Por lo visto, Madison no se iba a quedar tranquila ni iba a cruzarse de brazos mientras veía cómo Abril y Alex continuaban con su matrimonio feliz y sin novedades. Estaba en su apartamento con su amiga Daphne, quien, a pesar de lo majadera que era Madison, la apreciaba y siempre estaba allí para ella. Daphne, como siempre, intentaba persuadirla para que dejara en paz a la pareja y le advertía de que lo que sentía por Alex ya sobrepasaba la línea de la obsesión.—Madison, tienes que dejar esto —dijo Daphne, cruzándose de brazos con una expresión de preocupación. —No puedes seguir así.—¿Así cómo? —replicó Madison, desafiando a su amiga. —Solo estoy tratando de ayudar a Alex.—Ayudarlo o acosarlo, no estoy segura de cuál es la diferencia en tu caso —respondió Daphne, frunciendo el ceño. —Esto ya no es normal.—No es acoso, es amor —insistió Madison, aunque su voz sonaba un poco insegura. —Solo quiero que se dé cuenta de lo que realmente necesita.—¿Y qué es lo que necesita? ¿A ti? —preg
Alex se sienta en su antigua cama y mira a su hermano Harry con una mezcla de preocupación y nostalgia.—¿Sabes, Harry? —empieza Alex, con un tono un poco tenso. —A pesar de que Abril intenta mostrarse fuerte y dice que entiende la situación, yo siento que todo esto la supera. A veces me da miedo que se asuste y decida irse de nuevo, como antes.Harry lo mira con seriedad, comprendiendo la angustia de su hermano.—Alex, entiendo por lo que estás pasando —responde Harry. —Pero piensa en lo que ya ha ocurrido. Abril ya sabe toda la verdad sobre tu origen. Eso es un gran paso.Alex asiente, pero su preocupación no desaparece.—Sí, pero ahora Luna está en la misma situación que yo. Es una lobita y no sé si Abril podrá manejar la situación. A veces me preocupa que su carácter volátil la lleve a tomar decisiones impulsivas.Harry se inclina hacia delante para tratar de calmar a su hermano.—Lo más importante es que ya están juntos como familia. Abril tiene la oportunidad de aprender y crece
Después de entregarse a una apasionada noche de amor, Alex y Abril yacían acurrucados en la cama, disfrutando de la calidez del momento. Sin embargo, la preocupación de Abril no desaparecía. Mirando al techo, comenzó a hablar sobre su día a día.—Alex —dijo con un tono de inquietud. —No puedo dejar de pensar en el futuro de nuestra pequeña. Es una niña loba, y no sé cómo abordar la situación más adelante.Alex sintió la tensión en la voz de Abril y la miró con ternura.—Lo sé, Abril. Pero tenemos que confiar en que encontraremos la manera de guiarla.Abril suspiró, recordando un libro que había leído.—Leí Las sombras del lobo y no quiero que nuestra hija pase por lo que describe. No quiero que se sienta sola o diferente.Alex la abrazó con más fuerza, intentando transmitirle calma.—Entiendo tus preocupaciones, pero podemos enseñarle a aceptar quién es. No está sola, siempre estaremos a su lado.Abril sonrió débilmente, agradecida por su apoyo, aunque la incertidumbre seguía presente
Llegó el día de la graduación de Abril y estaba emocionada mientras subía al estrado para recibir su título de abogada, por el que había luchado con tanto esfuerzo. Sus adorables gemelos, con sus brillantes ojos de orgullo, la acompañaban, junto a su familia y los familiares de Alex. Hasta Zeus y Claire estaban presentes, observando el entorno con una mezcla de orgullo y asombro.Abril se detuvo un momento en el estrado, mirando a la multitud. Con una sonrisa radiante, tomó el micrófono y dijo:—Hoy no solo celebro un logro personal, sino también el apoyo incondicional de todos ustedes. Sin su amor y aliento, no estaría aquí.Los aplausos resonaron en el aire, y Alex acompañado de sus gemelos gritó emocionado:—Digan hijos: ¡Mamá, eres la mejor!Zeus, con una sonrisa orgullosa, se inclinó hacia Claire y murmuró:—Nunca imaginé que vería a Abril alcanzar este sueño. Ha sido una verdadera guerrera.Claire asintió con los ojos brillantes de emoción.—Sí, y lo ha hecho con tanto amor y d
