ANNA
Relamí mis labios, los sentía sumamente secos.No abría los ojos, estaba bastante cómoda en la cama en la que me encontraba.Además otra de las razones era que ya sabía más o menos dónde estaba y con quién estaba.¿Cómo voy a escapar de las manos del rey Alpha?El gruñido siguiente me hizo sobresaltar y abrir los ojos con rapidez encontrándome con la mirada del rey Alpha.Está sentado en la orilla de la cama, con los mismos ojos rojos que recordaba antes de caer en inconsistencia.Me quedé quieta, mirándolo por unos minutos sin intenciones de apartar la mirada. Él hizo lo mismo, con más intensidad.Me removí incómoda cuando la intensidad de su mirada me sobrepasó. Aparté los ojos de él y me moví hacia la orilla para bajarme pero él me detuvo.—Tienes que descansar —miré su tacto sobre mi piel.Estaba ardiendo. Respiré agitada y quise apartarme pero no me dejó.—Sareth —susurré confundida.¿Por qué de pronto sentía todo esto? ¿Qué es? ¿Por qué su tacto parecía tan cálido y acogedor?Una idea cruzó mi mente pero la desheché de inmediato. Él ya tiene una Luna.—¿Qué… qué es esto? ¿Qué hago aquí? —me armé de valor para preguntar.Él negó.—Recuéstate—usó su voz de Alpha.Mi cuerpo obedeció al instante.—Traerán tu comida ahora y tienes que comer todo —exigió. Sus ojos cambiaron a dorado. —Desde ahora trabajaras como la asistente de tu Luna, vivirás, comerás y te quedaras aquí hasta que yo lo decida y no tienes otra salida —se adelanto a mis protestas.—Alpha —Miré sus ojos —Yo no volveré a chocar con usted, si quiere me alejo o …—¡Silencio! —rugió, tragué saliva con el miedo recorriendo mi cuerpo levemente— Solo hablarás cuando te lo diga, veras mis ojos cuando te lo permita y no te atrevas a replicar sino quieres ser castigada — cogió mi cara entre sus dedos apretaron mis mejillas.Sus dedos ásperos se toparon con la suavidad de mi piel, pero lejos de apretar con rudeza, lo hizo con una delicadeza que me tomó desprevenida.》No tienes el más mínimo derecho a irte sin que yo lo diga, ayudaras a tu Luna desde aquí y de esta mansión no sales—me soltó con asco.Las ganas de llorar me entraron y quise huir de la crueldad que me estaba haciendo sentir.Había oído millones de mitos con respecto al gran Alpha Rey pero nunca quise creer ninguna. Yo siempre preferí mi vida lejos del caos que representaba tener que meterse en la vida de quienes no debía.El mundo se había vuelto más pacifico pero había cosas que eran más crueles que una batalla. El rey Alpha siempre nos ha mantenido a salvo por lo que siempre lo ví como un héroe o algo así.Pero ahora… no sabía qué pensar.—¿Todo por un simple choqué? —pregunté en voz alta sin medir las amenazas que me había dado antes. Su gruñido me hizo saber que no estaba nada contento.—Estar en ese lugar te va a costar lo que muchos tienen pero no valoran. —espetó —Espero que hayas disfrutado tu libertad antes.Sin más salió enfurecido.Ya no sentía miedo, esta curiosa, confundida.No entendía al Alpha, a su lobo le agradaba pero a él no. ¿Le habré caído mal? ¿Hice algo malo y no me dí cuenta?Me cuesta seguirle el paso.Aún tengo oportunidad de recuperar mi libertad. Quizá pueda apelar a la Luna, ella me conoce y sabe que no hice nada a propósito.La chocolatada estaba caliente pero no creo que haya sido para tanto. Esto es un castigo horrible.La puerta es tocada y doy pase para que sigan. Una mujer esbelta, de cabello blanco y piel blanca entra con una bandeja de comida y una hermosa sonrisa llena de amor.—Hola, cariño—sonrío.Me fue inevitable no devolverle la sonrisa y las buenas vibras.