Incluso si estaba desesperado por la situación, si se sentía abrumado y quería salir corriendo ; De lo único que estaba totalmente seguro Nick Clark en esos momentos era de que necesitaba encontrar las palabras adecuadas para poder acercarse a sus hijos y poderle explicarles de la mejor manera el motivo por el cual se había ido durante tantos años. Ya se había peleado con Lisa y ellos lo habían notado, necesitaba hacer algo antes que todo terminara mal, Incluso si estaba dispuesto a decirles toda la verdad, sabía que no podía hacerlo porque necesitaba mantener activa la mentira que Lisa les había dado hace años. Sabía que Lisa no necesitaba quedar mal con sus hijos y aunque a veces deseara dejarla mal frente a ellos, no estaba dispuesto a hacerlo. No quería arruinar la imagen materna que sus hijos tenían hacia ella. Simplemente no quería que sus hijos tuvieran que pasar por lo mismo que pasó él, no quería que perdieran esa magia que él había terminado por perder ante todas las accion
Ambos se encontraban sentados en el lujoso sofá de La mansión en la cual habían decidido vivir juntos. Estaban observándose fijamente, sentados al lado del otro. Por un momento lisa bajo la mirada hacia sus piernas, observando el contrato que él le había entregado este unos cuantos segundos, estaba sintiendo una extraña vibra de parte de él. Una vibra que le decía que no debía de tomar nada que él le ofreciera.—Léelo—dijo él. Manteniendo su mirada fijamente en ella, lisa suspiró por un momento antes de comenzar a leer, estaba lista para encontrar cualquier mínimo error que pudiera tomarlo a su favor, estaba preparada para firmar a que el contrato pero no sabía si estaba preparada para tener que casarse con él.—¿Por qué tienes tanta prisa para casarnos por la iglesia?—preguntó ella. Él por un momento se mantuvo un completo silencio, desviando la mirada hacia cualquier lugar de su departamento, en realidad no era como que deseara por completo estar casado con ella. No quería pero hab
El sonido de la taza al caer al suelo se escuchó por todo el lugar. El café hirviendo cayendo por el suelo, esparciéndose por el mármol mientras la elegante mujer de vestido rosa dorado se levantaba de su asiento y gritaba con fuerza. Demostrándole a todo el restaurante que su voz podía abarcar todo el lugar sin necesitad de un micrófono o altavoz.—¿No te has dado cuenta de lo que has hecho?—gritó la rubia, sacudiéndose las ligeras gotas de café que habían caído en su vestido—¡Muerta de hambre, nunca podrás pagar por este vestido tan costoso!—Lo siento mucho, señorita... en un momento le traeré de nuevo su orden...lo que consuma esta noche correrá por mi cuenta.—¿Crees que este vestido vale lo mismo que unos mugrosos cafés?— preguntó la mujer antes que sus manos se dirigieran hacia el vaso de cristal de su mejor amiga, el cual al menos Lisa había logrado servir bien.— te voy a demostrar cómo se siente ser humillada— susurró antes de simplemente lanzar el vaso de café hacia su rost
Nick Clark se pasó la mano por la barbilla, observando como la mesa se encontraba en completo silencio, a pesar de no haber ni una sola silla vacía a su alrededor. Manteniendo la boca cerrada al mismo tiempo que se decidía por tomar un poco más de lujoso vino.El comedor se encontraba tan silencioso que incluso el sonido que causo el vino al caer sobre la copa parecía totalmente ruidoso.—No puedo creerlo, Nick, nuevamente estás en todo internet—comentó Karina, lanzando su teléfono celular de último modelo hacia la mesa— nuevamente eres el mujeriego más famoso de la ciudad.—¿Y qué tiene?— soltó con su típico tono de voz arrogante, despreocupado.—¿Qué tiene?— preguntó Karina nuevamente, entrecerrando sus ojos con suavidad— genial, mi día no puede estar yendo de mal en peor—susurró— ¡Primero una muerta de hambre me arruina el vestido que había comprado para esta noche y luego nuevamente tengo que soportar que mi nombre este siendo ultrajado por tu culpa!—Entonces quítate el apellido
