Con lágrimas en los ojos, él me limpia las lágrimas con delicadeza, pero no se aparta de mí.
-Espera a que te acostumbres, solo relájate - me dice mientras deja besos en mi cuello, labios y clavícula. Poco a poco, mi cuerpo se relaja y comienza a moverse. Siento que lo estoy disfrutando, pero mi mente está en otro lugar. Solo logro escuchar sus gruñidos de placer y cómo me dice lo mucho que le gusta lo apretada que estoy, lo hermosa y lo inocente que soy. Pero no puedo decir nada, estoy en otro lugar. Luego de un rato, él termina y se retira, lo que provoca un leve dolor en mi parte íntima. Él me mira y acaricia mi mejilla: "Me tienes fascinado".
-No sé qué ves de fascinante en una virgen
-Quiero corromperte, pero a la vez quiero que conserves siempre esa inocencia - maldito.
-Estoy cansada, voy a dormir - me doy la vuelta y solo logro escuchar un suspiro de su parte.
-Descansa - una lágrima rueda por mi mejilla y el asco hacia mí misma me golpea. Soy un desastre.
A la mañana siguiente, me despierto antes que Martín, así que voy al baño. Cuando entro, me miro en el espejo y vuelve esa sensación de asco. Abro la ducha, entro en ella y comienzo a tallar mi cuerpo con fuerza mientras suelto uno que otro sollozo al recordar que le entregué la virginidad a una persona que no amo, todo por necesidad.
Martín Ferrer
Me despierto bastante contento luego de la noche de ayer. La señorita Molina me dejó sorprendido y, a la vez, encantado de que fuera virgen. Solo he sido yo el que ha tocado su maravilloso cuerpo, se siente tan bien. Noto que la ducha está prendida, así que me paro para ducharme con ella, pero cuando abro la puerta, la escena que veo me deja entre sorprendido y con un sentimiento algo extraño. Lisa se encuentra sollozando y tallando su cuerpo con fuerza, prácticamente tiene la piel roja. Por primera vez en mi vida siento que estoy haciendo las cosas mal, pero luego de lo de ayer no puedo dejarla. No la amo, pero ayer me volví adicto a su cuerpo y hasta que no me canse de eso, no pienso dejarla. Así que mejor le doy su espacio.
Dejo la ropa que le compré sobre la cama y me voy a duchar a otro baño para que tenga privacidad. Al rato, ya estoy listo y salgo, pero mis ojos casi se salen de las órbitas al ver a mi preciosa Lisa vestida con una falda tubo, blusa y unos tacones a juego.
-Estás preciosa - le digo y ella me dedica una débil sonrisa.
-Si la ropa es hermosa - me responde. Le tomo la mano y la llevo al comedor.
-Tienes que comer - le digo.
-Es que no tengo mucho apetito - responde.
-Come, Lisa. Estás muy delgada y tampoco quiero que cruces esa línea entre lo saludable y lo no saludable - insisto.
-Está bien, voy a comer - en ese momento, el teléfono de Lisa suena y ella contesta.
-Hola, Antonio... Oye, no grites. Me quedé en casa de una compañera ahora son compañeras, "ya cálmate, no soy una niña pequeña... Luego hablamos en casa. Adiós.
-¿Quién era? -pregunto.
-Mi hermano, estaba preocupado porque no llegué a dormir.
Terminamos y llegamos a la empresa. Ambos vamos a hacer nuestras respectivas actividades, pero mi cabeza no es capaz de dejar de pensar en ella.
-Hola, hermano - saludo.
-¿Y ese milagro que saliste de tu oficina y viniste a la mía? -responde Marcos.
-Vengo a hacerte una invitación
-¿Cuál? -pregunta.
-Vamos a un club esta noche - Esperen... ¿Qué acaba de decir? Mi hermano Marcos me acaba de proponer ir a un club. Esto sí que está raro.
