Más tarde Ana está de vuelta en su habitación. Poco despué oye risas abajo en el jardín y asomándose por la ventana puede ver una escena escalofriante. Tom , Sofia y Pablo en el jardín, ellos parecen hablar muy entretenidos mientras el pequeño ríe muy divertido en el columpio. Un escalofrío la recorrió, su piel se erizó como la piel de gallina, sus sospechas se hacen cada vez más fuertes. Así que se aleja de la ventana y se va a su cama. Tratará de dormir. Sabe confiada que mientras no otorgue esa firma no intentarán hacerle daño, al menos eso espera.
Ya sobre la cama Ana intenta dormir, pero sus pensamientos inquietantes la torturan. "¿Será posible que Pablo la haya estado engañando incluso antes de casarse con ella?" Se pregunta aterrada. Debe averiguarlo y rápido. ... Al otro día Ana entra a la habitación del pequeño. Cuando Sofia la miró entrar ella le dijo que quería cepillar los dientes de quien podría llegar a ser pronto su hijo, y además darle los buenos días. El propósito era que pasaran tiempo juntos y ella quería intentarlo. Sofia se mostró contenta con eso y los dejó solos. Entonces después de cepillar sus dientes tomó el cepillo y junto con el de Pablo los guardó en un sobre. —Julie, asegúrese de traer cepillos de dientes nuevos, este ya está desgastado. Póngalo en la habitación de Tom y coloque también en mi sanitario y en el del señor — Julie obedece de inmediato. Ana esperaría la oportunidad de mandar a hacer una prueba de ADN. Si Tom es hijo de Pablo y Sofia como sospecha podrá demandarlo por adulterio y solicitar un divorcio sin repartición de bienes. Eso es lo que él quiere , quedarse con la fortuna que sus padres construyeron con tanto sacrificio. Está segura. " No voy a dejar que te salgas con la tuya , Pablo" piensa. Mientras tanto guardó muy bien los cepillos hasta que llegara el momento adecuado y pudiera salir sin levantar sospechas. En cuatro días tenía una cita médica. Justo allí aprovecharía para completar su plan. Solo espera que pueda hacerlo. Hace mucho que pierde las citas porque Pablo por alguna razón le impide salir de casa. " Mi única esperanza es que Magda venga como prometió" piensa mientras regresa a su recamara. Tiene hambre y planea pedir a una de las mucamas que haga venir a la cocinera más tarde para darle algunas instrucciones sobre sus alimentos y advertirle que de ahora en adelante solo ella debe prepararlos y que nadie más debe tener acceso a ellos. ... Más tarde. Ana espera ansiosa a la cocinera Pero quien entra es Sofia con una bandeja servida , lista para desayunar. Su estómago empezaba a gruñir por el hambre. Pero se resiste internamente a comer de esa bandeja. Entonces mira a Sofía quien le muestra una sonrisa falsa. —Señora, quise traerle hasta aquí sus alimentos. Se que debe estar aún débil por sus malestares estomacales así que me esmeré en preparar algo muy rico para usted—Ana suspira. "Ahora ¿ Que haré? ¿Que excusa daré para no tener que comerme esto?" Entonces Sofía interrumpe sus pensamientos inquietantes. —Ademas, estoy avergonzada por mi conducta anoche cuando cenaban. No sé qué me pasó el señor me pidió que lo acompañara a ese orfanato y fue tan dulce que él pensará en hacer esto por usted y me exaltó el hecho de ver su negación Pero... —Olvidalo Sofia, no te preocupes por eso, pedí venir a la cocinera , hay algo que quiero pedirle , ¿ por qué no ha venido?—pregunta. Para Ana, es importante encontrar la manera de evitar el desayuno y asegurarse de que Sofia no pueda tener acceso a sus alimentos hasta que pueda escapar. —Que bueno que me ha perdonado usted por mi atrevimiento. La señora Piedad está muy ocupada , lo que necesite puede decírmelo a mi. Mire, le he preparado unos deliciosos sandwiches de queso de cabra y milanesa. Los vegetales están frescos, son del huerto y le aseguro que la avena le encantará, está fría y tiene un punto de canela y ...