—¿Qué ha pasado aquí?
Freddy abrió los ojos asustado, la ventana de su habitación estaba abierta chocando contra la pared formando un eco molesto de ''pom'' ''pom'' ''pom'' muchos de sus libros estaban tirados por el suelo, su cama estaba deshecha.
El chico se quedó paralizado dándole vueltas a la situación en su cabeza, temblando y sudando frío, solo podía haber dos posibilidades la más acertada era que un ladrón hubiera entrado en su casa pero; ¿Qué de interesante había en la habitación de un adolescente?
Y la segunda opción era que su madre hubiera llegado antes de trabajar y estuviera buscando algo en su cuarto pero esto era poco probable, su madre trabajaba a media jornada en dos trabajos y nunca se ausentaba de ellos.
—Mierda.
Frederic se mordió el labio, no era un chico valiente pero empezó a recorrer su casa corriendo y encendiendo la luz.
Debería estar en calma pero el bajo no podía sentirse tranquilo pensando que un extraño podría estar en su casa observándole.
Frederic tragó grueso y miró hacia su cuarto, el cual estaba patas arriba, ¿Por qué tenía la sensación de que estaba siendo observado? ¿Qué clase de prueba le estaba enviando Dios? Frederic empezó a rezar en silencio, no solía ser muy practicante de la religión pero su madre solía decirle que en malos momentos rezar le calmaba así que por probar no pasaba nada.
De repente el teléfono empezó a sonar.
Un "coño" salió de la boca de Frederic por culpa del maldito sonido del teléfono "perdón, perdón, perdón, perdón, perdón" se dijo juntando las manos, odiaba decir palabrotas.
—¿Diga?—preguntó cogiendo el teléfono y dejándoselo apoyado en el hombro.
No obtuvo respuesta.
Freddy dio un suspiro a través del teléfono se oía a alguien respirar que escuchaba hablar pero no le respondía.
—¿Quién es?—preguntó alzando más la voz y con el corazón a cien por hora.
Otra vez, nadie respondió.
—Como no me respondas voy a llamar a la policía—amenazó temblando.
—Freddy, cielo. ¿Estás? Se escucha mal el teléfono.
Freddy relajo su cuerpo cuando escuchó el tono agudo de su madre al otro lado del teléfono.
—Mamá, me has dado un susto de muerte—suspiró más tranquilo.
—Hijo hoy no poder ir a casa, tengo horas extra toda la noche.
Frederic sintió como su cuerpo se hundía y pesaba más, dormir solo en la casa le parecía una idea espantosa y escalofriante ese día, después de lo ocurrido en su habitación.
—Pero mamá...—empezó Freddy con voz tierna y temblorosa.
—Lo siento hijo, lo siento—rogó su madre.
Freddy escuchó el tono de voz cansado de su madre, estaba claro que su madre se estaba sobreexigiendo como siempre para poder ganar dinero y pagar las facturas de casa; ella siempre pensaba más en Freddy que en ella misma; ganar dinero para el instituto caro de su hijo, ganar dinero para comer, ganar dinero para pagar la casa.
¿Cómo podría ser Freddy tan egoísta de decirle que no fuera a trabajar y se quedara con él?
—Vale mamá, lo comprendo—dijo con los ojos humedecidos y la voz temblorosa.
—Gracias Freddy, duerme bien cielo—dijo colgando el teléfono.
Estaba claro que esa noche iba a ser muy larga para Frederic.
Pasaron las tres de la madrugada y Frederic ya se sabía todo el temario de historia y matemáticas para los exámenes que empezaban dentro de dos semanas.
Somnoliento pero incapaz de dormir se asomó por la ventana para bajar la persiana cuando se encontró a un chico alto en el jardín de la casa del vecino fumando un cigarrillo; no lograba verle la cara pero su figura era delgada y veía el humo saliendo de su boca, al parecer su nuevo vecino parecía ser alguien peligroso, después de un largo suspiro y de recorrer su casa por tercera vez antes de acostarse Freddy apagó las luces y se acurrucó en la cama contra la pared, le parecía una estupidez pero se sentía más seguro durmiendo contra esta.
