Eva.
Dos horas de ejercicio en el campo de artillería me han dejado muerta.
Meto mi uniforme sucio en el casillero, me suelto el cabello que está acomodado en un moño bajo redondo y apretado, agarro la toalla y voy hasta las duchas con Zoé
–Esta noche regresa Eros – me grita al tiempo en que abre la llave del agua caliente.
El cuarto se llena de humo inmediatamente y el vaho hace desaparecer la cara de Zoé. Yo prefiero el agua fría, así que apreto los dientes, cuento hasta tres y me meto bajo el chorro.
–Espero que el imbécil de Eros tenga paciencia con nosotras, es decir, eres su hermana y yo soy tu mejor amiga, eso debe contar para algo, ¿No?
–No Eva, Eros no tiene compasión de nadie, es un jodido amargado.
–Sigue siendo igual, ¿Eh? – creo que la última vez que vi a Eros Campbell fue hace tres años en la ceremonia de ascenso a teniente de Zoé.
Aún recuerdo sus gélidos ojos color azul, sus cejas y pestañas espesas y rubias, su mandíbula cuadrada y su cabello corto rubio perfectamente peinado, recuerdo como si hubiera sido ayer la forma en la que apretó mi mano para saludarme, el corrientazo eléctrico, la sensación que me generó, fue como haber tocado un témpano de hielo, como si hubiera saludado a una máquina.
–Eros no va a cambiar nunca – bufa Zoé – y le ha funcionado bastante bien, por algo será nuestro nuevo coronel en solo veinticuatro horas.
–Y no coronel de un batallón cualquiera – susurro – sino de la FUERZAS ARMADAS ESPECIALES DE AUSTRALIA (FAEA). Hay que tener muchos cojones como para conseguir todo lo que él tiene siendo tan joven.
–No le hagas saber que lo admiras – me advierte – mi hermano está harto de las mujeres que se ponen a sus pies, las trata como ratas, las utiliza un rato y después las desecha.
–Lo dices como si yo fuera a babear por tu hermano – ruedo los ojos – ¡Eso no va a pasar nunca, Zoé!
–Eso espero, sabes que no te perdonaría que pusieras las manos en el sitio equivocado.
Zoé es una chica celosa y posesiva cuando de Eros se trata, él es la única familia que le queda a parte de su padre y por eso se encarga de espantar a más de una de las trepadoras del ejército que no quieren sino meterse dentro de los pantalones de Eros.
–Por mi puedes estar completamente tranquila – comienzo a quitarme el jabón de los pechos y del abdomen mientras me enjuago con el agua – y parece que se te olvida que voy a casarme.
–Ujumm – suelta.
–¿Qué significa ese “Ujumm”?
–Que estás comprometida hace un año y aun ni siquiera tienes fecha de matrimonio – reprocha – Aaron y tú ya deberían tener una fecha, un sitio e incluso las invitaciones de la boda. Apuesto a que ni siquiera te has probado un solo vestido de novia.
–No hemos tenido demasiado tiempo para la boda, Zoé, queremos casarnos, pero hemos estado demasiado ocupados, Aaron sale de una misión para otra, y yo… bueno, ya conoces mis horarios, trabajamos veinticuatro horas al día los siete días de la semana, no tengo todo el tiempo del mundo como el resto de las novias – respondo al tiempo en que salgo de la ducha y me envuelvo el cuerpo en una toalla del color militar, azul egipcio.
–Entiendo que no tienes tiempo, eres capitán de toda una compañía – dice de forma obvia – pero si en realidad quieren que este matrimonio suceda, en algún momento deben hacer tiempo, sacarlo, ¿De dónde? No sé, eso es algo que ustedes dos deberán arreglar.
Me muerdo el labio inferior, Zoé tiene razón, yo misma le he dicho esto muchas veces a Aaron, pero me siento estúpida, es decir, él está afuera en países como Bélgica luchando contra el narcotráfico, mercenarios y grupos terroristas y yo no quiero joderle la vida con el color del ponqué de matrimonio.
