La sangre me hervía de coraje y es que esa pequeña incrédula estaba acabando con mi paciencia. —Cariño, vayamos a comer.—Es mejor que vayas a cenar tú, tengo pendientes por resolver. Camino hacia mi despacho, al entrar tomo mi teléfono llamando a José y pidiéndole venga a mi despacho. Son cuestiones de minutos para que llegue y al entrar me observa fijamente. —¿Qué hacia ese infeliz aquí y donde carajos conoció a Lucia? —Está tarde que fuimos al pueblo, al parecer coincidieron y el la invito a su hacienda. —¿Por qué no me lo dijiste? —Golpeó furioso el escritorio . —No creí que fuera importante, te recuerdo que esa chiquilla es mayor de edad. —!Pero está bajo mi responsabilidad! —Pero no está secuestrada, ella puede salir —Se cruza de brazos —. Aquí hay algo más, ¿O me equivoco? —No lo hay. —No soy tonto Damian, te conozco desde niños y soy tu amigo. ¿Porque te comportas de esa forma con ella? —Me mira fijamente —. ¿Qué ha pasado entre ella y tú?—Ella fue la jovencita con
Estaba tratando de procesar todo lo sucedido la noche anterior . La cena con Aban en su hacienda y sus padre fue la primera vez que tenía un momento de felicidad y tranquilidad desde que llegue a este lugar. Pensé que mi noche había terminado bien, pero luego encontrarme con Damian en mi habitación y que termináramos follando hizo que la noche terminara aún mejor. No sentía ningún remordimiento por aquella tipa que se encontraba en la misma casa que nosotros en ese momento. Me doy una ducha, me visto con los vaqueros que compré ayer, me coloco una blusa de tira fresca, me coloco unos tenis cómodos y peino mi cabello en dos trenzas largas para mantener mi cabello recogido. Tomo una de las caminas llevándola en mi mano y bajo para desayunar. Antes de llegar al comedor me detengo ante los gritos histéricos de aquella tipa.—Niña Lucia —Rosario aparece —. Te recomiendo no entres allí, el ambiente está algo tenso.—¿Me estás terminando? —Se vuelve a escuchar sus gritos.—Te estoy dicie
La chica me observaba con una gran sonrisa en su rostro. Mirándola detenidamente si tiene algunos rasgos iguales a los de Damian aunque su rostro es las refinado. Le sonrió y me doy la media vuelta para huir de allí lo más pronto. —Aguarda —Me detengo y me giro mirándola —. No me he presentado, soy Fara. Me extiende su mano, se la acepto y me sonríe de manera amable.—Lucia, pero mis amigos me dicen Lulú. —¿Y qué haces aquí en la hacienda? —Ella pasará una temporada aquí. —¿Vienes de paseo? —No, mi padre me ha enviado aquí a trabajar . —¿Qué? —Mira a su hermano incrédula —. ¿Por qué? —Larga historia —Sonrió apenada —. Debo ir a ducharme, lo necesito urgente. —Está bien, te veo en la cena Lulú, fue un placer. —Lo mismo digo Fara. Le sonrió y subo las escaleras rápidamente en búsqueda de mi habitación. Al llegar voy directamente al cuarto de baño deshaciéndome de mi ropa y entrando a la ducha. Allí pasó un largo rato, al salir enrollo la toalla sobre mi cuerpo y uso otra pa
Había pasado toda la mañana junto a Magda y Fara en los maizales trabajando y riéndonos de cada ocurrencia de Fara. Ella había decidido venir a trabajar ya que no quería quedarse en casa sola y completamente aburrida. Que había pasado anoche con Damian y su problema, no lo sabía. Pero esta mañana José nos contó que se había ido de la hacienda por completo. Finalmente terminamos nuestra jornada de trabajo, José viene por nosotras llevándonos de regreso a la hacienda. Al llegar Fara sube rápidamente a su habitación y me encuentro con Damian en las escaleras. —¿Qué tal todo hoy? —Bien, menos las picadas de mosquitos —Le enseñó mis brazos —. Esas ronchas pican mucho y se me están hinchando horrible. —Mamá Rosario tiene una crema que te servirá para alivianar la picazón —Sujeta mis brazos y rápidamente una ola de calor llega a mi —. Te conseguiré un repelente para insectos, mañana no irás a los maizales. —¿Por qué? —Rechistó asombrada. —Quiero que me acompañes a otro lugar —Me mir
