Bajando la guardia

El resto del día me lo pasé preparando un plan de estrategias para agrandar el mercado de la empresa. A Federico le encantó la gráfica que le mostré con los índices de los negocios digitales y me pidió que me encargara personalmente de eso.

Estaba tan feliz, por fin estaba en un lugar donde se apreciaba mi trabajo y no, no era porque estuviese ligada personalmente con el jefe, sino porque en verdad se me había ocurrido una buena idea, la mayoría de los presentes en la reunión apoyaron mi posición. El día de hoy no podía ir mejor. Sin contar con que a partir de ahora iba a trabajar más directo con Federico, lo que aumentaba la posibilidad de verlo.

¡Oh no! Aquí estaban esos pensamientos nuevamente, no me los podía permitir ¿Por qué me estaba ablandando de esta manera? 

Sin pensármelo dos veces, recogí mis cosas y s

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