No sabía que m****a estaba haciendo, pero ya no tenía vuelta atrás.
Me encontraba en la habitación de un penthouse con un desconocido el cuál acaba de conocer y besado en la discoteca sin siquiera saber su nombre.Sabía que Paula me mataría cuando se enterará de la locura que había cometido, si es que ya no esta como loca buscándome.Observo el vaso de whisky frente a mi y es cuando me obligo a salir de mis pensamientos y lo veo frente a mí ofreciéndome el trago.—Gracias...—Es lo único que puedo decir.Observo cómo retira su saco quedando solo en una camisa blanca la cual le luce bastante bien, al observarlo mejor me doy cuenta que es un hombre de unos treinta y algo.—¿Estarás así toda la noche? —Finalmente musita tomando un sorbo de su trago.Se acerca a mi, me observa de arriba abajo; me sujeta por la cintura haciendo que mi cuerpo vuelva a calentarse ante su tacto.Humedezco mis labios y se acerca tomándolos con total posesión. Dejo caer el trago que sostenía y enrollo mis manos sobre su cuello respondiendo a sus caricias.Escucho como deja caer también el vaso que sostenía, me toma por la cintura elevándome y enrollo mis piernas sobre su cintura.Mi cuerpo choca contra el frío cristal detrás mí, sienta mi cuerpo sobre una mesa y besa de manera demandante mi cuello hasta bajar a mis pechos donde los saca de mi vestido y los lleva a su boca chupándolos con fervor.Mi cuerpo se arquea ante la sensación excitante que me está haciendo sentir y gemidos empiezan a salir de mi boca sin vergüenza alguna.Sus manos se cuelan debajo de mi vestido, tomando mi tanga y zurrándola suavemente sobre mis piernas deshaciéndose de ellas.Abre suavemente mis piernas para colarse en medio de ellas, su boca besa mi cuello de manera salvaje y arqueo mi cuerpo dejándome llevar por el momento.Escucho como rasga algo, llevo mis manos soltando su cinturón y el botón de su pantalón. Sin ningún pudor introduzco mi mano dentro de su bóxer tomando su duro y efecto miembro sacándolo de su escondite.Lo masajeo con mis manos haciéndolo jadear ahora a él , retira mi mano y veo como coloca un preservativo, me mira fijamente mientras humedece sus labios.Lleva su mano detrás de mi nuca , toma mis labios son fervor y entra de golpe en mi haciéndome soltar un quejido de dolor.Rápidamente siento como su cuerpo se tensa y antes de que se aleje lo sujeto deteniéndolo.—No digas nada y sigue —Susurro sobre sus labios —. No quiero que pares...Beso sus labios, me sujeta por la cintura y empieza a moverse de manera lenta y no puedo evitar sentirme completamente extasiada.Arqueo mi cuerpo acomodándome, parece entender mi señal y empieza a moverse de manera rápida.Toma mis piernas con ambas piernas elevándolas, dándole más acceso a mi , empiezo a gemir con más intensidad a la vez que siento como un cosquilleo se apodera de mis piernas y un cosquilleo se instala en la parte baja de mi vientre.Suelto un último gemido dejándome llevar por completo...***El ruido de un móvil sonar esta haciendo que mi cabeza reviente por completo. Abro los ojos lentamente y es allí cuando a mi mente vienen todos los recuerdos de lo sucedido.—¿Qué m****a hice?—Me levantó de golpe de la cama y es allí cuando lo veo acostado a un lado mío boca arriba con sus enormes brazos detrás de su cabeza y plácidamente dormido.Enrollo en mi cuerpo la sábana, mientras mas recuerdos de lo sucedido llega a mi.Mi cuerpo junto a el de él, mis gemidos y es cuando me obligo a cerrar las entrepiernas por la sensación extraña que siento.El móvil vuelve a sonar, busco de dónde viene el sonido y es cuando me doy cuenta que viene de mi bolso tirado a un lado de la habitación.Me levanto de la cama rápidamente tomándolo y sacando mi móvil contestándolo.