Capitulo Cuatro

Gabriel

Me encontré en un momento de mi vida, en medio de una crisis financiera, los bancos me negaron una buena cantidad de dinero para un crédito y mi orgullo de hijo perfecto no me permitía pedirle a mi padre ayuda para los préstamos del banco o que él asumirá las deudas de las demandas, nací en una familia bien acomodada mi padre fue un niño rico desde que nació, mamá fue una princesa y lo sigue siendo, mi padre nunca ha dejado ver una mala imagen de mi madre y más la ha mantenido como una reina desde que era un niño. Cuando solía pensar que papá nació para ser esa pieza en el engranaje mi madre. 

Dicen los tailandeses que si entregas tu engranaje a la persona que amas, ese amor va a perdurar por mucho tiempo. 

Me han demostrado que con amor, confianza, cariño y mucha comunicación han podido sacar su matrimonio hacia adelante, y no es que yo quiera casarme, aunque no me niego a la ida de que en un futuro podría llegar a suceder. 

Pero papá fue muy astuto y no dejo que mi madre se le escapara, según sus propias palabras, decir frente a papá que mi empresa estaba pasando por una crisis y que en cualquier momento si seguía endeudado como estaba hasta los momentos podía ir preso, trate de explicarles que mamá estaba exagerado, pero obvio papá no me creyó, porque si algo tenía papá era que confiaba primero en la palabra de mi madre. 

Cuando decidí que era el momento de hablar con él, ser sincero y contarle la verdad, papá estaba tan molesto conmigo que me pregunte si ¿habría sido mejor seguir ocultando todo este lío de él?, Pero ya era muy tarde, mamá había abierto su linda boquita y me había entregado. 

Ningún hijo quiere que su padre sepa que está en la quiebra, menos cuando prometió que su negocio sería el número uno como la constructora más grande del país, pero si lo hizo por un tiempo indefinido, fue la número uno, hasta que vino este tipo con el que se me ocurrió hacer negocios y lo traicionó y engaño comprando materiales de segunda mano que no eran actos para la construcción de uno de los hoteles más grande que se había hecho en el Este de Caracas, creando un caos total en medio de la ciudad. 

Quise abandonar todo y escapar con los pocos ahorros que hice por mi parte, pero no podía, mi padre no me había criado para ser un marica, así que asumí mis responsabilidades y conmigo arrastre a ese desgraciado.   Me encerré en mi oficina por días para hacer los cálculos con el administrador y abogados para estudiar de los daños que teníamos que pagar, pero luego este hombre Maldonado salió con que no tenía ni un dólar más y yo entre en verdadero pánico, su empresa estaba en la quiebra total y él esperaba salvarse con ayuda de "unos negocio" el teléfono no dejaba de sonar, hice todo lo que puede para que mi nombre no saliera en los periódicos y noticieros.

De igual forma papá ya sabía lo que estaba pasando, así que en medio de mi ajetreado día, a papá se le ocurrió una brillante y hermosa propuesta que me beneficiaba mucho a mí y a la empresa, que tenía que casarme o dejaría que fuera a la cárcel y con eso me pusieran las demandas por fraude, que no iba a poder pagar yo solo, me quitaría mi empresa la volvería suya y la sacaría adelante, entonces pensé que donde quedarían mis años de trabajo no podía desperdiciar mis grandes esfuerzos que tanto me han costado para tener la empresa que tenía.

Me caracterizo por ser un hombre inteligente, así que tome la oferta de papá y la acepte, un momento de crisis lo pasamos todos en esta vida, así que me quedé callado y acepte lo que papá tuviera para mí.

Porque si papá no invertía, mi empresa estaba en quiebra, quiebra total.

Fabio, mi mejor amigo, le pedí ayuda, ese cabrón puede que invierta una cantidad de su dinero, pero es tan pequeña que no creo que alcance para saldar la deuda, porque Fabio, mi compañero de la universidad y mejor amigo, había subido desde 0 a 100, no era un chico nacido en cuna de oro, Fabio tenía sus propios problemas como para yo venir a mortificar su vida. 

No me agrado para nada la noticia, pero que podía yo pedir cuando mi vida estaba en las manos de mis padres, con mamá mirándome tan feliz de saber que su hijo se casa, por eso le pedí que hiciera una lista de las citas a ciega de las futuras candidatas, en eso mi madre era muy buena, pero ella dijo que ya tenía la chica perfecta para mi matrimonio y la verdad me asusto mamá podría tener gustos especiales. 

Y no me falló mi intuición.

Ana Maldonado.

La chica tenía cabello castaño, caderas con curvas pronunciadas, pierna ni tan gordita ni tan flacas, debía de medir un 1,60 cm, la verdad no era linda, ni fea y había algo en su mirada, la forma en la que sonreía y hacia su cabello hacia atrás llamaba mi atención. 

Según la información en mis manos, Ana Maldonado era una joven de 23 años, era la dueña de una sonrisa que enamora cualquier hombre, su piel morena llamaba la atención, eso lindos ojos, su forma de caminar, esas curvas me hicieron tomar la decisión de dar el sí a mis padres. 

