En la luna de miel fui la mujer más humillada, me sentí muy mal porque la pasé sola en una habitación de hotel, quién quiere pasarla su luna de miel sola. A las 2 de la mañana llamé a Rafa y la pasamos junto matando el tiempo con algo mientras veíamos el sol salir. Pero por más que me pregunte que era más importante que yo para dejarme sola un día tan importante.
Aún no consigo la respuesta a pesar de que creo saberla.
Aunque si lo mirábamos por el lado bueno, no tendría por qué seguir con este matrimonio si yo descubriera una infidelidad porque ese podía ser mi único motivo para el divorcio.
Esa noche Gabriel dijo que me recogería antes de que la luna de miel terminara o vendría mucho antes, pero nunca llego me pase toda la noche esperándolo hasta quedarme dormida, de tanto llorar, me había humillado de la peor manera.
A primera de la mañana tomamos un avión de regreso a Caracas, porque la luna de miel había sido en una pequeña isla llamada Margarita, isla que no conocía porque nunca salimos del hotel o mejor dicho yo no salí del hotel, luego partimos a casa, en el camino llame a mi suegra y no hubo respuesta me pregunte si algo andaba mal con mis suegros.
Observe la gran mansión donde viviría y deje salir un suspiro de cansancio porque si era mucho más pequeña que mi antigua casa, pero quizás sería otra prisión para mí.
Si algo esperaba de Gabriel por encima de todas las cosas era respeto, hacia mi persona.
La puerta de la recámara se abrió dejando ver a Gabriel con rostro cansado paso a paso alto lento se dirigió al baño sin pronunciar ninguna palabra e ignorando que me encontraba sentada en la cama con un libro en mis manos, esto era algo que él hacía muy seguido ignorar mi presencia, me limite a mirar mi libro de "Siguiendo tu Voz "y fingir que estaba leyendo, desviando de poco la mirada observe como se quitó los zapatos, las medias, los pantalones, la camisa, hasta quedar en ropa interior, mi marido tenía un cuerpo del demonio no me iba a engañar y muy pocas veces el deseo explorarlo me llenaba de ansiedad.
M****a, Ana contrólate.
Tú y él, eso no pasará, solo son amigos.
—¿Ana me escucha?—dijo él posando su suave mano en mi hombro, no sé en qué momento camino.
—¿Ah? Que sucede — pregunte saliendo de mis pensamientos, no había escuchado ni una sola de sus palabras.
— Que si está la cena lista, muero de hambre y estoy cansado, no tuve tiempo de comer nada en la oficina — Gabriel tomo una toalla limpia y camino al baño antes de girar hacia mí al no obtener una respuesta —¿Ana estás bien? ¿Pasa algo?
—No, todo bien enseguida le digo a Marcela que te caliente la cena- dije y luego me puse de pie saliendo de la recámara.
La verdad eran las 9:15 pm y yo hace muchas horas que había cenado pensando que él no llegaría, por lo que hace días le di la orden Marcela de no hacer comida para Gabriel, ya que siempre se terminaba votando.
Mientras en el piso de arriba él se bañaba. Yo preparé una rica cena para él, colocando un poco para mí en un plato, no quería dejarlo solo en el comedor, estar hay en silencio suele darme miedo.
Al bajar ya la comida estaba servida y Gabriel comenzó a comer, creo que si sigo comiendo tanto me pondría poner a rodar, quién sabe también podría terminar metida en la tina con Gabriel dándonos una baño de burbujas o me podrían llevar a la cárcel por violar a mi esposo una risa escapo de mí por mis locos pensamientos que cosas dices Ana, ese hombre es intocable para ti, luego de comer recogí todos los patos y los lleve a la cocina dejando todo en el lavaplatos.
era tan agotadora y la verdad no sabía a dónde íbamos a parar.
Por la mañana me encontraba viendo algunos productos en línea porque quieres cambiar algunas cosas de la decoración que no me gustaban y Gabriel me había dicho que era mi decisión y mi casa y podía hacer lo que yo quiera.
