2. La noche es joven

Gabriela

—Por Dios, hemos venido a pasarla bien no a que estés con cara de velorio, por favor Gabriela ya deja la amargura en ese nido de víboras.

—Viboras que se quedaron alrededor de mi novio, mi novio— me quejo con Laura— el novio que me deja sola, que puede ser muy bueno en muchas cosas pero que todo se termina cuando se trata de su familia, sobre todo su mamá— quiero llorar otra vez con el vaso de alcohol que me da— quizá yo no soy para el.

Y aunque ella me grite, así es como me siento, yo siempre he tratado de ser la mujer fuerte que ha salido adelante, Patricio ayudo a mi padre a pagar mis estudios, mi mamá siendo ama de casa y yo sintiéndome bien porque no los defraudó por lo menos no en mi trabajo, decidí estudiar secretariado ejecutivo para entrar no solo a la empresa si no también para estar cerca del mundo del marketing y publicidad que es mi gran sueño estudiando la segunda carrera pero más aún, por estar cerca del hombre del que siempre he estado enamorado y que cuando me hizo caso fue el día más feliz de mi vida.

Yo siempre ví a Víctor como un amor imposible, crecimos juntos, jugábamos siendo niños pero yo siempre supe que lo quería, sufría cuando lo veía con una novia, que no me mirara a mi a pesar de ser ya un hombre y una mujer, sin embargo, mi primer beso con ese hombre fue invaluable, un sueño del que no quisiera despertar pero entre su madre, sus amigos y sus actitudes me hacen bajar de la nube de emoción para aterrizar con fuerza en una noche que se supone era especial, pero que terminó conmigo llorando en el brazo de mi amiga en medio de una discoteca.

—Lamento ser tan mala compañía— me limpio las lágrimas y me duelen los oídos con el volumen de la música— lo mejor es que me vaya.

—A dónde te vas a ir, es a bailar conmigo, porqué escúchame bien tontita— agarra mis hombros y me sacude— ya deja de sufrir por ser la mujer despreciada por la familia de tu novio, mientras que el te quería el resto puede ir a freír espárragos, vales mucho, eres Gabriela Montalván, secretaria— me sigue sacudiendo más, creo que está más borracha que yo— pero no cualquiera si no la mejor así que ya deja de sufrir, Victor te eligió a ti, te ama y te vas a casar con el no con la mamá— me hace reír porque se traba, ella es psicóloga pero está loca de remate— ¡Mueve ese lindo trasero!.

Me palmotea y me alegra la vida, me pone muy feliz darme cuenta que en el mundo de la alta alcurnia también existe la gente buena como mi suegro, mi cuñada o mi mejor amiga, ambas nos conocimos gracias a Víctor, fueron compañeros en la universidad aunque no de la misma carrera, ella es más amiga mía que de el y eso la hace bastante imparcial, tiene mucha razón y lo mejor es que disfrute la noche, la compañía y la felicidad que te da tener buenos amigos como ella.

La música suena entre salsa, merengue y mucho más, a mi me fascina bailar así que me relajo, Laura es soltera y muy hermosa así que no deja de bailar con cuánto chico se le presenta mientras que yo prefiero mantener mi distancia, estoy disfrutando, estoy molesta con Víctor pero no estoy soltera si no más bien comprometida, admirando mi bonito anillo que me recuerda que a pesar del tiempo y los problemas, yo amo a mi novio y el a mi así que lo tengo que llamar.

Ignoro al hombre que quiere bailar conmigo, está tomado y es muy insistente por lo que me enderezó lo mejor que puedo y me voy afuera, una, dos, cuatro llamadas hasta que mi prometido por fin me atiende, lo primero que hace es preguntar dónde estoy y me rio porque el piso se me está moviendo, lo segundo es gritarme como si fuese mi papá diciendo que soy una irresponsable, una caprichosa y hasta irrespetuosa por haberme ido así de la reunión de su familia, en parte tiene razón no me despedí de nadie y eso me hace sentir mal, pero peor es escuchar la risa de la ex novia de fondo, riendo exageradamente y llamándolo cariño para que vaya a dónde Dios sabe dónde están, mientras que yo estoy aquí pidiéndole que venga.

—¿Estás con ella?— grito al teléfono— no es justo, claro que estás con ella— me dice que estoy borracha, se me enreda la lengua pero me pican los ojos— ¿porque nunca me das mi lugar?— se excusa en decir que hago un drama, que el se casará conmigo y muchos lo saben pero a decir verdad en años de relación, no todos saben, puede ser que esté siendo berrinchuda pero me siento escondida y rechazada mientras que la otra, es admirada, recibida y le dan un lugar que me corresponde a mi.

—¡Regresa ahora Gabriela!— son pocas veces las que me levanta la voz y ahora lo hace— te estaré esperando.

—Yo también espero muchas cosas, pero no lo haces— seco mis lágrimas— disfruta tu noche y tus negocios.

Esta es mi vida, si me presenta a dos amigos, me esconde de diez, si ante algún cliente soy la novia, ante los socios soy la secretaria, si nos encerramos en su oficina nos comemos a besos, pero si se trata de la fiesta de navidad o año nuevo de la empresa donde se reúne todo el mundo, el está con los suyos y yo dónde su madre siempre dice debo estar, con los de mi clase.

—¡Gaby!— Laura me llama e ingreso con ella— ¿otra vez llorando?.

—El no se siente orgulloso de mi, mientras que para mí es una joya muy preciada para el yo soy la mujer que babea por el desde siempre— suspiro como una tonta pero no, no más llanto, no por hoy— ¡Vamos a bailar!— casi me caigo con los tacones.

—¡Que está noche sea inolvidable!.

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