Donatello regresó al comedor, vio enseguida la escena frente a él. La tensión en el aire era palpable, Vanessa temblaba de rabia, mientras Dante se frotaba la mejilla enrojecida. Una sonrisa interna se dibujó en el rostro de Donatello, aunque exteriormente mantuvo una expresión de sorpresa."Perfecto", pensó, "Vanessa odia a Dante tanto como yo, será una excelente aliada para hundirlo".— ¿Está todo bien aquí? —preguntó, fingiendo preocupación.Dante se giró bruscamente, sus ojos ardían con furia.— Sí, todo está perfectamente —escupió entre dientes— Dame los malditos documentos y me largo de aquí.Donatello le entregó la carpeta con una sonrisa amable.— Aquí tienes, hermano, espero que sea todo lo que necesitas.Dante arrebató los papeles de las manos de Donatello y se dirigió a la puerta. Antes de salir, se detuvo y miró a Vanessa una última vez.— Espero que sean muy felices juntos —dijo con voz cargada de veneno— Se merecen el uno al otro.Con eso, salió dando un portazo que hizo
El mayordomo de los Coldwell, Jenkins, se acercó nerviosamente a la sala donde Celine se encontraba revisando algunos documentos.— Disculpe, señora —dijo con voz temblorosa— Hay un caballero en la puerta que insiste en verla. Dice que es urgente.Celine levantó la vista de sus papeles, frunciendo el ceño.— ¿Quién es, Jenkins?El mayordomo tragó saliva antes de responder.— Dice llamarse Vito Santori, señora.El color abandonó el rostro de Celine en un instante. Sus manos comenzaron a temblar, y los documentos que sostenía cayeron al suelo.— No —susurró, su voz apenas audible— No puede ser él.Se puso de pie abruptamente, su silla cayó hacia atrás con un estruendo.— Jenkins, escúcheme bien —dijo, agarrando al mayordomo por los hombros— Ese hombre no puede entrar en esta casa bajo ninguna circunstancia, ¿Me entiende? Dígale que se vaya, que no estoy, lo que sea, pero no puede pasar.Jenkins asintió, aunque la preocupación era evidente en su rostro.— Sí, señora, haré lo que pueda.E
Darius retrocedió, su mente luchando por procesar la información que acababa de recibir. Las palabras de Vito resonaban en sus oídos: "Soy tu padre". Cada fibra de su ser quería negarlo, rechazarlo, pero una parte de él, una parte que siempre había anhelado conocer a su padre, se aferraba a esas palabras.— No —murmuró Darius, sacudiendo la cabeza— Esto no puede ser cierto.Vito dio un paso hacia él, su mano extendida en un gesto conciliador.— Darius, hijo mío —dijo suavemente— Sé que es difícil de creer, pero es la verdad. Eres mi hijo, y he esperado tanto tiempo para conocerte.Darius retrocedió aún más, su espalda chocó contra la pared. Su mente era un torbellino de emociones y pensamientos contradictorios. De repente, la realidad lo golpeó fuertemente.— Espera —dijo, con voz temblorosa— Si eres mi padre, eso significa que... ¿Arien es mi hermano?Vito asintió lentamente, su rostro mostró una mezcla de culpa y resignación.— Sí, Arien es tu medio hermano —confirmó— Pero tú y Vane
La reunión familiar estaba en todo su apogeo en el lujoso jardín de la mansión Coldwell, Vanessa escuchaba horrorizada como sus primas se vanagloriaban de sus proezas sexuales al lado de hombres casados. Hombres a los que se encargaban de enloquecer de deseo, y que después de un tiempo botaban como trapo viejo, pero no sin antes provocar que se divorciaran de sus esposas, eso solo lo hacían porque les parecía divertido, era un plus que agregaban a su trabajo. —¿Se enteraron de la última noticia del medio? Sara ha logrado que Michael se divorcie de Mónica, esa actriz de quinta ha obtenido su merecido, y lo mejor es que nuestra querida prima está por dejar con un palmo de nariz al tipo. —Marianne disfrutaba al contar las primicias. —Eso quiere decir que nuestra hermosa prima pronto cambiará de objetivo, sí lo ha obligado a divorciarse, es porque se ha aburrido, él hombre ya no despierta sus deseos, eso les pasa a los hombres por ceder a sus bajos instintos. —Katrina conocía muy bien
