—Lucía, ¿cariño estás bien?
Las palabras de mi padre terminan por sacarme de mi shock, trato de retomar compostura antes de que se dé cuenta que la presencia de su amigo me ha afectado.Este me mira con cautela, pero aunque trate de ocultarlo es evidente que está igual de sorprendido que yo.Garraspea, me extiende su mano en forma de saludo y mi padre me observa serio.—Me quiero largar de aquí.Espeto seria ignorando su mano y pasando a su lado saliendo de la casa ignorando los llamados de mi padre.Al salir y sentir el aire en mi rostro, me permito finalmente respirar sin dificultad.—¿Qué m****a es esto? —Musitó exasperada —. Esto no puede estar pasándome.—Lucia Oliveira —Escuchó la voz de mi padre detrás de mi —. ¿Hasta cuando debo soportar tu actitud infantil?—Papá, trabajo donde quieras, incluso en tus empresas pero no quiero estar aquí —Uno mis manos en son de súplica —. Por favor papito.—Lo que acabas de hacer refuerza mi decisión en que te quedes aquí —Espera serio —. Tu pasaporte lo mantiene Damian, solo te lo entregará cuando yo se lo ordené.—Pero, papá...—Espero puedas madurar y cambiar esa forma de ser que tienes mi pequeña Lulú —Deja un beso en mi frente —. Te amo hija.Se sube a su camioneta y se marcha dejándome allí parada con mil sensaciones y unas enormes ganas de llorar.—Señorita Lucrecia —Me giro encontrándome al hombre que estaba con mi padre —. Tu habitación está lista y tus maletas ya se encuentran arriba.—¿Donde se encuentra ese hombre?—¿Se refriere al señor Damian? —Asiento —. Se encuentra en su despacho atendiendo unos asuntos, ¿desea hablar con él?—No. —Respondo contundente —. Mejor enséñame cuál será mi habitación.Me hace un gesto para que lo siga, entramos a la casa y al subir las escaleras me guia hasta el fondo del pasillo donde nos detenemos en una de las últimas habitaciones.Al abrir la puerta y hacerse a un lado me deja ver la espaciosa habitación, aunque no es idéntica a mi habitación puedo sobrevivir en esta.—Si necesitas algo puedes pedírselo a cualquiera de los que trabajan en esta casa, me retiro.—Aguarda —Se detiene —. ¿Cómo es tu nombre?—José señorita, mi nombre es José.Sostiene la punta de su sombrero, asiente con su cabeza y se marcha dejándome finalmente a solas.Suspiro derrotada, me acercó tomando mis maletas y colocándolas sobre la cama para empezar a sacar mis pertenencias de ella.Me levanto revisando el pequeño closet que tiene la habitación; empiezo a guindar mis pertenencias y a guardar otras en cajones.Al terminar, sacó mi laptop junto a mi móvil colocándolos sobre el pequeño escritorio que mantiene esta habitación.Unos toques en la puerta me interrumpen, al abrir me encuentro con una señora de estatura baja, cabello blanco trenzado y una sonrisa cálida.—Buenas tardes niña, yo soy Rosario y soy la encargada de esta casa —Me extiende su mano y se la recibo —. El joven Damian me envió para saber si se le ofrece algo.—Yo soy Lucia, pero mis amigos me dicen Lulú—Le sonrió —. Rosario, ¿aquí hay agua tibia en la ducha?—De hecho si señorita. En baño cuenta con una bañera también y mantiene toallas y todo nuevo, ¿algo más que se le ofrezca?—No, sería todo.—La cena será servida en una hora, con permiso señorita.Se marcha dejándome a solas, suspiro derrotada; busco algo cómodo para colocarme y voy al cuarto de baño por una ducha.No me apetece sentarme en esa mesa a comer con quien sabe quién y verle la cara al tipo con que tuve sexo hace unas noches atrás.Lleno la bañera y entro en ella tratando de relajarme."En que te has metido Lucia"Todavía me cuesta creer que fui tan tonta de ir a perder la virginidad con un tipo el cuál ni siquiera sabía su nombre."M*****a estas loca"Solo el recordar sus manos sobre mi cuerpo y el roce de sus labios hacen que mi cuerpo se erice. No puedo pensar en él, se trata de un amigo de mi padre y si él se enterara de esto es capaz de morir de un infarto.Luego de un enorme rato y sentir toda la piel arrugada, me dispongo a salir de la bañera, enrollo mi cuerpo en una bata mientas con una toalla seco mi rostro.Salgo del baño aún secando mi rostro y me detengo en seco al retirar la toalla de mi rostro y verlo mirando por la ventana.Se gira y al ver su rostro siento como mi corazón late desenfrenadamente nuevamente.—¿Qué haces aquí?—Rosario te aviso sobre la cena, ¿por qué no bajaste al comedor?—Porque no me apetece sentarme en una mesa a comer con quien sabe quien —Espeto enojada —. Esta puede ser mucho tu m*****a hacienda, pero eso no te da derecho a entrar a mi habitación sin antes preguntar.