ANNA
Me reí con fuerza. —¿De verdad tengo que hacerlo? Pregunté casi riendo, de nuevo.Meghan mantuvo su sonrisita, asistiendo. Miré de nuevo el traje, era ridículo y a la vez gracioso. Me lo puse de inmediato intentando ocultar mi emoción por la situación. Tenía ganas de reír hasta el cansancio. —¿Qué tal me veo? —averigüé. —Un pato nunca había sido más hermoso— aplaudió. Asentí con emoción. Hoy iríamos a dar un poco de amor al orfanato, era especialmente lindo, porque prácticamente allí crecí y ahora que había salido siempre iba a alegrar las tardes de los niños cada fin de semana.Sin embargo, hoy era especial porque la Luna y el Alpha de la manada irían, la celebración sería más grande de lo normal.Meghan, Dara y yo nos íbamos a vestir de animales y animaremos todo. Estaba más que emocionada porque fue la misma Luna que nos contrató. ¡Increíble!Meghan iba vestida de una rana, Dara de un gato y yo de una gallina, pero el disfraz estaba mal hecho que más parecía un pato desgastado.Supongo que eso le daría un plus a la fiesta, me emocionaba mucho.Soy Anna Rockford, una mujer lobo, aunque aún no me he transformado, me faltan tres meses. Meghan es una bruja, por así decirlo, es la más joven y la única que queda en el mundo.Según lo que conocemos.Y Dara también es lobo, ella ya obtuvo su transformación y decir que es impresionante queda poco. Ya anhelo poder descubrir a mi loba.Nuestro mundo ha recibido muchos golpes y el principal fue "la gran devastación ". Aquello hizo que todos se unieran y ahora convivir juntos es totalmente normal. Al menos entre seres sobrenaturales.con los humanos nos une un puente que Meghan se encargó de hacer, igual que el poder estar literalmente flotanto en el aire. Bajamos y podemos incluso hacer nuestras vidas en el mundo humano, o al revés pero siempre y cuando todo sea revisado en las fronteras.Ture es una manada grande y llena de vivaz vegetación , envidia de algunos países que quedan, sin embargo, está prohibido atacar en cualquier guerra a otros países.La manada se divide en tres: Ture central que es la principal pero no es la más grande, y luego están las dos manadas gemelas, son iguales en tamaño y población. Pero esas ya tendrán su historia.El gran Alpha Rey se encarga de supervisar todo, es el Rey, y el que se encarga de las leyes, tanto para lobos como vampiros, hadas y otros seres sobrenaturales.Había un sin fin de historia en el mundo, todos somos hijos de sobrevivientes y aunque de eso ya pasaron dos siglos, para nosotros sigue siendo reciente porque se puede sentir que hay ese miedo de que algo malo nos vuelva a pasar.Los dioses a veces juegan con el destino.La Diosa Luna es la que se encarga del lado sobrenatural, sin embargo, hay muchos otros que están al pendiente de todo, y a veces son crueles.En fin, esa es otra historia, para otra novela.—Vamos a tomar unas fotos—llamó Dara frente al espejo—Ani, quitate eso que se ce horrible —chilló . Me volví a reír como loca.—Deja que quede en incógnita quién es el señor pato—la recriminé divertida.Al ver mi diversión ella terminó riendo y haciendo millones de fotos din mostrar nuestros rostros. Éramos las chicas de la máscara, o algo así.Al salir del pequeño cuarto que nos apartaron en el orfanato, nos dimos cuenta de que nuestro trabajo seria grande.Había mucha gente, tanto de nuestra manda como de las vecinas.Esta era la manda principal, aquí vivía el rey Alpha, de hecho todos estaban emocionados por verlo ya que rara vez salía. Yo nunca lo había visto, pero parece que hoy será mi día de suerte.Sin embargo, la Luna era más accesible, ya habíamos tratado con ella en varias ocasiones, salía a hacer caridad casi siempre y la mayoría de las cosas las hacía aquí en el orfanato para alegrar a los niños. —Bueno, yo me voy al centro como siempre—apunté el árbol de en medio, ambas asintieron .