Le comenté a mi madre que si era de su agrado y estaba segura de ser la candidata que ellos querían para mí, mamá respondió que estaba muy feliz que fuera ella porque su madre era una amiga suya y siempre habla bien de su dulce hija.

La gran sorpresa no fue la decisión de casarnos sin decirle a nadie porque, lo que me tomo desprevenido fue que mi padre dijera que la boda se realizaría en solo dos semanas, m****a, la verdad quería más tiempo, tenía que solucionar algunas cosas y papá no ayudaba, además sin tanto apuro ella y yo quizás podíamos tener citas, salir a comer, tomar algo conocernos mejor, ser amigo.

Porque estaba de acuerdo con este matrimonio sin amor, pero al menos le ofrecería mi sincera amistad. Ser amigos con y sin derecho, porque podía hacer lo que papá decidirá, pero no todo se haría como él dijera y si me casaba con esta chica o cualquier otra, iba a pedir seguir siendo el CEO de la empresa porque no iba a perder todo lo invertido, todo mi dinero, tiempo y esfuerzo.

Esfuerzos míos y de Fabio.

Al asistir a esa cena, nunca espere que ella llegara tarde, odio a las personas impuntuales y al mirar a Ana por primera vez   me dejó sin palabras, ella era tan linda en persona, parecía algo nerviosa, y yo como idiota todo lo que hice fue ignorarla y la puse más incómoda, mientras la noche seguía andando entendí una cosa, entendí que Ana no sabía, ni tenía idea de lo que su papá hizo con mi empresa y de porque estaba aquí ella, está noche tan bellamente arreglada. 

Al parecer el señor Maldonado no solo engaña a sus socios, lo hace también con sus hijos.

Entendí que esta era otra negociación más dónde papá ponía mi culo y el de Maldonado al fuego para ver quién se quemaba primero, pero papá falló, este tipo era un hombre que vivía de traicionar y engañar a la gente. Por un poquito de dinero, Maldonado vendía hasta su propia esposa.   Estos malditos iban a casar a su hija conmigo por dinero. 

Nuestros padres a la final se parecían en algo, yo también estaba aceptando esto por mi propio beneficio.

Me mantuve serio y traté de evitar verle a la cara, porque de solo ver la sorpresa y el dolor que todos en esta mesa le estábamos causando a ella con esta noticia, quería golpear a su padre, pero también a mí porque yo era parte de todo esto. 

Pero yo, que podía hacer. Nada.

Me dolió verla a punto de llorar, ser fuerte y contenerse para no estallar frente todos cuando se enteró, no sé por qué m****a, me duele verla, así era un dolor extraño en mi pecho, con un sentimiento que nunca había experimentado con un extraño, nadie merece esto, pero ni ella ni yo teníamos otra opción.

Ya no podía echarme hacia atrás.

Tan solo puede verla salir corriendo del restaurante, me puse de pie sin decir nada a nadie y salí tras ella, al menos tenía que consolarla, no quise que supiera que iría tras ella, solo la seguí un largo rato hasta verla detener en un parque.

Hablar con ella, logro tranquilizarla un poco, la prometí ser su amigo y aclarar las cosas poco a poco, no le ofrecí amor porque esto era un matrimonio arreglado, no fue un cuento de hadas dónde la conocí.

Por la noche papá me pidió que llevara unos documentos a Maldonado y decidí que era un buen momento para dejarle en claro que luego del matrimonio no quería que ni él, ni su esposa se acercarán a Ana, así que lo hice firmar un contrato. Algo dentro de mí quería verle, saber cómo estaba y si había dejado de llorar. 

Pero sabía que tenía que ser paciente porque mis padres nunca evaluaron la opción de que Ana podría tener a alguien en su vida. Llegar a su casa y saber que no estaba me molesto mucho, quería ir yo mismo por ella y traerla de regreso, creía saber dónde estaba ella en esos momentos, seguros estaba con ese idiota que la llamo temprano.

Cuando pasaron las horas y desistí de esperarla, llegó con ojos hinchados rojos, al verme sus labios temblaron y la rabia se reflejó en su mirada, supe que todo con el chico de la llamada tenía que haber terminado, me alegré m*****a sea que me alegre y no entendía el porqué, solo puede disimular mi alegría.

Alegría que murió cuando el tipo horas después llegó borracho y diciendo que ella era suya, me ofrecí como chófer para que su padre no se molestará, todo el camino me molesto su forma de actuar con ella, quería bajarlo del coche y dejarlo tirado solo a su suerte. Escuchar toda la m****a que ese tipo dijo me puso celoso, pero me alegre al recordar que ella era mía y de ahora en adelante iba a ser mía hasta que me cansará del matrimonio.

Porque una vez casado ella sería mi mujer.

Aunque en el fondo me alegré de tenerla en mis brazos, también supe que debía poner fin.

Poner fin a alguien llamado 

Sonia González.

Porque yo, también tenía alguien que me amaba. 

Alguien que durante 4 años me entrego todo de ella y no era aceptada por mis padres.

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