Rodrigo
—La noche es joven... ¿No te has enterado?, por Dios Rodrigo, tenemos 30 años no 300, deja ese mal humor, has regresado de España, creo que andas muy europeo, solo si dejas esa cara de muerto en vida te lo vamos a agradecer. !¡Vamos!. —Deja de gritar— reniego cuando me empiezan a desacomodar el cabello— ¡Ya!. —Vamos hombre, te fuiste a enterrar a Madrid para estudiar, para hacer una fortuna, para llevarle la contra a tu padre y por culpa de esa mujer, ya es hora de pasar la página— escucho a Jeremy y si estaba de mal humor ahora es mil veces peor, solo saber de quien hablan me tenso y me da rabia— ¡Cállate!, ni soy europeo ni mucho menos tienes que mencionar a nadie, mi vida no gira en base a ninguna mujer, para eso tengo varias a mi disposición cuando quiera y como quiera. Aceptó el vaso de tequila que me dan de mala gana y la rabia junto al alcohol me raspan la garganta porque detesto que alguien me hable de esa tipa, camino con mis amigos que al igual que yo ya tienen 30 años pero parecen mentalmente de 15 y ni hablar de sus hormonas, yo no soy ningún puritano, por el contrario como dije tengo mujeres porque mala pinta no tengo y ganas de sentar cabeza jamás, me fui a España efectivamente a hacerme un nombre propio como empresario y no estar bajo la sombra de mi padre, el hombre que más detesto, mis demonios solo me llevan a intentar disfrutar de la noche porque de las cosas buenas que tengo mis amigos definitivamente son las mejores, insoportables y tarados pero valoro la amistad por sobre todas las cosas y agradezco la bienvenida que me están dando. —¿Por qué me trajeron a un night club?. —No es un night club, por lo menos no uno de mala muerte, estamos dentro de la discoteca más exclusiva de la ciudad así que valora lo que hacemos por ti —¿Dónde diablos se supone que está el mojigato que se hace llamar mi mejor amigo? — levanto la voz— ¿Dónde está el?— miro mi reloj , la noche está divertida pero no tanto como para mí y pronto tengo muchas cosas de que ocuparme—¿no vendrá?. —No tenemos idea, lo invitamos pero seguro está en alguna reunión de negocios, familiar o pegado al trasero de la novia y no lo culpo— empiezan con sus cosas— la muchacha es bastante bonita, de esas curvas que no encuentras en las mujeres de nuestro círculo social que les gusta pesar menos de 50 kilos— pero en fin vamos a disfrutar. —!A tu salud!— brindamos— por Rodrigo, el soltero codiciado hoy, mañana y siempre. Celebro y me rio porque tienen razón, debo relajarme, bastante me he alejado de ellos y si hay algo que realmente valoro en la vida, es la amistad, mis amigos han sido lo poco que me mantuvo de pie cuando esa odiosa mujer me dejó hundido en la vergüenza y solo recordarlo me hace apretar los dientes pero no me voy a arruinar la noche. Las luces oscuras se tornan rojas, bajas y sensuales dando paso al espectáculo de mujeres que salen a bailar en copas gigantes de martini, estamos en la zona más exclusiva porque no les perdonaría que me metan en cualquier lugar y todos nos deleitamos con esos cuerpos esculturales, a diferencia de ellos no estoy chiflando como estúpido ni tirando billetes de 1 miserable dólar, me mantengo en mi postura, sentado observando todo con whisky en mano sin dudar de mi hombría que empieza a sentir el calor de ver a esas mujeres con poca ropa moviéndose como auténticas diosas de la sensualidad y el placer. Son bellas, de todo tipo y etnia sin dejar nada a la imaginación, el espectáculo es muy bueno y me llevo una gran sorpresa al darme cuenta que no son vulgares como pensé, el calor aumenta pero el excelente espectáculo termina dando paso nuevamente a los tragos a la música latina que nos gusta, hay música de todo tipo y aún así mis sentidos se enfocan a lo que pasa en la primera planta, un grupo grande aplaude sin parar a una mujer que está encima de la barra, eso sí es un espectaculo bochornoso pero muy sensual y me hace reír porque se nota que está muy ebria y yo también porque me levanto de dónde estoy para ver mejor. Las curvas se mueven con coordinación al compás de la música, sus caderas no mienten como dice la canción y el vestido rojo intenso se levanta un poco cuando sostiene los lados de la tela para menearse con más soltura, increíblemente a pesar de que se nota ebria, los tacones negros de tacón fino no le impiden bailar pero si la hace aún más sexy, demasiado. — ¿A dónde vas?