—Tomo la derecha. —reclamo Meghan. Dara bufó. —Siempre a la izquierda. Desde que iniciamos con la animación de fiesta, habíamos quedado en esos lugares. Uno porque en medio había mucha más gente, a la derecha e izquierda no iban muchos pero no entendía porque Dara siempre se quejaba de ir a la izquierda. En el fondo le gustaba.Tome la bolsa de globos y con felicidad fuí junto al árbol. Los niños al darse cuenta de nuestra presencia se fueron acercando. Algunos se reían de mi disfraz.A mi no me podía alegrar más. Empecé con un juego de globos, bailes raros—gracias a la poca movilidad del traje— y animales que armaba con los globos.Muchos solo venían por las figuras de globos.Una pequeña se me acercó y jalo el traje llamando la atención.Hizo una señal para que me agache y lo hice, con una actitud cómplice susurró en mi oído: —A mi tío no le gustan los pollos feos, así que escóndete cuando venga.Extrañada la miré con el ceño fruncido, pero ella no pudo verme debido al traje. —¿Por qué? —Porque te arrancará las plumas, buuu —gritó sobresaltando mi pobre corazón. Salió corriendo con una risa contagiosa que no pude evitar corresponder. No volví a tener más incidentes como ese y me dediqué a disfrutar de los niños y el ambiente alegre que se respiraba. —Yo quiero una flor ¿Puede hacer una flor, señor pollo? —preguntó una pequeña rubia a mi derecha.Asentí.¿Por qué todos me creían un pollo? —Aquí tienes cielo. —me dió un beso en el centro del traje y luego corrió con su flor en mano, feliz.A lo lejos logré ver que Meghan tenía más niños que yo y que parecía estar dando unos de sus bailes de ballet preferidos. Y Dara, bueno, ella estaba comiendo.No logré notar el paso del tiempo, y cuando lo hice fue por el alboroto de las personas al ver los autos del Alpha rey llegar.Me impaciente, el cosquilleo en mi cuerpo me tomó desprevenida y tuve que masajear mi cuello como pude. Lo atribuí al cansancio. Desde la mañana que estuve de un lado a otro y prácticamente no había comido mucho. O nada.Pero el escalofrío e incomodidad se incrementaron en cuanto ví a la pareja que ingresó seguida de dos hombres y las personas a su alrededor se hacían a un lado como si fueran reyes.Y lo eran.Pasé saliva en cuanto unos ojos dorados se posaron en mí haciéndome tragar saliva. Su cuerpo rígido y grande, alto, mucho más que yo, su cabello castaño bien peinado y un rostro que me dejó sin aliento. Llevaba un traje color negro a medida y en donde se le marcaban bien los músculos de los brazos. Fruncí el ceño incapaz de apartar la mirada de todo él. En mi vida nunca había visto a alguien tan guapo como él. Respiré agitada y como una cobarde a las sensaciones me fuí al baño. Me saqué la cabeza del disfraz y moje mi cara y cuello, sentía la garganta seca y no dejaba de sentir la incomodidad. Parpadeé confusa hacia mi reflejo y salté un poco en mi lugar tratando de aligerar mi cuerpo.Una vez me sentí más o menos lista, salí. No había rastro del Alpha y la Luna por lo que me quedé en mi lugar, más tranquila.El lugar era grande y supongo que no los volvería a ver, quizá su aura era demasiado para mí por eso me hizo sentir así de incómoda. —Te ayudo—le dije a Nair, la chica me dirigió una mirada agradecida dejando la bandeja de chocolatada en mis manos. Se fue corriendo hacia la cocina para sacar más. Por mi parte estaba por dar la vuelta e ir a repartir lo que tenía pero ni siquiera di un paso antes de gritar con espanto.Al voltear no me dí cuenta de que alguien había detrás y terminé derramando todo encima.—¡Oh diosa! Lo siento, lo siento. Voy a… —me corté a mí misma.Jadeé al ver unos ojos rojos como el carmín, dejando sin aliento mi pobre cuerpo. Oh no. Lo hice enojar.Las personas a nuestro alrededor retrocedieron al ver a su Alpha a punto de explotar. La Luna apareció a un lado agarrando su brazo y susurrando algo en su oído. El Alpha no pareció escucharla porque en cuanto dí un paso atrás, él dio un paso adelante. La Luna se inquietó.—Duncan, basta—pero hasta ella retrocedió cuando la miró con la expresión más fría que había visto en mi vida.La luna suspiró y me miró con súplica. —Dí su nombre—pidió . Abrí la boca para hablar pero no me salió nada.