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Nick Clark se pasó la mano por la barbilla, observando como la mesa se encontraba en completo silencio, a pesar de no haber ni una sola silla vacía a su alrededor. Manteniendo la boca cerrada al mismo tiempo que se decidía por tomar un poco más de lujoso vino.

El comedor se encontraba tan silencioso que incluso el sonido que causo el vino al caer sobre la copa parecía totalmente ruidoso.

—No puedo creerlo, Nick, nuevamente estás en todo internet—comentó Karina, lanzando su teléfono celular de último modelo hacia la mesa— nuevamente eres el mujeriego más famoso de la ciudad.

—¿Y qué tiene?— soltó con su típico tono de voz arrogante, despreocupado.

—¿Qué tiene?— preguntó Karina nuevamente, entrecerrando sus ojos con suavidad— genial, mi día no puede estar yendo de mal en peor—susurró— ¡Primero una muerta de hambre me arruina el vestido que había comprado para esta noche y luego nuevamente tengo que soportar que mi nombre este siendo ultrajado por tu culpa!

—Entonces quítate el apellido y listo— respondió él— aunque todos sabemos que eres lo que eres por el apellido.

—¿Estás insinuando que tu hermana no es nada sin el apellido?—preguntó su padre. Molesto ante el comentario de su hijo mayor.

Nick permaneció en silencio, mirando con arrogancia a su padre mientras se llevaba la copa de vino hacia los labios. Saboreando el dulce sabor de su bebida.

—Karina, ¿Qué has hecho?—preguntó.

—¿Perdón?

—¿En qué has estado trabajando últimamente?

Su voz resonó por el comedor, alzando una ceja al ver que su familia lo observaba con firmeza. Como si estuvieran tratando de callarlo con una simple mirada.

No le importaba lo que su familia pudiera pensar. Simplemente sabía que tenía razón. Durante años había estado trabajando con fuerza para mantener a BYEXS mientras que Karina únicamente había tenido el privilegio de las cuentas bancarias por ser la hermana menor. Nunca había trabajado, siempre se había llevado el protagonismo y eso realmente lo detestaba. Ante las cámaras era la hija perfecta, la mujer comprometida con uno de los hombres más famosos de la ciudad.

Mientras que él únicamente era el despreciado CEO de BYEXS. Un mujeriego de primera que sabía cómo controlar a cada mujer que tuviera enfrente.

Y aunque era real, no significaba que amaba ser de esa forma...o al menos no siempre lo deseo.

—¿No vas a responder?— insistió antes de voltear a ver la pantalla del celular de Karina.

—¿Podrías dejar a tu hermana en paz por una vez en tu vida y hacerte responsable de tus acciones?

—¿Responsable de mis acciones?—pregunto Nick con una gran sonrisa—¿Cuándo no me he hecho responsable de mis acciones?—  añadió.

—Deberías de casarte— comentó su madre al mismo tiempo que decidida cruzarse de brazos. Nick frunció el ceño al escuchar tal comentario. Simplemente aquel comentario le parecía absurdo, una falta de respeto y sobre todo una pérdida de tiempo. 

Casarse sin duda nunca estaría en sus planes. Porque simplemente creía que era una pérdida de tiempo. Podía tener todo lo que un matrimonio podría darle, sin la necesidad de estar en uno. 

—Los matrimonios son una pérdida de tiempo. 

— ¿Estás diciendo que el nuestro lo fue?

—Pudieron tener hijos sin la necesidad de un matrimonio. No pienso amarrarme a una mujer cuando puedo tener a varias en una misma noche. 

—Debes de casarte— soltó su padre con firmeza.— eso arreglaría tu imagen ante la sociedad, te ayudaría en los negocios y de esa manera podrías obtener un sucesor. 

—Ya veo…—susurro Nick.— esta cena…fue únicamente para intentar convencerme de casarme con alguna mujer, ¿Cierto?—soltó antes de reír— bien, digamos que decido casarme, ¿Qué clase de mujer debería de elegir?

—Una mujer que sea famosa ante la sociedad, que tenga dinero y le de mucho prestigio a nuestro apellido— soltó de inmediato su madre.

