Capítulo 50

Alimceceg corrió hacia el almacén mientras era seguida también por un grupo de hombres. Al llegar, los hombres insistieron para que ella no entrara, así que en cuanto tuvieron oportunidad ingresaron al lugar, empezaron a sacar lo que podían del interior, cada hombre corría de ida y de regreso.

Alimceceg daba vueltas en el exterior y cada vez que los hombres sacaban alimentos, ella se apresuraba a tomarlos antes para que ellos regresaran de inmediato.

Estaba desesperada. Si la tribu se quedaba sin provisiones para el invierno, sería la sentencia de muerte para todos; estando en guerra y sin comida significaría que la gente se moriría de hambre en algún punto. Esa idea tan macabra le erizó la piel, la asqueó.

Mientras ella y los hombres Kimek trataban de apagar el incendio y de salvar el alimento de las tribus aliadas, Cirina había logrado ganarse la confianza del khan, pues había sido ella quién le había revelado el

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