Esa noche, cuando los niños descansaban plácidamente en sus cunas, Abril y Alex se encontraron en su habitación, un refugio de amor y complicidad. El ambiente estaba cargado de una energía palpable, un deseo que había estado latente y que ahora brotaba con fuerza.Abril miró a Alex, su apuesto CEO, y sintió cómo su corazón latía con más fuerza. La tenue luz de la lámpara iluminaba su figura, revelando su cuerpo musculoso, cubierto de un pelaje suave que brillaba a la luz. Las cicatrices que adornaban su piel contaban historias de batallas pasadas, de luchas y sacrificios, pero en ese momento eran solo un recuerdo de su fortaleza.Sin pensarlo dos veces, Abril se acercó a él, sintiendo el calor que emanaba de su cuerpo. Alex la miró con una intensidad que la hizo estremecerse y, en un instante, la distancia entre ellos desapareció. Se entregaron el uno al otro con una pasión desbordante, como si el mundo exterior se desvaneciera y solo existieran ellos dos.Las manos de Alex exploraban
A medida que los días transcurrían bajo el resplandor del cenit de luna llena, Abril se encontraba en un estado de reflexión profunda al llegar a la oficina de Álex. Cada rincón del bufete Lutter evocaba recuerdos de su trayectoria, momentos llenos de esfuerzo y dedicación que la habían llevado hasta ese punto culminante de su vida: su graduación estaba a la vuelta de la esquina y, con ella, la realización de un sueño largamente acariciado. Mientras caminaba por los pasillos que una vez recorrió con entusiasmo y nerviosismo, una oleada de nostalgia la envolvía, recordándole los días en que se sentía llena de aspiraciones y esperanzas.Abril sabía que este encuentro con Álex sería especial, un instante para compartir no solo sus logros, sino también sus sueños y preocupaciones, especialmente en lo referente a sus hijos. La mezcla de emociones la acompañó mientras se acercaba a su esposo, lista para compartir un pedazo de su mundo con él, en un día que prometía ser significativo en más
Por lo visto, Madison no se iba a quedar tranquila ni iba a cruzarse de brazos mientras veía cómo Abril y Alex continuaban con su matrimonio feliz y sin novedades. Estaba en su apartamento con su amiga Daphne, quien, a pesar de lo majadera que era Madison, la apreciaba y siempre estaba allí para ella. Daphne, como siempre, intentaba persuadirla para que dejara en paz a la pareja y le advertía de que lo que sentía por Alex ya sobrepasaba la línea de la obsesión.—Madison, tienes que dejar esto —dijo Daphne, cruzándose de brazos con una expresión de preocupación. —No puedes seguir así.—¿Así cómo? —replicó Madison, desafiando a su amiga. —Solo estoy tratando de ayudar a Alex.—Ayudarlo o acosarlo, no estoy segura de cuál es la diferencia en tu caso —respondió Daphne, frunciendo el ceño. —Esto ya no es normal.—No es acoso, es amor —insistió Madison, aunque su voz sonaba un poco insegura. —Solo quiero que se dé cuenta de lo que realmente necesita.—¿Y qué es lo que necesita? ¿A ti? —preg
Alex se sienta en su antigua cama y mira a su hermano Harry con una mezcla de preocupación y nostalgia.—¿Sabes, Harry? —empieza Alex, con un tono un poco tenso. —A pesar de que Abril intenta mostrarse fuerte y dice que entiende la situación, yo siento que todo esto la supera. A veces me da miedo que se asuste y decida irse de nuevo, como antes.Harry lo mira con seriedad, comprendiendo la angustia de su hermano.—Alex, entiendo por lo que estás pasando —responde Harry. —Pero piensa en lo que ya ha ocurrido. Abril ya sabe toda la verdad sobre tu origen. Eso es un gran paso.Alex asiente, pero su preocupación no desaparece.—Sí, pero ahora Luna está en la misma situación que yo. Es una lobita y no sé si Abril podrá manejar la situación. A veces me preocupa que su carácter volátil la lleve a tomar decisiones impulsivas.Harry se inclina hacia delante para tratar de calmar a su hermano.—Lo más importante es que ya están juntos como familia. Abril tiene la oportunidad de aprender y crece
