El cuerpo de Gabriel está visiblemente tensó y me pregunté una y otra vez quién era esa mujer que se atrevía a llamar a mi casa, Gabriel se recompone muy rápido y le dice a la señora Marcela que no va a comer más y luego sale del comedor para luego meterse en el estudio.
Si Marcela no estuviera frente a mí ya estuviera con el teléfono pegado al oído para escuchar la conversación
Apretando mis manos en un ataque de ansiedad y angustia, volví a recordar las palabras de mi mejor amiga.
Infiel.
Amante
Sonia
Acercándome a la ventana, miro el cielo agradable, buen tiempo estaba haciendo, ese día quería salir y dar un paseo, decidí volver a la recámara, así que comencé a subir las escaleras y cuando entre me tope con la imagen de Gabriel estaba con un libro en la mano y fijo su mirada en mí, cuando había salido del estudio no sabía, por qué no escuche ni un solo sonido.
¿Y hora don perfecto, no piensa trabajar o qué?
Cuando salí me vestí con tranquilidad, ya que Gabriel no estaba otra vez había desaparecido, cuando terminaba de atar mi zapatilla, el sonido de un teléfono me hizo sobresaltar porque no era el mío y sobre la mesita de noche de al otro lado de la cama estaba el teléfono de Gabriel.
No quería ser chismosa, pero que más daba.
"Sonia"
Decía el nombre de la mujer que llamaba a mi marido a las 8 de la mañana puse el teléfono donde estaba y comencé a recoger algo de ropa.
Unas cosas se soportan en el matrimonio, otras no, sea este un matrimonio de verdad o mentira no iba a soportar, ser la cachuda de la que todos iban a hablar y reírse de ella a sus espaldas.
Yo la tonta de Ana no sería la cachuda
-¿Ana que haces?- dijo Gabriel entrado en la recámara y me miró una muda de ropa en mi mano, la bolsa en la otra mano y las llaves del carro que el mismo me compro sin pedir mi opinión.
- Yo...- Vamos Ana, tú puedes -Natalia...- No sabía qué decir -Natalia está enferma, ha llamado para que vaya a su casa y la cuide.
Un nudo se formó en mi garganta y me impedía hablar con claridad
Paso junto a él, lo hago a paso lento, quería que Gabriel me detuviera o aunque sea se ofreciera a dejarme en la casa de Natalia, pero no fue así el solo suspiro y camino hasta llegar a la cama tomó su teléfono y abandonó la recámara parecía molesto conmigo.
Sin un simple adiós de despedida.
Suspirando camino lo más rápido que puedo a la salida de la casa, ni yo misma entiendo por qué me siento traicionada, pero la verdad es que me dolió mirar ese nombre en pantalla, quizás ella era esa mujer.
Infiel
Amante
Sonia
Estaba Gabriel jodiendo con otra mujer mientras se suponía que yo era su esposa, donde estaba el respeto que me pidió cuando me pidió terminar todo con Lían antes de la boda.
Gabriel
El maldito teléfono no dejaba de sonar, a la m****a con Sonia me tenía hasta los huevos con sus llamadas a todas horas y sabía que Ana estaba al tanto de eso, juraría que ella lo sabía tan bien como yo, será muy obvio en los últimos días que estaba yo estaba hablando con otra mujer y era muy difícil que Ana no se diera de cuenta.
No dije nada cuando se fue a casa de su amiga, porque mierdas no soy un ogro, ella pasa mucho tiempo sola en casa encerrada y quiero qué tenga la liberta de salir con sus amigos y compartir, además estoy en desventajas y no me convenía prohibirle nada.
Cuando salí de casa poco después de ver Ana salir, tome la decisión de acabar con todo esto de una buena vez. Aparcó el coche frente a la rubia que sonríe alegre junto a la cera y quitó el seguro para que ella entre, la veo tomar asiento junto a mí y evito el beso que deja sobre mi mejilla porque no pudo dejarlo sobre mis labios, esta vez no pongo el auto en marcha, no vamos a su casa ni a un hotel.
¿- Cariño te extrañé - Su alegre voz me parte la cabeza de dolor - Nos vamos a casa o prefieres ir a un lugar para relajarnos?
-¿Porque lo haces?
- ¿Qué cosa? Cariño -
- Tus malditas llamadas a todas horas Sonia, porque m****a lo haces — Grito
- Antes no te molestaba Gabriel - Escucho su voz romperse -
—Sabes que eso hace sentir mal a mi esposa - Miro al frente a la gente que camina por la calle con preocupaciones y problemas como todos, pero con una gran sonrisa siendo amables, la gente no tiene la culpa de los problemas de otros.
