Gabriela — Definitivamente esto no es lo que pedí, este lugar es un asco, inhabitable. Escucho quejarse cuando ni siquiera hemos entrado a la oficina y el ya está renegando porque según no es amplia y la vista es horrible, el lugar es grande, el jardín se ve hermoso desde este piso pero don quejas refunfuña por todo. — ¿Realmente no le gusta?. — No.— Fue una de las oficinas que Don Patrón en algún momento ocupo .— El presidente pudo haber estado aquí pero no me gusta— tomó aire— ¿Sabes que hago con lo que no me gusta? —pregunta y su mirada me hace parpadear varias veces— lo alejó de mí — responde con el impactante celeste de sus ojos, jamás había visto unos ojos tan intensos y jamás nadie me había mirando con tanta intensidad— ni siquiera hay una máquina de espresso— continúa y definitivamente el apodo de don quejas es perfecto para el. — La mandaré a pedir, ¿Dónde la quiere poner?. — Donde me dejes ponerla — me ahogo con su doble sentido— !Joder! No aguantas nada. Lo escuch
LAURA — Me tienes que ayudar. — Por supuesto, adelante, estás en tu casa — le digo con sarcasmo a mi amiga que amo pero altera mi espacio—¿Qué te pasa ahora mujer?. Gabriela ya cálmate, soy psicóloga, por ti le he servido café a la insoportable de la modelo, deja el estrés que me empiezas a desesperar. ¿Qué pasó ahora?— pregunto fumando un cigarrillo hasta que casi me atoró cuando escucho lo que dice— ¿estás loca?.—Soy su secretaria— me levanto para tomar su temperatura— no estoy con fiebre— reniega nerviosa. —Pero parece que sí caliente.Mi amiga me mira como si todos los tornillos se me hubiesen salido y no es para menos, Gabriela y yo nos conocemos desde la universidad, ella en secretariado ejecutivo y yo en psicología, aprecio que entre tanto hipócrita aristócrata de ese lugar ella haya sido lo más sincero y aunque los Salvatierra son amigos de mis padres, ella sabe que mi lealtad y empatía están con ella. Gaby no es una mala mujer como algunas veces se ha dicho ella misma d
LAURA— Eso no está bien, no debo. —Tranquila Gabriela, no pienses en nada más, estás en el momento, no hay marcha atrás, ya no hay como borrar nada. ¿Que mas paso? Le pregunto a mi amiga que está en el trance que necesito para que ella misma sea consciente de lo que pasó, Gaby se remueve por momentos pero sigue y esto es una locura. Ella nunca engañaría a Víctor, lo ama e idealiza demasiado para mí gusto, lo ve como el hombre perfecto desde que la conozco, sin embargo aquel hombre, Rodrigo Izaguirre tuvo que haber sido de otro mundo para que se olvide de todo, hasta de ese amor que yo siempre he creído solo siente ella... o quizá ya no.¿Te fuiste con el?— continuo con mis preguntas.—No debo, realmente estoy pensando que no está bien, pero él me besa, ¡Dios mío!— sus manos van a sus labios y los acaricia con el pulgar— el me besa como nadie, me está agarrando de la cintura con tanta fuerza que me lastima un poco pero no me importa. —¿Se están besando?. —Muchas veces, los labios
— Mi amor por favor cálmate, ni que tuviéramos una semana de relación y fuera la primera vez que conoces a mi familia, creciste con todos nosotros, estás hermosa Gabriela— escucho a Víctor, el amor de mi vida. —Entiéndeme amor. Quiero hablar pero el beso del rubio me calla con dulzura y se va a recibir a sus abuelos dejándome con mis pensamientos. Mucho cambió desde que se enteraron de nuestra relación, que traten de ser tolerantes no quiere decir que lo nuestro sea un sueño para ellos, después de todo Victor Salvatierra es el heredero de una de las empresas más importantes de este país mientras que yo soy la secretaria que conocen desde niña por ser hija del chófer. Veo el lujo que hay a mi alrededor y no me es ajeno porque crecí en esta casa pero siempre he tenido claro por supuesto que esto no es mío sin embargo, ellos ayudaron a pagar mis estudios, el trabajo como secretaria con mucho esfuerzo me permite financiar la casa que quiero para mis padres pues los años pasan y tampo
