Hace mucho años que no pisaba La Ciudad de México, estaba de vuelta gracias a nuevos negocios e inversiones.
—Tengo una cita con el señor Oliveira.—¿Es usted el señor Damián Solís?—Así es.—Bienvenido señor —Se levanta sonriéndome —. Por favor sígame.Le sigo el paso hasta detenernos frente a una gran puerta, cuando está apunto de tocar la puerta se abre abruptamente saliendo una chiquilla de cabellera negra, hecha una furia.—¡Te detesto papá!Pasa a nuestro lado sin ni siquiera mencionar una palabra o dejar ver su rostro.La mujer a mi lado parece avergonzada y entra a la oficina seguida de mi.—Señor Oliveira, él señor Solís.—Gracias Marta, te puedes retirar.La mujer así lo hace, Carlos se levanta, me extiende su mano acompañado de un abrazo y una gran sonrisa.—Que bueno verte de nuevo Damian, hace años que solo sabía de ti a través de llamadas.—Era momento de reunirme con un gran amigo como lo eres tú, aunque creo que llegué en mal momento.—¿Lo dices por el drama de mi hija hace un momento?—¿Era tú hija?—Si,la bebé que vistes por última vez cuando eras un adolescente, es esa pequeña revoltosa que salió por allí"Ya veo"—De carácter fuerte tú hija...—Yo diría que caprichosa —Tomamos asiento —. Lulú como le decimos, se ha vuelto insoportable y se me está saliendo de las manos.—¿Cuantos años tiene?—Veinte, pero suele comportarse como su hermanita de seis años —Sonrió y niega —. Acaban de expulsarla de la universidad y se niega a trabajar aquí.—Es una jovencita que esta empezando a vivir la vida Carlos.—Cuando te conocí eras un chiquillo de 17 años Damian y ya cargabas con muchas responsabilidades de las empresas de tu padre.—No puedes comprar Carlos , mi crianza fue de campo y empresas, la de tu hija es diferente y son otros tiempos.—Por cierto, hablando de tu padre ¿Como está él?—Mi padre murió hace unos meses y he tomado las riendas de todos sus negocios por eso vine aquí para culminar algunos.—¿Culminar? —Asiento —. ¿A qué te refieres exactamente?—Vine a vender y liquidar las empresas que mi padre tenía aquí, quiero dedicarme a la hacienda principal de mi padre.—¿La que tiene en Panamá ?—Si, la estado trabajando estos últimos meses; es una de las más grandes de esa región y quiero seguir haciéndola crecer.—Me alegro por ti, el campo es muy bueno para alejarse de todo esto del caos de la ciudad.— Musita pensativo —. ¿No crees?—Espero puedas ir pronto.—Claro lo haré, pero quiero un pedirte un gran favor Damián.—¿Tú dirás?—¿Le darías trabajo a mi hija en tú hacienda?—¿Qué?—Si, se que ella no sabe nada de trabajar en campo, pero estoy seguro que pueden enseñarle y aprender lo que es ganarse el dinero por su propia cuenta.—No creó que sea buena idea Carlos, tú hija se ve bastante...—Caprichosa , lo sé. Pero ella debe aprender que sus acciones tienen consecuencias y sobre todo, aprender lo que es ganarse el dinero por su propia cuenta.—¿Estás seguro de eso?—Completamente, te lo pido como un gran favor Damian , estoy desesperado.En su rostro puedo ver la desesperación y frustración. Yo no sé lo que es tener hijos aún, pero si tuviera una hija como esa chiquilla hace mucho la hubiera castigado y enseñarle lo que es ganarse la vida.—Esta bien Carlos —Le extiendo mi mano —. Cuenta con eso.—Gracias Damian, te lo agradezco.—Yo debo cerrar unos negocios aquí y regreso mañana a Panamá.—No te preocupes, dame toda la información y llegaremos allá pasado mañana.—De acuerdo, te enviaré todo con mi asistente.