- ¿Tu esposa? Hablas en serio Gabriel- Una lágrima corre por su mejilla - ¿Ahora ya pasó a ser tu esposa? ¿Cuándo? Te la tiraste como lo haces conmigo
- Desde que me case con ella, Sonia, mira, esto es un anillo de matrimonio — Alzó mi mano y muestro el anillo — estoy…
- Ni se te ocurra decirlo - Rompe en llanto y apretó con fuerza el volante - Esa perra no puede robarme a mi hombre, eras mío mucho antes de conocerla a ella.
Golpeó con fuerza el volante haciéndola sobresaltar
- Mi esposa, la respetas Sonia, Ana no es ninguna perra entendido - La observo amenazante y grito - Y si lo digo, esta m****a tiene que terminar, vamos a dejarlo por el bien de todos, estoy casado, quiero intentarlo todo por el bien de mi matrimonio y Ana no merece que yo vea a otra mujer y sé que han sido años juntos Sonia... Pero se terminó.
El silencio se llena solo de sollozos que provienen de ella.
- Ella no va a robarme lo que es mío... porque primero… fuiste mi hombre Gabriel, tú y yo nos amamos
- Baja del auto Sonia.
- Esa m*****a perra no va a quitarme lo mío.
Grita fuera de control
- Baja del auto ahora Sonia — Grito fuerte pasado sobre ella y abro la puerta — Escucha bien esto, no vuelvas a hablar mal de Ana, es mi esposa y si no quieres tener problemas conmigo mejor que te quede tranquila.
Baja con un fuerte golpe al cerrar la puerta y por un momento respiro con tranquilidad, sintiendo que el peso que llevaba sobre los hombros por la mañana había desaparecido.
Ana
La verdad me decepcionó mucho el hecho de no recibir ni llamadas ni mensajes de Gabriel durante todo el día y la noche en casa de Natalia, no era que él y yo habláramos mucho, pero siempre solo mandarme algún que otro mensaje.
Natalia, en cambio, se comportó algo odiosa y antipática conmigo, pero me preparo unos emparedados y rápido caímos en un ambiente de amistad seguro y feliz con nueve grados de peleas.
En la mañana me despedí de ella porque tenía que volver a casa, era una mujer casada y no se veía bien que dormirá en una casa distinta a la de mi esposo.
Bajo del auto, antes de que Rafa me abra la puerta, observo el auto rojo fuera de casa y por un momento pasa por mi cabeza la idea de que mi esposo comprándome un carro, así que a paso apresurado entro en casa, porque hace poco le dije a Gabriel que el auto no era de mi agrado, así que feliz y contenta entro al salón.
Pero la imagen en el medio del salón no me gusta, una mujer que nunca antes he visto está parada en el medio del salón de nuestra casa.
¿Quién es ella?
Por la expresión de mi esposo podía ver qué estaba furioso.
— Gabriel… - Al escuchar mi voz este soltó a la mujer que se abrazaba a su brazo como un perezoso
Gabriel tomó rápidamente la oportunidad y puso distancia, así que vino haciéndome sentir su cuerpo cerca del mío y el peso de su brazo en mi cintura, me tomo por sorpresa, pero no lo demostré.
Se siente tan bien, así que recargo mi espalda de su pecho de forma más cómoda, la mujer me observa con odio y me acerco más a mi esposo.
No sé quién eres, pero lo tengo y es mío.
Observo a la mujer y la verdad no está ni fea, es rubia, algo baja y sobre todo veo el odio en su mirada, no disimula que le caigo mal.
-Buenos días, cariño - dice Gabriel, casi en susurro en mi oído y eso me sobresalta, después añade -Estaba por ir a por ti, te adelantaste y no me avisaste.
-Bueno, quería verte, vine corriendo — todo eso era una falsa, en ningún momento aparto mi mirada de ella, haciendo uso de mi clase de educación, extendí mi mano - mucho gusto soy Ana, la esposa de este bello y guapo hombre - Giro mi rostro y dejo un beso sobre los labios de Gabriel y no sé por qué lo hago.
- Mucho gusto soy Sonia - Giro por completo mirando a Gabriel con odio, ahora soy yo quien está molesta y con la mirada se lo hago saber y él rápidamente aparta la mirada, esto era el colmo, no podía creer que él fuera capaz de traer esa mujer a su casa, mi casa, nuestra casa.
