DUNCAN
Tenerla cerca es una sensación indescriptible.Cómodo, tranquilo, es como me siento.Siento que se acurruca más a mi lado y yo gustoso, la recibo.Nunca había dormido tan bien en este tiempo.—Hay que arreglar las cosas —me habla Sareth.— Es lo que pensaba hacer hoy.La muevo un poco y me desplazo a la orilla para salir de la cama pero su voz me detiene: —Buenos días.Mi instinto pide estar cerca de ella, por lo que volteo y la veo restregar sus ojos, cierro los míos e inspiró hondo sintiendo su delicioso olor a duraznos y caramelo que siento me va a enloquecer.—Buenos días—respondo luego del silencio.Sus ojos son expresivos a la hora de mirar mi torso desnudo. Quiero sonreír, sin embargo no lo hago para que no se sienta incómoda.Se incorpora y se estira una vez de pie.—Creo que iré a … cambiarme —termina con la voz en un hilo. Recoge su ropa del sillón y anANNAMe tape los oídos ante el ruido.Mi respiración y mi corazón se fueron calmando y en menos de nada me ví rodeada de sus brazos fuertes.Mi cabeza quedó en su pecho.—¡Te vas a hacer matar! —los gritos y regaños de la alfa Gabriela me daban un poco de miedo pero agradecía que ella haya sido quien encontró a Jack encima de mí en menos de nada lo tuvo controlado lejos. Duncan llegó segundos después en donde no sabía lo que había pasado, de hecho sigue sin saberlo y tampoco lo dejo apartarse, solo quiero tenerlo cerca y ya dejar de lado todos los problemas.Me levanta en brazos y camina conmigo alejándonos de los gritos que ahora ya no se escuchan. Acomodo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos e intento alejar de mi cabeza la imagen que obtuve de Gabriel .Solo fue una alucinación. Respiro hondo obteniendo el delicioso olor de mi mate. Llegamos a casa y aún con mis ojos cerrados lo
OMNISCIENTE —Esa es la solución que les doy —espetó una voz distorsionada y oscura detrás de los pinos altos en medio del basto bosque.Ambos lobos tenían los bellos de punta, sintiendo el miedo ante esa voz que era incluso más peligrosa que la misma diosa, ya la había desafiado antes, u aunque no salió victoriosa, ahora hace lo que quiere desde el más allá. La bruja madre, así es como se conoce. Ella es la responsable de que esos dos estén allí y que hayan burlado la seguridad del dios oscuro en el inframundo. —Estaríamos desafiando a nuestra diosa Luna —susurró Gabriel.La bruja río con burla.—¿Siguen considerandola su diosa? —inquirió con sorna y fastidiada a la vez, esa actitud retrasaba sus planes contras los estúpidos lobos —. Ella fue la que los entregó a su verdugo, ella los envió a la muerte, los mató— puntualizó.Gabriel y Tad callaron, era verdad pero ambo
ANNA Me reí con fuerza. —¿De verdad tengo que hacerlo? Pregunté casi riendo, de nuevo.Meghan mantuvo su sonrisita, asistiendo. Miré de nuevo el traje, era ridículo y a la vez gracioso. Me lo puse de inmediato intentando ocultar mi emoción por la situación. Tenía ganas de reír hasta el cansancio. —¿Qué tal me veo? —averigüé. —Un pato nunca había sido más hermoso— aplaudió. Asentí con emoción. Hoy iríamos a dar un poco de amor al orfanato, era especialmente lindo, porque prácticamente allí crecí y ahora que había salido siempre iba a alegrar las tardes de los niños cada fin de semana.Sin embargo, hoy era especial porque la Luna y el Alpha de la manada irían, la celebración sería más grande de lo normal.Meghan, Dara y yo nos íbamos a vestir de animales y animaremos todo. Estaba más que emocionada porque fue la misma Luna que nos contrató. ¡Increíble!Meghan iba vestida de una rana, Dara de un gato y yo de una gallina, pero el disfraz estaba mal hecho que más parecía un p
ANNA Relamí mis labios, los sentía sumamente secos.No abría los ojos, estaba bastante cómoda en la cama en la que me encontraba. Además otra de las razones era que ya sabía más o menos dónde estaba y con quién estaba.¿Cómo voy a escapar de las manos del rey Alpha? El gruñido siguiente me hizo sobresaltar y abrir los ojos con rapidez encontrándome con la mirada del rey Alpha. Está sentado en la orilla de la cama, con los mismos ojos rojos que recordaba antes de caer en inconsistencia.Me quedé quieta, mirándolo por unos minutos sin intenciones de apartar la mirada. Él hizo lo mismo, con más intensidad.Me removí incómoda cuando la intensidad de su mirada me sobrepasó. Aparté los ojos de él y me moví hacia la orilla para bajarme pero él me detuvo.—Tienes que descansar —miré su tacto sobre mi piel.Estaba ardiendo. Respiré agitada y quise apartarme pero no me dejó. —Sareth —susurré confundida.¿Por qué de pronto sentía todo esto? ¿Qué es? ¿Por qué su tacto parecía tan cálido y a
