El sonido de la taza al caer al suelo se escuchó por todo el lugar. El café hirviendo cayendo por el suelo, esparciéndose por el mármol mientras la elegante mujer de vestido rosa dorado se levantaba de su asiento y gritaba con fuerza. Demostrándole a todo el restaurante que su voz podía abarcar todo el lugar sin necesitad de un micrófono o altavoz.
—¿No te has dado cuenta de lo que has hecho?—gritó la rubia, sacudiéndose las ligeras gotas de café que habían caído en su vestido—¡Muerta de hambre, nunca podrás pagar por este vestido tan costoso!
—Lo siento mucho, señorita... en un momento le traeré de nuevo su orden...lo que consuma esta noche correrá por mi cuenta.
—¿Crees que este vestido vale lo mismo que unos mugrosos cafés?— preguntó la mujer antes que sus manos se dirigieran hacia el vaso de cristal de su mejor amiga, el cual al menos Lisa había logrado servir bien.— te voy a demostrar cómo se siente ser humillada— susurró antes de simplemente lanzar el vaso de café hacia su rostro. Ignorando por completo el hecho que el cristal pudiera romperse al contacto de su piel.
Lisa bajó el rostro, tratando de ocultarlo por un momento mientras continuaba escuchando los gritos de la mujer. Sintiendo como el frio líquido se deslizaba rápidamente por su rostro. Ni siquiera podía abrir los ojos, le había entrado café en ellos y le dolía.
—¡Contéstame!—gritó la mujer, empujándola mientras que Lisa retrocedía a ciegas.
Sabía que se había equivocado una vez más pero ni siquiera podía mantener la cabeza en la tierra cuando su novio se encontraba en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerta. Únicamente dormía unas escasas horas en la noche y se alimentaba con los alimentos de extraña calidad que encontraba en oferta cada viernes.
Sabía que iba a ser despedida. Esa misma semana había perdido el trabajo matutino que tenía en un centro comercial. Al igual que había perdido el trabajo de medio tiempo que tenía en una gasolinera, cobrando por lo consumido.
Cada uno de los trabajos que había tenido desde que su Jasón había enfermado, los había perdido. No porque fuera una mala empleada, sino que su cabeza no podía concentrarse ni una sola vez.
—¿Qué es lo que está sucediendo?—preguntó una voz masculina a las espaldas de Lisa, empujándola al momento de acercarse a ellas.— ¿Nuevamente lo arruinaste Lisa?—soltó el hombre.
—Jefe, puedo explicarlo— respondió Lisa, obligándose a abrir los ojos— puedo explicarlo.
—¿Cómo vas a explicar esto?—preguntó el hombre, negando con fuerza.
—¡Ella ha hecho un desastre con mi vestido!— soltó la ruidosa rubia.
—Y tu casi me arrancas un ojo.
—Como sea...estás despedida, Lisa— soltó el jefe.
Lisa asintió. Para nada sorprendida, sabía que eso iba a suceder. Para ella que ya había perdido como un millón de trabajos en tan solo unos meses, perder uno más ya no le molestaba tanto como antes.
Únicamente tenía que encargarse de las deudas bancarias, los seguros médicos y los costosos tratamientos que Jasón necesitaba.
Sabía que podía con todo, tan solo necesitaba encontrar una manera de pagar cada una de las cuentas que le caían encima.
—Le conté mi situación y aun así ha decido correrme por algo que se puede solucionar—dijo Lisa, señalando el vestido rosa de la chica— solo recuerde que el mundo da muchas vueltas y puede que en esos momentos me encuentre en el suelo...pero no lo será por mucho tiempo, Rick. —soltó antes de sonreír y retroceder unos cuantos pasos.
—¿Me estás amenazando?—preguntó Rick, abriendo la boca con una profunda sorpresa.
Lisa suspiró por un momento, sintiendo como todas las miradas del restaurante se encontraban sobre ella.
—¿Cómo podría amenazarlo?—preguntó— únicamente le digo que se cuide del karma— susurró al mismo tiempo que se quitaba el mandil negro y lo lanzaba al suelo para finalmente irse de aquel lugar.
—¡Lisa!— gritó el hombre al verla irse. Limpiándose los residuos de café que le habían quedado en el rostro.
El aire fresco golpeó su rostro al salir del reconocido café. Sintiéndose unos cuantos segundos perdida mientras observaba la transitada calle principal de la ciudad. En realidad no sabía qué hacer, únicamente se encontraba ahí, parada sin algún rumbo. Sabiendo que no podría recibir ni un dólar de parte de Rick.