-Con permiso - digo encaminándome a las escaleras para subir a la recámara ante de explotar hay mismo y sacarla por el cabello de mi casa a esa pasada mujer que no sabía aún, que se traía con mi marido.
Porque de algo estaba segura.
Y no tenía duda de que esa era la amante de mi marido.
GabrielSonia había venido a nuestra casa porque la noche pasada no respondí a sus mensajes y llamadas estaba más preocupado de que no le pasara algo malo a Ana sabia que estaba bajo los cuidados de su amiga, pero eso no quería decir que ella no pudiera escaparse con ese ex suyo que Natalia había mencionado el tal Lían por eso llame a Natalia quien no me contesto ni una llamada, por lo que decidí salir temprano en su busca quería solucionar las cosas y explicar quién era Sonia en mi vida, pero entonces en el momento en el que estaba salir de casa, Sonia llegó, comenzó hacer algo de drama luego llegó Ana.Intentaba sacar a Sonia de la casa, pero ya era muy tarde porque sabía que Ana estaba sacando conclusiones no tan equivocadas, ella podía pensar que ella durmió aquí conmigo y no quería eso. Cuando lo logre que Sonia se fuera subí las caleras y me encontré a Ana en ropa íntima, en muchas oportunidades la he visto en ropa interior, pero eran solo segundos, Ana no le gustaba vestirse
Ella había ganado.Sonia uno, Ana ceroAl escuchar cómo se abre la puerta de la recámara me hice la dormida sintiendo su caminar en silencio por la recámara, suspire y tome la decisión de dejar de fingir por lo que me senté sobre la cama, asustando a Gabriel cuando encendí la luz él me miro atento quise decir un insulto, pero lo ignore por completo y baje de la cama y fui al baño.No me sentía con ánimo para pelear, él no tenía por qué saber que me dolía y hacía daño.Mientras me miraba en el espejo y trataba de no llorar, Gabriel entró en el baño con el cabello desordenado, los tres primeros botones de la camisa abierto, su rostro decía que avía dormido hasta hace unas horas.Y si es que había dormido. Me lavé la cara rápido y me quede mirando el espejo donde él se miró un buen rato, pero algo llamo la mi tención, una marca roja en su cuello, no podía creer lo que mis ojos estaba mirando, esa perra le había dejado una marca para que supiera lo que había hecho con él, tomándolo de l
-Mira Ana, estoy aquí porque no pienso entregarte algo que es mío, desde hace muchos años he luchado para estar con él sabiendo que sus padres me odian, pero he sabido llevarlo y no pienso entregártelo a ti una recién llegada, te pido Ana que te alejes de mi novio.Y Boom, sentí el golpe en mi pequeño mundo cuando algo se hizo más real, él era de ella hasta que yo llegue.-¿Novio?... Le recuerdo Sonia que es mi marido y que este asunto del matrimonio no es su problema, pero a que le tienes miedo Sonia. ¿Qué él se enamore de mí?-Lo dudo Ana, como lo dijo el mismo Gabriel, tú solo eres una desconocida con la que tiene que fingir ser feliz un tiempo nada más, eres la mujer que su padre y el tuyo mendigo muertos de hambre vendieron para irse a otro país y quien lo ayudo a él a no perder su empresa eso eres para él – ella mi miro sonriendo – lo siento si no sabías que tú padres abandonaron el país.Ella se giró y comenzó a irse, yo todavía no procesaba bien las palabras, quién demonios es
“ Seis meses después “ Algo molesto era el sonido fuerte que no me dejaba dormir me tape la cara con la almohada para hacer el sonido un poco menos fuerte pero entonces alguien me dio un golpe en el brazo y cuando mire quien era desperté por completo —Puedes por favor apagar esa cosa – digo Gabriel en un tono molesto levantándose de la cama. —No podías apagarlo por mi – dije haciendo el despertador a un lado para seguir durmiendo. —Yo no fui quien lo puso eso a sonar a las 4 de la madrugada -¿Qué 4 de la madrugada ¿- tome el despertador y mire la hora por dios tenía toda la razón eran las 4 de la madrugada – juro que no fui yo lo siento. Pero la verdad no la había hechos últimamente hacía cualquier cosas para joder la vida de Gabriel. Me puse de pie y me quede mirando a mi marido su cuerpo estaba en ropa interior hacia ver su duro pecho marcado por largas hora de gimnasio y bien marcado lo sabía porque que un día lo toque un día supe que era tocar el cuerpo de mi “Esposo