El timbre sonando me distrajo un poco, nadie solía venir a esta casa, no había visto a mis padres luego de la boda y siempre éramos solo Gabriel y yo, Marcela, fue abrir la puerta y puede escuchar la alegre voz de Natalia
-Ana, Amigaaaaa - grito tan fuerte que esperaré no quedar sorda.
-Natalia, como has estado como supiste dónde vivo - abrace a mi amiga con alegría de ver alguien diferente.
—Estoy muy bien Ana, desde que te fuiste de luna de miel y volviste está más cambiada ya ni me llamas, además Andrés no quiso hablar conmigo de ti cuando lo llame - dijo ella haciendo puchero.
— Ven, vamos al salón y hablemos un poco, te extrañe — la tome de la mano y camine con ella hasta la sala de estar, me senté junto con ella en el sofá— siento no llamarte Natalia, pero he estado ocupada —Mentí — todo fue tan rápido, Gabriel ha estado trabajando mucho y no pensé que querría extraño metido en casa.
—¿Te está tratando bien Ana? — pregunto y quería contarle la verdad -—Siento venir a estas tan tarde, pero mi viaje a Miami sé a trazo más y no pude venir para cuando llegarás de la luna de miel, hoy apenas supe que estabas en esta casa viene corriendo lo supe por tu padre tuve que ir a verlo.
—Tranquila Natalia, nada en este matrimonio está tan bien que se diga — Suspire — El día de la luna de miel salió corriendo del hotel cuando su teléfono sonó y no volvió, yo pase un mes sola con el chofer en un hotel y la mayor parte del tiempo no salí de la habitación me sentía tan avergonzada
-Que has dicho Ana - grito ella poniéndose de pie - debería de compartir contigo entonces para qué se casó contigo no era que iban a ser amigos
— Has silencio, Natalia no quiero que te escuche, Gabriel está en el estudio —Nerviosa mire a todas partes.
Gabriel
Había tenido una tarde muy ajetreada y algo amarga, mamá me estaba volviendo loco con sus discusiones que se estaban volviendo una rutina desde que me case con Ana. Todo estaba yendo relativamente bien, pero para mamá no parecía que el matrimonio calmara sus dudas y preocupaciones
Termine de tomar un baño y salí a por algo de ropa cómoda para seguir rebajando un rato en el estudio, hoy Ana estaba muy silenciosa, la verdad desde que regresamos de la luna de miel no ha preguntado ni reclamado nada, me quede esperando que me preguntara por qué la deje sola en el hotel, pero ella no me pregunto nada y desde entonces nos ignoramos.
Porque no tenía cara para decirle la verdad.
Sé que ella tiene curiosidad por preguntar que pasa entre nosotros. Pero no estoy listo para hablar con ella, aún quiero dale espacio para que no sienta que está en un matrimonio dónde se verá encerrada
Cuando estuve listo baje porque moría de hambre, Marcela me había dicho que hoy prepararía la cómoda temprano dado que tenis ir a casa de hijo y también me dijo que las continuas comidas que he cenado cuando llegó tarde son preparadas por Ana, la verdad eso me tomo por sorpresa no tenía ni idea de que podía cocinar.
Cuando llegue al final de la escalera escuche una voz que me era conocida del día de la boda, esta chica se llama Natalia, la rubia amante de los viajes por el mundo, según sabía eran mejores amigas y verlas discutir por algo que no logré entender me pareció interesante.
Conocía a la rubia porque el día de la boda Ana me hizo bailar con ella una de las canciones y la verdad no estaba mal, la chica era guapa pero no tanto como Ana.
—Has silencio, Natalia no quiero que te escuche, ni que se moleste conmigo, ya las cosas están muy tensas como para poder más leña al fuego — dijo Ana.
Con curiosidad me quedé al final de la escalera de dónde estaba podía escucharla y ellas no podían verme.
