Jorge extendió las manos lentamente hacia ella; sus dedos eran delgados y sus palmas eran cálidas y anchas.Al escuchar esa voz tan familiar, Amanda se quedó inmóvil, como si una cuerda invisible la hubiera atado.En ese momento, el pandillero borracho se acercó rápidamente, diciendo groserías: —Oye , te estoy hablando. ¿Por qué me ignoras? Ven aquí, parece que me necesitas… Sin embargo, antes de que terminara, Jorge, sin pronunciar palabra ni una sola palabra, usó el pequeño paraguas para someterlo fácilmente, antes de llamar a la policía, la cual acudió de inmediato. —Este hombre está acosando a una mujer y podría ser un reincidente. Llévenselo y denle una buena lección —dijo Jorge con firmeza.—Entendido, nos encargaremos de ello —respondió el policía, de manera respetuosa, antes de llevarse al borracho.Amanda debería haber aprovechado esta oportunidad para huir, pero, después de todo lo que había sucedido, se encontraba exhausta.—¿Necesitas que te lleve a casa? —La voz de Jorg
Jorge estaba hablando por celular, sin percatarse de su presencia.—Vale, te acompaño de compras el fin de semana. Ahora tengo que conducir, así que no puedo seguir hablando… —Hizo una pausa—. Sí, sí, como tú quieras. Jorge, siempre hablaba de manera directa y contundente, dando una imagen muy dura, de un hombre lleno de fuerza. Sin embargo, en ese momento, su voz era suave e, incluso, esbozaba una amplia sonrisa, que mitigaba el aire intimidante. Amanda lo miró, pensando que, tal vez, hablaba con una joven que le gustaba mucho. Sintiendo que había encontrado a un salvador, golpeó desesperadamente la ventana del auto. —¿Sí? —preguntó Jorge, un tanto sorprendido, tras bajar la ventanilla.¿Qué diablos hacía Amanda allí? —Eh… A ver, te llamaré otro día, ¿sí? Ahora estoy ocupado —dijo ansioso al teléfono—. Cuando nos veamos, puedes castigarme como gustes. Amanda pensó que realmente parecía que estaba hablando con alguien importante para él.—¿Qué te pasa? —preguntó Jorge, sin abri
Aterrorizada, Amanda se apresuró a llamar al médico y el anciano rápidamente fue trasladado de emergencia a la UCI, mientras la dirección del asilo se encargaba de contactar con urgencia a los familiares. Por su parte, Amanda esperaba ansiosa fuera de la sala, y, después de una hora, alguien llegó a toda prisa.—¿Jorge? —preguntó, sorprendida—. ¿Qué haces aquí? Jorge también quería hacer la misma pregunta. Sin embargo, la enfermera se apresuró a explicar: —Es una voluntaria de nuestro asilo, al abuelo le agrada muchísimo su compañía. Últimamente, él ha mencionado que tiene dificultad para respirar y que se despierta a menudo por la noche. No esperábamos que empeorara tan rápido...Jorge, muy preocupado, le preguntó por el estado de su abuelo sin darle más importancia a Amanda. Fue entonces cuando ella se enteró del nombre completo del anciano: Luis Toledano. Más tarde, el abuelo fue trasladado a la sala de operaciones para una intervención de emergencia, de la cual salió cuatro ho
Viviana escuchó con atención, le lanzó una mirada a su mejor amiga, antes de acercarse a Amanda y, tomándola de la mano con entusiasmo, decir:—Amanda, ¿en serio viniste a felicitarme? Sabía que me habías perdonado. Ninguna otra felicitación vale tanto como la tuya. Solo tu bendición puede hacerme realmente feliz. —Viviana mostraba una expresión inocente con sus ojos brillantes. «¡Qué buen espectáculo, ¿verdad?!», pensó Amanda. —La verdad es que te equivocas. Solo he venido a comer. No sabía que Lucas estaba aquí. Tras decir esto, Amanda intentó marcharse, pero Viviana la sostuvo con fuerza. Y, dejando caer unas cuantas lágrimas, aparentando tristeza, dijo: —Todavía no quieres perdonarme. Sé que te he fallado, por eso haré lo que me pidas. Si es necesario, te pido disculpas otra vez.Antes de que Amanda pudiera responder, Viviana se tambaleó y cayó estrepitosamente al suelo. Tras esto, comenzó a sollozar de manera incontrolable, llamando la atención de todos los que pasaban por
