ANNA
Llevo una semana aquí.Aún no me acostumbro y lo único que quiero es largarme pero no puedo.En todo este tiempo no me he topado con el alpha o la Luna, mi incomodidad se ha ido disipando y ahora me siento más a gusto.Millie y Tara han estado conmigo haciéndome compañía y de vez en cuando me ayudan a limpiar la biblioteca que orgullosamente ya estoy por la mitad, ambas mujeres dicen que prácticamente los reyes, por así decirlo, le prohibieron hablar conmigo y ahora tienen que esconderse para hacer de mi compañía en una biblioteca que más parece uno de esos lugares de miedo, de las películas de terror.No voy a negar que me he echado unas leídas y he encontrado cosas interesantes en algunos libros. Tara me dijo que todo eso es prácticamente una reseña de los Alphas anteriores, incluso antes de la devastación.Yo estoy super interesada en una historia en particular, no dice la fecha o el nombre exacto, solo la historia de un Alpha rey con una humana, ahora mismo está en donde la humana lo odia por secuestraron y él para enfadarla se vive haciendo cosas que no le gustan a ella, solo porque le gusta como se ve enojada.No sé bien cómo tomar toda esa parte pero hasta a mí me hacen gracia algunos berrinches de ella. Quien sea que lo haya escrito es super divertido.Quizá fue la misma humana, o el Alpha.Salgo a tomar mi merienda al jardín, hoy el día es bastante cálido y me encanta porque es una excusa para salir y que me de un poco de sol. Dentro de la biblioteca no hay aire acondicionado y es el mismo infierno.No hay nadie, excepto el jardinero que está haciendo su trabajo con las flores.Termino mi comida, Tara no ha dejado que me salte una sola comida, y camino hacia el chico que ha estado totalmente concentrado en su trabajo.—Hola —Me acerco.Él me sonríe un poco levantando el sombrero que lo cubre.Sus ojos negros me inspeccionan antes de levantarse y quitarse los guantes llenos de tierra.—Buenas tardes, señorita —asiente aun con una pequeña sonrisa.—Soy Anni, dime Anni —pido avergonzada.—Claro, soy Harden —me extiende su mano. —El jardinero.—Pues yo soy la que por el momento limpia la biblioteca —me encojo de hombros—. Oye me ha llamado la atención lo que le hacías a las flores ¿Qué es? —inquiero, se veía demasiado interesante.—Ah, solo estaba alejando a las otras flores, las quiero trasplantar es hora de que se muden.—¿Aquí no están bien ?Se vuelve a poner los guantes y se agacha intentando ocultar la sonrisa que ya ví.—Las raíces de las rosas —sigue con su trabajo— no pueden enredarse con las de otras —explica— no carecerían mucho y sería un problema. Aún no tienen el tamaño ideal.Asiento.—¿Puedo ayudarte?Él enarca una ceja.—¿Quieres ensuciarte? —mira mis manos.Están limpias .—Harden—pronuncio despacio— me ofende muchísimo lo que insinuas—declaro —. Yo soy una chica multifacética, me gusta hacer de todo y ensuciarse un poco no me molesta—explico.Él me muestra una sonrisa bastante hermosa que me hace derretir, es una sonrisa rebosante de ternura.—Bien —se levanta y me guía a una mesa llena de macetitas — Quizá puedas empezar por esto.Está por tocar mi mano para guiarme a trasplantar las otras plantitas, pero ambos nos sobresaltamos ante el rugido que se escucha detrás de nosotros.—¿No te pago lo suficiente para que hagas tu trabajo? —Gruñe apartándome con fuerza de su lado.Abro la boca cuando fija su vista en Harden.—Alpha, fui yo …—¡Silencio! —gruñe. — Tú cabeza rodará la próxima vez que vea a alguien haciendo tu trabajo —amenaza.Ni siquiera deja que ambos procesemos la información que ya me están arrastrando dentro de la casa. Solo soy consciente cuando estamos en la cocina y me suelta.—Pero Alpha…—¿Qué te dije sobre replicar? —me calla —No te quiero cerca de ese tipo. —prohíbe rebosante de ira.Camina de un lado a otro totalmente tenso y furioso. Parece a punto de echar humo por las orejas y nariz.—Es más, no vuelvas a salir de aquí—sigue hablando—, menos sin mi permiso. O mejor, sin…—¿Pero se está escuchando? —no puedo evitar interrumpir, igual molesta. Ahora — Me ha prohibido salir de la mansión y me he alejado de mi vida, de mis amigos y ahora quiere que ni el sol me dé.—Annalise —sisea.Ignoro el hecho de que haya dicho mi nombre y que provocara que mi pulso se acelere.—¿Qué más quiere de mí? —no lo dejo hablar — ¿Acaso no se da cuenta de que ese hombre podría ser mi mate? ¡Acaba de arruinar mi…—¡No! —grita, no me inmuto y lo desafío con la mirada —No vuelvas a decir eso.—¿Por qué? Usted no tiene derecho a intervenir en mi vida, yo solo soy una súbdita.