Durante unas cuantas semanas había recibido el salario de la cafetería y con eso había logrado pagar los medicamentos de Jasón por un tiempo pero ya no podía hacerlo.
Por un momento metió las manos en los bolsillos de su pantalón, sacando el pequeño monedero de cuero que le habían regalado en el último cumpleaños que había celebrado en el orfanato.
Tan solo pudo encontrar un billete de dos dólares dentro de él, un billete que había guardado por meses en aquel monedero porque según ella, tener un billete de dos dólares era de la suerte. Únicamente porque eran poco transitados.
—Suficiente para pagar el metro—susurró antes de correr con fuerza hacia las escaleras del metro. Decidida a pedirle un poco de dinero a Sol.
***
Sol solía vivir en unos pequeños departamentos que se encontraban a las afueras de la ciudad, eran baratos y pequeños pero a pesar de ello, terminaban siendo lindos.
Y aunque al inicio se habían prometido vivir juntas, como buenas amigas, al final Lisa se había ido a un departamento más grande con Jasón.
Los pasos de Lisa lograban que la madera del pasillo tronara con suavidad cada vez que pasaba por el lugar. Buscando el número “256” en la puerta guinda del pasillo.
—¿Cómo es posible que me pierda cada vez que venga?— se preguntó antes de detenerse frente al vitral. Percatándose del error que nuevamente había cometido. Se había equivocado de edificio.
Molesta caminó hacia el elevador y se dirigió al edificio que se encontraba al lado.
Unos cuantos minutos más tarde, se encontró con Sol abriendo la puerta.
—¡Lisa!—soltó ella con emoción, sonriendo mientras hacia un espacio para que Lisa pudiera entrar a su pequeño departamento— pasa, pasa.
Lisa por un momento titubeó, tomándose unos cuantos segundos para entrar al departamento. Volteando a ver por un momento las paredes rosas que antes solían ser grises.
—Remodelaste todo—susurró al ver que no había ningún mueble que pudiera recordad.
—Nick decidió darnos un bono por una gran venta de fármacos que tuvimos hace unos días. BYEXS ganó muchísimo dinero, es lo mínimo que pudo hacer por nosotros. Quedó lindo, ¿No?—preguntó con una gran sonrisa en el rostro.
—Demasiado rosa como tú...—soltó Lisa antes de reír ampliamente, sintiendo como Sol se enfocaba en las manchas de café que había sobre su ropa.
—¿Qué te ha pasado?—preguntó Sol al mismo tiempo que se recogía el cabello negro en una alta coleta de caballo.
—Me corrieron del trabajo.
—¡No puede ser, Lisa, era el único trabajo que te quedaba!—gritó— ¿Cómo le harás con tus gastos?
—De hecho...sobre eso quería hablar contigo...–susurró. Observando el rostro de Sol mientras se pasaba las manos por su rostro. —Necesito un poco de dinero— susurró, sintiéndose totalmente avergonzada por lo que acababa de decirle— sé que no ganas una millonada pero...
—Ven, vamos a sentarnos— pidió Sol.
Ambas caminaron en completo silencio hacia el sofá de color blanco. Mirándose la una a la otra por un momento mientras Lisa ordenaba en su cabeza las palabras que pensaba decir.
—Dime.
—La verdad es que estoy volviéndome loca, ni siquiera con tres trabajos logro llegar a fin de mes. Las cuentas siguen creciendo y cada día termino por ver más números en las cuentas. Me he quedado sin empleo y no sé cómo lograré pagar la renta del departamento...es por ello que pensé en pedirte un poco de dinero— soltó Lisa. Hablando con rapidez, como si le estuvieran vendiendo los segundos en los que hablaba.
—¿Cuánto necesitas?— preguntó Sol, mordisqueándose el labio.
Sabiendo que no tenía demasiado dinero.
—No lo sé....—susurró Lisa, bajando el rostro. Avergonzada de tener que pedir dinero por primera vez en su vida— ¿Cuatro?
—¿Cuatro mil dólares?—preguntó Sol antes de negar.— lo siento. Lisa, ni siquiera tengo esa cantidad en mi cuenta bancaria. Puedo ofrecerte mi departamento, quedarte a vivir conmigo en lo que consigues algo nuevo...un poco de estabilidad económica.
En realidad Lisa se sentía humillada ante la situación. Detestaba tener que contar con únicamente un dólar para sobrevivir. Detestaba ni siquiera poder permanecer en un trabajo estable, todo por su falta de concentración.