—¿En donde m****a has estado metida Lucia? —Grita del otro lado Paula —. Me tenías con el Jesús en la boca, ¿dónde coño estás ?—¿Qué hora es? —Apenas logró susurrar.—Son más de la cuatro de la madrugada, ¿Donde estas?—Debo llegar a casa antes de que amanezca.—Lucia...Cuelgo la llamada, busco por toda la habitación apenas con la poca luz qué hay mi ropa encontrándola.Me la coloco, tomo mis tacones y salgo rápidamente de esa habitación subiendo al elevador.Al cerrar sus puertas empiezo a cuestionarme la tontería que había cometido.—¿Qué m****a he hecho?El elevador se detiene , salgo rápidamente de él y al salir subo en el primer taxi que encuentro pidiendo me lleve de vuelta a la discoteca.Al llegar, busco en los estacionamientos mi camioneta, subo en ella y manejo lo más rápido llegando a casa.Al llegar observo a Nando quien me mira de brazos cruzados.—Por favor no me delates con papá —Musito suplicando con mis manos —. Si se entera que salí me mata.—Lulú, tengo a 2 de los chicos malos del estómago y se que fue obra tuya.—Nada que se solucione en unas horas, por favor Nando no me delates.Lo observo de manera suplicante, suspira y me extiende la mano.—Iré a guardar la camioneta antes de que tu padre despierte, anda vete antes de que me arrepienta.Le entrego las llaves y me acerco dándole un beso en la mejilla.—Gracias viejito, eres un sol.Entro rápidamente a la casa, con cautela subo las escaleras y cuando entro a mi habitación finalmente respiro relajada.***—¿Ahora sí me dirás donde estuviste metida?—Shhhh —Me acercó tapando su boca —. Si vuelves a gritar no te cuento nada estúpida.—Es mejor que empieces a contarme tonta —Musita por lo bajo —. Estaba muy asustada, cuando regrese del tocador me encontré con Anthony y un gran moretón en su cara y diciendo que te habías marchado con un hombre, ¿Es verdad eso?—Si...—¿Quien era en tipo?—No lo sé.—¿Cómo no sabes ?—No se , no le pregunté su nombre.—¿Te fuiste con un hombre sin siquiera saber como se llamaba? —Me mira asombrada.—Lo peor es que me acosté con él y no se ni de quién diablos se trataba.—¿Qué? —Espeta levantándose de la cama —. Lucia, ¿Tuviste sexo con un hombre y ni siquiera sabes quién era o como se llamaba?—Ya cállate —Me levantó exasperada de la cama —. Me pase de tragos, aparte que la venganza me tenía cegada.—¿Al menos usaron protección?—Claro que si, no soy estúpida Paula.—¿Y cómo estuvo, como era él?—Alto, corpulento , cabello azabache , barba y labios gruesos —Suspiró —. Su voz era demandante y seductora , era un hombre Paula no un niño como Anthony era un verdadero hombre.—Vaya...La puerta de mi habitación se abre entrando mi madre la cuál me mira de manera seria.—Lucia , tú padre quiere que bajes; necesita hablar contigo.—¿Ahora mamá?—Es mejor que bajes en estos instantes y no lo hagas esperar, no anda de buen humor.—Es mejor que me vaya —Paula se acerca dejando un beso en mi mejilla —. Te llamo luego amiga, adiós señora Grace.—Adiós cariño.—Bien, veamos que quiere ahora papá...Hace mucho años que no pisaba La Ciudad de México, estaba de vuelta gracias a nuevos negocios e inversiones.—Tengo una cita con el señor Oliveira.—¿Es usted el señor Damián Solís? —Así es. —Bienvenido señor —Se levanta sonriéndome —. Por favor sígame.Le sigo el paso hasta detenernos frente a una gran puerta, cuando está apunto de tocar la puerta se abre abruptamente saliendo una chiquilla de cabellera negra, hecha una furia.—¡Te detesto papá! Pasa a nuestro lado sin ni siquiera mencionar una palabra o dejar ver su rostro. La mujer a mi lado parece avergonzada y entra a la oficina seguida de mi. —Señor Oliveira, él señor Solís.—Gracias Marta, te puedes retirar. La mujer así lo hace, Carlos se levanta, me extiende su mano acompañado de un abrazo y una gran sonrisa.—Que bueno verte de nuevo Damian, hace años que solo sabía de ti a través de llamadas. —Era momento de reunirme con un gran amigo como lo eres tú, aunque creo que llegué en mal momento.—¿Lo dices por el drama de