— me interrumpe Jeremy el paso— estamos en la zona VIP, no tienes nada que hacer abajo. —Creeme, se cuando tengo que bajar y ahora es el momento— palmoteo su hombro mientras se ríe y bajo no sin antes escuchar a mi amigo gritando que por fin mi pito se ha interesado en alguien más que mi ex pero serían muy estúpidos al pensar que no le he dado uso a mi entrepierna—como si yo supiera que es la fidelidad. Camino escaleras abajo decidido, arreglando mi saco y mi cabello, huelo a whisky y cigarro pero tampoco es tan malo cuando se tiene un chicle, mis ojos no pueden dejar de mirar a la mujer que está rodeada de muchas personas que le celebran la hazaña de volver loco a cualquiera con las caderas y ojos que se carga. —Vaya espectaculo— susurro aunque claro que nadie me escucha porque están amontonados viendo cómo la mujer de vestido rojo hace un split— ¡Joder!. —¡Eso es amiga! — le grita una chica de pelo negro y mis ojos no dejan de recorrer la figura de reloj de arena que alborota su cabello y sonríe ampliamente tan roja como su prenda, el pelo le cae como una cascada de ondas de color chocolate, sus manos pasan por su cintura siendo algo totalmente erótico en lo que me puedo perder por horas, no solo es bella, es sensual y la quiero en mi cama— ¿Quien eres?— pregunto para mis adentros— ¿Quien es la desconocida?.Rodrigo —¿Quién es ella?Pregunto pero nadie me responde por andar babeando y aplaudiendo, no tengo idea de quién es pero su cara, su mirada me impacta porque aunque yo también tengo los ojos claros, los verdes que me miran con la boca entreabierta buscando aire son lo más sexy que he podido ver junto a los generosos pechos que se marcan cuando su pecho sube y baja apartando incómoda la mano que quiere tocar su pierna. —!No me toques!. —Sigue bailando!— gritan los borrachos— ¡Sigue muñeca!La seguridad se le ha ido, se nota aún ebria pero ya no tan suelta, un par de idiotas la aturden con su cercanía y ahora sí tambalea diciendo que la suelten por lo que me abro paso entre todos y entre muchas manos que la quieren tocar le ofrezco la mía recibiendo otro impacto cuando me mira asustada y aunque duda, recibe mi diestra cuando empujó a un borracho que se quería subir a la barra.—¿Estás bien?— no me equivoqué, su belleza es impactante pero más aún la mezcla de picardía e inocencia l
Gabriela —Tome nota, 1.68 más o menos, ojos verdes grandes, cabello largo con ondas de castaño oscuro, tez blanca, estaba con un vestido rojo. !¡Por favor! Ayúdenme a encontrarla o juro que voy a incendiar este lugar. —¿Por la señorita que está allá? —!Dios mío, amiga!— siento los brazos de Laura que se estrella sobre mi y me aferro a ella llorando como la víctima que no soy— !Oh por Dios! ¡Policía!. Grita nuevamente y no solo la entiendo si no que lo lamento, siempre le digo que ella es la irresponsable pero yo, lo que he hecho simplemente no tiene perdón y no puedo dejar de llorar, de un momento a otro la Laura alegre de siempre me mira con los ojos llenos de lágrimas sosteniendo mis hombros diciendo que la perdone, no tengo cabeza para entender de qué habla, la gente nos mira y yo solo le pido que nos vayamos de este lugar porque me duele el corazón. Sus palabras y desesperación duelen, mi mejor amiga piensa que han abusado de mí, veo la culpa en sus ojos pero ella no es resp
Gabriela —No es posible. Siento que el mundo da vueltas y escucho voces pero nada es claro porque mi corazón va muy rápido, cierro y abro los ojos con fuerza en más de una ocasión tratando de no ver está pesadilla, suplicando que sea un mal sueño pero no solo está presente, si no también me mira siendo sacudido por mi novio que lo llama hermano ingrato. Lo único que me hace reaccionar es sentir como Cameron pasa por mi lado dándome un leve golpe en el hombro para abrazar delicadamente al gigante de ojos celestes que está tan anonadado como yo pero disimula mucho mejor por lo que me hago a un lado queriendo huir y llorar escuchando la conversación que me deja peor de lo que podría estar. —Mi ingrato hermano— Victor abraza al tipo con un cariño que me hace temblar— es una gran sorpresa, que bueno verte después de tanto. —Nadie está más sorprendido que yo— lo escucho y noto mirándome haciendo que se me escarapele el cuerpo y me sienta mareada.—Mi amor, ven aquí— me llama Victor y
