quizás el cura tenía razón, él no quería ser perdonado, él disfrutaba de la sensación de que su cuerpo estuviera empapado del sudor de uno de los gemelos, que le acariciaran el pelo y sob
Frederic se dio una buena ducha con agua bien caliente, se enjabonó el pelo con el champú de su madre de frutas del bosque, ya que el suyo se acabó. Disfrutó de pasar sus manos por todo su cuerpo imaginándose que sus manos eran las de William o las de Will, era la primera vez que Frederic se masturbaba pero hacerlo bajo el agua era terriblemente excitante y encima no se sentía nada sucio al hacerlo el agua le limpiaba y volvía a tocarse el pene una vez más, sus gemidos emitían eco en aquel pequeño baño pero el bajo se enorgulleció de que el mismo fuera capaz de llegar a la plena erección de su pene él solo.Después salió desnudo y miró la ropa que había elegido para esa noche, unos vaqueros rotos por las rodillas y una camisa negra ancha, era lo único decente que había encontrado entre las blusas y pantalones de pana que su madre había elegido para cuando tuviera que ir a misa, aunque claro Frederic ya no se sentía tan creyente después de haber follado en la misma mesa donde el cura
—¿William?—dijo Brandon algo decepcionado.—Sí.Frederic tenía clavada su mirada contra la de William, que sonreía y le miraba mordiéndose el labio provocando a Frederic.—Él- él me..hip... dijo que viniera... y .. hip...ahora no habla—hipeó Frederic dando otro trago a su bebida.—Eh, eh, está bebiendo mucho—dijo Víctor alarmado.—Déjale, esto será divertido como en los viejos tiempos—rió Sean echando una pastilla sacada de su bolsillo en la bebida y ofreciéndosela a Frederic, este se la bebió sin darse cuenta de nada.—Esto me está cabreando—escupió William, cogiendo a Frederic de la muñeca. Este ya se balanceaba.—¡Ey, a dónde vas!—gritó Sean.—N-no v-ves que me lle-lleva—hipeó Frederic sonriendo, los tres chicos sentados en la mesa intercambiaron miradas.—Esta más mal de lo que creía—dijo Sean cruzándose de piernas.—¿Qué le has dado?—preguntó curioso Brandon.—Unas alucinógenas, no son muy fuertes.—Pero mezcladas con alcohol..—continuo Víctor preocupado.—Freddy ya está acostumb
Frederic se levantó sobresaltado de la cama,empapado de sudor y con el pelo chorreando mientras su pecho subía y bajaba a toda velocidad. El chico de tan solo 17 años de edad no estaba acostumbrado a tener pesadillas, pero cuando las padecía era como si todo su cuerpo viajara a lugares inhóspitos rodeados de gente desconocida, oscuridad y de una persona que siempre aparecía vestida de negro, un niño con una sonrisa angelical que se camuflaba tras una máscara llena de malicia y terror. Era la cuarta vez en toda la semana que Frederic soñaba con aquel chico empujándole por unas escaleras hacia el vacío, pero en sus sueños él parecía conocer a aquel misterioso niño al que llamaba ''William'' tiernamente, como si fuera un recuerdo de la infancia previamente olvidada.—¿Qué ocurre Freddy? ¿Has dormido mal?— preguntó la señora Evans.—Solo tuve un mal sueño—dijo aún soñoliento Frederic, su madre le sonrió y le acarició el pelo con ternura.—Ven rápido o el desayuno se te enfriara—le sonri