Ella había ganado.Sonia uno, Ana ceroAl escuchar cómo se abre la puerta de la recámara me hice la dormida sintiendo su caminar en silencio por la recámara, suspire y tome la decisión de dejar de fingir por lo que me senté sobre la cama, asustando a Gabriel cuando encendí la luz él me miro atento quise decir un insulto, pero lo ignore por completo y baje de la cama y fui al baño.No me sentía con ánimo para pelear, él no tenía por qué saber que me dolía y hacía daño.Mientras me miraba en el espejo y trataba de no llorar, Gabriel entró en el baño con el cabello desordenado, los tres primeros botones de la camisa abierto, su rostro decía que avía dormido hasta hace unas horas.Y si es que había dormido. Me lavé la cara rápido y me quede mirando el espejo donde él se miró un buen rato, pero algo llamo la mi tención, una marca roja en su cuello, no podía creer lo que mis ojos estaba mirando, esa perra le había dejado una marca para que supiera lo que había hecho con él, tomándolo de l
-Mira Ana, estoy aquí porque no pienso entregarte algo que es mío, desde hace muchos años he luchado para estar con él sabiendo que sus padres me odian, pero he sabido llevarlo y no pienso entregártelo a ti una recién llegada, te pido Ana que te alejes de mi novio.Y Boom, sentí el golpe en mi pequeño mundo cuando algo se hizo más real, él era de ella hasta que yo llegue.-¿Novio?... Le recuerdo Sonia que es mi marido y que este asunto del matrimonio no es su problema, pero a que le tienes miedo Sonia. ¿Qué él se enamore de mí?-Lo dudo Ana, como lo dijo el mismo Gabriel, tú solo eres una desconocida con la que tiene que fingir ser feliz un tiempo nada más, eres la mujer que su padre y el tuyo mendigo muertos de hambre vendieron para irse a otro país y quien lo ayudo a él a no perder su empresa eso eres para él – ella mi miro sonriendo – lo siento si no sabías que tú padres abandonaron el país.Ella se giró y comenzó a irse, yo todavía no procesaba bien las palabras, quién demonios es
“ Seis meses después “ Algo molesto era el sonido fuerte que no me dejaba dormir me tape la cara con la almohada para hacer el sonido un poco menos fuerte pero entonces alguien me dio un golpe en el brazo y cuando mire quien era desperté por completo —Puedes por favor apagar esa cosa – digo Gabriel en un tono molesto levantándose de la cama. —No podías apagarlo por mi – dije haciendo el despertador a un lado para seguir durmiendo. —Yo no fui quien lo puso eso a sonar a las 4 de la madrugada -¿Qué 4 de la madrugada ¿- tome el despertador y mire la hora por dios tenía toda la razón eran las 4 de la madrugada – juro que no fui yo lo siento. Pero la verdad no la había hechos últimamente hacía cualquier cosas para joder la vida de Gabriel. Me puse de pie y me quede mirando a mi marido su cuerpo estaba en ropa interior hacia ver su duro pecho marcado por largas hora de gimnasio y bien marcado lo sabía porque que un día lo toque un día supe que era tocar el cuerpo de mi “Esposo
Cuando colgué la llamada deje salir las lágrimas que contuve mientras hablábamos, volvería a verle nuevamente y tal parecía que no había rencor hacia mí por parte de Andrés, porque a la final de todo él me tenía a mí y yo lo tenía a él. Gabriel entró en el patio de la casa y sin decir una sola palabra se sentó junto a mí en la mesa, junto a la piscina ya se avía quitado la ropa del trabajo. No estaba lista para sus mentiras otra vez, así que me puse de pie para irme, pero él me tomo de la mano evitando así que me fuera, sus manos eran tan cálidas y suaves, por un momento se me olvido que estaba molesta con él, pero luego recordé lo de su oficina, Gabriel tenía ese poder de hacer que olvide todo, con solo un toque o verle a los ojos. Estaba estúpidamente enamora de Gabriel. Iba a hablar, pero preferí guardar silencio, así estuvimos algunos minutos hasta que Gabriel rompió el silencio. — Sonia, Sonia es una mujer que no puedo dejar ir, — Suspiro — estamos juntos desde hace muchos años y