—Ustedes necesitan a una mujer que los salve. Yo no— contraatacó él de inmediato.

Karina suspiró molesta, mordisqueándose los labios por un momento mientras que miraba insistentemente a su padre. Todos sabían que Nick no era un hueso fácil de roer pero necesitaban roerlo antes que terminara por arruinar por completo la reputación de la familiar que al cargar con el mismo apellido que él terminaba por ser rechazada.

—Sabias que tú hermana tuvo una gran oferta de trabajo pero fue rechazada de inmediato por tu culpa.

—¿Ha sido mi culpa que la rechazaran para el modelaje?— susurró con su gruesa voz— es curioso porque he hablado con Santiago esta misma mañana, me ha dicho que Karina no se presentó en el casting, que le han marcado un millón de veces y ella nunca contestó así que...¿De quién fue la culpa?

Karina suspiró furiosa, sintiendo como las miradas de su familia se dirigían hacia ella.

— ¿Qué es lo que acabas de decir, Nick?—preguntó su padre.

Nick colocó sus manos sobre la mesa por un momento antes de sonreír y levantarse de su asiento con una expresión de completo orgullo. Si algo tenía claro en su vida era que sus relaciones interpersonales, salir con muchísimas mujeres y divertirse con ellas no era lo que causaba que Karina no consiguiera ningún trabajo. Por años se había comportado de esa manera, había salido con quien quisiera y nunca le habían negado ni un solo trabajo porque el trabajo no se relacionaba con la vida personal y eso lo sabía a la perfección.

—Karina, ¿No fuiste a la audición?—preguntó la mujer mayor, creyendo por primera vez en la palabra de su hijo.

—Yo puedo responder eso—soltó Nick con una expresión sombría— pero la pregunta no es esa, sino... ¿Qué estabas haciendo con Frank en el club?

— ¡¿Qué es lo que estás diciendo?!—gritó Karina, tornándose completamente roja.

—Estar con una sola pareja no es divertido, ¿Verdad?—soltó él antes de caminar hacia la puerta del lugar con una gran sonrisa en el rostro. Disfrutando por completo de la situación. Karina siempre había fingido ser completamente perfecta pero ¿Cómo podía serlo cuando le era infiel a su esposo a tan solo uno cuantos meses de su boda? Detestaba por completo que lo tacharan, lo señalaran cuando ni siquiera ellos eran perfectos. Estaba obstinado a permitir que una persona lo juzgara por completo cuando esa persona fuera perfecta.

Al salir del restaurante pudo observar el gran club que solía visitar cada vez que tenía el suficiente tiempo para divertirse toda una noche. Las fiestas en el club solían ser exclusivas, únicamente podían entrar las mujeres más exclusivas y bellas de la ciudad. Era únicamente por ello que solía frecuentar el lugar.

Su gusto por las mujeres solía ser especial y a pesar de ser un mujeriego que cambiaba de acompañante cada semana, no cualquiera le gustaba.

Sus guardaespaldas se acercaron a él en cuanto lo vieron fuera del restaurante. Él los observó por un momento y suspiró antes de señalar el club.

Los cuatro gorilas que lo protegían asintieron y simplemente permitieron que los pasos de Nick crearan una distancia considerable entre ellos.

Ni siquiera le pidieron una invitación al entrar en aquel club. Nick en ese lugar era cliente V.I.P.

El lugar estaba repleto de mujeres hermosas que eran acompañadas de hombres millonarios que únicamente buscaban placer, al igual que él. La música se encontraba tan alta que incluso la podía sentir en el fondo de su corazón.

Tenía bastante antojo de una morena, normalmente solía salir con mujeres rubias que lo complacieran en todo pero extrañamente había comenzado a desear a mujeres de cabello oscuro que pudieran darle un poco de variedad a sus pequeños juegos nocturnos.

—Señor Clark... es un placer tenerlo de vuelta—susurró Anya. La mujer con la que había estado saliendo la semana pasada. — En realidad esperaba verlo esta noche— soltó sobre su oído, permitiendo que el calor de su voz embriagara por completo a Nick.

En realidad Nick solía acostarse con ella unas cuantas veces al mes pero esa noche no sería igual. Por un momento sonrió, volteando a verla mientras ella deslizaba las manos por su cuello, acariciando su piel de una manera totalmente seductora.

— ¿Quiere acompañarme a un lugar más privado?—susurró ella.

—No—respondió él con un tono de voz totalmente desinteresado. Regalándole una mirada de desprecio— esta noche no.

— ¡Pero me dijiste la semana pasada que estaríamos juntos!

— ¿Sigues creyendo en mis mentiras?—soltó él. Susurrándole en el oído de la misma manera que ella lo hacía. — Por Dios, ya madura—soltó.

Alejándose de ella mientras la escuchaba gritar sobre la música. Quería algo especial esa noche y estaba totalmente obstinado a tenerlo.

Si observaba el lugar, encontraría algo nuevo. Siempre había algo nuevo.

Aquel bar era conocido por sus deliciosas mujeres y sabía que esa noche en específico no le fallaría porque nunca lo hacía.

***     

Los billetes pasaban uno tras otro por sus manos mientras los contaba. Tratando de llegar a los ciento cincuenta dólares que necesitaba para los medicamentos de Jasón. Había encontrado una pequeña alcancía que había guardado en el closet y la olvidado por completo. Ambos habían estado ahorrando en aquella alcancía por meses. Cuando la habían comprado en la feria de la ciudad habían tenido la ilusión de llenarla para su boda o su luna de miel pero de lo único que había terminado por servir era para los medicamentos.

La televisión se encontraba a su lado, encendida mientras mostraba las noticias más calientes de los famosos de la ciudad. Lisa al ver la noticia por un momento se terminó por preguntar porque no se había despedido de aquella televisión hace tiempo. Ni siquiera la utilizaba a menudo y en realidad solo le quitaba muchísimo espacio en el departamento.

— ¿Tal vez unos doscientos dólares?—preguntó al aire mientras veía aquella televisión de plasma que habían ganado en un concurso de cocina. El cual únicamente había entrado porque Sol los había obligado.

No estaba segura si a Jasón le molestaría el hecho que ella estuviera decidida a venderla cuando para él aquella pantalla de plasma era lo que más amaba en todo el departamento.

La vibración de su celular la obligó a voltear hacia él. Observando como la pantalla se iluminaba unas cuantas veces al recibir unos mensajes de texto.

“Te conseguí la cita” decía el primer mensaje que Sol le había enviado. Una pequeña sonrisa se construyó en su rostro al leerlo. BYEXS era realmente una buena empresa, trabajar para ella sin duda le traería el suficiente dinero para pagar la deuda creciente que tenía con el banco.

“Aún no se le ha notificado a Nick pero sin duda te recibirá, eres hermosa” decía el segundo mensaje. Estaba consciente de lo que tenía que hacer, tenía que actuar de una manera coqueta o al contrario ignorarlo por completo. Simplemente tenía que leer a Nick para poder manipularlo a su conveniencia.

“Les he enviado un currículo falso. Asegúrate de estar ahí antes de las nueve” Decía el último mensaje. Al leerlo pudo sentir una pequeña esperanza dentro de ella que se derrumbó de inmediato al descubrir que no tenía ni un vestido que pudiera ser lo bastante provocativo para él.

Varios gritos en la televisión la hicieron voltear de inmediato. Observando el rostro de Nick Clark con una gran sonrisa, lo estaban siguiendo en lo que parecía ser un club de cinco estrellas.

No podía negarlo, su aspecto era terriblemente apuesto pero sin duda no podía entender como las mujeres que se encontraban a su alrededor le permitían que él las tratara como basura cuando en realidad él era la basura.

La imagen de Nick soltando billetes por el club le hizo hervir la sangre. Le molestó el simple hecho de ver la arrogancia con la que lanzaba dólares hacia las personas que había a su alrededor en aquella fiesta.

Le molestaba porque ella necesitaba de ese dinero y él únicamente lo lanzaba como si se tratara de papel común y corriente.

Molesta se levantó del sofá para poder apagar el televisor que únicamente le causaba molestia. No el televisor, sino Nick Clark.

—Te voy a tener a mis pies—susurró molesta— y me darás el trabajo.

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