—Gracias amigo, te lo agradeceré siempre.No sabía si hacía bien en aceptarlo, pero nada perdía en intentar ayudarlo. Carlos era gran amigo de mi padre, cuando empecé hacerme cargo de los negocios me apoyó enseñándome todo lo que se y se volvió un gran amigo mío también.Me despido de él saliendo de su empresa; me dirijo atender mis otros asuntos y al terminar con éxito todo voy al aeropuerto con destino a Panamá .***Al llegar voy directamente a mi hacienda sintiéndome en paz.—Niño Damian, que bueno que estás de regreso.—¿Alguna novedad?—Ninguna, José se ha encargado de que todo por aquí marche bien.Entro a mi despacho acompañada de ella y tomo asiento.—Nana, pronto tendremos una visita temporal ,que dos habitaciones de huéspedes se encuentren listas para pasado mañana.—Si , mi niño.Sale de mi despacho, la puerta vuelve abrirse y entra José.—Damián, que bueno que regreso.—Ya solucioné todos los negocios fuera, ahora vengo a hacerme cargo completamente de la hacienda.—Todo por aquí marcha bien, aunque Sandra no dejaba de preguntar cuando regresabas .—José, pasado mañana llegan unas visitas y junto a ellos una persona la cuál trabajará en esta hacienda.—¿Alguien con conocimiento?—En lo absoluto, viene aprender el trabajo de campo , digamos que es una lección que su padre quiere darle.—¿Un citadino?—Una citadina —Me mira asombrado —. Y una bastante caprichosa acostumbrada a los lujos y la ciudad.—Eso no funcionará.—Lo sé, pero es un favor que me ha pedido un gran amigo y no me podía negar ya que se trata de alguien que quiso mucho mi padre.—Si es una caprichosa citadina no aguantará mucho aquí —Sonríe —. Creo que tu amigo no logrará lo que quiere.—Nosotros nos encargaremos de tratar de hacerlo y si no funciona me quedo con la satisfacción de que trate de ayudarlo.—Ya veremos que nos espera con esa chica.Solo espero esta chiquilla no me termine robando la poca paciencia; no soporto a las mujeres caprichosas ahora menos a una chiquilla acostumbrada a que se haga lo que ella quiere.—¿Cómo la pasaste en México? —Me mira curioso —. ¿Por qué tan pensativo?—Me acoste con una mujer.—¿Lo normal no?—Con una mujer que era una chiquilla y para colmo era virgen.—¿Qué? —Asiento .—Era una jovencita, nunca me había llamado la atención una, pero ella lucia atrevida y fue quien me beso—Sonrió recordándolo —. Un tipo trato de sobrepasarse con ella, lo golpeé y la lleve al hotel, tomamos unos tragos y paso lo inevitable.—¿Cuando me hablas de una jovencita de que edad te refieres ?—Supongo que unos veintidós, no lo sé amigo.—¿Y como se llamaba?—No lo sé, cuando desperté ya no estaba en la habitación —Inspiró —. Como sea, creo que ya pasó.—Pues para haber pasado te carga pensativo amigo.—No es nada, solo me hubiera gustado saber su nombre...—¿Te has vuelto loco papá? —En lo absoluto mi princesa, lo pensé mucho y finalmente tome la decisión. Trabajarás en la hacienda Solís . Se había vuelto loco si creía que aceptaría tal locura. En mis cortos años de vida jamás había pisado una hacienda y mucho menos sabía lo que era trabajar. —Me niego rotundamente, Mamá, ¿No dirás nada? —Lo siento nena, tu padre ha tomado la mejor decisión y yo lo apoyo —Acaricia mi mejilla —. Te hará bien un poco de aire fresco, ahora si me disculpan debo irme. Sale de la habitación dejándome con tremendo embrollo sola y completamente sin salida. —Papito, no pueden mandarme con un desconocido tan lejos. —No es un desconocido, Damian es un buen amigo en el cual confío y se que estarás en buenas manos. —¿Todo esto es por es una venganza por lo sucedido esa noche?—Eso y tu expulsión de la universidad.No es una venganza, es para que valores lo que hacemos por ti. —Pero, papá...—No está en discusión Lucia —Me interrumpe —. Mañana a primera hora