ANNA¿Quién me manda a mi ser tan despistada? Quiero llorar de ver todo lo que tengo que hacer.Son muchísimos libros, el espacio es grandísimo y parece que nadie ha limpiado por aquí en años.Literalmente estoy llorando de frustración.No es que sea floja, sino que ¿cuando voy a acabar esto? Es más que una condena.Miro el trapo, la escoba y la cubeta que tengo. No me va a alcanzar ni para la cuarta parte.Y justo cuando quiero empezar a trabajar, alguien silva detrás de mí haciendo que giré .—Debiste hacer enojar mucho a mi hermano—me regala una sonrisa de disculpa.—Esto es orden de la Luna—digo apenada.—¿Abigail? Pero si Abi es un cielo—menciona pensativa.Hago una mueca de tristeza, ambos están molestos conmigo entonces.—Pero ya se le pasara, soy Millie, hermana del Alpha—me extiende la manoSonrío y la tomo.—Anna, dime Anni —la animo.Ella asiente efusiva quitando la escoba de mi mano.—Te ayudaré.—No, no, no, no es necesario…—Sola no acabarás y yo no tengo mucho que h
ANNALlevo una semana aquí. Aún no me acostumbro y lo único que quiero es largarme pero no puedo. En todo este tiempo no me he topado con el alpha o la Luna, mi incomodidad se ha ido disipando y ahora me siento más a gusto.Millie y Tara han estado conmigo haciéndome compañía y de vez en cuando me ayudan a limpiar la biblioteca que orgullosamente ya estoy por la mitad, ambas mujeres dicen que prácticamente los reyes, por así decirlo, le prohibieron hablar conmigo y ahora tienen que esconderse para hacer de mi compañía en una biblioteca que más parece uno de esos lugares de miedo, de las películas de terror.No voy a negar que me he echado unas leídas y he encontrado cosas interesantes en algunos libros. Tara me dijo que todo eso es prácticamente una reseña de los Alphas anteriores, incluso antes de la devastación. Yo estoy super interesada en una historia en particular, no dice la fecha o el nombre exacto, solo la historia de un Alpha rey con una humana, ahora mismo está en donde
DUNCAN El desayuno está servido, Abigail está a mi lado comiendo con tranquilidad.Como siempre.A veces hasta olvido de su existencia en mi mesa, es tan callada y correcta que a veces pienso que no es real. Encajamos bien al inicio, me gustaba su compañía y todo, pero ahora, ahora solo siento que ella usurpa un lugar que no es suyo y que estoy equivocado en las decisiones que estoy tomando.Ella es mi mejor amiga, daría todo por ella, sería capaz de todo por lo muchos años que me ayudó y que estuvo a mi lado sin que yo lo pidiera. Es como una hermana.Por eso la convertí en mi Luna, ella tampoco pudo encontrar a su mate nunca. Siento el característico olor a melon y naranja por ahí que me hace remover inquieto. Ya está en la cocina.Cuando la descubrí, cuando supe quién era y qué iba a llegar a mi vida para cambiarla solo con oler ese delicioso olor supe que nada iba a ser igual y que el mismo dolor de años atrás iba a volver.Ella es hermosa.Tan
ANNATermine de limpiar el estante más alto y al fin pude bajar de las escaleras.Me daba ligero vértigo mirar hacia abajo y pensar que me podría caer.Fui hacia mi cubeta y enjuague el trapo con el que limpiaba, lo sacudí y fui a por el otro estante.Esperaba terminar pronto con esa biblioteca. Lo deseaba y a la vez no. Si lo termino ¿Qué otra tarea me pondrá la Luna?Estaba tan concentrada en mi trabajo que no me dí cuenta de las personas que estaban a mis espaldas.Sentí mi mirada iluminarse en cuanto noté a mis amigas que me sonrieron contentas. No tardaron en rodearme en sus brazos mientras suspiraba con alivio.—¡Diosa! Estás bien —me detalló Dara. Asentí. —Me alegro de que no te haya decapitado —me volvió a abrazar Meghan.—No puede conmigo—bromeé, sin embargo ellas no rieron. —¿Qué pasa? —pregunté asustada por sus caras serias.—Meghan vió algo— dijo Dara.Las miré sin entender.—¿Qué vió? Meghan suspiró y todo rastro de locura y ju