ANNA
El ambiente estaba tenso.Y sabía porqué.Nadie acostumbraba a ver a su Alpha tan sumiso, y yo no sabía qué me sucedía.Ayer hablé con Duncan sobre dejar las cosas así. Y obtuve su promesa de que sería como yo quería, ahora estaba comportándome como una estúpida con todos.Estaba de muy mal humor. Tanto que hasta Duncan temía hablar y hacerme enojar.Miré mis manos y continúe dibujando lo que me pidieron. Estaban Jean, Meghan, Abigail y Ducan en el despacho. Todos estaban escuchando lo que yo tenía para decirles sobre el reconocimiento de los malditos que nos atacaron.—¿Qué más? —inquiero Jean, mientras yo dibujaba sus rostros.—Luego se estos meses me dijeron que me largara de vuelta al orfanato de donde salí porque no sabía ser una buena hija —respondí con imágenes distorsionadas en mi mente por eso último.Nunca había podido acordarme bien del último díaANNA ***Corro con más rapidez, no miro atrás.El terror me invade cuando siento las pisadas de alguien detrás de mí. No sé lo que pasa, no sé qué es lo que tengo. Solo recuerdo estar corriendo por horas sin llegar a ningún lugar en específico. Las pisadas se acerca y yo cierro los ojos encogiéndome en mi lugar cuando siento el tacto frío de la persona.***El grito sale desgarrador de mi garganta mientras el miedo recorre mi cuerpo.¿Qué fue eso? Aún siento el tacto frío de quién sea que en mi sueño me visitó. Miro a mi alrededor tratando de controlar mi pulso, no me gusta la sensación y menos la intriga que me provoca. Eso último solo fue el final del sueño.Recuerdo cada parte a la perfección y creo que ya me volví loca al soñar tales cosas. Nada tiene sentido. Tomo un poco de agua de mi mesita de noche y resp
ANNAMe despierto sospechosamente tranquila. ¿Qué pasó? Sacudo la cabeza totalmente confundida e intento levantarme pero el dolor de cabeza se intensifica. —Toma esto, para que te pase —aclara al ver mi cara de espanto, pero no por lo que me da sino porque me asustó. No lo sentí. No digo nada y tomo la pastilla metiendola a mi boca. Se cruza de brazos mientras me coloca una bandeja de comida en mi regazo. —Come —ordena. —No quiero —digo sintiendo mi estómago revolverse. —No te hará vomitar—insiste.Niego con la cabeza y aparto la charola pero me devuelve a mi sitio con una sola mano. Se sienta a mí lado.—Abre la boca —por inercia mi boca se abre y mete una cuchara de sopa haciendo que el sabor salado se disperse en mi boca. Trago despacio. Siento el calor del alimento en mi estómago que empieza a gruñir pidiendo más. Me da de comer
DUNCAN ¿Qué hice?—Eres un idiota —vuelve a recalcar Sareth. Lo sé. Miro las flores en mi mano. Ya no sirve de mucho pero de igual forma avanzo y las devuelvo al agua. Flores de loto.Miro el atardecer a lo lejos y pido en silencio poder tener la fuerza suficiente para estos días. Hace diez días que Annalise se desmayó y hablé con ella. No hemos vuelto a hablar o vernos pese a que vivimos en la misma casa.Quiero dejarla un rato sola y que centré sus ideas y pensamientos, quiero que sienta la ausencia de mi presencia. He estado muy ocupado lidiando con las amenazas de unos lobos que se quieren llevar algo que es mío. No sé porque la quieren o porque la necesitan con tanta urgencia que se atrevieron a secuestrar a la hermana de la Alfa Gabriela para que les dé su apoyo. No he dormido y siento que la situación ya me está asfixiando. No quiero ceder pero cada vez se hace más difícil sobrellevar
DUNCAN Tenerla cerca es una sensación indescriptible.Cómodo, tranquilo, es como me siento. Siento que se acurruca más a mi lado y yo gustoso, la recibo.Nunca había dormido tan bien en este tiempo.—Hay que arreglar las cosas —me habla Sareth.— Es lo que pensaba hacer hoy. La muevo un poco y me desplazo a la orilla para salir de la cama pero su voz me detiene: —Buenos días.Mi instinto pide estar cerca de ella, por lo que volteo y la veo restregar sus ojos, cierro los míos e inspiró hondo sintiendo su delicioso olor a duraznos y caramelo que siento me va a enloquecer. —Buenos días—respondo luego del silencio. Sus ojos son expresivos a la hora de mirar mi torso desnudo. Quiero sonreír, sin embargo no lo hago para que no se sienta incómoda. Se incorpora y se estira una vez de pie.—Creo que iré a … cambiarme —termina con la voz en un hilo. Recoge su ropa del sillón y an