—¿Te has vuelto loco papá? —En lo absoluto mi princesa, lo pensé mucho y finalmente tome la decisión. Trabajarás en la hacienda Solís . Se había vuelto loco si creía que aceptaría tal locura. En mis cortos años de vida jamás había pisado una hacienda y mucho menos sabía lo que era trabajar. —Me niego rotundamente, Mamá, ¿No dirás nada? —Lo siento nena, tu padre ha tomado la mejor decisión y yo lo apoyo —Acaricia mi mejilla —. Te hará bien un poco de aire fresco, ahora si me disculpan debo irme. Sale de la habitación dejándome con tremendo embrollo sola y completamente sin salida. —Papito, no pueden mandarme con un desconocido tan lejos. —No es un desconocido, Damian es un buen amigo en el cual confío y se que estarás en buenas manos. —¿Todo esto es por es una venganza por lo sucedido esa noche?—Eso y tu expulsión de la universidad.No es una venganza, es para que valores lo que hacemos por ti. —Pero, papá...—No está en discusión Lucia —Me interrumpe —. Mañana a primera hora
—Lucía, ¿cariño estás bien? Las palabras de mi padre terminan por sacarme de mi shock, trato de retomar compostura antes de que se dé cuenta que la presencia de su amigo me ha afectado. Este me mira con cautela, pero aunque trate de ocultarlo es evidente que está igual de sorprendido que yo. Garraspea, me extiende su mano en forma de saludo y mi padre me observa serio. —Me quiero largar de aquí. Espeto seria ignorando su mano y pasando a su lado saliendo de la casa ignorando los llamados de mi padre. Al salir y sentir el aire en mi rostro, me permito finalmente respirar sin dificultad. —¿Qué mierda es esto? —Musitó exasperada —. Esto no puede estar pasándome. —Lucia Oliveira —Escuchó la voz de mi padre detrás de mi —. ¿Hasta cuando debo soportar tu actitud infantil? —Papá, trabajo donde quieras, incluso en tus empresas pero no quiero estar aquí —Uno mis manos en son de súplica —. Por favor papito.—Lo que acabas de hacer refuerza mi decisión en que te quedes aquí —Espera se
"Era una maldita niña"Al verla parada allí a mitad de mi sala pude reconocer esa carita perfectamente. Su cabello estaba esta vez ondulado y llevaba menos maquillaje, pero sin duda se veía igual de atractiva que esa noche. No tenía ni un día aquí y y me estaba colmando la paciencia.—Damian —La voz de José me saca de mis pensamientos —. Desde que llegó esa jovencita luces bastante pensativo , ¿me dirás que sucede?—No me sucede nada, solo que esta empezando a colmar mi poca paciencia. —¿Seguro? —Inquiere y le doy una mirada seria —. Entiendo, me retiro amigo. Buenas noches. —Buenas noches. Sale del despacho dejándome a solas, suspiro y inclino mi cabeza cerrando los ojos y suspirando tratando de controlar mis pensamientos. La puerta se abre y al levantar la cabeza me encuentro con Sandra. —¿Quién es esa chiquilla engreída y por qué la has traído aquí? —Sandra, te he dicho infinidades de veces que no me agrada que entren a mi despacho sin antes yo autorizarlo. —Lo siento Dami