–¿Qué opina Aaron de todo esto del matrimonio?
Trago saliva y miro al piso de forma nerviosa – como te dije, no hemos tenido mucho tiempo de hablar – «Ni de muchas otras cosas tampoco»
–Llévalo al altar antes de que alguien más se te adelante – murmura – eres hermosa, Eva, eres como la mujer perfecta, pero recuerda que estamos en un estanque de víboras, y Aaron es joven, tiene un alto rango aquí dentro y además tiene un culo de infarto… yo le pondría la soga al cuello más tarde que temprano – Zoé me guiña el ojo y sale de los baños.
Yo niego con la cabeza, definitivamente esa chica está completamente loca, es muy extraño que ella y Eros siendo hermanos sean tan diferentes, a Zoé le falta un tornillo, en cambio Eros los tiene todos demasiado apretados, Zoé es apasionada y Eros es un jodido hielo.
¡Agh! No sé cómo será trabajar con él, solo espero que no se comporte como un completo imbécil. Por lo menos no conmigo.
Me pongo el uniforme limpio y voy a la torre de las habitaciones, esta noche no iré a dormir a mi departamento, mañana a primera hora debemos estar en la ceremonia de nombramiento de Eros como coronel. No quiero llegar tarde, no quiero darle la menor oportunidad para que pueda poner el ojo encima de mí.
Eva. – ¡No puedo creer que ya estés aquí!Mis ojos se iluminan cuando abro la puerta de mi habitación en el cuarto piso y veo al hombre que está frente a mí.–¡Cariño! – chillo y corro hacia él, me cuelgo encima de su cuerpo, rodeo su cintura con mis piernas y lo abrazo por el cuello.–Hola Eva, te eché mucho de menos – susurra en mi oído al tiempo en que sus manos grandes y ásperas se aferran a mi cintura.–¿Cuándo volviste? ¿Por qué no me avisaste?–Quería darte una sorpresa – dice con su voz profunda mientras me deja sobre suelo firme nuevamente.–Es la mejor sorpresa del mundo – vuelvo a abrazarlo.Me siento como volando en una nube, ¡Dios! Lo extrañé demasiado.–Eva – él s
Eva.–¿Quién tiene un problema de disfunción eréctil? – me grita al oído.Siento que todos los vellos se me ponen de punta, escuchó lo que estábamos diciendo.–¿Disfunción eréctil o ganas? – me pregunta.Me quedo en silencio, no hay nadie burlándose, pero sé que si Eros no estuviera aquí ya tendría el sonido de todas las carcajadas de las personas presentes. Trago saliva y miro al frente, donde Aaron nos ve con el ceño fruncido.–¡Le hice una pregunta, capitán!–No me refería a nadie en específico, coronel – respondo con voz militar y me limpio las palmas de las manos con el uniforme, estoy sudando, ¡Joder! Parezco un cerdo.–¡Identifíquese, capitán! – su voz hace que me revienten los t&iac
Eva. Refunfuño y continúo corriendo, no siento las piernas, me queman las pantorrillas y el talón de la bota me está masacrando el pie, seguramente quedaré destruida después de esto. El sol está calentando fuerte sobre mi cabeza, si no fuera por la gorra militar ya estaría completamente derretida.–¿Cuántas vueltas le faltan, capitán? – grita Eros vigilándome desde la sombra. ¡Maldito sea el momento en que decidí que contarle a Gigi que Aaron no queria sexo en medio de la formación fue una buena idea!–Ocho, señor – respondo con fuerza, pero la verdad es que por dentro siento que ya no puedo ni con mi alma.A veces olvido porque demonios fue que decidí meterme en la milicia, es decir lo amo, pero cuando me encuentro con personas como Eros no quisiera hacer más que renunciar, o darle una pata