—Hola —saludo .—Te traje de comer, me dieron la orden de que me encargue que comas todo así que no me hagas el trabajo difícil. Come, come —insitó cuando puso la bandeja en mis piernas—. El doctor dijo que eres de las que comes mucho, por eso el desmayo.—Trabajo mucho—trato de justificar mi mala alimentación.—Tonterías, siempre hay tiempo para una buena comida—dice juguetona.Pruebo el primer bocado de la sopa y la exquisitez que se deshace en mi paladar me hace suspirar de emoción.—Esto esta delicioso—gimo saboreando la delicia.—Soy Tara—dice entregandome el vaso de jugo de frutilla que casi se me derrama.—Y yo Annalise, pero mejor dime Ani, me gusta mas —.Ella asiente.Bajo su atenta mirada me termino todo lo de la bandeja y al final queso satisfecha.—Gracias —dije extendiendo la vasija. —Vamos, te ayudo a lavar.Ella niega.—Duchate , hay ropa en ese armario de tu talla y todo lo que puedas necesitar. La Luna te espera en el patio.Afirmó con la cabeza y en lo que ella sale yo me encierro en el baño para poder darme una ducha.Cuando salgo voy en busca de algo de ropa, casi caigo de espaldas cuando veo un closeth del mismo tamaño de la habitación con mucha ropa para todo tipo de ocasión.¿Así tratan a todos los prisioneros ? No lo creo.Creo que es mejor no preguntar sino quiero tener más castigos por parte del odioso Alpha que me tocó, bueno a la manada.Luego de pensar en todo aquello que dijo solo me hace dar rabia por dejarme, él no puede hacer esto.No está bien, él es un Aplha y mira que solo molestarse porque le derrame chocolate caliente y castigarme con mi libertada es demasiado cruel.Ojalá la Luna lo castigue.Pero cumpliré con todo lo que me dijo, es más, voy a alejarme cada vez que esté cerca. Así evito que haga algo contra mí.No puedo quedarme mucho tiempo hay muchas cosas que tenía planeadas hacer luego del orfanato.Como tomar el primer atajo y bajar al mundo humano. Quería vivir un tiempo por allá y no sé quizá hacer una vida diferente a lo que conocía por aquí .Bajé las escaleras con un short negro y un top verde menta, quería estar cómoda y eso me hacía sentir así.Fuí hacia el jardín donde a lo lejos ví a la Luna Abigail sentada mirando a la nada. Quise ir con ella pero algo me detuvo, me hacía sentir incomoda y como si fuera… prohibido.En contra de mi voluntad fui caminado lento hacia ella , me detuve frente a ella agachando la mirada.—Luna.—Sientate—espetó.Ya había tratado antes con ella, y su voz nunca habia sido tan distante y agresiva como ahora.Me siento con cuidado de rodar nada porque no quiero tener reprimendas, coloco mis manos en mi regazo retorciendo mis dedos y sin mirarla aún.—Supongo que ya Duncan te dijo que serás mi asistente —menciona.—Asi es.—Como también que no saldrás de la mansión.—Sí…—Voy a ser sincera—me corta—. Yo no te quiero en este lugar y tampoco necesito que estés cerca de mí, estarás trabajando en la biblioteca, quiero que acomodé todo y limpies. —se levanta y se va.Miro asombrada por donde se fué.—Definitivamente no podré abogar mi libertad con ella.ANNA¿Quién me manda a mi ser tan despistada? Quiero llorar de ver todo lo que tengo que hacer.Son muchísimos libros, el espacio es grandísimo y parece que nadie ha limpiado por aquí en años.Literalmente estoy llorando de frustración.No es que sea floja, sino que ¿cuando voy a acabar esto? Es más que una condena.Miro el trapo, la escoba y la cubeta que tengo. No me va a alcanzar ni para la cuarta parte.Y justo cuando quiero empezar a trabajar, alguien silva detrás de mí haciendo que giré .—Debiste hacer enojar mucho a mi hermano—me regala una sonrisa de disculpa.—Esto es orden de la Luna—digo apenada.—¿Abigail? Pero si Abi es un cielo—menciona pensativa.Hago una mueca de tristeza, ambos están molestos conmigo entonces.—Pero ya se le pasara, soy Millie, hermana del Alpha—me extiende la manoSonrío y la tomo.—Anna, dime Anni —la animo.Ella asiente efusiva quitando la escoba de mi mano.—Te ayudaré.—No, no, no, no es necesario…—Sola no acabarás y yo no tengo mucho que h