—¿Por qué no le dijiste a tu padre que ya nos conocíamos?—¿Querías que le contará que te habías follado a su hija?—Eso hacen las "niñas" como tú .—¿Las niñas como yo? —Asiente —. ¿Y como son las niñas como yo?—Engreídas, mimadas, malcriadas y sobre todo tan "sinceras" como tú.—Las niñas buenas también mienten querido y más a los hombres de la tercera edad como tú.Camina acercándose, retrocedo chocando contra la puerta del cuarto de baño y me mira de arriba abajo.—Si hubiera sabido que eras una niña malcriada y no una mujer madura no te hubiera follado esa noche."Maldito imbécil"—A tu edad fue un privilegió follarte a una "jovencita" como yo imbécil —Escupo molesta —. Te aseguro que ese será un privilegio que no te volverás a dar.Le paso alado yendo al closet con algo de ropa cómoda; al girarme lo veo mirarme de manera fija, me cruzo de brazos y entiende mi mensaje.Sale rápidamente de la habitación azotando la puerta y suspiró tirándome a la cama.—Esto va ser un maldito infierno..."Era una maldita niña"Al verla parada allí a mitad de mi sala pude reconocer esa carita perfectamente. Su cabello estaba esta vez ondulado y llevaba menos maquillaje, pero sin duda se veía igual de atractiva que esa noche. No tenía ni un día aquí y y me estaba colmando la paciencia.—Damian —La voz de José me saca de mis pensamientos —. Desde que llegó esa jovencita luces bastante pensativo , ¿me dirás que sucede?—No me sucede nada, solo que esta empezando a colmar mi poca paciencia. —¿Seguro? —Inquiere y le doy una mirada seria —. Entiendo, me retiro amigo. Buenas noches. —Buenas noches. Sale del despacho dejándome a solas, suspiro y inclino mi cabeza cerrando los ojos y suspirando tratando de controlar mis pensamientos. La puerta se abre y al levantar la cabeza me encuentro con Sandra. —¿Quién es esa chiquilla engreída y por qué la has traído aquí? —Sandra, te he dicho infinidades de veces que no me agrada que entren a mi despacho sin antes yo autorizarlo. —Lo siento Dami
"Era un maldito" ¿Cómo se atrevía a levantarme de esa forma? Sabía que era una venganza por lo sucedido la noche anterior. Si Rosario no hubiera entrado a la cocina seguro hubiera terminado regalada y follada en la isla de la cocina . Por un momento me deje llevar por mis instintos al verlo allí sin camisa dejándome ver su tonificado y trabajado cuerpo. Su sola cercanía y su mirada hacían palpitar mi entre pierna y sentir como se humedecía era lo más excitante que había podido sentir . Odiaba admitirlo pero ese hombre tenía todo lo que hacía perder la cabeza con solo tocarme.Al salir de la ducha observo mi ropa y veo que no tengo nada adecuado para salir a ensuciar en esta hacienda. Me coloco una falta deportiva junto a un top y zapatillas, amarró mi cabello en una coleta de caballo algo; me maquillo y bajo yendo al desayunador. Al entrar allí lo veo sentado en el cabezal de la mesa sujetando un periódico y una taza de café mientras lo lee atentamente.—Buenos días niña Lulú —
La sangre me hervía de coraje y es que esa pequeña incrédula estaba acabando con mi paciencia. —Cariño, vayamos a comer.—Es mejor que vayas a cenar tú, tengo pendientes por resolver. Camino hacia mi despacho, al entrar tomo mi teléfono llamando a José y pidiéndole venga a mi despacho. Son cuestiones de minutos para que llegue y al entrar me observa fijamente. —¿Qué hacia ese infeliz aquí y donde carajos conoció a Lucia? —Está tarde que fuimos al pueblo, al parecer coincidieron y el la invito a su hacienda. —¿Por qué no me lo dijiste? —Golpeó furioso el escritorio . —No creí que fuera importante, te recuerdo que esa chiquilla es mayor de edad. —!Pero está bajo mi responsabilidad! —Pero no está secuestrada, ella puede salir —Se cruza de brazos —. Aquí hay algo más, ¿O me equivoco? —No lo hay. —No soy tonto Damian, te conozco desde niños y soy tu amigo. ¿Porque te comportas de esa forma con ella? —Me mira fijamente —. ¿Qué ha pasado entre ella y tú?—Ella fue la jovencita con