-Sabes que no me gusta eso y a ti tampoco te gusta, además ya tenemos 32 no estamos en edad -responde Marcos.
-Ya lo sé, pero debo ir
-¿Y por qué? -pregunta Marcos.
-Está bien, te lo diré
-Ana irá con unos amigos de la empresa y quiero ver qué hace
-¿Por qué quieres espiar a tu asistente? ... Espera, no me digas ¡te gusta tu asistente! - dice Marcos poniéndose rojo como un tomate, confirmando lo que dije.
-¡Joder, cállate! No lo digas tan duro
-¿En serio? ¿Tu asistente? ¡Qué tendrán las asistentes que vuelven locos a todos!
-¿Me acompañarás o no?
-No lo sé
-Joder, acompáñame. Van a ir casi todos los depredadores de la empresa y algunas mujeres, incluida tu nueva asistente -Esperen, ¿qué?
-¿Cómo que mi asistente va a ir?
-Sí, yo la escuché confirmándole a Ana -joder, ni loco permitiré que esté sola con esos depredadores.
-Está bien, te acompaño - me sonríe.
-Gracias, hermano, eres el mejor.
Llegamos al famoso club donde hay exceso de humo y alcohol y, por lo poco que sé de Lisa, es un ambiente que no es de su agrado. Es una chica tan inocente que sé que estos lugares no van con ella. Es más de lugares tranquilos, aún no entiendo por qué aceptó venir con la loca de Ana y mucho menos entiendo por qué mi hermano se fijó en esa mujer.
Veo de lejos a una mujer que llama mi atención de inmediato. La mujer tiene un vestido entallado al cuerpo con perfectas curvas y el cabello largo. De inmediato supe quién era, mi cuerpo la reconoce a distancia... Es ella, es mi Lisa. Pero se me hierve la sangre al verla hablar cómodamente con uno de la oficina que no deja de mirarla con deseo.
- Le partiré la cara – cuando iba a cumplir con mi cometido, el brazo de mi hermano Marcos me detiene.
- ¿Qué m****a vas a hacer?
- Partirle la cara a un imbécil.
- ¿A quién? – dice mirando a todos lados.
- No te metas, Marcos – este me suelta y camino hasta donde está mi flamante asistente, que al verme se pone más pálida que un papel. ¿Interrumpo algo?
- Señor Ferrer – dice el idiota – no sabía que le gustaran estos lugares.
- Vengo de vez en cuando – digo sin dejar de ver a Lisa.
- Creo que voy a ir al baño – ella se para y camina rápidamente al baño, así que decido seguirla. Cuando está entra al baño, aprovecho mi oportunidad y entro, cerrando la puerta con seguro. – Oye, ¿qué m****a te pasa? – dice asustada, mirándome como un ternero acorralado.
- De aquí no te vas.