Eros. –Eres preciosa, Eva – susurro mientras veo cómo su pecho sube y baja al ritmo de su respiración, desabrocho el primer botón de su uniforme militar, dejando ligeramente al descubierto su piel. Eva es blanca como la nieve, su piel se ve tersa, suave y yo quisiera tocarla.Me relamo la boca, es igual a como la recuerdo de hace tres años, solo que ahora es una mujer mayor y más madura, entonces ella era solo una chiquilla, ahora se ha convertido en una pantera, es hermosa, pero tengo la impresión de que se convertirá en un problema para mí. Quiero quitar mis ojos de encima de ella, pero no puedo, y tampoco deseo luchar contra mis instintos más salvajes, así que hago todo lo contrario a apartarme.Alargo la mano y con el dedo índice marco un recorrido de caricias desde el cuello hasta su pecho, donde se resaltan unas tetas pequeñ
Eva.–¡Joder Eva! Necesito que reacciones – Aaron me zarandea y no se molesta en dejarme sobre un colchón, como lo hizo Eros. Aaron simplemente me deja en tierra firme nuevamente, al principio me toca sostenerme de la mesita de noche porque me siento jodidamente débil.–No me siento muy bien – suspiro, esperando que eso sea suficiente como para que mi prometido deje la histeria – voy a dormir un poco más, discúlpame con el coronel, volveré a …–¡Yo no te voy a disculpar con nadie! – grita – mucho menos con la porqueria tienes de coronel – sus fosas nasales se hinchan al llenar sus pulmones de aire – ¿Qué demonios fue lo que pasó? ¿Porque diablos estabas en su habitación? – él se acerca a mí, me agarra de los hombros y me inspecciona.–Yo no estaba en su habitaci&oacu
Eva.Es tarde, hora del almuerzo y no he hecho nada más que pelear con el nuevo coronel y con mi prometido ¡Agh! Esta será una semana difícil, pienso mientras salgo de las torres de habitaciones.–¿Dónde estabas metida? – Zoé sale de no sé dónde y camina a mi lado.–Estaba con el coronel – la molesta Gigi.–Estaba con Aaron en mi habitación - corrijo.–Si, peleando por el coronel – termina Gigi.–¿Tu como sabes? – frunzo el ceño.–Todos han estado hablando de eso, de cómo te desmayaste en el campo de artillería, pero sobre todo, de cómo Eros te llevó en sus brazos hasta su habitación.–Solo lo hizo porque no encontró otro sitio a donde ir.–¡Aja! – Gigi se burla y le doy un codazo para que se
Eva.–¿El coronel Campbell está? – le pregunto a Tania, su secretaria.Se supone que debo entregarle un informe con todos los atentados de las águilas negras, el grupo terrorista más peligroso del mundo en este momento, el mismo al que nosotros debemos vencer.–No, tendrás que volver después, linda.–¿Sabes si tardará mucho? – no quiero que nada retrase mi noche con Aaron, hace unos minutos que confirmé que estaría libre, y eso ya es todo un acontecimiento.–Es posible que sí, está en una reunión importante con los coroneles de otras dos centrales, ¿Necesitas que le deje algún mensaje o que le entregue algo? – ella mira el portafolio en mi mano.–No, está bien – sonrío – volveré después.Doy media vuelta y vuelvo a mi oficina, dejo la carp
Eva.No puedo explicar lo que siento dentro del cuerpo, solo sé que estoy experimentando una mezcla de emociones muy confusas, quiero hacerlo, ¡joder! He estado pensando en este momento más de lo que me gustaría aceptarme incluso a mi misma.–Eros, no – intento razonar y pensar con cabeza fría, a pesar de que me cuesta demasiado, Eros es el hombre más excitante del mundo, no sé porque diablos no está casado o porque no tiene una novia.¡Ah! Es cierto, no tiene novia porque es un maldito don Juan de verdad que no tiene una sino muchas mujeres.–Deja de pensar, Eva – él besa mi cuello, me deja pequeños mordisquitos que me encienden más de lo que ya estoy.Su mano derecha se posa en mi cintura y me aprieta a él, el deseo se intensifica cuando siento su miembro duro como una roca chocar con mi cuerpo, ¡Si así es