Inicio / Romántica / La venganza de Ana. / "Mientras no firme, estaré a salvo"
"Mientras no firme, estaré a salvo"

Sofia entra de nuevo a avisar a Ana que ya la esperan en la mesa. Otra de las criadas le puso un poco de maquillaje y luce hermosa, cosa que incomoda a sofia.

— Ah, vaya, parece que le entusiasma esta ocasión señora Ana, digo, se ha puesto maquillaje — dice con expresión desdeñosa , apenas disimulada . Ana sintió una amarga sensación al verla dirigirse a ella con tanta falsedad . Hasta hace poco era su confidente. Casi la consideraba una amiga. Por más mal que su presencia la haga sentir sabe que en su situación es crucial mantener la calma y no dejarse llevar por sus impulsos. Enseguida sonríe forzado. No puede dejarse ver derrotada. Debe fingir lo más que pueda para mantenerse a salvo de estos dos rufianes.

—Ah, si, Julie insistió en que necesitaba un poco de color— puede ver la molestia en el rostro de su mucama. Tal vez le preocupa que Pablo la vea asi. Hermosa esta noche, es comprensible que lo cele siendo su amante. —¿ Que sucede Sofia? De pronto se ha puesto pálida. ¿ Le molesta algo?— Ella hace una negación y sonríe fingido para irse.

Ana sale de su habitación poco después y llega hasta el ascensor. Se pregunta porque suerte de motivo, su esposo ha traído a ese pequeño a casa. Es evidente el parecido y empieza a pensar que Pablo la engaña desde hace mucho y se tortura preguntándose porque nunca lo notó. Entra al ascensor y cuando llega a la planta baja oye gritos y llanto del pequeño. Parece que está en medio de una crisis.

—¡ Mami! ¡ Mamá! ¡ Mami!— solloza en medio de un berrinche insoportable. Entonces la voz áspera de Pablo también se oye. Ana se detiene atenta. Enseguida se acerca un poco más y se queda fuera del comedor mientras mira con cautela. El niño parece inseguro. Asustado.

"Con seguridad lo han obligado a venir" piensa Ana. Pablo se pone a la altura del niño.

—¿Puedes calmarte por favor, Tom? Por favor...

—Quiero a mi mamá. Quiero irme a casa— Llora— Ana siente una sensación incómoda. Es como si lo hubieran arrebatado de un hogar donde se sentía seguro para traerlo a la mansión con fines muy egoístas. Ana aún no logra definir porque lo han hecho.

— Ana será tu nueva mamá. Por favor Tom. Quiero que la trates bien. Que seas educado. Si lo haces, muy pronto estarás de nuevo en casa con mamita. Te lo juro— Ana frunce su entrecejo. —¿ Quieres ir mañana al parque con Sofía?— El niño asiente ansioso. Pablo le sonríe. — Entonces haz lo que te digo. Es muy importante. Pórtate bien y se dulce con Ana. ¿ Sí?— El corazón de Ana se acelera. Muerde su labio muy preocupada. Pablo tiene que estar pensando algo muy siniestro para que sus palabras luzcan desesperadas. Parece querer convencer al niño de aceptarla como madre. Después de lo que oyó en el despacho no debe ser para nada bueno y menos pareciera ser porque quiera salvar su matrimonio. Ella suelta aire cuando se dispone a seguir al comedor cuando oye a Pablo gritar:

—Adel... ¿ Dónde está Ana? ¡ Que baje ahora mismo ! Tenemos hambre maldición — Suelta gritos llamando al ama de llaves.

— Deja de gritar cariño... Asustas al niño— dice ella por fin entrando. Pablo sonríe forzado. Entonces la observa, curioso. Hace mucho que no la veía maquillada. No es algo que necesite, pero es obvio lo bien que luce. Entonces la cocinera sirve los alimentos. Pero tanto ella cómo Sofia que es la encargada del bienestar de Ana se quedan presentes de pie al lado de la mesa. Ana puede comer tranquila al darse cuenta de que todos los platos inclusive el de Pablo y el del pequeño son servidos del mismo bol, lo que significa que los alimentos están aptos y puede comer con confianza. Ana suspira intentando no llorar al tener a Pablo así frente a ella y saber que no la ama y que planea darle muerte. Es muy doloroso sentirse vulnerable y traicionada y tener que soportar la humillación de tener a su amante en su misma casa. Hace una plegaria mental para concentrarse y actuar como siempre.

Los tres prueban sus alimentos y entonces Ana sorbe un poco de agua de la jarra mientras mira con detenimiento al niño. Este come sin mucho animo pero al verse observado por Pablo sonríe y parece fingir estar feliz. Entonces Ana desvía su mirada del niño a su esposo. Este alza una copa y la cocinera sirve vino también para Ana.

—Brindemos cariño. Estoy seguro de que este es solo el comienzo de algo bueno para los dos— dice y prueba con actitud festiva. Ana observa los papeles de adopción sobre la mesa. Respira hondo.