LISA MOLINA Esto tenía que ser una broma, ni siquiera puedo ir a divertirme tranquila. Martín se convirtió en mi sombra. - Martín, salte del baño, alguien nos puede ver - veo cómo se acerca y, de un movimiento rápido, me sube al lavado, quedando mi vestido en mis caderas. - M*****a sea, Lisa, serás mi perdición. - No seré tu perdición. Eso lo dices ahora porque soy como tu juguete nuevo, pero cuando te canses de mí, me votarás como lo haces con todas - me mira con sus ojos penetrantes y, antes de que diga algo más, estampa sus labios sobre los míos, arrebatándome gemidos de placer. No sé qué tiene este hombre, pero hay que aceptarlo, besa de maravilla, sabe dónde tocar y cómo tocar… Me está volviendo loca. En un momento, siento cómo abre la cremallera de su pantalón y luego corre mis bragas a un lado, dando pequeños toques en mi intimidad. - M****a, estás tan húmeda - joder… Joder - me vuelves loco - siento cómo lentamente entra en mí. Por ser mi segunda vez, aún es incómodo, pero
- Ella solo es mi amante, tú sabes que para cosas del amor yo no estoy – joder, otra vez el corazón me duele. - Eso dices ahora, pero no se sabe qué pueda pasar. - Jamás me enamoraré de ella, Lisa es solo un pasatiempo. En algún momento me aburriré de ella como de todas – es un hijo de puta. Ojalá pase rápido eso, así recuperaré mi vida. Estoy lista para ir a la dichosa cena, aunque las ganas de ver la cara a ese idiota las tengo por los suelos. Ahora que me veo con sus vestidos costosos, solo me provoca romperlos todos y devolvérselos. - Lisa, ¿dónde estás? – abro la puerta de mi habitación y veo que mi hermano está otra vez bebiendo. La decepción regresa a mí. - Estás tomando… Prometiste no hacerlo. - ¿Dónde sacaste esa ropa? – M****a, esta ropa se ve muy cara y fina. Nosotros no tenemos dinero para pagar esa clase de ropa, Lisa. – Cuando voy a responder, tocan la puerta, así que mi hermano se apresura a abrirla. Juro que al ver quién es, casi me voy para atrás. Martín está par
Martín me cargó como a una princesa y me llevó hasta su habitación, depositándome en su enorme cama. Sentí cómo sus manos se encargaban de quitarme prenda por prenda hasta dejarme solo en lencería que él se encargó de comprar, pero de repente se detuvo. - ¿Qué pasa? - pregunté desconcertada. - Sigo vestido - me miró sin entender, hasta que me di cuenta de lo que quería… M****a, quiere que yo le quite la ropa. - Martín, yo… - Vamos, cariño, no seas tímida, soy todo tuyo - me arrodillé en la cama y con manos temblorosas comencé a desabotonarle la camisa, sin dejar de sentir su mirada penetrante. Cuando terminé con su camisa, me deleité con su cuerpo bien trabajado y, en un acto de valentía, decidí dejar varios besos en su pecho, logrando sacar varios gruñidos de placer. - Me encanta, vamos nena, sigue - continuó con la parte difícil... El pantalón. Tomé su cinturón, lo desabroché y luego bajé la cremallera, dejando a la vista su bóxer hasta que vi su enorme bulto. M****a, ¿todo eso i
MARTÍN FERRER Estoy en la oficina firmando unos documentos, aunque la señorita Molina no sale de mi cabeza ni un solo instante. Por primera vez en mi vida sentí que la noche de ayer fue especial, sentí que su cuerpo tocó mi alma… Estoy jodido, no me puedo enamorar de ella. Mi celular suena y observo que es Marcos, pero no tengo ánimos de hablar con él, así que le cuelgo. Pero vuelve e insiste, así que contesto. - Espero que sea importante, Marcos. - Lisa está en el hospital – ¿qué? - ¿En qué hospital? - Salgo disparado al hospital y en menos de 20 minutos llego, encontrándome con Ana y con Marcos, los dos con cara de preocupación – ¿qué pasó? – le pregunto a Marcos. - Estaba con Ana cuando ella recibió una llamada de Lisa pidiendo ayuda. Cuando fuimos a su casa, ella estaba tirada en el suelo, muy golpeada, y un hombre estaba tirado en el suelo, al parecer, es su hermano. Este hijo de puta, lo sabía, era él, ese idiota la lastimaba. Lo que no entiendo es por qué no me llamó a mí.