ANNALlevo una semana aquí. Aún no me acostumbro y lo único que quiero es largarme pero no puedo. En todo este tiempo no me he topado con el alpha o la Luna, mi incomodidad se ha ido disipando y ahora me siento más a gusto.Millie y Tara han estado conmigo haciéndome compañía y de vez en cuando me ayudan a limpiar la biblioteca que orgullosamente ya estoy por la mitad, ambas mujeres dicen que prácticamente los reyes, por así decirlo, le prohibieron hablar conmigo y ahora tienen que esconderse para hacer de mi compañía en una biblioteca que más parece uno de esos lugares de miedo, de las películas de terror.No voy a negar que me he echado unas leídas y he encontrado cosas interesantes en algunos libros. Tara me dijo que todo eso es prácticamente una reseña de los Alphas anteriores, incluso antes de la devastación. Yo estoy super interesada en una historia en particular, no dice la fecha o el nombre exacto, solo la historia de un Alpha rey con una humana, ahora mismo está en donde
DUNCAN El desayuno está servido, Abigail está a mi lado comiendo con tranquilidad.Como siempre.A veces hasta olvido de su existencia en mi mesa, es tan callada y correcta que a veces pienso que no es real. Encajamos bien al inicio, me gustaba su compañía y todo, pero ahora, ahora solo siento que ella usurpa un lugar que no es suyo y que estoy equivocado en las decisiones que estoy tomando.Ella es mi mejor amiga, daría todo por ella, sería capaz de todo por lo muchos años que me ayudó y que estuvo a mi lado sin que yo lo pidiera. Es como una hermana.Por eso la convertí en mi Luna, ella tampoco pudo encontrar a su mate nunca. Siento el característico olor a melon y naranja por ahí que me hace remover inquieto. Ya está en la cocina.Cuando la descubrí, cuando supe quién era y qué iba a llegar a mi vida para cambiarla solo con oler ese delicioso olor supe que nada iba a ser igual y que el mismo dolor de años atrás iba a volver.Ella es hermosa.Tan
ANNATermine de limpiar el estante más alto y al fin pude bajar de las escaleras.Me daba ligero vértigo mirar hacia abajo y pensar que me podría caer.Fui hacia mi cubeta y enjuague el trapo con el que limpiaba, lo sacudí y fui a por el otro estante.Esperaba terminar pronto con esa biblioteca. Lo deseaba y a la vez no. Si lo termino ¿Qué otra tarea me pondrá la Luna?Estaba tan concentrada en mi trabajo que no me dí cuenta de las personas que estaban a mis espaldas.Sentí mi mirada iluminarse en cuanto noté a mis amigas que me sonrieron contentas. No tardaron en rodearme en sus brazos mientras suspiraba con alivio.—¡Diosa! Estás bien —me detalló Dara. Asentí. —Me alegro de que no te haya decapitado —me volvió a abrazar Meghan.—No puede conmigo—bromeé, sin embargo ellas no rieron. —¿Qué pasa? —pregunté asustada por sus caras serias.—Meghan vió algo— dijo Dara.Las miré sin entender.—¿Qué vió? Meghan suspiró y todo rastro de locura y ju
