Finalmente, el día del divorcio entre Alex y Abril ha llegado y ambos se encuentran casualmente en la entrada del tribunal. Ella lo mira fijamente y él la mira de reojo.

—Bueno, parece que finalmente hemos llegado a este día, ¿no es así, Abril?

—Sí, Alex. Nunca pensé que este día llegaría, pero aquí estamos. —Responde con una mirada vibrante, tratando de mantener la compostura.

—Yo tampoco. Pero, sabes, a pesar de todo, espero que puedas encontrar la felicidad que buscas.

—Gracias, Alex. Yo también espero lo mismo para ti. Que ambos podamos seguir adelante y encontrar lo que nos hace felices.

—Eso es lo más importante, ¿verdad? Seguir adelante. Aunque no sea juntos, que ambos encontremos nuestro camino.

—Sí, nuestro propio camino. ¿Crees que alguna vez podremos mirar atrás y no sentir dolor?

—Espero que sí, Abril. Con el tiempo, espero que podamos recordar los buenos momentos con cariño y aprender de los malos.

—Eso sería lo ideal. Bueno, supongo que deberíamos entrar. No tiene sentid