Gabriela Esto es bueno, nada bueno hiciste una estupidez y ahora estas son las consecuencias.Victor me regaña abrazándome por la espalda y yo siento que sus manos me queman porque no me lo merezco, a pesar de su molestia intenta ser amable y la rabia que siento conmigo no tiene cuándo acabar, tanto reclamar que no me defiende para terminar enredada con el primer imbécil que me hizo sentir importante, nada tiene sentido, no tengo justificación.—Es un cambio extraño— continúa— pero ya sabemos que nada nos podría separar— sus palabras arman y desarman mi corazón— ¿Por qué lo hiciste Gaby?— su voz me hace temblar.—¿A qué te refieres? —A esa noche, te he dicho muchas veces que debes ignorar a los demás y centrar tu atención solo en lo que yo te diga, la presencia de Cameron no fue mi culpa y solo son negocios, ella ya no me interesa como mujer, tus inseguridades no pueden hacer que tengas estos ataques. —No son inseguridades. —Lo son— toma asiento— tengo razón, sabes que siempre es
Rodrigo Yo sé que la arrogancia es parte de mi vida y aunque mi papá diga que lo uso como un método de defensa y quizá tenga razón, no me importa porque es parte de mi, me siento bien así, pero no puedo decir lo mismo de esta absurda situación que jamás creí vivir. De las cosas que siempre me he sentido orgulloso ha sido de mi lealtad, yo sé lo que se siente que te engañen y luego te miren a los ojos como si nada, la vida me ha enseñado a golpes que las mujeres son mentirosas pero son un gusto culposo que no se puede dejar aún cuando todo te grita que está mal y es un juego prohibido en el que no debes caer, sin embargo, aquí estoy, callando y mintiendo a mi mejor amigo, escuchando como ama a su angelical novia, la misma que ahora se que no es una prostituta que los otros me pagaron, si no una secretaria que odia la suegra, la retorcida historia de Cenicienta y el príncipe azul al que mira como un tesoro pero la culpa no la deja levantar la cabeza como podría. —Hermano— escuchó
Victor— No sabes lo mucho que significa para mí que tengas está madurez, poder trabajar juntos después de haber tenido una relación y que todo marche sobre ruedas, solo habla de la excelente profesional que eres, de verdad muchas gracias — felicito a Cameron que firma el contrato de exclusividad con nosotros y eso me hace hacer uno de los mejores negocios. — Has hecho la mejor elección. — Es bueno pasar de lo peor a lo mejor— se que habla con ironía la conozco y lo puedo hasta oler.— ¿De qué hablas? — De ti— juega con su cabello corto y rubio— de lo que tienes y no mereces. — Si lo dices por mi novia— me interrumpe y sonríe— Gabriela es mi pareja y te recuerdo que quien terminó nuestra relación fuiste tu. — Y ese ha sido mi más grande error, lo sé, lo admito — sigue hablando — pero tiene que haber sido mucha desesperación para ti, meterse con una simple secretaria, hija de un empleado, ese fue tu más grande error y yo no tengo culpa de eso— tu no la amas. — La amo, por supuest
— Mi amor por favor cálmate, ni que tuviéramos una semana de relación y fuera la primera vez que conoces a mi familia, creciste con todos nosotros, estás hermosa Gabriela— escucho a Víctor, el amor de mi vida. —Entiéndeme amor. Quiero hablar pero el beso del rubio me calla con dulzura y se va a recibir a sus abuelos dejándome con mis pensamientos. Mucho cambió desde que se enteraron de nuestra relación, que traten de ser tolerantes no quiere decir que lo nuestro sea un sueño para ellos, después de todo Victor Salvatierra es el heredero de una de las empresas más importantes de este país mientras que yo soy la secretaria que conocen desde niña por ser hija del chófer. Veo el lujo que hay a mi alrededor y no me es ajeno porque crecí en esta casa pero siempre he tenido claro por supuesto que esto no es mío sin embargo, ellos ayudaron a pagar mis estudios, el trabajo como secretaria con mucho esfuerzo me permite financiar la casa que quiero para mis padres pues los años pasan y tampo