Después de entregarse a una apasionada noche de amor, Alex y Abril yacían acurrucados en la cama, disfrutando de la calidez del momento. Sin embargo, la preocupación de Abril no desaparecía. Mirando al techo, comenzó a hablar sobre su día a día.—Alex —dijo con un tono de inquietud. —No puedo dejar de pensar en el futuro de nuestra pequeña. Es una niña loba, y no sé cómo abordar la situación más adelante.Alex sintió la tensión en la voz de Abril y la miró con ternura.—Lo sé, Abril. Pero tenemos que confiar en que encontraremos la manera de guiarla.Abril suspiró, recordando un libro que había leído.—Leí Las sombras del lobo y no quiero que nuestra hija pase por lo que describe. No quiero que se sienta sola o diferente.Alex la abrazó con más fuerza, intentando transmitirle calma.—Entiendo tus preocupaciones, pero podemos enseñarle a aceptar quién es. No está sola, siempre estaremos a su lado.Abril sonrió débilmente, agradecida por su apoyo, aunque la incertidumbre seguía presente
Llegó el día de la graduación de Abril y estaba emocionada mientras subía al estrado para recibir su título de abogada, por el que había luchado con tanto esfuerzo. Sus adorables gemelos, con sus brillantes ojos de orgullo, la acompañaban, junto a su familia y los familiares de Alex. Hasta Zeus y Claire estaban presentes, observando el entorno con una mezcla de orgullo y asombro.Abril se detuvo un momento en el estrado, mirando a la multitud. Con una sonrisa radiante, tomó el micrófono y dijo:—Hoy no solo celebro un logro personal, sino también el apoyo incondicional de todos ustedes. Sin su amor y aliento, no estaría aquí.Los aplausos resonaron en el aire, y Alex acompañado de sus gemelos gritó emocionado:—Digan hijos: ¡Mamá, eres la mejor!Zeus, con una sonrisa orgullosa, se inclinó hacia Claire y murmuró:—Nunca imaginé que vería a Abril alcanzar este sueño. Ha sido una verdadera guerrera.Claire asintió con los ojos brillantes de emoción.—Sí, y lo ha hecho con tanto amor y d
Arthur Christensen, un imponente hombre lobo inmortal que rivaliza en poder con Zeus, se presenta en las tierras del dios inglés con una actitud desafiante y desbordante de arrogancia. Su figura, majestuosa y temible, se yergue sobre sus secuaces, quienes lo siguen con lealtad, mezclando temor y admiración. Christensen, convencido de su superioridad, ha llegado a la aldea con la intención de sembrar el caos y reclamar unas tierras que, en su desmedida vanidad, considera que le pertenecen por derecho.La atmósfera se carga de tensión a medida que avanza, y su imponente presencia provoca murmullos entre los aldeanos, quienes sienten el peso de su amenaza. Con cada paso que da, el eco de su ambición resuena en el aire y la certeza de que no será fácil derribarlo se convierte en un pensamiento inquietante. La llegada de este formidable hombre lobo no solo desafía la paz de la aldea, sino que también pone a prueba la autoridad de Zeus, quien deberá enfrentarse a un adversario que no solo e
Alexander, en un gesto de respeto y aceptación hacia la aldea que lo había albergado durante un tiempo mientras buscaba su identidad, decidió llevar a su esposa Abril y a los niños a explorar un poco su mundo. Quería que ella conociera más sobre su vida, ya que entre ellos no había secretos y todo marchaba bien, a pesar de que él era un licántropo y ella una humana. Sin embargo, Abril se sentía aterrada por todo el camino.—¿Estás segura de que quieres hacer esto, Abril? —preguntó Alexander, notando la tensión en su rostro.—Lo estoy, pero... no puedo evitar sentir un nudo en el estómago —respondió ella, mirando a su alrededor con inquietud. —No sé qué esperar de este lugar. ¿Y si no les gusto? ¿Y si no me aceptan?Alexander tomó su mano con suavidad.—Te aceptarán, lo prometo. Ese lugar fue mi hogar y tú formas parte de mi vida. Quiero que veas de dónde vengo, que entiendas lo que soy.Abril respiró hondo e intentó calmarse.—Está bien, pero si me asusto, ¿podemos volver a casa?—Por