Hoy salgo del hospital, pero estoy preocupada por mi hermano Antonio. Desde que ingresé al hospital, no supe nada de él y recuerdo que lo lastimé ese día. -Lista? -pregunta Martín, que durante estos dos días que he estado en el hospital no se ha despegado de mí, aunque ha estado muy serio. -¡Eh, sí, vamos!- Durante el recorrido, me pierdo en mis pensamientos y ni siquiera me doy cuenta a dónde vamos hasta que llegamos a la casa de Martín. -¿Qué hacemos aquí? - pregunto. -Te quedarás aquí - dice seriamente. -Ni loca - respondo. -No te dejaré en tu casa con el loco de tu hermano. -Joder, mi hermano no está loco, Martín. Además, no me quiero quedar en tu casa. Yo no soy nada tuyo". -Pero es mi deber cuidarte, Lisa. -¿De qué mierdas hablas? Yo soy solo tu amante. No tienes obligación conmigo. -Por Dios, dame paciencia -dice, y sin que me lo espere, me carga con cuidado. Como no me puedo mover mucho, me tengo que quedar quieta mientras él me lleva a su casa, llevándome hasta una de
**Martín Ferrer** Estaba pasando por unas tiendas antes de ir a la empresa porque tenía que comprar unas cosas, pero me detuve en una joyería al ver un precioso collar de diamantes que sé que le quedaría precioso a bella e inocente Lisa. - Quiero el collar con unos pendientes – la chica me mira embobada, pero luego reacciona tomando todo lo que yo le pedí y empacándolo en una caja bonita. Cuando salgo estoy contento por la compra, ya que sé que a Lisa le encantará. ¿A qué mujer no le gustan las joyas? A todas les encanta el lujo y si Lisa se queda conmigo va a tener todas las que ella desee. Mi teléfono suena y veo que es mi madre. - Hola mamá. - Hola hijo, ¿cómo estás? - Algo ocupado, pero cuéntame ¿qué necesitas? - Quería preguntarte ¿cómo sigue Lisa? – mi madre, desde que la conoció, no deja de preguntar por ella. Si se entera de que es solo mi amante, me mata, eso es seguro. - Ella está mejor, madre. Incluso hoy se incorpora al trabajo. - ¿Tan rápido? ¿Por qué no le diste m
-¿¿Qué?? ¿Estás loco? Yo no pienso usas eso hoy y justo para la cena con tus padres - Vamos lisa será divertido, además solo lo probaremos cuando estemos tú y yo solos, pero necesito que te acostumbres a él por eso tienes que colocarlo ya – está me mira por unos momentos sin saber que hacer – no lo pienses tanto solamente colócalo nena – está suelta un suspiro y veo cómo levanta su vestido y baja sus bragas, joder que escena tan erótica, luego veo como introduce el pequeño vibrador y para probar que funciona tomo mi celular y lo enciendo haciendo que está peque un brinco -¡Joder! Martín dijiste que sería después - Quería probar – lo apago y ahora si enciendo el auto y manejo hasta la casa de mis padres, cuando llegamos mi madre nos recibe a los dos con un abrazo, pero en especial a Lis que de inmediato le pregunta cómo sigue -Estoy bien señora Roxana - Estábamos muy preocupados por ti, no es así querido – noto algo que no me gusto para nada y es que mi padre está mirando de más a
Es increíble las sensaciones que puede llegar a causar este hombre con solo tocarme, con solo mirarme, con solo besarme, con solo sentirlo poco a poco Martín se ha metido en cada poro de mi piel y eso me está empezando a preocupar porque yo conozco perfectamente cuál es mi posición en esta historia, solo soy su amante, la persona con la cual firma un contrato, la cual llena de regalos y la invita a eventos sociales presumiéndola como su amante, pero jamás llegaremos a ser algo más que eso y lo peor de todo es que llegará el día en que él se canse de mí y consiga a alguien mejor, y yo quede olvidada. Justo ahora lo estoy viendo dormir luego de haber tenido una noche maravillosa de placer, pero esa noche lo sentí algo ausente como si algo lo perturbara. Intenté preguntarle, pero siempre me callaba con besos, como para que no preguntara más. -¿Qué me escondes? -suspiro. Me levanto de la cama, tomo la camisa de Martín y bajo las escaleras para recorrer su enorme casa. Tiene unos ventanale