Arthur Christensen, un imponente hombre lobo inmortal que rivaliza en poder con Zeus, se presenta en las tierras del dios inglés con una actitud desafiante y desbordante de arrogancia. Su figura, majestuosa y temible, se yergue sobre sus secuaces, quienes lo siguen con lealtad, mezclando temor y admiración. Christensen, convencido de su superioridad, ha llegado a la aldea con la intención de sembrar el caos y reclamar unas tierras que, en su desmedida vanidad, considera que le pertenecen por derecho.La atmósfera se carga de tensión a medida que avanza, y su imponente presencia provoca murmullos entre los aldeanos, quienes sienten el peso de su amenaza. Con cada paso que da, el eco de su ambición resuena en el aire y la certeza de que no será fácil derribarlo se convierte en un pensamiento inquietante. La llegada de este formidable hombre lobo no solo desafía la paz de la aldea, sino que también pone a prueba la autoridad de Zeus, quien deberá enfrentarse a un adversario que no solo e
Alexander, en un gesto de respeto y aceptación hacia la aldea que lo había albergado durante un tiempo mientras buscaba su identidad, decidió llevar a su esposa Abril y a los niños a explorar un poco su mundo. Quería que ella conociera más sobre su vida, ya que entre ellos no había secretos y todo marchaba bien, a pesar de que él era un licántropo y ella una humana. Sin embargo, Abril se sentía aterrada por todo el camino.—¿Estás segura de que quieres hacer esto, Abril? —preguntó Alexander, notando la tensión en su rostro.—Lo estoy, pero... no puedo evitar sentir un nudo en el estómago —respondió ella, mirando a su alrededor con inquietud. —No sé qué esperar de este lugar. ¿Y si no les gusto? ¿Y si no me aceptan?Alexander tomó su mano con suavidad.—Te aceptarán, lo prometo. Ese lugar fue mi hogar y tú formas parte de mi vida. Quiero que veas de dónde vengo, que entiendas lo que soy.Abril respiró hondo e intentó calmarse.—Está bien, pero si me asusto, ¿podemos volver a casa?—Por
En medio de la tranquilidad y la armonía que lo rodeaban, Alex sintió que era el momento adecuado para abrir su corazón por completo a Abril. Con una expresión seria, comenzó a hablarle sobre Emma, la joven loba que había perdido la vida en aquel brutal ataque perpetrado por Marcus.—Emma fue una parte importante de mi vida —confesó Alex con la voz cargada de emoción. —Ella se sacrificó para salvarme, y su valentía siempre estará en mi memoria.Abril lo miró con atención, sintiendo el peso de sus palabras.—¿Y qué pasó entre ustedes? —preguntó con suavidad.Alex tomó aire profundamente.—Nuestra relación se dio en un momento en que decidimos separarnos. Habíamos llegado a un punto en el que no podíamos seguir juntos, y aunque Emma y yo compartimos algo especial, no lo veo como una infidelidad hacia ti. Fue más bien un intento de encontrar consuelo en medio del dolor.—Lo entiendo, Alex —dijo Abril, comprendiendo la complejidad de la situación.—No te reprocho, Alex. Sé que en el pasad
Rita y Harry estaban acurrucados en el sofá del apartamento, riendo y disfrutando de la calidez del momento. De repente, Rita, con una sonrisa traviesa, rompió el silencio.—¿Sabes? A veces pienso que la bebé Luna podría ser una loba —le dijo guiñándole un ojo.Harry palideció al instante al recordar el secreto que su hermano Alexander.—Bueno, eso sería... interesante —respondió, tratando de mantener la calma. —Pero ya sabes que los niños tienen mucha imaginación. A veces hacen cosas divertidas.Rita se inclinó hacia él, divertida.—¿Imaginación? ¡Vamos! Tiene que haber algo de verdad en eso. La forma en que mira la luna, parece que sabe algo que nosotros no. Y sus ojos grises son como los de un lobo cachorro.Harry se rascó la nuca, buscando una forma de cambiar de tema.—Sí, claro, pero… ¿qué tal si hablamos de algo más? Como, no sé, ¿qué planes tienes para el fin de semana?Rita lo miró con curiosidad, notando su nerviosismo.—Oh, vamos, Harry. No puedes evitarlo. ¿No crees que se