Cómo se esperaba Ana, no respondió a mi mensaje, eso me dice que las cosas si siguen igual, quizás no van a mejorar ni un poco, pero soy alguien que no se rinde tan fácil y sé que debo luchar por enmendar mis errores, quizás si me esfuerzo un poco más ella pueda volver a perdonarme. Pero algo tengo bien en claro, no voy a entregarle a mi esposa a Lían, sé que se amaron locamente cuando fueron novio, pero ella es mía, se casó conmigo y solo me puede amar a mí. Porque Ana dijo que me amaba y eso quiere decir que por Lían ya no siente nada. Cuando llegue a casa fui directo a la cocina, a ver si Ana estaba ahí, casi todas las noches que yo decidí llegar temprano Ana preparaba la cena, una vez que dijo que era su forma de sentirse útil como una mujer casada que hace algo por su esposo, no encontrarla aquí me decepciono fui a la recámara y tampoco estaba baje otra vez a la cocina a tomar un poco de agua. Quizás deba llamarle y perderle a Marcela que nos prepare algo, comer en el pat
—Ana, qué alegría verte otra vez, creo que la última vez que nos vimos fue el día de la boda, estabas fantástica ese día — Valeria se puso de pie y me dio un abrazo, no era distinta al día de la boda, ella de verdad era muy alegre —¿Viniste aquí sola? —No, vino con su mejor amiga, es aquella rubia bailando en la puesta de baile — dijo Gabriel señalando hacia la plata baja dónde Natalia bailaba muy feliz con otro chico – —Oh, conoces a Natalia, su madre es muy buena amiga de la mía y ella y yo estudiamos en el instituto de idiomas juntas – La miré por un momento, ya me encontraba sentada muy cerca de Gabriel. La otra silla estaba Sonia y frente del otro lado la linda pareja. —No sabía, ella y yo nos conocemos desde la universidad, yo estudiaba en el departamento Administrativo y ella en el de Arte — Reí un poco, quizás estaba fingiendo estar tan relajada o fueron los tragos, no sabía, pero toda la atención estaba centrada en mí, los chicos habían ignorado la presencia de Sonia — El
Sus brazos se movían de un lugar a otro sin control, estaba a punto de perderlo o ya lo había perdido. Lo observó perder el control otra vez mientras mi habitación sufre los daños, lanza todas mis cosas por los aires, saca gavetas de los estantes, grita tanto que creo que su garganta se va a romper. Solo puedo quedarme callada por unos minutos mientras él va de un lugar a otro. —Solo tienes que firmarlo. Me armó de valor para hablar y en menos de un segundo lo tengo sobre mí, mi espalda choca con fuerza contra la puerta tras de mí y gimo del dolor. Se está haciendo costumbre esto, mantengo mi mano sobre la manilla de la puerta por si Gabriel intenta hacerme daño, nunca me ha hecho daño, pero siempre hay una primera vez. —No — Grito tan fuerte, mi cuerpo se estremeció — Nada, no voy a firmar esta mierda, no vamos a divorciarnos, no te voy a dejar libre. —Gabriel… —Voy a salvar mi matrimonio, voy a recuperar a mi esposa — Su cuerpo se alejó de mí y fue por el sobre en la
André no levantó su cabeza para verme Si mi mujer pierde la movilidad de sus dedos voy a matarte sin importar que seas su hermano Me alejé para volver a preguntar por Ana, pero lo misma la enfermera decía que tenía que esperar que saliera el doctor. Cuando la puerta se abrió y el médico salió, corrí hacia él rápidamente y André se puso de pie. Cómo está mi esposa doctor Tranquilo señor, la señora Smith está estable, sus dedos sanarán poco a poco, esperemos que baje la hinchazón, quizás el dedo medio y meñique pierdan la movilidad en la mano derecha — El doctor me miró con pesar — Ahora están muy inflamadas sus manos esperemos y hagamos otra operación más adelante. Gracias doctor, pagaré lo que sea para que ella esté bien, de verdad, gracias. No tiene que agradecer, este es mi trabajo Una de las enfermeras salió y nos dijo que podíamos entrar de uno en uno para no agobiarla —Iré yo primero soy su esposo y dudo que quiera verte en este momento — Le dije Andrés Me dir