Estaba tratando de procesar todo lo sucedido la noche anterior . La cena con Aban en su hacienda y sus padre fue la primera vez que tenía un momento de felicidad y tranquilidad desde que llegue a este lugar. Pensé que mi noche había terminado bien, pero luego encontrarme con Damian en mi habitación y que termináramos follando hizo que la noche terminara aún mejor. No sentía ningún remordimiento por aquella tipa que se encontraba en la misma casa que nosotros en ese momento. Me doy una ducha, me visto con los vaqueros que compré ayer, me coloco una blusa de tira fresca, me coloco unos tenis cómodos y peino mi cabello en dos trenzas largas para mantener mi cabello recogido. Tomo una de las caminas llevándola en mi mano y bajo para desayunar. Antes de llegar al comedor me detengo ante los gritos histéricos de aquella tipa.—Niña Lucia —Rosario aparece —. Te recomiendo no entres allí, el ambiente está algo tenso.—¿Me estás terminando? —Se vuelve a escuchar sus gritos.—Te estoy dicie
La chica me observaba con una gran sonrisa en su rostro. Mirándola detenidamente si tiene algunos rasgos iguales a los de Damian aunque su rostro es las refinado. Le sonrió y me doy la media vuelta para huir de allí lo más pronto. —Aguarda —Me detengo y me giro mirándola —. No me he presentado, soy Fara. Me extiende su mano, se la acepto y me sonríe de manera amable.—Lucia, pero mis amigos me dicen Lulú. —¿Y qué haces aquí en la hacienda? —Ella pasará una temporada aquí. —¿Vienes de paseo? —No, mi padre me ha enviado aquí a trabajar . —¿Qué? —Mira a su hermano incrédula —. ¿Por qué? —Larga historia —Sonrió apenada —. Debo ir a ducharme, lo necesito urgente. —Está bien, te veo en la cena Lulú, fue un placer. —Lo mismo digo Fara. Le sonrió y subo las escaleras rápidamente en búsqueda de mi habitación. Al llegar voy directamente al cuarto de baño deshaciéndome de mi ropa y entrando a la ducha. Allí pasó un largo rato, al salir enrollo la toalla sobre mi cuerpo y uso otra pa
Había pasado toda la mañana junto a Magda y Fara en los maizales trabajando y riéndonos de cada ocurrencia de Fara. Ella había decidido venir a trabajar ya que no quería quedarse en casa sola y completamente aburrida. Que había pasado anoche con Damian y su problema, no lo sabía. Pero esta mañana José nos contó que se había ido de la hacienda por completo. Finalmente terminamos nuestra jornada de trabajo, José viene por nosotras llevándonos de regreso a la hacienda. Al llegar Fara sube rápidamente a su habitación y me encuentro con Damian en las escaleras. —¿Qué tal todo hoy? —Bien, menos las picadas de mosquitos —Le enseñó mis brazos —. Esas ronchas pican mucho y se me están hinchando horrible. —Mamá Rosario tiene una crema que te servirá para alivianar la picazón —Sujeta mis brazos y rápidamente una ola de calor llega a mi —. Te conseguiré un repelente para insectos, mañana no irás a los maizales. —¿Por qué? —Rechistó asombrada. —Quiero que me acompañes a otro lugar —Me mir
Había amanecido desnuda enredada en mis sábanas mientras la claridad se colaba en por el ventanal frente a la cama. Observo a un costado y me encuentro completamente sola, no era la primera vez que sucedía y es que llevaba semanas amaneciendo con Damian a mi lado. Se había vuelto una costumbre que se colara en las noches a mi habitación y se marchara en la madrugada antes que todos despertarán.Me voy al cuarto de baño tomando una ducha, me visto y arreglo un poco. Hoy es mi día libre así que decido revolotear por toda la hacienda hoy o quizás ir a las cascadas. Al bajar las escaleras me encuentro a José quien está acompañado de Fara. —Pensé dormirías hasta tarde hoy —Musita José —. Es tu día libre, deberías descansar para retomar fuerzas. —Ya me he acostumbrado a levantarme temprano —Le sonrió —. ¿Van alguna parte? —Iremos a dar un paseo por los alrededores y ver las demás extensiones de la hacienda , ¿Quieres venir? Pregunta Fara y rápidamente niego con un poco de pena.—Aún n
Damian me observa con un gesto completamente duro; Fara me mira asombrada y me veo en la obligación de hablar.—Primero que nada Anthony y yo no somos novio mamá —Replicó molesta —. Y segundo, ¿Qué diablos haces aquí? —Necesitamos hablar nena, por favor a solas. —Lulú, ¿Qué es esto? —Pregunta mi padre —. Me parece una falta de respeto venir a mi casa a interrumpir un desayuno con mis invitados. —No te preocupes papá, yo lo soluciono. Observo a Anthony mirar a Damian con curiosidad, rápidamente me levanto y lo tomo del brazo sacándolo del comedor yendo al patio trasero. —¿Qué mierda haces en mi casa? —Espeto soltándolo —. No tienes un carajo que hacer aquí. —Tenemos una plática pendiente Lulú...—¡Lucrecia para ti idiota! —Lo interrumpo —. Y no tenemos nada que hablar pedazo de idiota.—Tengo que explicarte lo sucedido —Trata de tocarme y retrocedo —. Nena por favor, necesito que me escuches. —No tengo nada que escucharte y es mejor que te marches o le dire a papá porque rompimo