Amanda dejó de sonreír de golpe al detallar lo que susurró Jorge. ¿Cómo pudo decir algo así? Se giró y se encontró de lleno con el pecho de Jorge. Instintivamente, alzó la mano y lo tocó, sí, realmente eran muy fuertes, sus dedos sintieron la figura de su músculo... Fue como si una descarga eléctrica recorriera su cuerpo y rápidamente retiró la mano, retrocediendo un poco, pero Jorge la sujetó con firmeza de la cintura y la acercó de nuevo. La dominante presencia del hombre la envolvía por completa, haciéndola sentirse atrapada, su respiración se aceleró. —Si quieres intentarlo, no me importa. — Jorge la miró fijamente, su voz tenía un poder especial. Las palabras hicieron al instante sentir su rostro arder y la sangre hervir de inmediato. —Lo siento mucho... sólo estaba bromeando, no era mi intención ofenderte, — balbuceó ella. —Tranquila, no pasa nada… Pero si alguna vez lo necesitas, búscame cuando quieras… Será un gran honor.Jorge, de repente, cambió de tono y la soltó, mant
Jorge escuchó el sonido y realmente se volteó.Amanda miró fijamente su hombro, ¡sin ninguna herida! Entonces, realmente, sí se lo había imaginado.Amanda suspiró de alivio, el hecho de que no fuera Jorge, estaba bien. Pero pronto, ese alivio se convirtió en una gran preocupación. ¿Qué más había visto? Su cuerpo desnudo, partes íntimas, lo había visto.Levantó la cabeza mecánicamente y se encontró con la mirada fija de Jorge, sus ojos brillaban de una manera aterradora.—Oh no… dios mío… La primera reacción de Amanda fue intentar escapar, pero Jorge reaccionó más rápido. Se envolvió en la bata de baño y, en unos cuantos pasos, alcanzó a Amanda, la agarró por la nuca y la arrastró de vuelta al baño.—¿Me estabas espiando mientras me bañaba?Amanda nerviosa sacudió la cabeza de inmediato. —No, no, no, no es eso, déjame explicarte, esto es un malentendido, yo… estaba sonámbula… sí, tengo sonambulismo…Amanda no pudo continuar, la mirada divertida de Jorge la hacía querer desaparecer al
—Amanda, no hagas eso, Jorge siempre ha sido muy indiferente con otras mujeres.Lucas frunció el ceño, visiblemente molesto. Para él, Amanda siempre había sido suya y nunca se liberaría de eso.—Amanda, siéntate aquí conmigo. Lo de la última vez fue solo un malentendido, te pido disculpas. Tengo muchas cosas que quiero contarte…—¿Quién te crees que eres ? No somos nada, así que no me hables así, me da asco —repuso Amanda de manera cortante.El rostro de Viviana se palideció y sus lágrimas comenzaron a brotar.—Viviana, no le hagas caso. Cuando Jorge la eche, se calmará… —intervino Eric Ferreiro, amigo de Lucas. Sin embargo, se quedó atónito antes de poder terminar la frase. En ese momento, Amanda se había sentado junto a Jorge, y él no la había detenido, como si hubiera aceptado que lo acompañara.—Jorge…—Sí, ¿qué pasa? —preguntó él con calma, dejándolos a todos sin palabras.Lucas miró a Jorge con el ceño fruncido y una mirada bastante sombría.—No solo bebamos, juguemos algo.Aman
—No.Por un momento, todos miraron fijamente a Amanda con gran interés, sin darse cuenta de que Lucas suspiró aliviado.Pero Vivian, a su lado, lo notó y estaba triste por eso.Amanda se obligó a mantener la calma; aunque había quedado en completo ridículo, lo que él decía era cierto.Su matrimonio era solo un contrato, terminaría cuando el abuelo muriera.Él tenía un alto estatus y nunca se fijaría sinceramente en ella.Aun así, se sentía avergonzada.En la siguiente ronda del juego, Amanda no supo si fue por su distracción o porque Jorge la empujó, pero terminó perdiendo.De cualquier forma, perdió.Jorge le sonrió con agrado: —Amanda, hoy no tienes suerte, ¿verdad? ¿Verdad o reto?—Verdad.Amanda no estaba segura de la actitud de Jorge y respondió con cierta cautela.—El beso de hace un momento, dime ¿te gustó? — Jorge la miró con profundidad: —No intentes mentir, fui policía, puedo detectar una mentira.El corazón de Amanda saltó de un solo latido.¿Jorge quería ponerla realmente e