—Es su lobo —insistió —Se llama Sareth, dilo —está vez exigió. Agaché la cabeza para respirar y cuando la levanté ya estaba casi cerca de mí. —Sareth—susurré. —Tranquilo —trate de no titubear. Dejó de avanzar y me miró como un cachorro contento, un brillo extraño se posó en sus ojos olisqueando al aire. —Tú vienes conmigo—dijo con voz ronca, dí un respingo con el nuevo cosquilleo en mi cuerpo al escucharlo hablar.Diosa.La luna me miró con una sonrisa de disculpa.Parpadeé confusa antes de ser tomada de la mano por el rey Alpha y ser prácticamente arrastrada hacia afuera. Dejamos el sinfín de murmullos lejos y ni siquiera me dí cuenta cuando subimos a una camioneta y nos fuimos alejando, salí de mi trance cuando la Luna me quitó la cabeza del muñeco.Estaba sudada y un poco pálida.Dadas las circunstancias y el no haber comida nada durante el día terminaron haciendo efecto en mi cuerpo y me desmayé.ANNA Relamí mis labios, los sentía sumamente secos.No abría los ojos, estaba bastante cómoda en la cama en la que me encontraba. Además otra de las razones era que ya sabía más o menos dónde estaba y con quién estaba.¿Cómo voy a escapar de las manos del rey Alpha? El gruñido siguiente me hizo sobresaltar y abrir los ojos con rapidez encontrándome con la mirada del rey Alpha. Está sentado en la orilla de la cama, con los mismos ojos rojos que recordaba antes de caer en inconsistencia.Me quedé quieta, mirándolo por unos minutos sin intenciones de apartar la mirada. Él hizo lo mismo, con más intensidad.Me removí incómoda cuando la intensidad de su mirada me sobrepasó. Aparté los ojos de él y me moví hacia la orilla para bajarme pero él me detuvo.—Tienes que descansar —miré su tacto sobre mi piel.Estaba ardiendo. Respiré agitada y quise apartarme pero no me dejó. —Sareth —susurré confundida.¿Por qué de pronto sentía todo esto? ¿Qué es? ¿Por qué su tacto parecía tan cálido y a
ANNA¿Quién me manda a mi ser tan despistada? Quiero llorar de ver todo lo que tengo que hacer.Son muchísimos libros, el espacio es grandísimo y parece que nadie ha limpiado por aquí en años.Literalmente estoy llorando de frustración.No es que sea floja, sino que ¿cuando voy a acabar esto? Es más que una condena.Miro el trapo, la escoba y la cubeta que tengo. No me va a alcanzar ni para la cuarta parte.Y justo cuando quiero empezar a trabajar, alguien silva detrás de mí haciendo que giré .—Debiste hacer enojar mucho a mi hermano—me regala una sonrisa de disculpa.—Esto es orden de la Luna—digo apenada.—¿Abigail? Pero si Abi es un cielo—menciona pensativa.Hago una mueca de tristeza, ambos están molestos conmigo entonces.—Pero ya se le pasara, soy Millie, hermana del Alpha—me extiende la manoSonrío y la tomo.—Anna, dime Anni —la animo.Ella asiente efusiva quitando la escoba de mi mano.—Te ayudaré.—No, no, no, no es necesario…—Sola no acabarás y yo no tengo mucho que h
ANNALlevo una semana aquí. Aún no me acostumbro y lo único que quiero es largarme pero no puedo. En todo este tiempo no me he topado con el alpha o la Luna, mi incomodidad se ha ido disipando y ahora me siento más a gusto.Millie y Tara han estado conmigo haciéndome compañía y de vez en cuando me ayudan a limpiar la biblioteca que orgullosamente ya estoy por la mitad, ambas mujeres dicen que prácticamente los reyes, por así decirlo, le prohibieron hablar conmigo y ahora tienen que esconderse para hacer de mi compañía en una biblioteca que más parece uno de esos lugares de miedo, de las películas de terror.No voy a negar que me he echado unas leídas y he encontrado cosas interesantes en algunos libros. Tara me dijo que todo eso es prácticamente una reseña de los Alphas anteriores, incluso antes de la devastación. Yo estoy super interesada en una historia en particular, no dice la fecha o el nombre exacto, solo la historia de un Alpha rey con una humana, ahora mismo está en donde
DUNCAN El desayuno está servido, Abigail está a mi lado comiendo con tranquilidad.Como siempre.A veces hasta olvido de su existencia en mi mesa, es tan callada y correcta que a veces pienso que no es real. Encajamos bien al inicio, me gustaba su compañía y todo, pero ahora, ahora solo siento que ella usurpa un lugar que no es suyo y que estoy equivocado en las decisiones que estoy tomando.Ella es mi mejor amiga, daría todo por ella, sería capaz de todo por lo muchos años que me ayudó y que estuvo a mi lado sin que yo lo pidiera. Es como una hermana.Por eso la convertí en mi Luna, ella tampoco pudo encontrar a su mate nunca. Siento el característico olor a melon y naranja por ahí que me hace remover inquieto. Ya está en la cocina.Cuando la descubrí, cuando supe quién era y qué iba a llegar a mi vida para cambiarla solo con oler ese delicioso olor supe que nada iba a ser igual y que el mismo dolor de años atrás iba a volver.Ella es hermosa.Tan