Gabriela —Por Dios, hemos venido a pasarla bien no a que estés con cara de velorio, por favor Gabriela ya deja la amargura en ese nido de víboras. —Viboras que se quedaron alrededor de mi novio, mi novio— me quejo con Laura— el novio que me deja sola, que puede ser muy bueno en muchas cosas pero que todo se termina cuando se trata de su familia, sobre todo su mamá— quiero llorar otra vez con el vaso de alcohol que me da— quizá yo no soy para el. Y aunque ella me grite, así es como me siento, yo siempre he tratado de ser la mujer fuerte que ha salido adelante, Patricio ayudo a mi padre a pagar mis estudios, mi mamá siendo ama de casa y yo sintiéndome bien porque no los defraudó por lo menos no en mi trabajo, decidí estudiar secretariado ejecutivo para entrar no solo a la empresa si no también para estar cerca del mundo del marketing y publicidad que es mi gran sueño estudiando la segunda carrera pero más aún, por estar cerca del hombre del que siempre he estado enamorado y que cuand
Rodrigo —La noche es joven... ¿No te has enterado?, por Dios Rodrigo, tenemos 30 años no 300, deja ese mal humor, has regresado de España, creo que andas muy europeo, solo si dejas esa cara de muerto en vida te lo vamos a agradecer. !¡Vamos!. —Deja de gritar— reniego cuando me empiezan a desacomodar el cabello— ¡Ya!.—Vamos hombre, te fuiste a enterrar a Madrid para estudiar, para hacer una fortuna, para llevarle la contra a tu padre y por culpa de esa mujer, ya es hora de pasar la página— escucho a Jeremy y si estaba de mal humor ahora es mil veces peor, solo saber de quien hablan me tenso y me da rabia— ¡Cállate!, ni soy europeo ni mucho menos tienes que mencionar a nadie, mi vida no gira en base a ninguna mujer, para eso tengo varias a mi disposición cuando quiera y como quiera. Aceptó el vaso de tequila que me dan de mala gana y la rabia junto al alcohol me raspan la garganta porque detesto que alguien me hable de esa tipa, camino con mis amigos que al igual que yo ya tienen 30
Rodrigo —¿Quién es ella?Pregunto pero nadie me responde por andar babeando y aplaudiendo, no tengo idea de quién es pero su cara, su mirada me impacta porque aunque yo también tengo los ojos claros, los verdes que me miran con la boca entreabierta buscando aire son lo más sexy que he podido ver junto a los generosos pechos que se marcan cuando su pecho sube y baja apartando incómoda la mano que quiere tocar su pierna. —!No me toques!. —Sigue bailando!— gritan los borrachos— ¡Sigue muñeca!La seguridad se le ha ido, se nota aún ebria pero ya no tan suelta, un par de idiotas la aturden con su cercanía y ahora sí tambalea diciendo que la suelten por lo que me abro paso entre todos y entre muchas manos que la quieren tocar le ofrezco la mía recibiendo otro impacto cuando me mira asustada y aunque duda, recibe mi diestra cuando empujó a un borracho que se quería subir a la barra.—¿Estás bien?— no me equivoqué, su belleza es impactante pero más aún la mezcla de picardía e inocencia l
Gabriela —Tome nota, 1.68 más o menos, ojos verdes grandes, cabello largo con ondas de castaño oscuro, tez blanca, estaba con un vestido rojo. !¡Por favor! Ayúdenme a encontrarla o juro que voy a incendiar este lugar. —¿Por la señorita que está allá? —!Dios mío, amiga!— siento los brazos de Laura que se estrella sobre mi y me aferro a ella llorando como la víctima que no soy— !Oh por Dios! ¡Policía!. Grita nuevamente y no solo la entiendo si no que lo lamento, siempre le digo que ella es la irresponsable pero yo, lo que he hecho simplemente no tiene perdón y no puedo dejar de llorar, de un momento a otro la Laura alegre de siempre me mira con los ojos llenos de lágrimas sosteniendo mis hombros diciendo que la perdone, no tengo cabeza para entender de qué habla, la gente nos mira y yo solo le pido que nos vayamos de este lugar porque me duele el corazón. Sus palabras y desesperación duelen, mi mejor amiga piensa que han abusado de mí, veo la culpa en sus ojos pero ella no es resp