Dos años después.
Eva.
–¡No puedo creer que esté sucediendo de verdad! – Gigi se agita la mano enfrente de la cara, parece que está a punto de llorar y no quiere arruinar el maquillaje que tanto tiempo ha costado.
–¿Vas a llorar otra vez? ¡Pero si es mi boda, no la tuya! – chillo yo mientras la molesto.
–¡Ay lo siento! – ella se limpia la lagrima – solo me emociona demasiado saber que vas a casarte, cariño, estuviste comprometida con Aaron como mil años – yo ruedo los ojos ante lo exagerada que ella es – y ahora mírate, estás a punto de casarte con un hombre completamente diferente, uno que no tuvo que esperar demasiado para realmente casarse – ella sorbe por la nariz – eso me emociona demasiado.
–¿Segura que no tiene nada que ver con que estás emba
Eva.Dos horas de ejercicio en el campo de artillería me han dejado muerta.Meto mi uniforme sucio en el casillero, me suelto el cabello que está acomodado en un moño bajo redondo y apretado, agarro la toalla y voy hasta las duchas con Zoé–Esta noche regresa Eros – me grita al tiempo en que abre la llave del agua caliente.El cuarto se llena de humo inmediatamente y el vaho hace desaparecer la cara de Zoé. Yo prefiero el agua fría, así que apreto los dientes, cuento hasta tres y me meto bajo el chorro.–Espero que el imbécil de Eros tenga paciencia con nosotras, es decir, eres su hermana y yo soy tu mejor amiga, eso debe contar para algo, ¿No?–No Eva, Eros no tiene compasión de nadie, es un jodido amargado.–Sigue siendo igual, ¿Eh? – creo que la última vez que vi a Eros Campbell fue hace tres a&nt
Eva. – ¡No puedo creer que ya estés aquí!Mis ojos se iluminan cuando abro la puerta de mi habitación en el cuarto piso y veo al hombre que está frente a mí.–¡Cariño! – chillo y corro hacia él, me cuelgo encima de su cuerpo, rodeo su cintura con mis piernas y lo abrazo por el cuello.–Hola Eva, te eché mucho de menos – susurra en mi oído al tiempo en que sus manos grandes y ásperas se aferran a mi cintura.–¿Cuándo volviste? ¿Por qué no me avisaste?–Quería darte una sorpresa – dice con su voz profunda mientras me deja sobre suelo firme nuevamente.–Es la mejor sorpresa del mundo – vuelvo a abrazarlo.Me siento como volando en una nube, ¡Dios! Lo extrañé demasiado.–Eva – él s
Eva.–¿Quién tiene un problema de disfunción eréctil? – me grita al oído.Siento que todos los vellos se me ponen de punta, escuchó lo que estábamos diciendo.–¿Disfunción eréctil o ganas? – me pregunta.Me quedo en silencio, no hay nadie burlándose, pero sé que si Eros no estuviera aquí ya tendría el sonido de todas las carcajadas de las personas presentes. Trago saliva y miro al frente, donde Aaron nos ve con el ceño fruncido.–¡Le hice una pregunta, capitán!–No me refería a nadie en específico, coronel – respondo con voz militar y me limpio las palmas de las manos con el uniforme, estoy sudando, ¡Joder! Parezco un cerdo.–¡Identifíquese, capitán! – su voz hace que me revienten los t&iac
Eva. Refunfuño y continúo corriendo, no siento las piernas, me queman las pantorrillas y el talón de la bota me está masacrando el pie, seguramente quedaré destruida después de esto. El sol está calentando fuerte sobre mi cabeza, si no fuera por la gorra militar ya estaría completamente derretida.–¿Cuántas vueltas le faltan, capitán? – grita Eros vigilándome desde la sombra. ¡Maldito sea el momento en que decidí que contarle a Gigi que Aaron no queria sexo en medio de la formación fue una buena idea!–Ocho, señor – respondo con fuerza, pero la verdad es que por dentro siento que ya no puedo ni con mi alma.A veces olvido porque demonios fue que decidí meterme en la milicia, es decir lo amo, pero cuando me encuentro con personas como Eros no quisiera hacer más que renunciar, o darle una pata
Eros. –Eres preciosa, Eva – susurro mientras veo cómo su pecho sube y baja al ritmo de su respiración, desabrocho el primer botón de su uniforme militar, dejando ligeramente al descubierto su piel. Eva es blanca como la nieve, su piel se ve tersa, suave y yo quisiera tocarla.Me relamo la boca, es igual a como la recuerdo de hace tres años, solo que ahora es una mujer mayor y más madura, entonces ella era solo una chiquilla, ahora se ha convertido en una pantera, es hermosa, pero tengo la impresión de que se convertirá en un problema para mí. Quiero quitar mis ojos de encima de ella, pero no puedo, y tampoco deseo luchar contra mis instintos más salvajes, así que hago todo lo contrario a apartarme.Alargo la mano y con el dedo índice marco un recorrido de caricias desde el cuello hasta su pecho, donde se resaltan unas tetas pequeñ
Eva.–¡Joder Eva! Necesito que reacciones – Aaron me zarandea y no se molesta en dejarme sobre un colchón, como lo hizo Eros. Aaron simplemente me deja en tierra firme nuevamente, al principio me toca sostenerme de la mesita de noche porque me siento jodidamente débil.–No me siento muy bien – suspiro, esperando que eso sea suficiente como para que mi prometido deje la histeria – voy a dormir un poco más, discúlpame con el coronel, volveré a …–¡Yo no te voy a disculpar con nadie! – grita – mucho menos con la porqueria tienes de coronel – sus fosas nasales se hinchan al llenar sus pulmones de aire – ¿Qué demonios fue lo que pasó? ¿Porque diablos estabas en su habitación? – él se acerca a mí, me agarra de los hombros y me inspecciona.–Yo no estaba en su habitaci&oacu
Eva.Es tarde, hora del almuerzo y no he hecho nada más que pelear con el nuevo coronel y con mi prometido ¡Agh! Esta será una semana difícil, pienso mientras salgo de las torres de habitaciones.–¿Dónde estabas metida? – Zoé sale de no sé dónde y camina a mi lado.–Estaba con el coronel – la molesta Gigi.–Estaba con Aaron en mi habitación - corrijo.–Si, peleando por el coronel – termina Gigi.–¿Tu como sabes? – frunzo el ceño.–Todos han estado hablando de eso, de cómo te desmayaste en el campo de artillería, pero sobre todo, de cómo Eros te llevó en sus brazos hasta su habitación.–Solo lo hizo porque no encontró otro sitio a donde ir.–¡Aja! – Gigi se burla y le doy un codazo para que se
Eva.–¿El coronel Campbell está? – le pregunto a Tania, su secretaria.Se supone que debo entregarle un informe con todos los atentados de las águilas negras, el grupo terrorista más peligroso del mundo en este momento, el mismo al que nosotros debemos vencer.–No, tendrás que volver después, linda.–¿Sabes si tardará mucho? – no quiero que nada retrase mi noche con Aaron, hace unos minutos que confirmé que estaría libre, y eso ya es todo un acontecimiento.–Es posible que sí, está en una reunión importante con los coroneles de otras dos centrales, ¿Necesitas que le deje algún mensaje o que le entregue algo? – ella mira el portafolio en mi mano.–No, está bien – sonrío – volveré después.Doy media vuelta y vuelvo a mi oficina, dejo la carp