—Sabes—soltó Sol— acabo de recordar que en BYEXS están contratando. La semana pasada renunció la recepcionista... tal vez yo pueda conseguirte una entrevista, pero el problema es que Nick hace las entrevistas.
—Oh...
Simplemente detestaba a Nick Clark. Había visto un millón de veces a través de la televisión como amaba jugar con las mujeres, divertirse con ellas como si fueran un juguete que podía comprar en cualquier tienda.
—Sé que es un mujeriego y que puede ser bastante incomodo pero...
—¿Es muy difícil de complacer?—preguntó de repente Lisa, interrumpiendo a Sol.
—En realidad solo tienes que ser bonita y por suerte eres hermosa— respondió Sol antes de reír.
Lisa asintió con una pequeña sonrisa, decidida a hacer todo lo que estuviera en sus manos para conseguir los medicamentos de Jasón.
—Haré todo lo que este en mis manos para conseguir el dinero. Incluso si tengo que robar...conseguiré el dinero para Jasón. Seducir a un billonario por unos cuantos minutos no será ningún problema—soltó antes de reír.
Nick Clark se pasó la mano por la barbilla, observando como la mesa se encontraba en completo silencio, a pesar de no haber ni una sola silla vacía a su alrededor. Manteniendo la boca cerrada al mismo tiempo que se decidía por tomar un poco más de lujoso vino.El comedor se encontraba tan silencioso que incluso el sonido que causo el vino al caer sobre la copa parecía totalmente ruidoso.—No puedo creerlo, Nick, nuevamente estás en todo internet—comentó Karina, lanzando su teléfono celular de último modelo hacia la mesa— nuevamente eres el mujeriego más famoso de la ciudad.—¿Y qué tiene?— soltó con su típico tono de voz arrogante, despreocupado.—¿Qué tiene?— preguntó Karina nuevamente, entrecerrando sus ojos con suavidad— genial, mi día no puede estar yendo de mal en peor—susurró— ¡Primero una muerta de hambre me arruina el vestido que había comprado para esta noche y luego nuevamente tengo que soportar que mi nombre este siendo ultrajado por tu culpa!—Entonces quítate el apellido
La voz de Nick Clark se podía escuchar desde el interior de las oficinas, incluso sus pesadas pisadas en el pasillo. Esa mañana en específico había amanecido de mal humor, todo por culpa del bar que había visitado la noche anterior. Por primera vez había sentido que aquel bar le había fallado.Había dado unas vueltas en el lugar, en busca de una mujer que pudiera complacer los deseos nocturnos que habia tenido en esos momentos pero por más que habia buscado en el lugar, no habia conseguido nada. Anya había sido una opción pero no la habia tomado. No porque ella lo hubiera rechazado sino porque no la habia deseado. Ya se habia acostado con ella unas cuantas veces y simplemente el encanto se habia esfumado.Esa mañana le dolía la cabeza porque si algo había hecho la noche anterior habia sido beber como loco. Su tarjeta habia recibido un cobro de más de cinco mil dólares en bebidas pero no le importaba porque si algo tenía era suficiente dinero para gastar en lo que quisiera.Si algo no
El hombre que se encontraba frente a ella estaba totalmente condenado a perder la mayoría del dinero de su cartera, por no decir que estaba a punto de perderlo todo. Había insistido unas diez veces para que Lisa tomara una copa con él y su terrible insistencia se terminaría por convertir en su sentencia económica.Había ido al bar con todas las chicas, para poder celebrar su ingreso a la empresa. Para celebrar una bienvenida que nunca había obtenido en ninguna otra empresa. La realidad era que aunque había trabajado en una gran cantidad de empleos, nunca la habían recibido con los brazos abiertos. No estaba segura si esa bienvenida había sido por el simple hecho de ser la mejor amiga de Sol o simplemente las chicas de BYEXS habían resultado totalmente amables.Se sentía cansada pero feliz de haber sido bienvenida. Lo único que le molestaba por completo era el hombre que se encontraba frente a ella con una gran sonrisa que según él estaba llena de coqueteo y seducción. Simplemente lo