—¿Por qué lo dices, Pablo?

—Por Tom. Estoy emocionado de que podamos experimentar la dicha de ser padres, por fin. Creo que le hará mucho bien a la relación, no puedes negarte amor — Ana hace una negación.

—Si puedo negarme Pablo — dice. Ella nota como el semblante de su esposo se endurece. Entonces lo ve apretar su puño con evidente enojo.

—¿Esa es tu forma de demostrarme tu amor, Ana? Estoy desesperado por recuperar lo nuestro y tú...— finge estar muy dolido. Cuando lo que está es furioso al ver que sus planes parecen esfumarse.

—No , no es porque no te ame, no se trata de eso— Él la mira con descontento.

—¿Entonces? Demuéstrame cuánto me amas Ana porque empiezo a ponerlo en duda— Ana se contiene para no arrojarle el vino en la cara ante tanto descaro. En vez de eso parpadea con gracia y sonríe.

—Es que míralo cariño. Está asustado. Se nota que no está de acuerdo, no quiero un hijo que no me pueda ver como una madre , eso sería tan doloroso para él como para mí.

—No. No te apresures a...— Él trata de hacerla cambiar de opinión. Pero ella lo interrumpe.

— Pero, estoy dispuesta a ver a otros niños, también quiero un hijo y además necesito tener a alguien a quien dejarle mi fortuna el dia que... Muera— Enseguida Pablo y Sofia se miran. No pudieron disimular su consternación.

—Señora, si me permite, creo que no hay un niño más adecuado para usted que Tom, mirelo , es muy tierno, además hay algo que usted no sabe, él pequeño Tom, cumple años el mismo día que usted y además nació el mismo día que usted y el señor se casaron ... Apenas supimos estos datos en el orfanato supimos que era el indicado y...— Ana frunce su entrecejo. Pablo mira a Sofía con evidente molestia. Es notable que habló de más. Ella parece darse cuenta de su error, se exaltó tanto al imaginarse que perderían una valiosa oportunidad, que cometió una imprudencia. Enseguida los recuerdos del accidente volvieron a atacar a Ana. Precisamente el día de su aniversario de bodas tuvieron el accidente donde sus padres fallecieron y ella perdió su movilidad. Entonces muerde sus labios consternada. Está a punto de llorar.

—Maldicion Sofia ¿Cómo se atreve a interrumpir una conversación de sus patrones? — Le grita Pablo.

— Señor, yo...

— No tiene derecho a opinar en nuestros asuntos, váyase de mi vista y por favor, llévese al niño — dice y golpea la mesa sobresaltando a Ana y haciendo llorar a Tom. Sofia toma al pequeño con rapidez y se lo lleva en medio de una crisis de lloros y lamentos del pequeño. Pero Ana pudo notar que Sofia lo alzó rápidamente y este se calmó en sus brazos. Inclusive pareció abrazarla con fuerza. Entonces intentando fingir que nada de lo sucedido le ha afectado sigue comiendo ante la mirada absorta de Pablo. Sintiendo su pesada mirada alza la cara y sus ojos conectan.

—No voy a adoptar a ese niño y es mi última palabra, Pablo —menciona. Entonces él se acercó a ella y tomó su mano. Ella reacciona con sorpresa. Está muy cerca y Ana puede sentir su respiración tibia.

—Por favor Ana, ¿Quieres que me arrodille ante ti?— Ella enseguida hace una negación. — Entonces dale la oportunidad al pequeño, te aseguro que te gustará,en poco tiempo lo amarás, mira, es comprensible que él esté nervioso, no nos conoce , pero se que solo tienes que pasar tiempo con él— dice y besa su mano. Sofia siente repulsión al sentir sus labios tocar su piel. Pablo es un hombre muy guapo, cualquier mujer mataría por un beso suyo pero del mismo modo que antes lo llegó a amar con todo su ser, ahora puede sentir solo odio y desprecio. Pero suspira y sonríe tenue. Entonces asiente.

—¿ Sí? ¿ Es en serio , Ana?— pregunta con tanta emoción que la abraza. Entonces él toma un bolígrafo de su chaqueta. Ana puede darse cuenta que no se le ha escapado ningún detalle. Entonces ella lo rechaza.

— Aún no lo decido Pablo, pero te voy a complacer, pasaré tiempo con él y si me convence lo adoptaré — Él suspira entonces guarda su bolígrafo.

—Bien, es suficiente por ahora. Se que en poco tiempo seremos una familia completa, tú, Tom y yo— dice. Entonces vuelve a su lugar sintiendo por dentro la frustración de no conseguir esa firma. Pero sabe que en poco tiempo la obtendrá aunque le cueste. Si Ana adopta a Tom este será heredero legal de todo su imperio. Entonces no habrá nada que impida que él maneje todos sus bienes una vez ella muera.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo