Segundo prologo
Es un sueño, un lugar de belleza etérea e inexistente, en medio de una bruma, de lejos un palacio de cristal, para el se detuvo el tiempo y el silencio le incomodo.
Ahí entre el oscuro cielo ella aprecio, una visión, una dulce doncella, vio la luz pasar a su lado y cegarlo.
Su belleza, un poema que el alma no entendía, ojos de diferente color, un resplandor divino en su ojo color plata, un lucero frio en el ojo color morado, un dolor traspaso su corazón.
Era tan perfecta, su piel blanca, un susurro -Tu eres mío-, como un trago de la luz de la luna lo embriago.
-Eres un ángel o un demonio- El joven pregunto, como un veneno, que lento lo consumía, confundido por su hermosura, “Te amo, Dulce doncella de piel como la luna” pensó, “es el destino, Yo soy tuyo y tú serás mía”.
Ella esbozó una sonrisa, no una de alegría, una que precedía a un ataque, una sonrisa con los dientes del lobo.
Como un eco desapareció, solo dejo el remanente del sentimiento y un dolor imposible de llenar.
-Despierta, Principe Lyaus, es hora de patrullar-
-Estoy despierto- El sorprendió al sentir sus ojos llenos de lágrimas y la sensación de que olvidaba algo.
Capitulo 1: Tan blanca como la luna
De noche sin luna, oscura para la vista del príncipe Layaus Kaelos, considerado entre varias casas de nobles el más adecuado para ser el heredero del rey, pero hace 3 años en su último momento de vida el rey decidió decretar una orden que no puede ser desobedecida, el príncipe que mate a la última bruja será el nuevo rey, 3 años el reino a estado sin rey, un trono vacío, en este tiempo nadie ha visto a una sola bruja, solo esbirros debilitados por la falta de sus amas y señoras.
En las profundidades de la frontera del reino de los lobos, Layaus entrecerró los ojos, forzando la vista, un pequeño destello blanco se deslumbraba entre los árboles más lejanos, pero fue su olfato que le advirtió claramente la presencia de unos seres mágicos, sirvientes de brujas, sus formas etéreas eran invisibles ante su mirada confundiéndose en la penumbra.
Fue la carga que llevan la que los traiciono, es una mujer joven de piel tan blanca que rivalizaba con la luz de la luna llena, cabellos blancos con brillos plateados, que solo era visible por momentos cuando pasaban entre los árboles que se interponían entre los lobos y los sirvientes de la bruja.
El príncipe, detuvo a su grupo de guerreros, sin hacer ni un ruido, asechando, dirigió la atención a los esbirros espectrales y ordenando a dos acechar e interceptarlos solo con movimientos de las manos o simplemente con una ligera mirada.
El y los demás atacarían por la espalda, cuando sea el momento.
Todos los hombres lobo observaba desde las sombras, esperando la señal del príncipe.
Los ojos del príncipe solo podrían ver a la presa que era jalada y arrastrada, por sus muñecas, era una joven sucia por la tierra, fango y vegetación, llena de arañones y rapones, harapos de lo que alguna vez fue ropa, ella peleaba, pateaba, mordía y gruñía sin tener ni un solo efecto en sus captores.
Lyaus entendía lo que pasaba, pero desconocía porque esa mujer era la criatura más hermosa que jamás podría haber visto algún ojo mortal, una belleza solo guardada para los dioses o la luna rencarnada en humana, en licántropo.
Su piel blanca, con mejillas rojas por el esfuerzo de intentar liberarse, sus pestañas blancas que adornaban como el oro blanco a sus ojos, uno de color plata tan brillante como la luna llena, el otro morado profundo como un mar iluminado por las estrellas de la noche, sus delgados brazos rasguñaban con sus garras hechas para matar, que en ella parecían un adorno mas que resaltaba lo delicada de su belleza, su cintura descubierta hasta las costillas que reflejaban hambre y desnutrición, para él era como si curvaban como la luna creciente, una figura de belleza suave y etérea.
Sus piernas largas, delgadas, con raspones llenos de sangre roja, mas roja aun en contraste de la palidez de su piel, opacaban el brillo del rubí, el mismo príncipe se pregunto a si mismo, porque algo tan malo como es ver a una muchacha así, puede estar tan lleno de belleza, que ocuparía a los mejores trovadores o bardos humanos para apenas describir la belleza que el miraba.
Un golpe de un codo en sus costillas impartido por su amigo y uno de sus mejores guerreros, Axel, un hombre de barba y pelo amarillo dorado, sonrisa confiada y respaldada por sus habilidades en batalla, hizo entrar en razón al príncipe y dar la orden, un silbido minúsculo, que solo podría ser escuchado por los oídos de los lobos.
Los dos soldados salieron entre las sombras que estaban delante de los esbirros, derribando a uno de un solo golpe con un hacha cortándole lo que se podría decir que son las piernas, ya en el piso el esclavo empezó a reformar sus extremidades amputadas, solo la agilidad del soldado al introducir su garra al pecho del esbirro derribado y aplastar con sus dedos lo que podría ser su corazón, su fuente de magia y vida, su núcleo.
El esbirro emano un chillido más parecido al sonido del viento cuando silva entre las ramas de los árboles y desapareció.
El siguiente esclavo de las brujas ya estaba encima de los dos soldados, el segundo apenas logro parar su ataque con el escudo, el golpe fue tan fuerte y desconcertante, “Son solo niebla” pensó, mientras la vibración recorría todo su cuerpo.
El príncipe y los demás soldados al ver que todos los esbirros dirigían su atención y ataque a los dos pobres soldados que sirvieron de señuelo, atacaron al unísono, eliminando a 4 esbirros la vez reventando su núcleo.
La damisela fue liberada de los jalones del esbirro, volteando ingenua a lo que pasaba, el príncipe que no podría apartar su vista de los ojos de ella, le regalo su mejor sonrisa, “En que mundo se me ocurre coquetear en un momento así” pensó mientras seguía sonriendo ante la mirada ingenua y agresiva de la joven.
-¡Pixel esta herido!- La advertencia hizo voltear al príncipe solo para ver a un soldado con el costado lleno de sangre intentando alejarse de los demás golpes que le llovían.
-Arrgg- Otro ruido, otro soldado, siendo abatido con el cráneo aplastado sobre un tronco caído.
-Agrúpense- Grito Axel poniéndose entre los esbirros y algunos soldados, eliminando a un esbirro de un solo golpe, tratando llamar la atención de los otros.“En que momento, perdieron el control de la batalla, aun teniendo la ventaja de atacar por sorpresa, no pensé que fueran tan poderosos” Se lamenta Lyaus, que se coloca al lado de Axel, para ayudarlo.-Mi príncipe, déjeme esto a mi- El deber de Axel es mantener con vida al príncipe, pero sabe que ellos dos son los mas fuertes de la manada, los demás se enfrentan a una muerte segura.-Solo quedan 5 Axel, llevo 1 eliminado y tu solo uno, si mato a 3 más, ¡te ganare! --Seguro- Dice Axel mientras se abalanza sobre un esbirro sin duda ni miedo alguno, con su espada larga y pesada en lo alto.-Si, son matemática- El príncipe corre en diagonal, zigzagueando impulsado por su fuerza sobre humana de lobo, con sus dos dagas una en cada mano “todo hubiera acabado ya, si fuera luna llena y estuviéramos transformados”Ni los soldados con sus oj
toda su atención, su cuerpo musculoso cargando una espada más grande que había visto, sabía que si quería escapar de esto tenia que derrotarlo a él.-No, ella es mía- El grito del príncipe fue una orden, que detuvo a todos como estatuas al momento, ella solo alcanzo a voltear al cabeza para ver de nuevo al príncipe y esperar su ataque, pero solo vio una sombra que desapareció, ella aun con la boca abierta jadeando y su corazón latiendo con fuerza.Antes de que pudiera mover uno solo de sus músculos, la figura de el emergió enfrente de ella, la mano de el abrazo su cuello casi en su totalidad y la alzo como si no pesara nada, el tiempo se detuvo, la realidad se distorsionaba, la falta de aire le hizo entender que estaba siendo ahorcada, rasguño sus brazos con la poca fuerza que tenía, pero él no se movió, inmune al dolor, tenia que llegar a un punto vital, “Ataca a un ojo” pensó, y estiro el hombro, estiro la mano, estiro los dedos, sin llegar cerca de su cometido, sus brazos eran muy
fermentadas, vertiendo el líquido en la palma de su mano, dando una cachetada seca en la mejilla, frotando sin delicadeza alguna, y continúo frotando el antebrazo herido.-Te dije que no hicieras eso-El intento del príncipe por poner resistirse fue detenido al momento con un simple -Callate- de Vasper, continuado con un canto en voz de susurro, el líquido impregnado en la piel de Lyaus se movió y se introdujo en cada herida que tocaba, sin quedar rastro del líquido, dejando una costra negra verdecía.-Listo, mañana no habrá cicatrices. Que bueno que estoy aquí para cuidar de mi hermano- Listo y presto se sentó en el lugar de su hermano, subiendo los pies a la mesa, con un aire de haber salvado el día.Solo el príncipe lo toleraba, ni Axel, ni los dos generales soportaban su comportamiento de niño mimado, Vasper lo sabia y mas intolerante era enfrente de ellos, él sabía que es intocable, no por ser el príncipe más joven, era porque él tenía un poco del amor de la luna que todos buscab
