Capítulo 2

No sabía que m****a estaba haciendo, pero ya no tenía vuelta atrás.

Me encontraba en la habitación de un penthouse con un desconocido el cuál acaba de conocer y besado en la discoteca sin siquiera saber su nombre.

Sabía que Paula me mataría cuando se enterará de la locura que había cometido, si es que ya no esta como loca buscándome.

Observo el vaso de whisky frente a mi y es cuando me obligo a salir de mis pensamientos y lo veo frente a mí ofreciéndome el trago.

—Gracias...—Es lo único que puedo decir.

Observo cómo retira su saco quedando solo en una camisa blanca la cual le luce bastante bien, al observarlo mejor me doy cuenta que es un hombre de unos treinta y algo.

—¿Estarás así toda la noche? —Finalmente musita tomando un sorbo de su trago.

Se acerca a mi, me observa de arriba abajo; me sujeta por la cintura haciendo que mi cuerpo vuelva a calentarse ante su tacto.

Humedezco mis labios y se acerca tomándolos con total posesión. Dejo caer el trago que sostenía y enrollo mis manos sobre su cuello respondiendo a sus caricias.

Escucho como deja caer también el vaso que sostenía, me toma por la cintura elevándome y enrollo mis piernas sobre su cintura.

Mi cuerpo choca contra el frío cristal detrás mí, sienta mi cuerpo sobre una mesa y besa de manera demandante mi cuello hasta bajar a mis pechos donde los saca de mi vestido y los lleva a su boca chupándolos con fervor.

Mi cuerpo se arquea ante la sensación excitante que me está haciendo sentir y gemidos empiezan a salir de mi boca sin vergüenza alguna.

Sus manos se cuelan debajo de mi vestido, tomando mi tanga y zurrándola suavemente sobre mis piernas deshaciéndose de ellas.

Abre suavemente mis piernas para colarse en medio de ellas, su boca besa mi cuello de manera salvaje y arqueo mi cuerpo dejándome llevar por el momento.

Escucho como rasga algo, llevo mis manos soltando su cinturón y el botón de su pantalón. Sin ningún pudor introduzco mi mano dentro de su bóxer tomando su duro y efecto miembro sacándolo de su escondite.

Lo masajeo con mis manos haciéndolo jadear ahora a él , retira mi mano y veo como coloca un preservativo, me mira fijamente mientras humedece sus labios.

Lleva su mano detrás de mi nuca , toma mis labios son fervor y entra de golpe en mi haciéndome soltar un quejido de dolor.

Rápidamente siento como su cuerpo se tensa y antes de que se aleje lo sujeto deteniéndolo.

—No digas nada y sigue —Susurro sobre sus labios —. No quiero que pares...

Beso sus labios, me sujeta por la cintura y empieza a moverse de manera lenta y no puedo evitar sentirme completamente extasiada.

Arqueo mi cuerpo acomodándome, parece entender mi señal y empieza a moverse de manera rápida.

Toma mis piernas con ambas piernas elevándolas, dándole más acceso a mi , empiezo a gemir con más intensidad a la vez que siento como un cosquilleo se apodera de mis piernas y un cosquilleo se instala en la parte baja de mi vientre.

Suelto un último gemido dejándome llevar por completo...

***

El ruido de un móvil sonar esta haciendo que mi cabeza reviente por completo. Abro los ojos lentamente y es allí cuando a mi mente vienen todos los recuerdos de lo sucedido.

—¿Qué m****a hice?—Me levantó de golpe de la cama y es allí cuando lo veo acostado a un lado mío boca arriba con sus enormes brazos detrás de su cabeza y plácidamente dormido.

Enrollo en mi cuerpo la sábana, mientras mas recuerdos de lo sucedido llega a mi.

Mi cuerpo junto a el de él, mis gemidos y es cuando me obligo a cerrar las entrepiernas por la sensación extraña que siento.

El móvil vuelve a sonar, busco de dónde viene el sonido y es cuando me doy cuenta que viene de mi bolso tirado a un lado de la habitación.

Me levanto de la cama rápidamente tomándolo y sacando mi móvil contestándolo.

—¿En donde m****a has estado metida Lucia? —Grita del otro lado Paula —. Me tenías con el Jesús en la boca, ¿dónde coño estás ?

—¿Qué hora es? —Apenas logró susurrar.

—Son más de la cuatro de la madrugada, ¿Donde estas?

—Debo llegar a casa antes de que amanezca.

—Lucia...

Cuelgo la llamada, busco por toda la habitación apenas con la poca luz qué hay mi ropa encontrándola.

Me la coloco, tomo mis tacones y salgo rápidamente de esa habitación subiendo al elevador.

Al cerrar sus puertas empiezo a cuestionarme la tontería que había cometido.

—¿Qué m****a he hecho?

El elevador se detiene , salgo rápidamente de él y al salir subo en el primer taxi que encuentro pidiendo me lleve de vuelta a la discoteca.

Al llegar, busco en los estacionamientos mi camioneta, subo en ella y manejo lo más rápido llegando a casa.

Al llegar observo a Nando quien me mira de brazos cruzados.

—Por favor no me delates con papá —Musito suplicando con mis manos —. Si se entera que salí me mata.

—Lulú, tengo a 2 de los chicos malos del estómago y se que fue obra tuya.

—Nada que se solucione en unas horas, por favor Nando no me delates.

Lo observo de manera suplicante, suspira y me extiende la mano.

—Iré a guardar la camioneta antes de que tu padre despierte, anda vete antes de que me arrepienta.

Le entrego las llaves y me acerco dándole un beso en la mejilla.

—Gracias viejito, eres un sol.

Entro rápidamente a la casa, con cautela subo las escaleras y cuando entro a mi habitación finalmente respiro relajada.

***

—¿Ahora sí me dirás donde estuviste metida?

—Shhhh —Me acercó tapando su boca —. Si vuelves a gritar no te cuento nada estúpida.

—Es mejor que empieces a contarme tonta —Musita por lo bajo —. Estaba muy asustada, cuando regrese del tocador me encontré con Anthony y un gran moretón en su cara y diciendo que te habías marchado con un hombre, ¿Es verdad eso?

—Si...

—¿Quien era en tipo?

—No lo sé.

—¿Cómo no sabes ?

—No se , no le pregunté su nombre.

—¿Te fuiste con un hombre sin siquiera saber como se llamaba? —Me mira asombrada.

—Lo peor es que me acosté con él y no se ni de quién diablos se trataba.

—¿Qué? —Espeta levantándose de la cama —. Lucia, ¿Tuviste sexo con un hombre y ni siquiera sabes quién era o como se llamaba?

—Ya cállate —Me levantó exasperada de la cama —. Me pase de tragos, aparte que la venganza me tenía cegada.

—¿Al menos usaron protección?

—Claro que si, no soy estúpida Paula.

—¿Y cómo estuvo, como era él?

—Alto, corpulento , cabello azabache , barba y labios gruesos —Suspiró —. Su voz era demandante y seductora , era un hombre Paula no un niño como Anthony era un verdadero hombre.

—Vaya...

La puerta de mi habitación se abre entrando mi madre la cuál me mira de manera seria.

—Lucia , tú padre quiere que bajes; necesita hablar contigo.

—¿Ahora mamá?

—Es mejor que bajes en estos instantes y no lo hagas esperar, no anda de buen humor.

—Es mejor que me vaya —Paula se acerca dejando un beso en mi mejilla —. Te llamo luego amiga, adiós señora Grace.

—Adiós cariño.

—Bien, veamos que quiere ahora papá...

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