— Ana decide no insistir con lo de hacer venir a Piedad para no levantar sospechas. —Dejala ahí Sofia, gracias, atenderé unos asuntos y luego degustaré el platillo. Cómo dices, luce delicioso. Muero por comerlo ya mismo pero tengo que enviar unos correos y ...— Ana toma la laptop de un lado de su cama y la enciende ante la mirada desconfiada de Sofía. —Bien, no estoy apurada, esperaré aquí , quiero verla comer señora Ana. Mírela, parece que está esquivando los alimentos. Luce pálida últimamente — dice y se queda a un lado de la cama. Mirando fijamente a su ama. —Te cansaras de estar de pie, mejor vete, te pediré que subas cuando haya terminado de comer — Sofia respira hondo. —¿O cuando la haya botado en la basura del baño señora Ana?— Ana abre grande su boca. Entonces frunce su entrecejo. —¿Que dices?—Titubea. — Una de las criadas cuando lavó su sanitario Ayer descubrió la comida tirada enteramente en la papelera. ¿ Dejaron de gustarle los croissant?— La mira con semblante acusador. —¿Sofia... Yo... No quería desairarte ayer e intenté comerlos pero mi estómago aún.... — En ese momento suena el timbre de la puerta. Suena con insistencia y Sofia camina hasta la ventana. Entonces Ana oye gritos desde afuera. —¡ Ana! ¡ Soy yo, Magda! ¡ Abre la puerta!— Ana puede ver cómo Sofia cambia de color. Ana rápidamente se pasa a la silla y cuando va a la ventana a mirar a su amiga Sofia corre la cortina. —¿Que haces Sofia? ¿Quien te ha dado derecho a ...?— Sofia sale de delante de su presencia apresuradamente. Debe evitar que esa mujer entre a la casa. Algo le dice que viene a proteger a Ana. Ana sigue veloz hasta la puerta pero Sofia la ha cerrado por fuera. —Pero... ¿Que es esto? — Ana golpea la puerta con fuerza gritando que la dejen salir. Entonces la puerta se abre. Ana mira a Tom quien con ojos tímidos la observa. Ana suspira y le sonríe agradecida. Sofia había pasado un seguro para evitar que Ana saliera detrás de ella. — Gracias — Le dice Ana y sin perder tiempo se dirige al ascensor. Entonces al llegar a planta baja mira a Sofía en medio del recibidor con su puño sobre sus labios. Pensativa. Ana se apresura. —¿ Qué rayos le pasa, Sofia? ¿ Por qué me encerró en mi recámara?— pregunta enojada. Su corazón brinca desbocado. —Señora, no fue a propósito... Yo ... — Ana la mira con desaprobación. Entonces se dirige a la puerta pero Sofia la detiene sosteniendo la silla con fuerza. —¿Que le pasa? Déjeme ir maldición. Es una atrevida. ¡No tiene ningún derecho a prohibirme nada Sofia! — grita. El timbre suena con insistencia y el ama de llaves viene enseguida al oir el alboroto. Así como los demás criados. —No Adel. El señor ordenó que la señora no recibiera visitas, no puede abrir esa puerta. O será despedida — Le dice Sofia con desesperación. Adel se detiene confundida y mira a Ana con pena. — Ya déjeme , le ordeno que no intervenga Sofia. Soy su patrona, su jefa, maldición ¿Acaso quiere tomar mi lugar y darle ordenes a mi personal doméstico?— grita con indignación. Sofia quiso gritarle que si, que ella sería la nueva patrona. Pero enseguida recordó que Ana es dueña de la tercera parte de todos los bienes y apretó sus labios para no contestar. Entonces todos notan como la puerta es derribada. El guardaespaldas de Magda tuvo que derribar la puerta y Magda corrió al lado de Ana. Ana se alegró infinitamente al ver a su amiga. —¿ Estás bien?— pregunta Magda revisando su cara y enseguida Sofia corre al teléfono. " Pablo , debes venir, de prisa, no puedes dejar que esta mujer se lleve de aquí a Ana sin antes haber cumplido nuestros planes, apúrate " susurra al teléfono. "¿De que hablas , Sofia?" " Que vengas de inmediato o ella podrá escaparse de nuestras manos y perderemos todo, por favor , no tardes " susurra de nuevo y cuelga. .Aprovechando que Sofía se apartó para hablar por teléfono, Ana, toma la bolsa con los cepillos de dientes. Su corazón late con fuerza, la tensión en el aire es palpable.