Frederic no sabía qué hora era pero su habitación estaba oscura y terriblemente helada, empezó a notar como un cuerpo se empezó a mover por su cama acariciando primero sus piernas para ir subiendo hacia su estómago, pecho y cuello.
El chico se despertó sobresaltado, la ventana de su habitación estaba abierta; alguien había entrado en su habitación y le estaba tocando todo el cuerpo, trató de gritar pero su voz no salía de su boca, el cuerpo (de quien fuera que estaba encima de él) le tenía presionado contra el colchón y la pared, sus manos eran largas, delgadas, frías, demasiado fuertes y masculinas, haciendo a Freddy sentirse demasiado delicado y sin suficiente energía para poder deshacerse de las caricias y roces que estas repartían por todo su cuerpo.
Unos labios heladores depositaron besos en el cuello de Frederic, bajando hasta la clavícula que sobresalía en el delgado cuerpo del adolescente, el desconocido la mordió con dureza haciendo a Freddy gemir y que sus cuerdas vocales empezaran a funcionar.
El enorme chico que estaba encima de él parecía disfrutar de sus acciones ya que no paraba de deslizar su lengua por sus labios, pensando en su próximo ataque como si Frederic fuera la presa de un carnívoro deseoso de clavar sus dientes sobre la piel del delicado humano.
Este bajó hasta las caderas del adolescente y empezó a bajarle el pijama con mucha experiencia, Freddy gimió fuerte pero su cuerpo no le respondía; es como si estuviera paralizado bajo aquel cuerpo, las manos extrañas se aferraron alrededor del miembro masculino de Frederic, este sintió un escalofrió recorrer toda su columna vertebral y elevó su cuerpo con la sensación de que su pene aún bajo su calzoncillo estuviera siendo acariciado por manos ajenas.
—D-detente—susurró entre gemidos Frederic.
—No hasta que digas mi nombre—dijo una voz grave y masculina, este apretó el pene de Frederic entre sus manos haciendo gritar de dolor al adolescente.
—¡Aaahh! N-no sé q-quién eres—casi lloro de dolor.
Las manos arrancaron la última prenda del cuerpo de Frederic, este se sintió avergonzado.
Su virginidad iba a ser arrebatada por un desconocido y encima parecía ser un experto en el cortejo sexual, cada tacto de su piel sobre el cuerpo de adolescente creaba mágicas sensaciones en Frederic; sensaciones que jamás había experimentado.
¿Era eso lo que llamaban tener sexo?
¿O era hacer el amor?
¿Qué es lo que estaba haciendo?
Pero Frederic se preguntaba una y otra vez bajo aquel cuerpo caliente
¿Por qué no gritaba?
¿Por qué no pedía ayuda?
¿Por qué no le golpeaba y huía?
Tal vez, y solo tal vez, Frederic deseaba tener sexo y estaba amando aquella sensación tan sucia que estaba experimentando.
—N-no sé quién eres.
Lloró, el chico encima de él se agachó e introdujo el miembro masculino del adolescente en su boca, lo dejo en ella durante unos largos segundos disfrutando del tacto de este bajo su lengua humedecida, empezó a hacer círculos con la lengua en la punta de su pene, Frederic estaba sintiendo un hormigueo, como si estuviera a punto de mearse en la boca de aquel desconocido.
—No, no Freddy, aún no te puedes venir...—dijo la voz masculina sacando el pene de su boca y acariciándolo mientras colocaba las piernas de Freddy alrededor de sus caderas, el desconocido introdujo un dedo en el cuerpo de Frederic, este a pesar de su grito ahogador empezó a sentir un terrible placer en la parte baja de su cuerpo, aquel chico empezó a introducir más dedos en su cuerpo hasta que se acostumbró a la sensación.
Después satisfecho cogió su pene y lo introdujo en el cuerpo de Frederic.
—¡Aaaahhh!
Gimió Frederic de dolor, aquello no era una sensación agradable para el bajo.