"Era un maldito" ¿Cómo se atrevía a levantarme de esa forma? Sabía que era una venganza por lo sucedido la noche anterior. Si Rosario no hubiera entrado a la cocina seguro hubiera terminado regalada y follada en la isla de la cocina . Por un momento me deje llevar por mis instintos al verlo allí sin camisa dejándome ver su tonificado y trabajado cuerpo. Su sola cercanía y su mirada hacían palpitar mi entre pierna y sentir como se humedecía era lo más excitante que había podido sentir . Odiaba admitirlo pero ese hombre tenía todo lo que hacía perder la cabeza con solo tocarme.Al salir de la ducha observo mi ropa y veo que no tengo nada adecuado para salir a ensuciar en esta hacienda. Me coloco una falta deportiva junto a un top y zapatillas, amarró mi cabello en una coleta de caballo algo; me maquillo y bajo yendo al desayunador. Al entrar allí lo veo sentado en el cabezal de la mesa sujetando un periódico y una taza de café mientras lo lee atentamente.—Buenos días niña Lulú —
La sangre me hervía de coraje y es que esa pequeña incrédula estaba acabando con mi paciencia. —Cariño, vayamos a comer.—Es mejor que vayas a cenar tú, tengo pendientes por resolver. Camino hacia mi despacho, al entrar tomo mi teléfono llamando a José y pidiéndole venga a mi despacho. Son cuestiones de minutos para que llegue y al entrar me observa fijamente. —¿Qué hacia ese infeliz aquí y donde carajos conoció a Lucia? —Está tarde que fuimos al pueblo, al parecer coincidieron y el la invito a su hacienda. —¿Por qué no me lo dijiste? —Golpeó furioso el escritorio . —No creí que fuera importante, te recuerdo que esa chiquilla es mayor de edad. —!Pero está bajo mi responsabilidad! —Pero no está secuestrada, ella puede salir —Se cruza de brazos —. Aquí hay algo más, ¿O me equivoco? —No lo hay. —No soy tonto Damian, te conozco desde niños y soy tu amigo. ¿Porque te comportas de esa forma con ella? —Me mira fijamente —. ¿Qué ha pasado entre ella y tú?—Ella fue la jovencita con
Estaba tratando de procesar todo lo sucedido la noche anterior . La cena con Aban en su hacienda y sus padre fue la primera vez que tenía un momento de felicidad y tranquilidad desde que llegue a este lugar. Pensé que mi noche había terminado bien, pero luego encontrarme con Damian en mi habitación y que termináramos follando hizo que la noche terminara aún mejor. No sentía ningún remordimiento por aquella tipa que se encontraba en la misma casa que nosotros en ese momento. Me doy una ducha, me visto con los vaqueros que compré ayer, me coloco una blusa de tira fresca, me coloco unos tenis cómodos y peino mi cabello en dos trenzas largas para mantener mi cabello recogido. Tomo una de las caminas llevándola en mi mano y bajo para desayunar. Antes de llegar al comedor me detengo ante los gritos histéricos de aquella tipa.—Niña Lucia —Rosario aparece —. Te recomiendo no entres allí, el ambiente está algo tenso.—¿Me estás terminando? —Se vuelve a escuchar sus gritos.—Te estoy dicie
La chica me observaba con una gran sonrisa en su rostro. Mirándola detenidamente si tiene algunos rasgos iguales a los de Damian aunque su rostro es las refinado. Le sonrió y me doy la media vuelta para huir de allí lo más pronto. —Aguarda —Me detengo y me giro mirándola —. No me he presentado, soy Fara. Me extiende su mano, se la acepto y me sonríe de manera amable.—Lucia, pero mis amigos me dicen Lulú. —¿Y qué haces aquí en la hacienda? —Ella pasará una temporada aquí. —¿Vienes de paseo? —No, mi padre me ha enviado aquí a trabajar . —¿Qué? —Mira a su hermano incrédula —. ¿Por qué? —Larga historia —Sonrió apenada —. Debo ir a ducharme, lo necesito urgente. —Está bien, te veo en la cena Lulú, fue un placer. —Lo mismo digo Fara. Le sonrió y subo las escaleras rápidamente en búsqueda de mi habitación. Al llegar voy directamente al cuarto de baño deshaciéndome de mi ropa y entrando a la ducha. Allí pasó un largo rato, al salir enrollo la toalla sobre mi cuerpo y uso otra pa