Había amanecido desnuda enredada en mis sábanas mientras la claridad se colaba en por el ventanal frente a la cama. Observo a un costado y me encuentro completamente sola, no era la primera vez que sucedía y es que llevaba semanas amaneciendo con Damian a mi lado. Se había vuelto una costumbre que se colara en las noches a mi habitación y se marchara en la madrugada antes que todos despertarán.Me voy al cuarto de baño tomando una ducha, me visto y arreglo un poco. Hoy es mi día libre así que decido revolotear por toda la hacienda hoy o quizás ir a las cascadas. Al bajar las escaleras me encuentro a José quien está acompañado de Fara. —Pensé dormirías hasta tarde hoy —Musita José —. Es tu día libre, deberías descansar para retomar fuerzas. —Ya me he acostumbrado a levantarme temprano —Le sonrió —. ¿Van alguna parte? —Iremos a dar un paseo por los alrededores y ver las demás extensiones de la hacienda , ¿Quieres venir? Pregunta Fara y rápidamente niego con un poco de pena.—Aún n
Damian me observa con un gesto completamente duro; Fara me mira asombrada y me veo en la obligación de hablar.—Primero que nada Anthony y yo no somos novio mamá —Replicó molesta —. Y segundo, ¿Qué diablos haces aquí? —Necesitamos hablar nena, por favor a solas. —Lulú, ¿Qué es esto? —Pregunta mi padre —. Me parece una falta de respeto venir a mi casa a interrumpir un desayuno con mis invitados. —No te preocupes papá, yo lo soluciono. Observo a Anthony mirar a Damian con curiosidad, rápidamente me levanto y lo tomo del brazo sacándolo del comedor yendo al patio trasero. —¿Qué mierda haces en mi casa? —Espeto soltándolo —. No tienes un carajo que hacer aquí. —Tenemos una plática pendiente Lulú...—¡Lucrecia para ti idiota! —Lo interrumpo —. Y no tenemos nada que hablar pedazo de idiota.—Tengo que explicarte lo sucedido —Trata de tocarme y retrocedo —. Nena por favor, necesito que me escuches. —No tengo nada que escucharte y es mejor que te marches o le dire a papá porque rompimo
Sabía que Damian no estaba nada contento con nuestra salida esta noche, pero no había mucho que podía hacer. Tenía que confiar en nosotras y nuestra promesa de portarnos bien. Llegamos al nigth club y rápidamente nos dejan pasar al Paula enseñarle su tarjeta VIP. Este lugar me traía recuerdos gratos de todo lo que había pasado esa noche con mi hombre y lo bien que la pasamos.Vaya mierda que era el destino de juntarnos de tal manera sin saber lo que nos esperaba. Paula regresa a la mesa con una botella de tequila y otra de wisky bailando a son de la música. Fara toma un trago de wisky y otro de tequila mientras grita efusiva y se va va a la pista de baile. —Me ha caído bien la condenada —Me dice Paula —. Es bien lanzada y divertida, me agrada. Empezamos a beber mientras bailamos desde la mesa, Fara baila con un chico en la pista de baile robándose todas las miradas. Observo las mesas a nuestro alrededor y mi mirada se detiene al otro lado del balcón donde veo a Anthony en una me
Su amiga y Fara escuchaban atentamente su relato de cómo se desarrolló todo entre nosotros. Sinceramente en mi posición no sentía que debíamos darles una explicación a ellas. Ambos somos adultos y sabemos lo que hacemos, sin embargo se lo mucho que aprecia su amistad con Fara y su amiga. —Entonces, ¿Todo este tiempo que has estado en la hacienda se han estado acostando? —Espeta Fara asombrada. —Eso hacen las personas que se atraen hermanita. Follan, se aparean ¿O tú no lo haces? —¡Damian! —Me regaña Lucrecia a mi lado y suspiró. —Lucrecia y yo pretendíamos tener en secreto lo nuestro hasta saber que hacer y como hacerlo público sin que hubiera un escándalo. —A mi no me preocupa un escándalo, me preocupa que pensara su padre —Musita Fara. —Si el tío Carlos se entera de esto se muere —Espeta su amiga —. Va pensar que sedujiste a su hija en la hacienda cuando él te la confió. —¡Pero no fue así! —Espeta ella a mi lado —. Paso antes de saber quién era él, además tratamos de manten