Sintió tanto su culo como su entrepierna demasiado caliente, como si ardiera, y por si fuera poco el desconocido no paraba de disfrutar sacando y metiendo su miembro del cuerpo de Frederic hasta que ambos llegaron al orgasmo al unísono.
—¿Quién eres?—preguntó Frederic desnudo y sudado en la cama, mirando por encima de su cuerpo a la figura desnuda en la esquina de su cama.
—Jamás olvides mi nombre—gruñó llevando sus manos alrededor del cuello de Frederic, este palideció al ser estrangulado por las manos que hace unos minutos le estaban acariciando con amor.
—W-Will....Will-William—tartamudeó Frederic entre lágrimas.
El desconocido pareció sonreír mientras remplazaba las manos alrededor del cuello de Frederic por su lengua, lamiéndolo juguetonamente.
—Jamás vuelvas a olvidar mi nombre.
Escupió con dureza en el oído de Frederic, después desapareció de su habitación como una sombra fugaz deslizándose como un demonio.
[...]
La luz entró en su habitación, asustando al muchacho que se levantó sobresaltado de su cama, mirando a su alrededor con desesperación y terror, pero misteriosamente todo parecía estar en orden la ventana estaba cerrada, los libros en su sitio, todo estaba según lo había dejado Frederic antes de dormir plácidamente en su cama.
¿Había sido todo un sueño?
El adolescente bajó la mirada hacia su cuerpo y estaba vistiendo su pijama, no estaba desnudo pero una sensación húmeda inundaba su entrepierna, dejando una sensación algo asquerosa y pegajosa en su cuerpo.
Fue corriendo al baño y se bajó los pantalones precipitadamente casi cayendo de morros contra la taza del váter, entonces fue cuando vio aquel líquido casi blanquecino sobre su calzoncillo así como una sensación de dureza alrededor de todo su pene, se mordió el labio asustado.
¿Estaba enfermo?
—¡Mamá!—gritó subiéndose de nuevo el calzoncillo y el pantalón.
"M****a" se dijo cuándo recordó que su madre no estaba en casa.
No le quedó otra opción que buscar en internet que clase de enfermedad tenía. "Liquido blanco en el calzoncillo" introdujo en la barra de búsqueda de G****e, no fue correcto abrir Yahoo Respuestas ya que el primer comentario a su problema fue "deja de ver películas porno solo" ¿Qué clase de respuesta a su problema era ese? Freddy no veía películas porno, eso no era la causa de que su miembro sexual estuviera padeciendo una enfermedad.
—Joder—maldijo para después pedir perdón por su falta de tacto al hablar.
Volvió a introducir su problema y abrió otra página web en la que encontró una respuesta algo sorprendente "Liquido preseminal", leyó la palabra alrededor de cuatro o cinco veces junto a su definición "secreción viscosa, líquida e incolora de las glándulas de Cowper que se expele por la uretra del pene antes de la eyaculación y se produce cuando el hombre está excitado sexualmente".
Después de que tuviera que buscar más definiciones inspeccionó las imágenes, creando pavor en el adolescente inculto en el amor y en todo lo referente a las relaciones sexuales.
—Buenos días, cariño.
Escuchó la voz de su madre, Frederic cerró el portátil de forma forzada, casi rompiendo la pantalla que lucía con varias imágenes de hombres y penes, si su madre viera lo que estaba investigando probablemente le encerraría de por vida en un internado.
—H-hola, mamá—dijo nervioso Frederic.
—¿Qué te ocurre hijo? Estás muy pálido. ¿Tuviste otra vez malos sueños?
Frederic le dio vueltas a las palabras de su madre '"malos sueños"... Ni él mismo sabía si de verdad lo que había vivido esa noche fue nada más que otra de sus pesadillas o si fue la realidad, pero de una cosa estaba claro.
Él disfrutó de aquella sensación.