La voz de Nick Clark se podía escuchar desde el interior de las oficinas, incluso sus pesadas pisadas en el pasillo. Esa mañana en específico había amanecido de mal humor, todo por culpa del bar que había visitado la noche anterior. Por primera vez había sentido que aquel bar le había fallado.Había dado unas vueltas en el lugar, en busca de una mujer que pudiera complacer los deseos nocturnos que habia tenido en esos momentos pero por más que habia buscado en el lugar, no habia conseguido nada. Anya había sido una opción pero no la habia tomado. No porque ella lo hubiera rechazado sino porque no la habia deseado. Ya se habia acostado con ella unas cuantas veces y simplemente el encanto se habia esfumado.Esa mañana le dolía la cabeza porque si algo había hecho la noche anterior habia sido beber como loco. Su tarjeta habia recibido un cobro de más de cinco mil dólares en bebidas pero no le importaba porque si algo tenía era suficiente dinero para gastar en lo que quisiera.Si algo no
El hombre que se encontraba frente a ella estaba totalmente condenado a perder la mayoría del dinero de su cartera, por no decir que estaba a punto de perderlo todo. Había insistido unas diez veces para que Lisa tomara una copa con él y su terrible insistencia se terminaría por convertir en su sentencia económica.Había ido al bar con todas las chicas, para poder celebrar su ingreso a la empresa. Para celebrar una bienvenida que nunca había obtenido en ninguna otra empresa. La realidad era que aunque había trabajado en una gran cantidad de empleos, nunca la habían recibido con los brazos abiertos. No estaba segura si esa bienvenida había sido por el simple hecho de ser la mejor amiga de Sol o simplemente las chicas de BYEXS habían resultado totalmente amables.Se sentía cansada pero feliz de haber sido bienvenida. Lo único que le molestaba por completo era el hombre que se encontraba frente a ella con una gran sonrisa que según él estaba llena de coqueteo y seducción. Simplemente lo
La mirada de Lisa por un momento se mantuvo en los documentos que Sol le había entregado esa misma mañana. Ya habían pasado unos cuantos días desde que había entrado a la empresa y aun no lograba entender por completo como es que se manejaba el lugar. Las citas se guardaban en carpetas diferentes a las de visita. Todo se manejaba de una manera diferente y estaba totalmente decidida a conservar ese empleo hasta que Jasón pudiera regresar.Una mujer de cabello rubio entró por la puerta principal de la empresa, meneando sus caderas mientras sonreía falsamente a los reporteros que ocasionalmente visitaban la entrada de la empresa. Sus miradas se toparon por un momento mientras ella se dirigía hacia el mostrador. Cambiando la expresión de su rostro mientras se detenía frente a Lisa.—Dile a Nick que estoy aquí— soltó mientras extendía la mano hacia ella— dame una tarjeta de visita.—Buenas tardes, bienvenida a BYEXS. Lamento decirle que sin una cita previa no puede pasar a la oficina del s
La noticia había llegado a cada uno de los rincones del país, cada portada hablaba de Nick y su más reciente escándalo. La reconocida modelo Chanel lo había demandado por abuso hacia su persona y había utilizado sus millones de seguidores en redes sociales para exponerlo como un abusador y manipulador de mujeres. Había añadido fotografías con pruebas hacia su favor y había logrado que las personas confiaran únicamente en ella.Las redes estaban llenas de publicidad falsa hacia su persona, comentarios de mujeres que ni siquiera habían salido con él. Las acciones de BYEXS habían caído un gran porcentaje, habían logrado que la seguridad de la empresa se tambaleara por completo y a Nick simplemente le había importado un carajo. Creía mucho más en su trabajo y estabilidad laboral que en desastre nacional que había por culpa de una mujer despechada.Se encontraba totalmente tranquilo, observando el reloj que había sobre la pared de su oficina mientras bebía un espumoso café de leche de alme