La noche del Jueves Nessa renunciaría a su alocado estilo de vida, por lo que decidió salir a beber por última vez.
Se puso un vestido rojo, estallado y sensual, era sexy pero elegante. Sus labios carmesí, sus ojos claros que brillaban con las luces de aquel lugar y sus tan conocidos tacones de suelas rojas. Esa noche se había arreglado para ella. No necesitaba a ese par de bonos que la reconocieron desde las sombras. Nunca repetía el mismo bar, pero esa noche buscaba la seguridad que el antifaz le otorgaba. Nunca pensó que sin alguna vez ponía pausa a este tipo de vida, le resultaría tan difícil, tal vez era el hecho, que muy en el Fondo creyó que cuando lo hiciera sería para casarse, para formar una familia y no por la seriedad de su palabra ante un acuerdo. Una lágrima todo por su mejilla, dejando un leve surco en su maquillaje. Pérdida en sus pensamientos, parecía aún más etérea e inalcanzable. Algo en su pecho se retorcio, un sentimiento de dolor que Charles no podía comprender, quería protegerla, quería consolarla, así como también deseaba llevarla nuevamente a su cama. Por que esta chica le representaba una obsesión. Este sentimiento lo hacia sentirse hipocrita, ya que él tambien deseaba aprovechar el instante y desecharlo despues. Se sentó al lado de ella en silencio, esperando el momento apropiado para llamar su atención. "Zefiro" el timbre de su voz llamandolo, era tan sensual. "Enigma, nos volvemos a encontrar" ambos fingieron que aquella lágrima que pendía de su barbilla no existió nunca, para el ella era la mujer más hermosa aunque sólo pudiera ver el color de sus ojos y la forma de sus labios carmesí. Él la miraba atentamente mientras tomaba un Whiskey, admiraba su belleza. Qué tenía esa mujer que podía volverlo loco?, Qué le hacia querer más de ella?, Esta mujer se había vuelto su obsesión acaso? una cosa era cierta, él no aceptaria que su mente o por o menos se deseo le pertenecia a ella, a Enigma La tomó de la mano y la condujo a la pista, necesitaba amoldarse su cuerpo en ella, necesitaba de aquel rose que le había vuelto loco, deseaba tenerla, poseerla, pero todo a su tiempo se recordó tratando de ignorar el fuego que ya corría palpitante por su entrepierna. Sentir el movimiento de su sensual trasero al bailar era para Charles una deliciosa tortura, su miembro ardia, lo volvía loco, el rose del cuerpo de aquella mujer nublado su juicio, dejando salir sus más bajos instintos animales. Le hacia preguntarse el ¿Por que? , preguntarse si ella era su presa o quizás lo era él, ¿Quien era el gato? y ¿Quien el ratón?. Pero descarto esos pensamientos, esa noche su deseo era no pensar, no planear y solo disfrutar, ahogarse en la mujer que tenia enfrente, llenarse de su sabor de su olor, de su esencia. Mañana tendría que pasar el día con una mujer completamente diferente, "genial"penso con un sarcasmo evidente. Charles beso su nuca juguetonamente, tratando de llamar su atención, podría tal vez... pero desecho inmediatamente ese pensamiento, no estaba aqui buscando ser su heroe salvador, por el contrario queria undir su carne en su piel. Mientras que sus sucios pensamientos lo consumían ella trataba de no pensar. El bello de su nuca se erizo, la reacción casi de inmediato lo hizo desearla más, era un vino que disfrutaría despacio sin prisas. Disfrutando del buque de su cuerpo, del olor de su cabello, del calor que despedía. Puso su mano en mis caderas, amoldando sus dedos a su figura, percibiendo o recordando lo que habia bajo la delgada tela, no pudo evitar soltar un gruñido ahogado contra la piel de ella. El depredador estaba preso, preso de sus deseos, de sus pensamientos, del calor en su entrepierna, del palpitar de su miembro. Deseaba gruñir como un animal, se sabía fuera de sí y lo disfrutaba, la adrenalina del momento, las miradas fijas en ellos, la lujuria que despertaban, el morbo en las miradas que se posaban en ellos. Pensando en la razón de por que alargaría su dulce momento un poco más, mientras disfrutaba del olor de su