—Cómo quieres que me calle Ana, que te sucede bien, podías irte con Lían, pero te quedaste aquí con ese idiota que dijo que iba a ser tu amigo y darte el divorcio en dos años, pero sabes algo, no creo que nada de esto valla a terminal tan rápido, abre los ojos si tiene otra mujer toma la oportunidad y déjalos
—Pero es mi esposo Natalia, me casé con él y le di mi palabra de que serían solo dos años, por favor baja la voz y deja de opinar en esto, sé que estás preocupada, pero entiéndeme Natalia — por la voz de Ana, sabía que podía comenzar a llorar cualquier momento
—Está bien— dijo con brusquedad Natalia — haz lo que quieras sigue con esta mentira del ser amigos, vamos a ver cómo termina mientras sigues aquí amarrada y sin salidas
— Es mejor que te vayas Natalia — Ana intento sacar a su amiga de la casa por lo que me moví un poco para que notaran mi presencia — Gabriel está por bajar a comer y no quiero que escuche nada de esto, quiero ser yo la que resuelva sus problemas matrimoniales
Así que cuando las dos giraron sorprendidas al verme hay de pie, solo puede sonreír levemente.
— Buenas noches, señoritas - salude y seguí mi camino al comedor.
No estaba preparado para enfrentar preguntas de una mujer que no fuera Ana, la rubia, tenía mucha pinta de entrometida, Ana aunque tampoco hizo preguntas, no sabía que responderle si la llegara hacer con referente a lo que pasó el día de la luna de miel, porque era verdad había pasado todo ese tiempo junto a Sonia y por más que quise volver al hotel no había podido encontrar una sola escusa.
Sonia era la causante de que mi relación con los padres en este momento estuviera tan frágil papá amenazaba con quitarme todo lo que hizo el día de la boda, si se enteraba de que estoy haciendo de Ana una mujer infeliz
Pero y la felicidad de la otra persona que sufre por mi culpa dónde queda, tengo que ser egoísta con una persona que me ama a pesar de que me case con alguien que no es ella.
Era fácil dar órdenes y mandar, pero era muy difícil cumplir esas órdenes
Desde que Natalia se presentó en mi casa solo ha pasado dos días y nuestra conversación no llegó a ninguna parte solo creo una pequeña brecha de ideas que no compartimos por igual, sé que es mi mejor amiga y se preocupa por mí, pero aunque evito puedo dejar de molestarme mucho con su actitud y sé que ella está preocupada por mi felicidad, pero ahora no quiero que se entrometa en todo esto porque la verdad lo será de ayuda, mi matrimonio se está yendo al carajo con las actitudes de Gabriel y quiero ser yo misma quien resuelva todo esto con Gabriel porque vamos, el que se está portando como la m****a es él.
Luego de esa tarde se creó un ambiente tenso dentro de la casa, estaba segura de que Gabriel nos escuchó hablar, Si lo hizo sabes de sobra que a Natalia prefiere más a Lían que a Gabriel y no va a estar de su parte nunca.
Por otro lado, y no tengo pena de decirlo, porque vamos a ver mi marido está mejor que comer con los dedos, la tensión sexual se siente por las noches, cuando dormimos y termino abrazada a su pecho o cuando salgo del baño y está solo en tuya, soy tan estúpidos que durante la noche busco su calor y él me rodea con sus brazos es algo que por más que trato de evitar es nuestro subconsciente actuando por sí solo.
Hasta los momentos nada ha pasado más allá de un simple abrazo, pero algunas veces por la noche he podido sentir su miembro endurecido presionando mi estómago o mi espalda cuando dormimos.
En la mañana cuando bajo a desayunar me encuentro con un Gabriel guapo como siempre sentado con un desayuno a medio comer y una tablet en la mano donde leer las noticias.
—Señor, ha llamado una mujer llamada Sonia González — En cuánto esas palabras salen de la boca de Marcela, la Tablet se sale de las manos de Gabriel haciendo un ruido fuerte al golpear la mesa.
Entonces me preguntó
1. ¿Quién es Sonia?
2. ¿Por qué Gabriel está más pálido que nunca?
¿Sonia?
te al golpear la mesa.
Entonces me preguntó
1. ¿Quién es Sonia?
2. ¿Por qué Gabriel está más pálido que nunca?
¿Sonia?