Cuando colgué la llamada deje salir las lágrimas que contuve mientras hablábamos, volvería a verle nuevamente y tal parecía que no había rencor hacia mí por parte de Andrés, porque a la final de todo él me tenía a mí y yo lo tenía a él. Gabriel entró en el patio de la casa y sin decir una sola palabra se sentó junto a mí en la mesa, junto a la piscina ya se avía quitado la ropa del trabajo. No estaba lista para sus mentiras otra vez, así que me puse de pie para irme, pero él me tomo de la mano evitando así que me fuera, sus manos eran tan cálidas y suaves, por un momento se me olvido que estaba molesta con él, pero luego recordé lo de su oficina, Gabriel tenía ese poder de hacer que olvide todo, con solo un toque o verle a los ojos. Estaba estúpidamente enamora de Gabriel. Iba a hablar, pero preferí guardar silencio, así estuvimos algunos minutos hasta que Gabriel rompió el silencio. — Sonia, Sonia es una mujer que no puedo dejar ir, — Suspiro — estamos juntos desde hace muchos años y
Cómo se esperaba Ana, no respondió a mi mensaje, eso me dice que las cosas si siguen igual, quizás no van a mejorar ni un poco, pero soy alguien que no se rinde tan fácil y sé que debo luchar por enmendar mis errores, quizás si me esfuerzo un poco más ella pueda volver a perdonarme. Pero algo tengo bien en claro, no voy a entregarle a mi esposa a Lían, sé que se amaron locamente cuando fueron novio, pero ella es mía, se casó conmigo y solo me puede amar a mí. Porque Ana dijo que me amaba y eso quiere decir que por Lían ya no siente nada. Cuando llegue a casa fui directo a la cocina, a ver si Ana estaba ahí, casi todas las noches que yo decidí llegar temprano Ana preparaba la cena, una vez que dijo que era su forma de sentirse útil como una mujer casada que hace algo por su esposo, no encontrarla aquí me decepciono fui a la recámara y tampoco estaba baje otra vez a la cocina a tomar un poco de agua. Quizás deba llamarle y perderle a Marcela que nos prepare algo, comer en el pat
—Ana, qué alegría verte otra vez, creo que la última vez que nos vimos fue el día de la boda, estabas fantástica ese día — Valeria se puso de pie y me dio un abrazo, no era distinta al día de la boda, ella de verdad era muy alegre —¿Viniste aquí sola? —No, vino con su mejor amiga, es aquella rubia bailando en la puesta de baile — dijo Gabriel señalando hacia la plata baja dónde Natalia bailaba muy feliz con otro chico – —Oh, conoces a Natalia, su madre es muy buena amiga de la mía y ella y yo estudiamos en el instituto de idiomas juntas – La miré por un momento, ya me encontraba sentada muy cerca de Gabriel. La otra silla estaba Sonia y frente del otro lado la linda pareja. —No sabía, ella y yo nos conocemos desde la universidad, yo estudiaba en el departamento Administrativo y ella en el de Arte — Reí un poco, quizás estaba fingiendo estar tan relajada o fueron los tragos, no sabía, pero toda la atención estaba centrada en mí, los chicos habían ignorado la presencia de Sonia — El
Sus brazos se movían de un lugar a otro sin control, estaba a punto de perderlo o ya lo había perdido. Lo observó perder el control otra vez mientras mi habitación sufre los daños, lanza todas mis cosas por los aires, saca gavetas de los estantes, grita tanto que creo que su garganta se va a romper. Solo puedo quedarme callada por unos minutos mientras él va de un lugar a otro. —Solo tienes que firmarlo. Me armó de valor para hablar y en menos de un segundo lo tengo sobre mí, mi espalda choca con fuerza contra la puerta tras de mí y gimo del dolor. Se está haciendo costumbre esto, mantengo mi mano sobre la manilla de la puerta por si Gabriel intenta hacerme daño, nunca me ha hecho daño, pero siempre hay una primera vez. —No — Grito tan fuerte, mi cuerpo se estremeció — Nada, no voy a firmar esta mierda, no vamos a divorciarnos, no te voy a dejar libre. —Gabriel… —Voy a salvar mi matrimonio, voy a recuperar a mi esposa — Su cuerpo se alejó de mí y fue por el sobre en la