Frederic salió de casa después de que su madre se acostara en su cama, venía con una expresión de cansancio acompañada de varias ojeras que rompió el corazón de Freddy, este le dejó una nota a su madre en la cocina para cuando se levantara "Te quiero mamá gracias por esforzarte tanto" después salió de su casa, se sorprendió cuando vio a Kyle delante de la puerta de su casa.—¿Qué haces aquí?—preguntó confundido.—Lo primero, buenos días ¿No?—dijo Kyle peinándose.—Vale, buenos días ¿Qué haces aquí?Kyle dio un suspiro.—Estaba preocupado por mi mejor amigo—dijo cariñoso, pasando un brazo por el hombro de Freddy, el bajo le miró sonriendo.—No mientas—rió Frederic caminando hacia el instituto.—La verdad, es que me he metido en un lio Freddy. Tienes que salvarme—rogó Kyle juntado sus manos, Freddy sonrió de medio lado.—¿Qué clase de locura has hecho esta vez?—pregunto interesado, Kyle se mordió el labio y sacó una bolsa de plástico de su mochila con varias pastillas blancas.Frederic
El resto de clases fueron molestas, Frederic por primera vez desde que entró en el instituto no había prestado atención en clase, se sentía molesto, enfadado y confuso. Todo eso le hacía tener un dolor de cabeza inaguantable, a su lado estaba el gemelo castaño Will que a pesar de que a su hermano le podía caer una expulsión estaba bastante alegre y tarareaba canciones mientras miraba varias revistas de animales y ropa. ¿Cómo podía estar tan calmado cuando su hermano estaba en peligro y encima por su culpa? Frederic no podía parar de tirar mierda sobre su propio tejado pero era su culpa, estaba claro que todo lo que había pasado era su jodida culpa porque si no hubiera aceptado ayudar a Kyle todo esto se habría podido evitar, pero ya no había vuelta atrás.—Así que tú eres el chico nuevo—dijo Kyle apoyándose sobre la mesa de Will, este alzó la mirada y sonrió alegre, Kyle embozó una sonrisa cuando bajo la mirada y vio que el uniforme le quedaba pequeño y lucia demasiado los tobillos
Frederic se sentía en deuda con el gemelo azabache, William se había sacrificado por él. Frederic tenía que recompensarle de alguna forma, tenía que haber algo en lo que él pudiera ser de utilidad.—¿Quieres ayudarme? Entonces no te muevas—dijo pasando su lengua por sus labios.Los ojos de Frederic se abrieron cuando William ya estaba rozando su nariz con la suya, besó sus labios sin que el bajo pudiera hacer ningún movimiento, las manos de William le acorralaban contra la encimera de la cocina impidiendo que este pudiera huir, después fue cerrando los ojos poco a poco dejándose llevar por el sabor de la boca de William, un sabor amargo a cigarrillos.Frederic quiso entrelazar sus manos con el cuerpo del gigante, tocar su pelo, sentir su cazadora mojada, necesitaba palpar su cuerpo pero sus deseos fueron interrumpidos por las manos de William que sujetaron las manos del adolescente para que este no hiciera ningún movimiento.—Te dije que no te movieras—advirtió.Frederic tragó grueso,
Frederic se sentía en el desierto, su armario era una sauna, logró quitarse la camisa y bajarse el pantalón mientras (con la respiración acelerada) asomaba la mirada por la puerta del armario, excitándose y tocándose el pene con cada embestida que daba William a su gemelo castaño. Este gemía de placer cada vez que el pelinegro le tocaba, cada vez que le susurraba cosas lascivas al oído, todo era sudor, caricias y duros golpes contra la cama.Entonces Frederic se planteó si eso de verdad era correcto.¿Se veía así él cuando William le acarició? Frederic miraba las expresiones de Will con recelo, este abría a medias la boca para que su hermano introdujera con fuerza sus dedos y estos fueran humedecidos por la saliva del castaño, luego William los lamia también y después los deslizaba por el cuerpo de su hermano hasta introducirlos por el culo de Will con dureza, no había nada de gentileza en ninguno de sus actos, todo era sexo salvaje. Frederic observaba como Will clavaba sus uñas en