La mirada de Lisa por un momento se mantuvo en los documentos que Sol le había entregado esa misma mañana. Ya habían pasado unos cuantos días desde que había entrado a la empresa y aun no lograba entender por completo como es que se manejaba el lugar. Las citas se guardaban en carpetas diferentes a las de visita. Todo se manejaba de una manera diferente y estaba totalmente decidida a conservar ese empleo hasta que Jasón pudiera regresar.Una mujer de cabello rubio entró por la puerta principal de la empresa, meneando sus caderas mientras sonreía falsamente a los reporteros que ocasionalmente visitaban la entrada de la empresa. Sus miradas se toparon por un momento mientras ella se dirigía hacia el mostrador. Cambiando la expresión de su rostro mientras se detenía frente a Lisa.—Dile a Nick que estoy aquí— soltó mientras extendía la mano hacia ella— dame una tarjeta de visita.—Buenas tardes, bienvenida a BYEXS. Lamento decirle que sin una cita previa no puede pasar a la oficina del s
La noticia había llegado a cada uno de los rincones del país, cada portada hablaba de Nick y su más reciente escándalo. La reconocida modelo Chanel lo había demandado por abuso hacia su persona y había utilizado sus millones de seguidores en redes sociales para exponerlo como un abusador y manipulador de mujeres. Había añadido fotografías con pruebas hacia su favor y había logrado que las personas confiaran únicamente en ella.Las redes estaban llenas de publicidad falsa hacia su persona, comentarios de mujeres que ni siquiera habían salido con él. Las acciones de BYEXS habían caído un gran porcentaje, habían logrado que la seguridad de la empresa se tambaleara por completo y a Nick simplemente le había importado un carajo. Creía mucho más en su trabajo y estabilidad laboral que en desastre nacional que había por culpa de una mujer despechada.Se encontraba totalmente tranquilo, observando el reloj que había sobre la pared de su oficina mientras bebía un espumoso café de leche de alme
Nick se pasó los dedos por los labios, recordando las palabras que Lisa le había dicho en aquel pasillo. Sabia a la perfección que se había sobrepasado con ella pero le importaba un carajo porque ella había tenido la culpa. Desde el momento que ella le había sonreído, desde el momento que ella había subido al auto, le había dado derecho de seducirla. Invitarla a cenar nunca había sido la verdadera razón de aquella invitación, tampoco cenar solo. Únicamente había buscado una razón para estar a solas con ella y poder intentar seducirla.Ella le había prometido una venganza y en realidad estaba bastante ansioso por saber que era lo que ella llegaría a intentar en su contra porque estaba tan seguro que por más que hiciera cosas en su contra, nada le afectaría. En esos momentos contaba con tanto dinero que nada podría afectarle.Su departamento se sentía demasiado solo en esos momentos, estaba bebiendo vino y casi se había acabado la botella en unos cuantos solos minutos. En realidad habí
Aquella noche el bar estaba llenísimo. Nick nunca había visto aquel lugar tan lleno, tanto que por un momento titubeó ligeramente al entrar. Pero, había tantas mujeres en el interior que no podía perder la oportunidad de encontrar una nueva piel con la cual podría divertirse durante unas cuantas noches.Hacia tanto calor en el bar que incluso algunas mujeres se habían quitado las blusas para poder tener un poco más de “Frescura”, Nick por un momento se burló de sí mismo por creer que necesitaba huir de la multitud. Estaba encantado con todas las hermosas mujeres que había a su alrededor y estaba decidido que esa noche se quitaría las ganas que Lisa le había dejado porque si una mujer le decía que no, otras quince le decían que sí.Su mirada se encontró rápidamente con un hermoso cabello oscuro que fue imposible de ignorar. Sonrió con suavidad y se abrió paso entre la multitud del bar. Sacudiéndose ligeramente el cabello mientras se acercaba a aquella hermosa mujer de cabello oscuro.L
Lisa mantenía la mirada fija sobre su imagen en el espejo. Estaba pálida, las piernas le temblaban con suavidad y todo a su alrededor parecía querer dar vueltas. Estaba tan mareada que deseaba morirse en esos mismos instantes. Bajo el espejo reposaba unas cuantas botellas blancas, llenas de vitaminas y medicamentos que había estado necesitando desde hace unos cuantos días. Sabía el motivo de su “Enfermedad” y ese era el motivo por el cual se encontraba ahí. Jugueteando con una prueba de embarazo entre sus manos.Si, lo había hecho.Todo por dinero, todo por desesperación, todo por venganza.Ni siquiera estaba segura si Nick podía recordar aquella noche en la cual había tenido que tomar el valor de acostarse con él a pesar de amar a otra persona pero no se arrepentía en lo absoluto porque había obtenido el dinero suficiente para poder pagarle al médico que había ayudado a Jasón.—Al carajo—soltó antes de abrir la envoltura plástica de la prueba de embarazo. Observándola por un momento