—Por favor, guarda muy bien este paquete, Magda —le dice, su voz está temblando ligeramente.—¿Qué es?— pregunta Magda mirando la bolsa, entonces sube la mirada a su amiga. —¿Cómo estás? Es extraño el comportamiento de esa mujer. ¿Por qué no abrió la puerta? ¿Quién se ha creído? —pregunta con respiración agitada, su preocupación es muy evidente.—Ya tendremos tiempo de hablar de eso. Pero esto es la prueba de que Pablo es un imbécil y de que siempre me engañó. Estoy segura —dice Ana, con una determinación que oculta su vulnerabilidad. Magda asiente y guarda los cepillos en su bolso, sintiendo la angustia de su amiga. Sofía se acerca nerviosa, su expresión es tensa.—¿Qué pasa, Sofía? ¿Cómo te has atrevido a desafiarme? Magda es mi amiga. Fue una grosería no abrir la puerta.—Lo siento, señora, es que es una orden d
En su despacho, Pablo da vueltas, furioso. La intromisión de Magda lo consume. Desea estrangularla por haberlo desafiado. Con rabia, arroja una botella de cognac contra la pared, el cristal estalla en mil pedazos. Se lleva las manos a la cabeza, sintiendo una frustración abrumadora."Debo apoderarme de todo rápidamente para acabar con ella. Maldita sea, Ana, ¿por qué tuviste que traer a tu entrometida amiga a mi casa?" piensa, la impotencia está apoderándose de él. Nadie sabe que ha quedado en la ruina y Ana no le permite dirigir el imperio que le dejaron sus padres con total libertad. Aunque el poder que le da ser su esposo es bastante y le da muchísima influencia y autoridad, no se conforma con lo que él mismo llama :" migajas" Así que debe quitarla del camino y recuperar todo el poder y el prestigio que tanto ambiciona....Mientras tanto en el recibidor. —¿Viste su cara? Es obvio que está asustado. Se dio cuenta de que no estás sola, Ana, se siente acorralado —dice Magda, sentánd
Días después, Ana y Magda se encontraban en el jardín, susurrando un poco más sobre los próximos pasos de Ana. —Estoy realmente preocupada por ti, Ana —dijo Magda, su voz apenas era un susurro. —No sé cuánto tiempo más podrás vivir así, bajo el control de Pablo. Bajo amenaza de muerte, tenemos que tomar decisiones y no solo esperar que algo bueno pase—Ana miró al suelo, sintiendo cómo la amargura la invadía. Entonces alzó su mirada cristalizada. Mira a su alrededor nerviosa. —Tienes toda la razón en estar preocupada, Si llega a sospechar de mis planes y de que pienso arrebatarle una oportunidad con ese empresario , estoy segura de que podria reaccionar de forma violenta . —Su voz temblaba ligeramente.— ¿Y si llamaras a la policía? Ya te dije la otra vez, debes solicitar protección de tu marido. Oíste una conversación muy perturbadora. ¿Que más prueba que esa?.—Exacto. Será mi palabra contra la suya. Además, ¿De qué serviría? Pablo podría deshacerse de la responsabilidad tan r
Blackwood se reclinó en su silla, sus manos entrelazadas detrás de la cabeza. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas de su oficina, iluminando las innumerables propuestas que yacían sobre la mesa para el nuevo resort de lujo que tiene en mente. Sin embargo, sus pensamientos estaban en otro lugar. Los diseños que había recibido eran decepcionantes; carecían de la audacia y el glamour que había imaginado para Eco futuro. Su nuevo proyecto. —¿Eso es todo? —preguntó, su voz sonaba cargada de frustración.—Sí, jefe —respondió su asistente, con una mezcla de nerviosismo y resignación.—Entonces preferiría no desarrollar esa área por el momento —declaró Blackwood con su mirada fija en los planos.—Pero, ¿cómo se lo explicarás a tu padre? —preguntó el asistente, consciente de la presión familiar que pesaba sobre Blackwood. Este alzó la mirada y le dedicó una risa mordaz. —Si no puedo hacer esto, entonces debo conseguir esposa y tener un heredero a cambio del apoyo de la junt