—Annalise Rockford —se enoja más.Pero ya ni me importa.—¿Sabe qué? Váyase al infierno —bramo alejándome con rabia.Me encierro en la biblioteca y cuando ya me he calmado me doy cuenta de lo que acabo de hacer.Le grité al Alpha—Y lo mandé al infierno—digo en voz alta. DUNCANLa m*****a tensión no se va.Me he encerrado en el despacho tratando de calmar mi pulso y el enojo que mi cuerpo adquirió luego del incidente en el jardín.Vuelvo a sacudir mi cabeza, por quinta vez, no puedo dejar de verla cerca del malnacido aprovechado.—Debimos matarlo —murmura Sareth aburrido.—Claro, en frente de tu protegida—ruedo los ojos.—No te hagas —gruñe —. ¿Por qué no simplemente haces lo que está decretado por la diosa? —riñe.—¿Quieres verla morir? —calla— Eso es lo que crei.—En algún momento lo descubrirá y nos odiará .—Prefiero que me odie a que muera .—Ni siquiera sabes si volverá a pasar.—No quiero arriesgarme, gracias —corto la conexión sintiéndome más tenso que antes.El toque de Tara en la puerta me hace espabilar.—Ya ceno Duncan. —dice mirándome atenta.—¿Ya no está pálida? ¿Notaste algo rara? Yo la veo un poco flaca pero creo…—Ella está bien —me corta con una pequeña sonrisa en el rostro—. Aunque la noté un poco tensa, parecía temerosa.Frunzo el ceño.—¿Temerosa? ¿De qué?—De que mates a Harden —suelta volviendo mi enojo en un remolino incontrolable.No digo nada y ella sale.Claro, se preocupa por la basura esa.—No tienes nada que replicar —aparece y desaparece en menos de nada en mi mente.Lobo loco.Y más loco me voy a poner yo como la vea cerca del aprovechado ese.M*****a sea el jardinerito de cuarta.DUNCAN El desayuno está servido, Abigail está a mi lado comiendo con tranquilidad.Como siempre.A veces hasta olvido de su existencia en mi mesa, es tan callada y correcta que a veces pienso que no es real. Encajamos bien al inicio, me gustaba su compañía y todo, pero ahora, ahora solo siento que ella usurpa un lugar que no es suyo y que estoy equivocado en las decisiones que estoy tomando.Ella es mi mejor amiga, daría todo por ella, sería capaz de todo por lo muchos años que me ayudó y que estuvo a mi lado sin que yo lo pidiera. Es como una hermana.Por eso la convertí en mi Luna, ella tampoco pudo encontrar a su mate nunca. Siento el característico olor a melon y naranja por ahí que me hace remover inquieto. Ya está en la cocina.Cuando la descubrí, cuando supe quién era y qué iba a llegar a mi vida para cambiarla solo con oler ese delicioso olor supe que nada iba a ser igual y que el mismo dolor de años atrás iba a volver.Ella es hermosa.Tan
ANNATermine de limpiar el estante más alto y al fin pude bajar de las escaleras.Me daba ligero vértigo mirar hacia abajo y pensar que me podría caer.Fui hacia mi cubeta y enjuague el trapo con el que limpiaba, lo sacudí y fui a por el otro estante.Esperaba terminar pronto con esa biblioteca. Lo deseaba y a la vez no. Si lo termino ¿Qué otra tarea me pondrá la Luna?Estaba tan concentrada en mi trabajo que no me dí cuenta de las personas que estaban a mis espaldas.Sentí mi mirada iluminarse en cuanto noté a mis amigas que me sonrieron contentas. No tardaron en rodearme en sus brazos mientras suspiraba con alivio.—¡Diosa! Estás bien —me detalló Dara. Asentí. —Me alegro de que no te haya decapitado —me volvió a abrazar Meghan.—No puede conmigo—bromeé, sin embargo ellas no rieron. —¿Qué pasa? —pregunté asustada por sus caras serias.—Meghan vió algo— dijo Dara.Las miré sin entender.—¿Qué vió? Meghan suspiró y todo rastro de locura y ju
ANNA Nadie mueve un solo músculo y el que yo esté en mi forma lobuna deja claro que las cosas no andan bien, por como Meghan aparta el rostro y mira el suelo, la Luna parece incómoda, Dara no sabe que hacer y el Alpha simplemente se me queda mirando sin inmutarse .Estoy a punto de transformarme cuando el Alpha gruñe y niega.—En tu habitación y luego ve a mi despacho—ordena saliendo del lugar a toda prisa .Yo quedo desconcertada y con un leve malestar en mi pecho que no me deja reaccionar hasta que escucho la voz de Dara. —Anni, cariño, tienes que ir —avisa.No volteo a ver a nadie y simplemente subo, me coloco algo de ropa. —El tiene Luna —le digo a Zoe que no deja de decirme porqué reacciono así.—Eso no puede ser—susurra con pena. Su voz es tan suave y dulce que me siento mal incluso por decirle eso a mi loba que parece ser una tierna lobita.—Lo arreglaremos ¿Sí? Seguro hay una explicación para todo —trato de ser razonable y dejar de conje