El cuerpo de Gabriel está visiblemente tensó y me pregunté una y otra vez quién era esa mujer que se atrevía a llamar a mi casa, Gabriel se recompone muy rápido y le dice a la señora Marcela que no va a comer más y luego sale del comedor para luego meterse en el estudio.Si Marcela no estuviera frente a mí ya estuviera con el teléfono pegado al oído para escuchar la conversación Apretando mis manos en un ataque de ansiedad y angustia, volví a recordar las palabras de mi mejor amiga.Infiel.AmanteSonia Acercándome a la ventana, miro el cielo agradable, buen tiempo estaba haciendo, ese día quería salir y dar un paseo, decidí volver a la recámara, así que comencé a subir las escaleras y cuando entre me tope con la imagen de Gabriel estaba con un libro en la mano y fijo su mirada en mí, cuando había salido del estudio no sabía, por qué no escuche ni un solo sonido.¿Y hora don perfecto, no piensa trabajar o qué? Cuando salí me vestí con tranquilidad, ya que Gabriel no estaba otra vez
GabrielSonia había venido a nuestra casa porque la noche pasada no respondí a sus mensajes y llamadas estaba más preocupado de que no le pasara algo malo a Ana sabia que estaba bajo los cuidados de su amiga, pero eso no quería decir que ella no pudiera escaparse con ese ex suyo que Natalia había mencionado el tal Lían por eso llame a Natalia quien no me contesto ni una llamada, por lo que decidí salir temprano en su busca quería solucionar las cosas y explicar quién era Sonia en mi vida, pero entonces en el momento en el que estaba salir de casa, Sonia llegó, comenzó hacer algo de drama luego llegó Ana.Intentaba sacar a Sonia de la casa, pero ya era muy tarde porque sabía que Ana estaba sacando conclusiones no tan equivocadas, ella podía pensar que ella durmió aquí conmigo y no quería eso. Cuando lo logre que Sonia se fuera subí las caleras y me encontré a Ana en ropa íntima, en muchas oportunidades la he visto en ropa interior, pero eran solo segundos, Ana no le gustaba vestirse
Ella había ganado.Sonia uno, Ana ceroAl escuchar cómo se abre la puerta de la recámara me hice la dormida sintiendo su caminar en silencio por la recámara, suspire y tome la decisión de dejar de fingir por lo que me senté sobre la cama, asustando a Gabriel cuando encendí la luz él me miro atento quise decir un insulto, pero lo ignore por completo y baje de la cama y fui al baño.No me sentía con ánimo para pelear, él no tenía por qué saber que me dolía y hacía daño.Mientras me miraba en el espejo y trataba de no llorar, Gabriel entró en el baño con el cabello desordenado, los tres primeros botones de la camisa abierto, su rostro decía que avía dormido hasta hace unas horas.Y si es que había dormido. Me lavé la cara rápido y me quede mirando el espejo donde él se miró un buen rato, pero algo llamo la mi tención, una marca roja en su cuello, no podía creer lo que mis ojos estaba mirando, esa perra le había dejado una marca para que supiera lo que había hecho con él, tomándolo de l
-Mira Ana, estoy aquí porque no pienso entregarte algo que es mío, desde hace muchos años he luchado para estar con él sabiendo que sus padres me odian, pero he sabido llevarlo y no pienso entregártelo a ti una recién llegada, te pido Ana que te alejes de mi novio.Y Boom, sentí el golpe en mi pequeño mundo cuando algo se hizo más real, él era de ella hasta que yo llegue.-¿Novio?... Le recuerdo Sonia que es mi marido y que este asunto del matrimonio no es su problema, pero a que le tienes miedo Sonia. ¿Qué él se enamore de mí?-Lo dudo Ana, como lo dijo el mismo Gabriel, tú solo eres una desconocida con la que tiene que fingir ser feliz un tiempo nada más, eres la mujer que su padre y el tuyo mendigo muertos de hambre vendieron para irse a otro país y quien lo ayudo a él a no perder su empresa eso eres para él – ella mi miro sonriendo – lo siento si no sabías que tú padres abandonaron el país.Ella se giró y comenzó a irse, yo todavía no procesaba bien las palabras, quién demonios es