—Lucía, ¿cariño estás bien? Las palabras de mi padre terminan por sacarme de mi shock, trato de retomar compostura antes de que se dé cuenta que la presencia de su amigo me ha afectado. Este me mira con cautela, pero aunque trate de ocultarlo es evidente que está igual de sorprendido que yo. Garraspea, me extiende su mano en forma de saludo y mi padre me observa serio. —Me quiero largar de aquí. Espeto seria ignorando su mano y pasando a su lado saliendo de la casa ignorando los llamados de mi padre. Al salir y sentir el aire en mi rostro, me permito finalmente respirar sin dificultad. —¿Qué mierda es esto? —Musitó exasperada —. Esto no puede estar pasándome. —Lucia Oliveira —Escuchó la voz de mi padre detrás de mi —. ¿Hasta cuando debo soportar tu actitud infantil? —Papá, trabajo donde quieras, incluso en tus empresas pero no quiero estar aquí —Uno mis manos en son de súplica —. Por favor papito.—Lo que acabas de hacer refuerza mi decisión en que te quedes aquí —Espera se
"Era una maldita niña"Al verla parada allí a mitad de mi sala pude reconocer esa carita perfectamente. Su cabello estaba esta vez ondulado y llevaba menos maquillaje, pero sin duda se veía igual de atractiva que esa noche. No tenía ni un día aquí y y me estaba colmando la paciencia.—Damian —La voz de José me saca de mis pensamientos —. Desde que llegó esa jovencita luces bastante pensativo , ¿me dirás que sucede?—No me sucede nada, solo que esta empezando a colmar mi poca paciencia. —¿Seguro? —Inquiere y le doy una mirada seria —. Entiendo, me retiro amigo. Buenas noches. —Buenas noches. Sale del despacho dejándome a solas, suspiro y inclino mi cabeza cerrando los ojos y suspirando tratando de controlar mis pensamientos. La puerta se abre y al levantar la cabeza me encuentro con Sandra. —¿Quién es esa chiquilla engreída y por qué la has traído aquí? —Sandra, te he dicho infinidades de veces que no me agrada que entren a mi despacho sin antes yo autorizarlo. —Lo siento Dami
"Era un maldito" ¿Cómo se atrevía a levantarme de esa forma? Sabía que era una venganza por lo sucedido la noche anterior. Si Rosario no hubiera entrado a la cocina seguro hubiera terminado regalada y follada en la isla de la cocina . Por un momento me deje llevar por mis instintos al verlo allí sin camisa dejándome ver su tonificado y trabajado cuerpo. Su sola cercanía y su mirada hacían palpitar mi entre pierna y sentir como se humedecía era lo más excitante que había podido sentir . Odiaba admitirlo pero ese hombre tenía todo lo que hacía perder la cabeza con solo tocarme.Al salir de la ducha observo mi ropa y veo que no tengo nada adecuado para salir a ensuciar en esta hacienda. Me coloco una falta deportiva junto a un top y zapatillas, amarró mi cabello en una coleta de caballo algo; me maquillo y bajo yendo al desayunador. Al entrar allí lo veo sentado en el cabezal de la mesa sujetando un periódico y una taza de café mientras lo lee atentamente.—Buenos días niña Lulú —