ANNAMe tape los oídos ante el ruido.Mi respiración y mi corazón se fueron calmando y en menos de nada me ví rodeada de sus brazos fuertes.Mi cabeza quedó en su pecho.—¡Te vas a hacer matar! —los gritos y regaños de la alfa Gabriela me daban un poco de miedo pero agradecía que ella haya sido quien encontró a Jack encima de mí en menos de nada lo tuvo controlado lejos. Duncan llegó segundos después en donde no sabía lo que había pasado, de hecho sigue sin saberlo y tampoco lo dejo apartarse, solo quiero tenerlo cerca y ya dejar de lado todos los problemas.Me levanta en brazos y camina conmigo alejándonos de los gritos que ahora ya no se escuchan. Acomodo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos e intento alejar de mi cabeza la imagen que obtuve de Gabriel .Solo fue una alucinación. Respiro hondo obteniendo el delicioso olor de mi mate. Llegamos a casa y aún con mis ojos cerrados lo
OMNISCIENTE —Esa es la solución que les doy —espetó una voz distorsionada y oscura detrás de los pinos altos en medio del basto bosque.Ambos lobos tenían los bellos de punta, sintiendo el miedo ante esa voz que era incluso más peligrosa que la misma diosa, ya la había desafiado antes, u aunque no salió victoriosa, ahora hace lo que quiere desde el más allá. La bruja madre, así es como se conoce. Ella es la responsable de que esos dos estén allí y que hayan burlado la seguridad del dios oscuro en el inframundo. —Estaríamos desafiando a nuestra diosa Luna —susurró Gabriel.La bruja río con burla.—¿Siguen considerandola su diosa? —inquirió con sorna y fastidiada a la vez, esa actitud retrasaba sus planes contras los estúpidos lobos —. Ella fue la que los entregó a su verdugo, ella los envió a la muerte, los mató— puntualizó.Gabriel y Tad callaron, era verdad pero ambo
ANNA Me reí con fuerza. —¿De verdad tengo que hacerlo? Pregunté casi riendo, de nuevo.Meghan mantuvo su sonrisita, asistiendo. Miré de nuevo el traje, era ridículo y a la vez gracioso. Me lo puse de inmediato intentando ocultar mi emoción por la situación. Tenía ganas de reír hasta el cansancio. —¿Qué tal me veo? —averigüé. —Un pato nunca había sido más hermoso— aplaudió. Asentí con emoción. Hoy iríamos a dar un poco de amor al orfanato, era especialmente lindo, porque prácticamente allí crecí y ahora que había salido siempre iba a alegrar las tardes de los niños cada fin de semana.Sin embargo, hoy era especial porque la Luna y el Alpha de la manada irían, la celebración sería más grande de lo normal.Meghan, Dara y yo nos íbamos a vestir de animales y animaremos todo. Estaba más que emocionada porque fue la misma Luna que nos contrató. ¡Increíble!Meghan iba vestida de una rana, Dara de un gato y yo de una gallina, pero el disfraz estaba mal hecho que más parecía un p
ANNA Relamí mis labios, los sentía sumamente secos.No abría los ojos, estaba bastante cómoda en la cama en la que me encontraba. Además otra de las razones era que ya sabía más o menos dónde estaba y con quién estaba.¿Cómo voy a escapar de las manos del rey Alpha? El gruñido siguiente me hizo sobresaltar y abrir los ojos con rapidez encontrándome con la mirada del rey Alpha. Está sentado en la orilla de la cama, con los mismos ojos rojos que recordaba antes de caer en inconsistencia.Me quedé quieta, mirándolo por unos minutos sin intenciones de apartar la mirada. Él hizo lo mismo, con más intensidad.Me removí incómoda cuando la intensidad de su mirada me sobrepasó. Aparté los ojos de él y me moví hacia la orilla para bajarme pero él me detuvo.—Tienes que descansar —miré su tacto sobre mi piel.Estaba ardiendo. Respiré agitada y quise apartarme pero no me dejó. —Sareth —susurré confundida.¿Por qué de pronto sentía todo esto? ¿Qué es? ¿Por qué su tacto parecía tan cálido y a