-Para que no me hagas daño a mi- El príncipe sonrió, con esa sonrisa tan practicada que tenía, para ganarse el corazón de las chicas y el apoyo de los hombres, también señalo las costras negras/verdes que tenia donde ella lo había rasguñado en la mejilla y antebrazo.-Desátame si tus palabras son ciertas-El príncipe dudo y cavilo sus opciones, una era la posibilidad de que ella se escapaba, perdería información muy importante, otra es que ella lo ataque y él se tendría que defender de nuevo, perdiendo así la oportunidad de ganar su confianza y la información que le diera no podría ser cierta, solo una opción fue la viable.-Esta bien, pero por favor no me ataques, ni escapes--Esas son muchas condiciones- Refunfuño ella.El desamarro una de sus muñecas, dejándola libre para que ella pudiera desamarrarse las demás, el príncipe le dio su espacio, el poco espacio que permitía la carpa, y se volvió a sentar en la silla.-¿Un poco de comida?- Él se apuró en señalar un plato con fruta y ja
-Lo prometo- Dijo el príncipe, pero una siempre promesa no la convencería, él lo noto, supo que eso no sería suficiente, toda ella gritaba venganza, él lo sabía, pero no lo lograba comprender, porque nunca había sentido un dolor como el que ella carga ahora. – Lo prometo, yo príncipe Lyaus Kaelos, contendiente al trono, por mi honor de lobo y por el amor de la luna – golpeo su pecho con el puño, para sellar su promesa.-Hace mas o menos una semana, una voz resonó en el cielo en todo el pueblo… que está ubicado más allá de la piedra del aullido, era un pueblo chico sin nombre…- Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, el apenas fue capaz verla - …esa voz, pidió una ofrenda, me pidió a mí, el pueblo y mi familia se negaron a entregarme, y la voz no dudo en enviar a esos fantasmas negros, en una sola noche, destruyeron y mataron a todos, solo a mi me capturaron, la voz exigió que me llevaran al reino del castillo negro-El príncipe se levanto de la silla, acercándose a ella con un p
El ruido de afuera despertó a Selini, su dormir en una cama fue algo reparador, aun siendo pocas horas, apenas se aprecian los rayos teñidos de naranja entre los pliegues de la tela de su tienda, no es normal para ella escuchar golpes y voces ásperas, voces de soldados, sonidos de espadas y lanzas al chocar.Se levanta y observa, hombres vestidos con pieles gruesas, levantando apresuradamente mochilas y bolsas llenas de telas y víveres, otros más cargando varias armas y el estandarte de un lobo negro.Podría parecer que todo es un caos, pero la organización es perfecta, todos saben qué hacer y cuando, donde moverse, para colocarse en una columna de soldados perfectamente alineados.En sentimiento más parecido a un escalofrió recorrió su cuerpo al ver que todos estaban preparados para la guerra, todos y cada uno de ellos era un instrumento para su venganza.La incertidumbre de su futuro enmarca la sensación de vulnerabilidad.-Buenos días Selini--Buenos días…. príncipe- Intento oculta
-¿Qué edad tienes? - Era una simple pregunta, Selini pensó que era una pregunta inocente, pero a la vez se ruborizo.-17 ¿y tú? - El noto el rubor en las mejillas blancas, era demasiado evidente, eso la hacía más hermosa aun ante los ojos de Lyaus.-21… –- Tienes 22 hermanito- Interrumpió Vasper, saliendo de atrás y poniéndose en medio de los dos.Como era bajito y llenito, su manera de correr parecía algo chusca, como si rebotara con pasos largos, a diferencia del trote perfecto de todos los soldados.Una sola mirada de Vasper a Lyaus le explico todo esto “No voy a dejar que te lleves a esta niña a la cama y la hagas otra de tus victorias amorosas, ya estas suficientemente mayor para aceptar la responsabilidad de tu compromiso con Lady Dore y punto.” Lyaus solo pudo hacer voltear sus ojos, ante tal discurso.-Un gusto Señorita Selini, sé que ya fuimos presentados ayer, pero me gustaría repetirlo de una manera más elegante, Soy Vasper Kaelos el príncipe más joven y hermoso entre tod
La noche llego, sin luna de nuevo, en su punto más oscuro, donde Selini sentía ya no poder más, rendirse y descansar, voltio a ver a príncipe que no se le notaba cansancio alguno, pero si se percibía una preocupación en su rostro, por el evidente cansancio y trote inconexo de ella.-Ella es Mia-Grito la noche, grito que retumbo en la cabeza de todos, sorpresa tal que los hizo detener la marcha.No paso ni un segundo, cuando Axel llego al lado del príncipe, ya con su espada desenvainada y en guardia.Al detenerse las piernas de Selini no le respondieron más y callo en al pasto agotada y jadeando – Es ella – balbuceo entre una inalada de aire y otra – Es la misma voz, que escuche en mi pueblo- Concluyo.Lyaus y Axel, entendieron el peligro que los acechaba en ese momento -En formación de guardia- Grito Axel a todo pulmón, todos y cada uno de los soldados formaron una barricada en todas direcciones, cubriendo todos los ángulos, para evitar un ataque sorpresa.-Cuantos espectros crees qu