Al otro día por la tarde, después de la comida, se reunieron todas las Coldwell, eran nueve mujeres, la abuela, sus tres hijas y sus cinco nietas, entre ellas Vane, solo faltaba Darius, él llegaría al día siguiente. Las mujeres se encontraban reunidas en el gran salón de la propiedad, ahí era en dónde llevaban a cabo todas sus reuniones, la abuela Greta fue la que se acercó a la gran pantalla que se encontraba al frente. Después de encenderla se pudo ver el rostro de un hombre, todas las mujeres concentraron su atención en aquella imagen, menos Vane que jugaba en su celular sin levantar la mirada. —Niñ*, por Dios, pon atención, cuando menos danos tu opinión, ¿Alguno de ellos te gusta? —¿Acaso tomarán mi opinión en cuenta? ¿No serán ustedes las que elijan qué hombre será el que se meta entre mis piernas? —¡Basta! Vanessa Coldwell, has crecido y te has educado entre puras mujeres, a excepción de tu hermano, por eso es que no tienes idea de lo cruel que puede ser un engaño, y creeme
Vane se dirigió hacia su habitación, llevaba el sobre entre sus manos, sentía que le temblaba sin poder controlarse.Al entrar, colocó el pasador a la puerta, después se dejó caer sobre su cama, mirando hacia el techo, con los brazos abiertos, su mirada estaba fija sobre el techo.El techo era una gran pantalla, donde todo el tiempo se reproducían imágenes del espacio en tiempo real.La chica parecía hipnotizada, su mente iba de un pensamiento a otro, no entendía por qué no se le preguntaba sí estaba de acuerdo en llevar esa vida, para ella era difícil aún entender muchas cosas, aunque había crecido en medio de ese ambiente.Así permaneció por algunos minutos, inmóvil, después se sentó para revisar la información sobre aquel hombre, tomó una de las fotos entre sus manos, en verdad que era guapo, atractivo y exitoso, un ideal hecho hombre.—Así que tu eres mi objetivo, demasiado guapo, y no es mi mayor deseo que un hombre como tú me termine odiando, pero tengo que hacerlo, te pido disc
Darius salió de su habitación para dirigirse hacia la de su madre, Celine se encontraba colocandose una mascarilla facial frente al espejo, cuando escuchó que llamaban a su puerta. Al abrir se sorprendió al ver a Darius frente a ella, el malhumor de su hijo era evidente. —¿Qué es lo que sucede? —¿Cómo puede ser que envies a mi hermana a hacer esto? Ella es aún inexperta. —Qué mejor para demostrar lo que vale, que una prueba como esa, tus primas nos han hecho sentirnos orgullosas de ellas, así que mi hija tiene que superarlas. —Estás loca. —No te atrevas a faltarme al respeto, no he gastado millones en tu educación para esto. —¡Maldita sea! —Darius salió de ahí dando un portazo, por un momento pensó en hablar con su abuela, pero era tanto, o más necia que su madre, así que desechó esa idea. Regresó a su habitación, tenía que buscar la manera de estar cerca de Vane, no permitiría que nadie le hiciera daño. Días después, Vane se encontraba nerviosa, estaba parada ante la entrada
La chica al teléfono preguntó sí todo estaba bien con Vane, ya que la chica no contestaba, parecía haberse quedado petrificada, después de unos segundos logró articular palabra. —La escucho, señorita. —¿Podría presentarse mañana a primera hora para empezar en su nuevo trabajo? El señor Damasco la ha elegido como su asistente personal. —Excelente, estaré ahí a primera hora. —Debe de presentarse con vestimenta impecable, cabellos, uñas, calzado, todo en usted debe de lucir de la mejor manera posible, el señor Damasco acostumbra a fijarse en esas cosa, ya que usted será parte de su imagen, tiene que traer equipaje en su auto todo el tiempo, esto por si sale algún viaje fuera de agenda, así el señor no se molestara, odia los imprevistos, y creame señorita, le deseo mucha suerte. La chica al teléfono cortó la llamada después de decir aquello, Vane sabía que Dante era un jefe difícil, lo sabía por referencias, pero no sabía hasta qué punto podía serlo. —¿Te han dado el empleo? —Pregun