piel, del rose de sus caderas y de lo loco que le hacia sentir.Salieron de aquel lugar, envueltos en públicas caricias y miradas llenas de lujuria, ignorando a los peatones que curiosos que voleaban a verlos morbidamente, ambos tratando de llenar los huecos de sus vidas, con lo que fuera que fueran esa noche, amantes compañeros, cómplices o completos desconocidos. Esa noche era solo suya, escondidos donde quiera que fuera que su deseo los llevara.Buscaban la privacidad de la noche, la complicidad de la Luna, el cobijo de los vuerpos celestes. Ella tomó primero el control, el ritmo lo marco ella. Recostado sobre la cama jadeante, ella le acaricio el pecho sintiendo sus respiración entrecortada, paso sus dedos juguetones rozando apenas. Un gemido masculino, un gruñido ronco en su garganta, alargando el intimo momento.Desabotono la camisa botón a botón, recorriendo con sus labios su piel, tomándose ocacionalmente su tiempo dando pequeñas mordidas juguetonas en su piel. Dulce tortura, disfrute de sus obscuros deseos. Charles disfrutaba de cada car
No pudo evitar llevarlo a su boca, soborearlo con su lengua que recorrio os surcos de sus venas saltadas, incluso morderlo un poco. Estaba inchado por el torrente de sangre que corría a través de él. Esa mujer lo estaba volviendo loco, se estaba convirtiendo en su adicción. Era evidente que Nessa llevaba el timón de este barco llamado deseo, por lo que una sonrisa triunfal se formó en su sexy boca, poco a poco subió por su abdomen, por su pecho, por su cuello hasta llegar a sus labios, por lo menos por esta noche aquel desconocido, no tan desconocido era suyo y estaba perdido a sus pies, besando sus finas suelas rojas. Charles no dudó en sacarse los zapatos, mientras se desprendía de lo que quedaba de sus prendas, quedando estas regadas por el suelo de la habitación, por su parte a ella, sensualmente se Quito el vestido rojo, no traía sostén lo cual aumentó su excitación. Cuando estaba a punto de quitarse los tacones, él la detuvo, deseaba poseerla así como estaba, con su sexy antif
A la mañana siguiente, no quería salir de la cama, deseaba dormir hasta tarde pero tenía que poner manos a la obra. Entro en la ducha, sintió como el agua caliente relajaba sus músculos tensos tras los sucesos de la última noche. No tenía marcas visibles, eso era bueno. Le dolia la cadera y un poco la cabeza, busco dos tylenol, se puso un overol de mezclilla con una blusa de marga corta, unas balerinas viejas, se desenredo el cabello, se recogió su cabello en una coleta alta, odiaba lo que veía en el espejo pero debía seguir con el papel de la chica buena. Nada debería salir mal, pensaba mientras ponía un poco de brillo en los labios y rimel en sus pestañas, simplemente genial. No era que él look no le favoreciera, pero le recordaba un poco a esa parte de ella que deseaba olvidar. La niña frágil y patética que lo hubiera dado todo por amor. A mediodía un auto de lujo se paró frente a "su casa", ella salió rápidamente, no debía levantar sospechas, si el notaba que nadie ahí la co
Cuando la empleada volvio, no volvio sola cuatro o cinco chicas con exhibidores de prendas la seguían, "por aqui señor Thompson", "pobre ilusa yo no soy el obstáculo" no pudo evitar mofarse en su cabeza. Para Nessa era divertido como aquella o aquellas chicas creían que los hombres con él señor Thompson eran el premio mayor, que estupidez. Los condujeron a una pequeña sala de estar privada con un sillón, una mesita de noche y un probador, así que hoy a esto iban a jugar. No le agradaba ser su muñeca por este o cualquier otro día, pero debía ser mas lista, ser paciente más que nada ser profesional. Entre la ropa que le llevaron, habia vestidos largos, cortos, de noche, de coctel, algunos trajes de dos piezas. Todos en colores, Rosa, crema, blanco y negro. Básico pero elegante, al menos en apariencia. Cuando el grupo de tontas salio, Charles le hizo un adelanto desinteresado de que se probara todo lo que había ahi, nada era sexy por lo que las marcas de su pecho ni siquiera se not