ANNATermine de limpiar el estante más alto y al fin pude bajar de las escaleras.Me daba ligero vértigo mirar hacia abajo y pensar que me podría caer.Fui hacia mi cubeta y enjuague el trapo con el que limpiaba, lo sacudí y fui a por el otro estante.Esperaba terminar pronto con esa biblioteca. Lo deseaba y a la vez no. Si lo termino ¿Qué otra tarea me pondrá la Luna?Estaba tan concentrada en mi trabajo que no me dí cuenta de las personas que estaban a mis espaldas.Sentí mi mirada iluminarse en cuanto noté a mis amigas que me sonrieron contentas. No tardaron en rodearme en sus brazos mientras suspiraba con alivio.—¡Diosa! Estás bien —me detalló Dara. Asentí. —Me alegro de que no te haya decapitado —me volvió a abrazar Meghan.—No puede conmigo—bromeé, sin embargo ellas no rieron. —¿Qué pasa? —pregunté asustada por sus caras serias.—Meghan vió algo— dijo Dara.Las miré sin entender.—¿Qué vió? Meghan suspiró y todo rastro de locura y ju
ANNA Nadie mueve un solo músculo y el que yo esté en mi forma lobuna deja claro que las cosas no andan bien, por como Meghan aparta el rostro y mira el suelo, la Luna parece incómoda, Dara no sabe que hacer y el Alpha simplemente se me queda mirando sin inmutarse .Estoy a punto de transformarme cuando el Alpha gruñe y niega.—En tu habitación y luego ve a mi despacho—ordena saliendo del lugar a toda prisa .Yo quedo desconcertada y con un leve malestar en mi pecho que no me deja reaccionar hasta que escucho la voz de Dara. —Anni, cariño, tienes que ir —avisa.No volteo a ver a nadie y simplemente subo, me coloco algo de ropa. —El tiene Luna —le digo a Zoe que no deja de decirme porqué reacciono así.—Eso no puede ser—susurra con pena. Su voz es tan suave y dulce que me siento mal incluso por decirle eso a mi loba que parece ser una tierna lobita.—Lo arreglaremos ¿Sí? Seguro hay una explicación para todo —trato de ser razonable y dejar de conje
ANNAMiro aburrida a los hombres frente a mí. Si pudiera escapar lo haría .Zoe solo se ríe de mí, al igual que Abigail —insistió en que la llamara así—.Bufo cuando veo al idiota que ahora tengo como alpha, presumir de derribar a unos cuantos guerreros. Demasiado egocéntrico y presumido. —Parece que te molesta—dice Abigail con una sonrisa.—¿Por qué tengo que estar aquí? —refunfuño otra vez— Me aburro— vuelvo a jugar con el pasto entre mis manos.Está más interesante que ver al Alpha idiota.—Tienen que reforzar su vínculo para que no mueran —frunzo el ceño. ¿Cómo sabes eso? —. Duncan me lo dijo. —se encoge de hombros.Y solo con mencionar eso no sé lo más me molesta, si él que se lo haya dicho o el que sepa de algo que considero solo debemos saber nosotros. Se ve que tienen confianza. —¿Crees que si le pedimos que se aleje lo hará? —La voz tímida de Zoe me hace arrugar el rostro.—¿Para qué o qué? —No la quiero cerca de mi mate —refunfuña con voz pequeña. Dulce.Definitivamente
DUNCAN Su vestido se balancea gracias al viento, su cabello amarrado en una pequeña coleta que me deja al descubierto su cuello.Me hace sonreír al ver la pequeña maraca dorada justo donde debería ir mi marca, porque es mía. El pecho se me llena de posesividad llevando mi razonamiento por el caño.MierdaCaminamos despacio para disfrutar de la compañía, noto como su corazón late ligeramente más rápido y el que trate de erguirse lo mejor que puede me dice que esta nerviosa.Llegamos justo donde quería, nos detenemos y yo me siento en una de las piedras que están cerca del agua. Ella me sigue pero se queda de pie esperando a que diga algo.—Lo que sucedió hace unas horas es algo que no podremos evitar —empiezo.—Qué directo—murmura por lo bajo, pero logro escucharla a la perfección al tener mis sentidos activados.—Hay que hablar las cosas como son —me encojo de hombros.—¿Y por qué aquí? —Quería mantener un poco de armonía en el ambiente, en la ma