Mientras tanto, en la casa de Pablo, la atmósfera era tensa. Él no había ido a la empresa, prefiriendo quedarse en casa para desayunar y tratar algo que no termina de concretarse. La adopción de Tom. Todos están a la mesa. Ana, observando al niño, sintió una punzada de preocupación. La idea de que lo tuvieran presente para discutir su adopción la inquietaba. Se notaba que era urgente para Pablo que ella decidiera adoptarlo. El pequeño, inocente de todo, solo jugaba con los cubiertos mientras evitaba mirarla. —Ana, ¿cómo te has lleva con el niño estos días? —preguntó Pablo, con voz seria. —Necesito que me digas si estás de acuerdo en adoptarlo. Ya ves que este niño se porta muy bien y casi nunca causa problemas. Es hora de tomar una decisión, Ana— Pero Ana no puede evitar dejar salir su frustración por la presión que le ejerce su marido ante un tema tan delicado. Además, algo más la inquieta. El hecho de que Sofia esté siempre presente le causa mayor enojo. —¿Por qué está ella aq
Ana despertó lentamente, enseguida recordó los sucesos en el comedor del día anterior. Pablo muy enojado no pasó a verla durante todo el día y ella había permanecido el resto de la tarde encerrada en su habitación. Después del evento durante el desayuno Tom no ha querido despegarse de Sofía y eso ha convencido aún más a Ana de que debe darle largas a ese asunto. Está segura de que lo único que buscan esos dos es formar una familia con Tom, con su dinero y con ella bajo tierra. Debe ser muy inteligente y no parecer obstinada sino más bien objetiva. Pero esta mañana nada de eso la atormenta , esta mañana fue muy diferente a las demás . Durante la madrugada, Ana creyó sentir sus piernas , pero ahora que estaba completamente despierta se daba cuenta que no fue un sueño. Estaba sintiendo un leve cosquilleo en ellas. Era una sensación extraña, casi olvidada, que la llenó de esperanza. Ana mordió sus labios con cuidado ante la enorme emoción que estaba sintiendo. "¿ Será posible?” Se
Ana reposa sobre la cama , aún ideando la manera de desviar de Pablo la atención sobre su movilidad en las piernas. Si llega a sospechar no podrá seguir evadiendo el veneno. Está segura de que la obligarán a comer y no la dejaran sola ni un segundo. De pronto la puerta se abre y Sofia forzando una sonrisa entra sin pedir permiso. —¿ Por qué entra así , Sofia? Pudo tocar antes. —Perdone señora. Es que estaba muy preocupada. Me dijo Julia que la encontró en el piso. Nunca antes había sucedido algo así. ¿ Será que está empezando a tener fuerzas en sus piernas? … Eso sería… Genial — dice con un gesto de falsa sonrisa. Ana respira hondo. Le advirtió a Julia que no dijera nada pero descaradamente la ha desobedecido. Entonces hace una negación. —¿ Cómo crees , Sofia? Que más quisiera yo. Pero estas piernas están inertes, pareciera que no fueran mías. No puedo sentirlas por más que intento — finge tristeza cuando lo que está es angustiada. Sofia sonríe y se acerca más.—Le he traído
De pronto, el silencio de la casa se rompió por un estruendo proveniente del segundo piso, seguido de un llanto desgarrador. Pablo y Sofía se detuvieron en seco, el bate que había levantado Pablo para golpear las piernas de Ana descendió lentamente. La tensión en el aire era palpable, y sus miradas se encontraron, llenas de frustración y miedo.—¿Qué demonios fue eso? —preguntó Pablo, con voz baja pero intensa, mientras su ceño se fruncía. La ira y la preocupación se entrelazaban en su expresión.—No lo sé, pero suena como si Tom estuviera en problemas —respondió Sofía, con un tono lleno de ansiedad. —¿Crees que nos haya visto?— preguntó Pablo en un susurro. Sofía hace una negación y tras oír más gritos del niño corre hasta afuera. El niño había estado inquieto desde que habían decidido llevarlo a la mansión, y ahora su llanto resonaba como un eco de sus propias inseguridades. Pablo soltó el bate, que cayó al suelo con un golpe sordo. Sofía corrió hacia la escalera, mientras Pab