En lo alto de un rascacielos, una sala llena de gente importante, grandes ventanales de cristal. Un grupo de hombres importantes vestidos de trajes caros, se reúnen a tratar asuntos de alta importancia para su futuro. Charles Thomson, el joven CEO de Networks and Systems, una empresa de tecnología experta en satelites y redes de telecomunicaciones, golpea con fuerza la mesa de la sala de juntas con el puño cerrado, sobresaltando a los socios que estaban ahí presentes."No vamos a cambiar la forma de trabajar en esta empresa", su voz retumbo en el recinto. Los presentes se miran los unos a los otros buscando quien se anime a contradecirlo. " Señor Thomson, sea racional, la revista News, lo ha catalogado como el empresario mas odiado de Nueva York" unos de los presentes hablo con voz temblorosa y sudor en la frente y manos."Y, ¿Como planean cambiar mi imagen?" una mirada retadora le incitaba al temeroso hombre a seguir hablando. " ¿Acaso, ustedes tienen una solución?". Los presentes te
Vanessa Scott, se había ido de la ciudad de Nueva York hace diez años tras ser burlada y rechazada por el que ahora era un importante hombre de negocios. Deprimida se habia ido a vivir de manera modesta al rancho que alguna vez habia sido de sus padres, ahora le pertenecia a ella tras la muerte de los mismos, cansada y abatida, buscaba lamerse una a una sus heridadas. Sola y desaparada se habia creido las falsas promesas de amor eterno de un Joven Charles, que termino desechandola cuando no tuvo mas valor para ella que el de una moneda de cobre o de latón.El recuerdo sus lagrimas, bajo la lluvia con los sueños destrozados y las promesas rotas, ella le habia dado todo, su primer amor, su primera vez y el lo habia tomado sin detenerse a darle el valor que ella esperaba. Tomo su corazon, lo estrujo y tiro al cesto de a basura sin remordimiento alguno. "Pobre huerfana deberas creiste que alguien tan poca cosa como tú se quedaria con él", y sin más habia sido despojada de la unica ilusión
Vanessa bailaba sexy y despreocupada, su aura sensual llenaba la atmósfera, no era la típica niña insegura ella era toda una mujer. Habia aprendido a no invulucrarse, tomar lo que queria y marcharse .Conciente del poder que poseía sobre los hombres a su alrededor. Con un ligero coqueteo caerian todos a sus pies, no era que ella realmente lo necesitara, su presencia se imponia en aquellos que la rodeaban. Un chico impertinente trato de besarla sin su consentimiento, pobre idiota. Ella lo abofeteó sin culpa alguna, el mensaje era claro "no, era no". todos los ojos de el lugar se posaron en ella por un momento, pero finalmente a nadie le importo aquel tipo. Charles Thompson estaba estupefacto, Una mujer como esa pondría el mundo a sus pies, con solo sonreír. Su presa habia aparecido ante sus ojos sin siquiera buscarla, la mesa estaba servida y él seria el comenzal que la degustaria.Esta casería cada vez le parecía más excitante. Este era uclub n lugar exclusivo, el acceso era solo par
Al despertar se encontraba sola, él hacia un rato que había partido el calor junto a su cuerpo se habia esfumado aún cubierto por la oscuridad de la noche. Vanessa deseaba seguir durmiendo, pero la responsabilidad la llamaba y debía cumplir con sus planes, afortunadamente había previsto un cambio de ropa, y un auto viejo y destartalado que sería la coartada perfecta para su disfraz de secretaria. Tomó un baño caliente que relajo sus músculos. No pudo evitar mirar su tobillo, la esclava de oro que aquel hombre vil le había regalado hacia años estaba ahí, era el recuerdo de su dolor y su deseo de revancha. representaba la fiel promesa de no volverse a enamorar, de no salir lastimada ni permitir que la menospreciaran una vez más. Nessa como alguna vez fue llamada cariñosamente por su padre, evaluaba con nostalgia su vida, no era como ella la habia soñado, pero era funcional. Al mirarse al espejo se alegro de haber escogido un atuendo recatado, con el cual podría cubrir las señas del ca