La mañana siguiente fue un sábado cálido y agradable, Frederic se despertó siendo abrazado y estampado contra el pecho del castaño mientras este emitía dulces ronquidos y sonreía tiernamente, Frederic miró a su alrededor. No recuerda cuándo se durmió pero si recuerda que William se fue a media noche por la ventana mientras Will dormía.Frederic dio un largo suspiro. Despertar siendo abrazado por un hombre no se lo habría imaginado ni en el mejor de sus sueños, aunque claro el hasta hace un par de días creía que era heterosexual, pero al parecer sus gustos en el amor eran una increíble sorpresa hasta para el propio Frederic, pero ya daba igual, él había comprendido que era el amor."Sí, el amor es una sensación como el verano, cuando llega sientes calor y disfrutas de ella" pensó alegre.Ese era su amor.—Buenos días—susurró Will con voz ronca.Frederic estiró el cuello, todavía se sentía extraño el estar ahí tumbado (desnudo) junto a otro hombre, esa había sido su cama durante 17 añ
—Continúa—dijo una voz, aunque Frederic ya no estaba seguro de si eran voces de su propia cabeza o de si era la voz de una persona.—He cometido actos lujuriosos, yo nunca había deseado eso hasta ahora, pero mi mente ahora esta manchada y mi alma también—gimió—Ya no sé a quién debo amar, no sé qué es el amor, no sé nada. Pero mi cuerpo no para de desear arrancar el fruto del pecado siendo acariciado por dos chicos.—Entonces acepta la lujuria y vive bajo el pecado.Freddy abrió los ojos como platos.¿Qué clase de respuesta era esa? ¿Dónde estaba su perdón divino? ¿Acaso él ya iba a ir al infierno? ¿Era eso? ¿Él ya estaba condenado para toda la eternidad?—P-pero quiero s-ser perdonado.—¿Estás seguro de que quieres ser perdonado?Frederic abrió la boca para responder pero sus palabras no salieron, quizás el cura tenía razón, él no quería ser perdonado, él disfrutaba de la sensación de que su cuerpo estuviera empapado del sudor de uno de los gemelos, que le acariciaran el pelo y sob
Frederic se dio una buena ducha con agua bien caliente, se enjabonó el pelo con el champú de su madre de frutas del bosque, ya que el suyo se acabó. Disfrutó de pasar sus manos por todo su cuerpo imaginándose que sus manos eran las de William o las de Will, era la primera vez que Frederic se masturbaba pero hacerlo bajo el agua era terriblemente excitante y encima no se sentía nada sucio al hacerlo el agua le limpiaba y volvía a tocarse el pene una vez más, sus gemidos emitían eco en aquel pequeño baño pero el bajo se enorgulleció de que el mismo fuera capaz de llegar a la plena erección de su pene él solo.Después salió desnudo y miró la ropa que había elegido para esa noche, unos vaqueros rotos por las rodillas y una camisa negra ancha, era lo único decente que había encontrado entre las blusas y pantalones de pana que su madre había elegido para cuando tuviera que ir a misa, aunque claro Frederic ya no se sentía tan creyente después de haber follado en la misma mesa donde el cura
—¿William?—dijo Brandon algo decepcionado.—Sí.Frederic tenía clavada su mirada contra la de William, que sonreía y le miraba mordiéndose el labio provocando a Frederic.—Él- él me..hip... dijo que viniera... y .. hip...ahora no habla—hipeó Frederic dando otro trago a su bebida.—Eh, eh, está bebiendo mucho—dijo Víctor alarmado.—Déjale, esto será divertido como en los viejos tiempos—rió Sean echando una pastilla sacada de su bolsillo en la bebida y ofreciéndosela a Frederic, este se la bebió sin darse cuenta de nada.—Esto me está cabreando—escupió William, cogiendo a Frederic de la muñeca. Este ya se balanceaba.—¡Ey, a dónde vas!—gritó Sean.—N-no v-ves que me lle-lleva—hipeó Frederic sonriendo, los tres chicos sentados en la mesa intercambiaron miradas.—Esta más mal de lo que creía—dijo Sean cruzándose de piernas.—¿Qué le has dado?—preguntó curioso Brandon.—Unas alucinógenas, no son muy fuertes.—Pero mezcladas con alcohol..—continuo Víctor preocupado.—Freddy ya está acostumb