“ Seis meses después “ Algo molesto era el sonido fuerte que no me dejaba dormir me tape la cara con la almohada para hacer el sonido un poco menos fuerte pero entonces alguien me dio un golpe en el brazo y cuando mire quien era desperté por completo —Puedes por favor apagar esa cosa – digo Gabriel en un tono molesto levantándose de la cama. —No podías apagarlo por mi – dije haciendo el despertador a un lado para seguir durmiendo. —Yo no fui quien lo puso eso a sonar a las 4 de la madrugada -¿Qué 4 de la madrugada ¿- tome el despertador y mire la hora por dios tenía toda la razón eran las 4 de la madrugada – juro que no fui yo lo siento. Pero la verdad no la había hechos últimamente hacía cualquier cosas para joder la vida de Gabriel. Me puse de pie y me quede mirando a mi marido su cuerpo estaba en ropa interior hacia ver su duro pecho marcado por largas hora de gimnasio y bien marcado lo sabía porque que un día lo toque un día supe que era tocar el cuerpo de mi “Esposo
Cuando colgué la llamada deje salir las lágrimas que contuve mientras hablábamos, volvería a verle nuevamente y tal parecía que no había rencor hacia mí por parte de Andrés, porque a la final de todo él me tenía a mí y yo lo tenía a él. Gabriel entró en el patio de la casa y sin decir una sola palabra se sentó junto a mí en la mesa, junto a la piscina ya se avía quitado la ropa del trabajo. No estaba lista para sus mentiras otra vez, así que me puse de pie para irme, pero él me tomo de la mano evitando así que me fuera, sus manos eran tan cálidas y suaves, por un momento se me olvido que estaba molesta con él, pero luego recordé lo de su oficina, Gabriel tenía ese poder de hacer que olvide todo, con solo un toque o verle a los ojos. Estaba estúpidamente enamora de Gabriel. Iba a hablar, pero preferí guardar silencio, así estuvimos algunos minutos hasta que Gabriel rompió el silencio. — Sonia, Sonia es una mujer que no puedo dejar ir, — Suspiro — estamos juntos desde hace muchos años y
Cómo se esperaba Ana, no respondió a mi mensaje, eso me dice que las cosas si siguen igual, quizás no van a mejorar ni un poco, pero soy alguien que no se rinde tan fácil y sé que debo luchar por enmendar mis errores, quizás si me esfuerzo un poco más ella pueda volver a perdonarme. Pero algo tengo bien en claro, no voy a entregarle a mi esposa a Lían, sé que se amaron locamente cuando fueron novio, pero ella es mía, se casó conmigo y solo me puede amar a mí. Porque Ana dijo que me amaba y eso quiere decir que por Lían ya no siente nada. Cuando llegue a casa fui directo a la cocina, a ver si Ana estaba ahí, casi todas las noches que yo decidí llegar temprano Ana preparaba la cena, una vez que dijo que era su forma de sentirse útil como una mujer casada que hace algo por su esposo, no encontrarla aquí me decepciono fui a la recámara y tampoco estaba baje otra vez a la cocina a tomar un poco de agua. Quizás deba llamarle y perderle a Marcela que nos prepare algo, comer en el pat
—Ana, qué alegría verte otra vez, creo que la última vez que nos vimos fue el día de la boda, estabas fantástica ese día — Valeria se puso de pie y me dio un abrazo, no era distinta al día de la boda, ella de verdad era muy alegre —¿Viniste aquí sola? —No, vino con su mejor amiga, es aquella rubia bailando en la puesta de baile — dijo Gabriel señalando hacia la plata baja dónde Natalia bailaba muy feliz con otro chico – —Oh, conoces a Natalia, su madre es muy buena amiga de la mía y ella y yo estudiamos en el instituto de idiomas juntas – La miré por un momento, ya me encontraba sentada muy cerca de Gabriel. La otra silla estaba Sonia y frente del otro lado la linda pareja. —No sabía, ella y yo nos conocemos desde la universidad, yo estudiaba en el departamento Administrativo y ella en el de Arte — Reí un poco, quizás estaba fingiendo estar tan relajada o fueron los tragos, no sabía, pero toda la atención estaba centrada en mí, los chicos habían ignorado la presencia de Sonia — El