Rodrigo —El control es mío y las lágrimas de una hipócrita no van a manipular mis decisiones nunca más. Camino de un lado a otro en la oficina en la que estoy, solo como casi toda la vida y no hay problema, me gusta esto, lo que no me gusta es saber que le estoy mintiendo a mi amigo, al hermano que la vida me dió, el que me prestó su hombro y hasta su familia en más de una ocasión, el mismo que me ha recibido con los brazos abiertos mientras yo no he dejado de fantasear con esa que tuve en la cama. —Ella no es especial. Aprendí a no complicarme la vida pero hay ocasiones en las que esta te juega de la peor forma, el dominio es mío porque un día estuve a Merced de una situación de mierda cuando Juliana me vio la cara y ahora estoy siendo participe de que le vean la cara a mi amigo y eso va contra los límites que hasta un hombre como yo no debe cruzar.—Decirle la verdad es lo ideal, no regrese para esto— le doy una calada al cigarrillo mientras repaso los recuerdos— si lo amara no
Gabriela —¿Qué?Apenas puedo escuchar a Víctor y decir que el mundo se me viene encima ya es repetitivo porque el peso de ese error no se compara ni a una avalancha, mi novio está muy molesto por esas fotos en la revista, mi suegra me odia y mi suegro está muy relajado dando la noticia de que me quiere poner a trabajar con el desconocido que aún me preguntó porque se tuvo que cruzar en mi camino. —Soy la secretaria de vicepresidencia. Es a penas lo único que puedo balbucear mientras que todos están sorprendidos, pero nada como los ojos celestes de ese hombre, un color que tiene una intensidad arrolladora. No comprendo y me siento miserable cuando mi suegro me abraza diciendo que debo salir de la rutina, el no se imagina que salí de la rutina de la peor forma esa noche y los ojos me pican pero ya no lloro, ahora mismo solo necesito tener el valor de decir algo, de reclamar, de pelear pero no tengo cara para hacerlo, las palabras y las miradas de Leticia son dagas pero aún sin saber
Gabriela Esto es bueno, nada bueno hiciste una estupidez y ahora estas son las consecuencias.Victor me regaña abrazándome por la espalda y yo siento que sus manos me queman porque no me lo merezco, a pesar de su molestia intenta ser amable y la rabia que siento conmigo no tiene cuándo acabar, tanto reclamar que no me defiende para terminar enredada con el primer imbécil que me hizo sentir importante, nada tiene sentido, no tengo justificación.—Es un cambio extraño— continúa— pero ya sabemos que nada nos podría separar— sus palabras arman y desarman mi corazón— ¿Por qué lo hiciste Gaby?— su voz me hace temblar.—¿A qué te refieres? —A esa noche, te he dicho muchas veces que debes ignorar a los demás y centrar tu atención solo en lo que yo te diga, la presencia de Cameron no fue mi culpa y solo son negocios, ella ya no me interesa como mujer, tus inseguridades no pueden hacer que tengas estos ataques. —No son inseguridades. —Lo son— toma asiento— tengo razón, sabes que siempre es
Rodrigo Yo sé que la arrogancia es parte de mi vida y aunque mi papá diga que lo uso como un método de defensa y quizá tenga razón, no me importa porque es parte de mi, me siento bien así, pero no puedo decir lo mismo de esta absurda situación que jamás creí vivir. De las cosas que siempre me he sentido orgulloso ha sido de mi lealtad, yo sé lo que se siente que te engañen y luego te miren a los ojos como si nada, la vida me ha enseñado a golpes que las mujeres son mentirosas pero son un gusto culposo que no se puede dejar aún cuando todo te grita que está mal y es un juego prohibido en el que no debes caer, sin embargo, aquí estoy, callando y mintiendo a mi mejor amigo, escuchando como ama a su angelical novia, la misma que ahora se que no es una prostituta que los otros me pagaron, si no una secretaria que odia la suegra, la retorcida historia de Cenicienta y el príncipe azul al que mira como un tesoro pero la culpa no la deja levantar la cabeza como podría. —Hermano— escuchó
Victor— No sabes lo mucho que significa para mí que tengas está madurez, poder trabajar juntos después de haber tenido una relación y que todo marche sobre ruedas, solo habla de la excelente profesional que eres, de verdad muchas gracias — felicito a Cameron que firma el contrato de exclusividad con nosotros y eso me hace hacer uno de los mejores negocios. — Has hecho la mejor elección. — Es bueno pasar de lo peor a lo mejor— se que habla con ironía la conozco y lo puedo hasta oler.— ¿De qué hablas? — De ti— juega con su cabello corto y rubio— de lo que tienes y no mereces. — Si lo dices por mi novia— me interrumpe y sonríe— Gabriela es mi pareja y te recuerdo que quien terminó nuestra relación fuiste tu. — Y ese ha sido mi más grande error, lo sé, lo admito — sigue hablando — pero tiene que haber sido mucha desesperación para ti, meterse con una simple secretaria, hija de un empleado, ese fue tu más grande error y yo no tengo culpa de eso— tu no la amas. — La amo, por supuest