ANNAMiro aburrida a los hombres frente a mí. Si pudiera escapar lo haría .Zoe solo se ríe de mí, al igual que Abigail —insistió en que la llamara así—.Bufo cuando veo al idiota que ahora tengo como alpha, presumir de derribar a unos cuantos guerreros. Demasiado egocéntrico y presumido. —Parece que te molesta—dice Abigail con una sonrisa.—¿Por qué tengo que estar aquí? —refunfuño otra vez— Me aburro— vuelvo a jugar con el pasto entre mis manos.Está más interesante que ver al Alpha idiota.—Tienen que reforzar su vínculo para que no mueran —frunzo el ceño. ¿Cómo sabes eso? —. Duncan me lo dijo. —se encoge de hombros.Y solo con mencionar eso no sé lo más me molesta, si él que se lo haya dicho o el que sepa de algo que considero solo debemos saber nosotros. Se ve que tienen confianza. —¿Crees que si le pedimos que se aleje lo hará? —La voz tímida de Zoe me hace arrugar el rostro.—¿Para qué o qué? —No la quiero cerca de mi mate —refunfuña con voz pequeña. Dulce.Definitivamente
DUNCAN Su vestido se balancea gracias al viento, su cabello amarrado en una pequeña coleta que me deja al descubierto su cuello.Me hace sonreír al ver la pequeña maraca dorada justo donde debería ir mi marca, porque es mía. El pecho se me llena de posesividad llevando mi razonamiento por el caño.MierdaCaminamos despacio para disfrutar de la compañía, noto como su corazón late ligeramente más rápido y el que trate de erguirse lo mejor que puede me dice que esta nerviosa.Llegamos justo donde quería, nos detenemos y yo me siento en una de las piedras que están cerca del agua. Ella me sigue pero se queda de pie esperando a que diga algo.—Lo que sucedió hace unas horas es algo que no podremos evitar —empiezo.—Qué directo—murmura por lo bajo, pero logro escucharla a la perfección al tener mis sentidos activados.—Hay que hablar las cosas como son —me encojo de hombros.—¿Y por qué aquí? —Quería mantener un poco de armonía en el ambiente, en la ma
DUNCAN Me levanto con cuidado de no despertarla. No quiero alejarme de ella después de lo que pasó, su respiración y pulso están mejor que cuando la encontré en el suelo de la cocina hace unos minutos.Voy a abrir la puerta que estaban tocando.Es Tara, mi nana.—¿Sucede algo, nana? —le pregunto .—Es la señorita Meghan, pequeño. Quiere hablar contigo— asiento y miro sobre mi hombro a la mujer de cabellos oscuros en mi cama.—¿Podrias cuidarla en lo que regreso? —Claro, vé —salgo para averiguar lo que quiere la bruja.Cuando bajo ya no hay nadie en el salón, todo está en silencio y voy directo a mi despacho encontrando a cuatro mujeres con rostros preocupados .—¿Qué pasa? —pregunto directo.—¿Cómo está ? —se apresura a preguntar mi hermana.—Mejor, ¿Qué sucede? —le pregunto a la bruja sentandome en la silla. El
ABIGAIL Nuestras risas llamaron la atención de los que estaban en la tienda, a nuestro lado la señorita que nos atendía también ríe por lo que dice Millie y Dara. Todas se ven más relajadas.—En fin—termina de reír Millie— ¿No les dió hambre? —averigua arrugando la cara.Yo me río. —Acabamos de comer —le recuerdo.—¡Eso fue hace una hora! —dramatiza. —Bien, bien —la calmo —. Esperemos a que salga Anni —todas asienten.Estamos en una tienda tratando de comprar nuevos atuendo, para Millie tener algo nuevo en el armario cada semana, es necesario. Seguimos esperando a nuestra Luna que salga del probador, se fue a probar un vestido de gala largo, todas coincidimos que en ella se vería genial. Segundo después la puerta se abre podemos apreciar la pequeña silueta de Anni con vestido color cielo ciñendo su cintura y sus pechos en un escote no tan
OMNISCIENTE Siete años atrás…Ella era perfecta.Tenía todas las cualidades para ser una diosa, estaban seguros de que entregarla a la deidad cruel, los iba a recompensar como ellos creían.Sus ojos azules asustadizos y horrendos les daban una gran satisfacción porque sabían que los podrían hechizar a través de ellos. Azules como el mar pero una mirada fija los haría arder en el mismo fuego.Su rostro inocente, las mejillas y nariz rojas por el llanto la havuan aún más perfecta.Llevaban días preparándola para la gran noche, una en la que la deidad se la llevaría.Les había pedido un alma pura, inocente e iniciando su vida ¿Qué mejor que una pequeña de once años?. Pero ellos sabían que la pequeña tendría que ser humana, humana era lo único que pedía el rey de los infiernos. La pequeña no olía a loba, por lo tanto, no era una.Tenía miedo, mucho y más al ver como lastimaba su pobre corazón do