Gabriela —Por Dios, hemos venido a pasarla bien no a que estés con cara de velorio, por favor Gabriela ya deja la amargura en ese nido de víboras. —Viboras que se quedaron alrededor de mi novio, mi novio— me quejo con Laura— el novio que me deja sola, que puede ser muy bueno en muchas cosas pero que todo se termina cuando se trata de su familia, sobre todo su mamá— quiero llorar otra vez con el vaso de alcohol que me da— quizá yo no soy para el. Y aunque ella me grite, así es como me siento, yo siempre he tratado de ser la mujer fuerte que ha salido adelante, Patricio ayudo a mi padre a pagar mis estudios, mi mamá siendo ama de casa y yo sintiéndome bien porque no los defraudó por lo menos no en mi trabajo, decidí estudiar secretariado ejecutivo para entrar no solo a la empresa si no también para estar cerca del mundo del marketing y publicidad que es mi gran sueño estudiando la segunda carrera pero más aún, por estar cerca del hombre del que siempre he estado enamorado y que cuand
Rodrigo —La noche es joven... ¿No te has enterado?, por Dios Rodrigo, tenemos 30 años no 300, deja ese mal humor, has regresado de España, creo que andas muy europeo, solo si dejas esa cara de muerto en vida te lo vamos a agradecer. !¡Vamos!. —Deja de gritar— reniego cuando me empiezan a desacomodar el cabello— ¡Ya!.—Vamos hombre, te fuiste a enterrar a Madrid para estudiar, para hacer una fortuna, para llevarle la contra a tu padre y por culpa de esa mujer, ya es hora de pasar la página— escucho a Jeremy y si estaba de mal humor ahora es mil veces peor, solo saber de quien hablan me tenso y me da rabia— ¡Cállate!, ni soy europeo ni mucho menos tienes que mencionar a nadie, mi vida no gira en base a ninguna mujer, para eso tengo varias a mi disposición cuando quiera y como quiera. Aceptó el vaso de tequila que me dan de mala gana y la rabia junto al alcohol me raspan la garganta porque detesto que alguien me hable de esa tipa, camino con mis amigos que al igual que yo ya tienen 30
Rodrigo —¿Quién es ella?Pregunto pero nadie me responde por andar babeando y aplaudiendo, no tengo idea de quién es pero su cara, su mirada me impacta porque aunque yo también tengo los ojos claros, los verdes que me miran con la boca entreabierta buscando aire son lo más sexy que he podido ver junto a los generosos pechos que se marcan cuando su pecho sube y baja apartando incómoda la mano que quiere tocar su pierna. —!No me toques!. —Sigue bailando!— gritan los borrachos— ¡Sigue muñeca!La seguridad se le ha ido, se nota aún ebria pero ya no tan suelta, un par de idiotas la aturden con su cercanía y ahora sí tambalea diciendo que la suelten por lo que me abro paso entre todos y entre muchas manos que la quieren tocar le ofrezco la mía recibiendo otro impacto cuando me mira asustada y aunque duda, recibe mi diestra cuando empujó a un borracho que se quería subir a la barra.—¿Estás bien?— no me equivoqué, su belleza es impactante pero más aún la mezcla de picardía e inocencia l
Gabriela —Tome nota, 1.68 más o menos, ojos verdes grandes, cabello largo con ondas de castaño oscuro, tez blanca, estaba con un vestido rojo. !¡Por favor! Ayúdenme a encontrarla o juro que voy a incendiar este lugar. —¿Por la señorita que está allá? —!Dios mío, amiga!— siento los brazos de Laura que se estrella sobre mi y me aferro a ella llorando como la víctima que no soy— !Oh por Dios! ¡Policía!. Grita nuevamente y no solo la entiendo si no que lo lamento, siempre le digo que ella es la irresponsable pero yo, lo que he hecho simplemente no tiene perdón y no puedo dejar de llorar, de un momento a otro la Laura alegre de siempre me mira con los ojos llenos de lágrimas sosteniendo mis hombros diciendo que la perdone, no tengo cabeza para entender de qué habla, la gente nos mira y yo solo le pido que nos vayamos de este lugar porque me duele el corazón. Sus palabras y desesperación duelen, mi mejor amiga piensa que han abusado de mí, veo la culpa en sus ojos pero ella no es resp