Sentía que frente a ella Danilo y Felipe seguían golpeándose. Incluso si ya había pasado más de una hora desde que la pelea había terminado, ella aún seguía manteniendo toda esa adrenalina dentro de su cuerpo. Seguirá temblando y aunque ya se había tomado un tranquilizante, sentía que de nada le había servido. — Oye, Victoria, ¿Te encuentras bien?—preguntó Danilo con los nudillos totalmente rojos— no luces muy bien. Lamento haberte hecho pasar ese mal rato. Perdí el control por completo. —Tengo que irme, si... tengo que irme porque si no voy...—soltó Victoria de repente. Volteando a verlo—. Lo siento. Realmente lo siento. Tengo que irme en verdad. —¿Te vas a ir con él a que te terminé de matar o prefieres que termine de revisar tus problemas?— preguntó él con la voz gruesa, ligeramente llena de coraje. —No metas mi estado de salud en esto. —Soy un médico. Puedo meterme en tu estado de salud mientras te encuentres en mi consultorio. —Y un stripper, también eres un stripper—soltó
Felipe se mordisqueó el labio, observándose frente al espejo con una expresión totalmente sombría en el rostro. Estaba cansado, molesto e incluso listo para matar a cualquiera que se le acercara. Detestaba saber que Danilo seguía en la batalla, no podía dejar de preguntarse hasta cuando tendría que lidiar con su hermano menor. Estaba totalmente obstinado a no permitir que Danilo encontrara la verdad de todo, no quería que su padre lo descubriera porque una vez que lo hiciera, todo se iría al carajo. Haría todo lo que estuviera en sus manos para impedir que Danilo descubriera quien realmente era y por ello tenía que desaparecerlo por completo, pero no sabía cómo hacerlo. Ya lo había intentado una vez y no había funcionado en lo absoluto. Necesitaba algo más, algo que realmente le funcionara y no fuera para nada sospechoso. Una gran sonrisa se dibujó en su rostro al finalmente entender que era lo que tenía que hacer. Tenía un plan maestro, retorcido pero totalmente seguro. Sabía que Dan
Victoria observó por unos segundos a Felipe, negando mientras lo veía fijamente. Estaba totalmente sorprendida por lo que le acaban de pedir y simplemente no podía creer que es lo que le acababa de pedir Felipe, realmente fuera real. Por un momento había creído que él estaba bromeando con ella pero al final se había percatado que no era así. Felipe realmente estaba hablando con seriedad, lo que le acaba de pedir, realmente quería que lo hiciera.Felipe al verla negar con tanta insistencia, entendió que ella ya se había unido por completo al bando de Danilo. "No voy a permitir que seas feliz al lado de ese imbécil" pensó mientas la observaba.
Danilo se mantuvo un completo silencio, observando la pálida de Victoria. Analizando cada centímetro de su dañada piel. En realidad, con sólo ver su piel podía sentir como en la sangre le hervía.No podía creer la manera en la que Felipe se había atrevido a lastimarla.Simplemente con verle la piel totalmente herida, llena de marcas moradas, le hacía sentir culpable.Por el simple hecho de no poder protegerla. Estaba totalmente consciente que si se acercaba ella, lo único que iba terminar provocando es que Felipe lo volviera a lastimar por culpa de los a los enfermos que tenía contra el. En cierta manera podía entenderlo pero al final, el hecho de sentir celos y sentirse molesto contra él, no le daba motivos para lastimar a Victoria.—¿Dónde te duele?—preguntó a pesar de estar seguro que toda la zona de las costillas le dolía demasiado. —Todo—admitió ella.—¿Crees estar rota?—preguntó él—porque yo si lo creo.—¿Crees que Felipe me haya roto alguna costilla? —¿Alguna vez te ha patea
“¿Alguna vez te habías encaprichado con una piel o con una mujer que supieras que no puedes tener?” se preguntó, acariciando suavemente la tersa piel de la mujer rubia que dormía pacíficamente a su lado. Con los carnosos labios entre abiertos, descansando mientras él la admiraba.En realidad nunca había sentido admiración hacia una mujer, nunca se había sentido cautivado por una en realidad pero ella parecía tan interesante... tan prohibida que no había podido evitar sentirse atraído por aquella extraña inocencia.No se lamentaba en lo absoluto, había disfrutado cada rincón de su cuerpo y si ella lo deseaba... lo volvería hacer. Le importaba un bledo que ella estuviera a punto de casarse, ella había sido suya esa noche y aunque para ella había sido la última noche para jugar, a él le había encantado s
La habitación estaba en completo silencio cuando él sonrió ampliamente, quitándole la botella de Champagne por un momento antes de mirarla temblar sobre la cama. Un baile había sido suficiente para calentar todo el lugar, llenarlo de deseo prohibido que ella no sabía con exactitud si sabía controlar.— ¿Quieres un poco?— preguntó viéndola, observando como constantemente ella apretaba las piernas, justo como si estuviera tratando de controlar su deseo hacia él.Ella asintió y se mordió el labio al ver como el chico se acercaba la botella a la cadera y se tiraba encima un poco de la champagne.—Bébelo de mí, cariño. —susurró con su voz gruesa, terriblemente seductora.Victoria lo miró y suspiró realmente deseando beber de él. Él chico volvió a tirarse un poco de champagne sobre la c
Victoria miró a Danilo y se cruzó de brazos. Preguntándose seriamente si lo que acababa de hacer era lo correcto.— ¿Estás seguro que no es algún truco?—preguntó nerviosa, alejándose ligeramente de él. Permitiéndole el paso a su departamento.Él sonrió y negó rápidamente para luego acercarse a ella.—Te prometo que no intento nada—respondió, temblando de frio.Victoria miró sus ojos oscuros y suspiró para luego suspirar con fuerza. Tratándose de alejar por completo de él. Escuchando una alarma de alerta en su cabeza.—La habitación de invitados está al fondo del pasillo, si necesitas algo... no es mi problema —susurró ella. Alejándose lo más rápido posible del chico, tenía la sensación de que en cualquier momento se le tirar&ia
Los rayos de sol atravesaron la delgada ventana de la habitación de Victoria. Por un momento suspiró molesta y se estiró en la gran camadesordenada.Se levantó de la cama totalmente desnuda y se colocó la pijama con rapidez. Abrió la puerta de la habitación y se dirigió al baño para ducharse como solía hacerlo todas las mañanas. Se miró en el espero y abrió los ojos sorprendida al recordar la noche anterior.—¡No puede ser!— susurró para luego comenzar a revisarse el cuerpo en busca de alguna marca. No podía tener ni una sola marca en su cuerpo, nadie podía descubrir lo que había sucedido la noche anterior.Suspiró tranquila al no encontrar ni una sola marca en su piel, relajada abrió grifo de agua caliente.Se mordió el labio y sonrió al recordar lo bien que la había pasado graci