La sangre me hervía de coraje y es que esa pequeña incrédula estaba acabando con mi paciencia. —Cariño, vayamos a comer.—Es mejor que vayas a cenar tú, tengo pendientes por resolver. Camino hacia mi despacho, al entrar tomo mi teléfono llamando a José y pidiéndole venga a mi despacho. Son cuestiones de minutos para que llegue y al entrar me observa fijamente. —¿Qué hacia ese infeliz aquí y donde carajos conoció a Lucia? —Está tarde que fuimos al pueblo, al parecer coincidieron y el la invito a su hacienda. —¿Por qué no me lo dijiste? —Golpeó furioso el escritorio . —No creí que fuera importante, te recuerdo que esa chiquilla es mayor de edad. —!Pero está bajo mi responsabilidad! —Pero no está secuestrada, ella puede salir —Se cruza de brazos —. Aquí hay algo más, ¿O me equivoco? —No lo hay. —No soy tonto Damian, te conozco desde niños y soy tu amigo. ¿Porque te comportas de esa forma con ella? —Me mira fijamente —. ¿Qué ha pasado entre ella y tú?—Ella fue la jovencita con
Estaba tratando de procesar todo lo sucedido la noche anterior . La cena con Aban en su hacienda y sus padre fue la primera vez que tenía un momento de felicidad y tranquilidad desde que llegue a este lugar. Pensé que mi noche había terminado bien, pero luego encontrarme con Damian en mi habitación y que termináramos follando hizo que la noche terminara aún mejor. No sentía ningún remordimiento por aquella tipa que se encontraba en la misma casa que nosotros en ese momento. Me doy una ducha, me visto con los vaqueros que compré ayer, me coloco una blusa de tira fresca, me coloco unos tenis cómodos y peino mi cabello en dos trenzas largas para mantener mi cabello recogido. Tomo una de las caminas llevándola en mi mano y bajo para desayunar. Antes de llegar al comedor me detengo ante los gritos histéricos de aquella tipa.—Niña Lucia —Rosario aparece —. Te recomiendo no entres allí, el ambiente está algo tenso.—¿Me estás terminando? —Se vuelve a escuchar sus gritos.—Te estoy dicie
La chica me observaba con una gran sonrisa en su rostro. Mirándola detenidamente si tiene algunos rasgos iguales a los de Damian aunque su rostro es las refinado. Le sonrió y me doy la media vuelta para huir de allí lo más pronto. —Aguarda —Me detengo y me giro mirándola —. No me he presentado, soy Fara. Me extiende su mano, se la acepto y me sonríe de manera amable.—Lucia, pero mis amigos me dicen Lulú. —¿Y qué haces aquí en la hacienda? —Ella pasará una temporada aquí. —¿Vienes de paseo? —No, mi padre me ha enviado aquí a trabajar . —¿Qué? —Mira a su hermano incrédula —. ¿Por qué? —Larga historia —Sonrió apenada —. Debo ir a ducharme, lo necesito urgente. —Está bien, te veo en la cena Lulú, fue un placer. —Lo mismo digo Fara. Le sonrió y subo las escaleras rápidamente en búsqueda de mi habitación. Al llegar voy directamente al cuarto de baño deshaciéndome de mi ropa y entrando a la ducha. Allí pasó un largo rato, al salir enrollo la toalla sobre mi cuerpo y uso otra pa
Había pasado toda la mañana junto a Magda y Fara en los maizales trabajando y riéndonos de cada ocurrencia de Fara. Ella había decidido venir a trabajar ya que no quería quedarse en casa sola y completamente aburrida. Que había pasado anoche con Damian y su problema, no lo sabía. Pero esta mañana José nos contó que se había ido de la hacienda por completo. Finalmente terminamos nuestra jornada de trabajo, José viene por nosotras llevándonos de regreso a la hacienda. Al llegar Fara sube rápidamente a su habitación y me encuentro con Damian en las escaleras. —¿Qué tal todo hoy? —Bien, menos las picadas de mosquitos —Le enseñó mis brazos —. Esas ronchas pican mucho y se me están hinchando horrible. —Mamá Rosario tiene una crema que te servirá para alivianar la picazón —Sujeta mis brazos y rápidamente una ola de calor llega a mi —. Te conseguiré un repelente para insectos, mañana no irás a los maizales. —¿Por qué? —Rechistó asombrada. —Quiero que me acompañes a otro lugar —Me mir