ANNA Nadie mueve un solo músculo y el que yo esté en mi forma lobuna deja claro que las cosas no andan bien, por como Meghan aparta el rostro y mira el suelo, la Luna parece incómoda, Dara no sabe que hacer y el Alpha simplemente se me queda mirando sin inmutarse .Estoy a punto de transformarme cuando el Alpha gruñe y niega.—En tu habitación y luego ve a mi despacho—ordena saliendo del lugar a toda prisa .Yo quedo desconcertada y con un leve malestar en mi pecho que no me deja reaccionar hasta que escucho la voz de Dara. —Anni, cariño, tienes que ir —avisa.No volteo a ver a nadie y simplemente subo, me coloco algo de ropa. —El tiene Luna —le digo a Zoe que no deja de decirme porqué reacciono así.—Eso no puede ser—susurra con pena. Su voz es tan suave y dulce que me siento mal incluso por decirle eso a mi loba que parece ser una tierna lobita.—Lo arreglaremos ¿Sí? Seguro hay una explicación para todo —trato de ser razonable y dejar de conje
ANNAMiro aburrida a los hombres frente a mí. Si pudiera escapar lo haría .Zoe solo se ríe de mí, al igual que Abigail —insistió en que la llamara así—.Bufo cuando veo al idiota que ahora tengo como alpha, presumir de derribar a unos cuantos guerreros. Demasiado egocéntrico y presumido. —Parece que te molesta—dice Abigail con una sonrisa.—¿Por qué tengo que estar aquí? —refunfuño otra vez— Me aburro— vuelvo a jugar con el pasto entre mis manos.Está más interesante que ver al Alpha idiota.—Tienen que reforzar su vínculo para que no mueran —frunzo el ceño. ¿Cómo sabes eso? —. Duncan me lo dijo. —se encoge de hombros.Y solo con mencionar eso no sé lo más me molesta, si él que se lo haya dicho o el que sepa de algo que considero solo debemos saber nosotros. Se ve que tienen confianza. —¿Crees que si le pedimos que se aleje lo hará? —La voz tímida de Zoe me hace arrugar el rostro.—¿Para qué o qué? —No la quiero cerca de mi mate —refunfuña con voz pequeña. Dulce.Definitivamente
DUNCAN Su vestido se balancea gracias al viento, su cabello amarrado en una pequeña coleta que me deja al descubierto su cuello.Me hace sonreír al ver la pequeña maraca dorada justo donde debería ir mi marca, porque es mía. El pecho se me llena de posesividad llevando mi razonamiento por el caño.MierdaCaminamos despacio para disfrutar de la compañía, noto como su corazón late ligeramente más rápido y el que trate de erguirse lo mejor que puede me dice que esta nerviosa.Llegamos justo donde quería, nos detenemos y yo me siento en una de las piedras que están cerca del agua. Ella me sigue pero se queda de pie esperando a que diga algo.—Lo que sucedió hace unas horas es algo que no podremos evitar —empiezo.—Qué directo—murmura por lo bajo, pero logro escucharla a la perfección al tener mis sentidos activados.—Hay que hablar las cosas como son —me encojo de hombros.—¿Y por qué aquí? —Quería mantener un poco de armonía en el ambiente, en la ma
DUNCAN Me levanto con cuidado de no despertarla. No quiero alejarme de ella después de lo que pasó, su respiración y pulso están mejor que cuando la encontré en el suelo de la cocina hace unos minutos.Voy a abrir la puerta que estaban tocando.Es Tara, mi nana.—¿Sucede algo, nana? —le pregunto .—Es la señorita Meghan, pequeño. Quiere hablar contigo— asiento y miro sobre mi hombro a la mujer de cabellos oscuros en mi cama.—¿Podrias cuidarla en lo que regreso? —Claro, vé —salgo para averiguar lo que quiere la bruja.Cuando bajo ya no hay nadie en el salón, todo está en silencio y voy directo a mi despacho encontrando a cuatro mujeres con rostros preocupados .—¿Qué pasa? —pregunto directo.—¿Cómo está ? —se apresura a preguntar mi hermana.—Mejor, ¿Qué sucede? —le pregunto a la bruja sentandome en la silla. El