-¡Otra vez! - Dijo tío Chad cuando desvió mi golpe de garras. - ¿La casa de la manada te está ablandando?
-Por supuesto que no. Pero tampoco me dejan entrenar mucho. - Dije con un suspiro resignado. - La Luna Isabella está enfocada en que me comporte como una dama en la mesa y pega gritos en el cielo cuando llego con los nudillos raspados.
-Entrena en tu habitación y véndate los nudillos. No es tan difícil. - Dijo con sorna mientras seguía pateando mi trasero.
-Es difícil. - Respondí desde el suelo. - Sobre todo si Elizabeth insiste en tomar sus siete siestas de belleza al día. Mi cuarto no es una opción si me gustan mis tímpanos. - Dije suspirando. - Esa loba tiene unos buenos pulmones y el carácter de un gato.
-Sin excusas. Te necesito fuerte, busca tiempo. - Dijo tío Chad eliminando la diversión de su voz. - Hay rumores que no me gustan nada.
-¿Rumores sobre qué?
-Rumores sobre el derrocamiento del siguiente Rey Alfa. - Dijo Gisselle saliendo de su cabaña para encontrarnos frente a nuestra humilde choza.
-¿No les gusta tampoco éste? - Pregunté curiosa.
Hace unos tres años más o menos hubo una rebelión en los terrenos del Rey Alfa y, por lo que tengo entendido, decapitaron al tipo. Su hijo mayor es actualmente el Rey Alfa.
-No creo que les guste nadie de esa familia. - Dijo Gisselle amarrándose el pelo y saltando a la lucha con nosotros. - Los Iversen son conocidos por ser despiadados bastardos que no piensan en sus súbditos. Excepto el hermano menor; dicen que es el mejor maldito General que han tenido nunca. Fue gracias a él que la rebelión anterior terminó solo con una decapitación y la razón por la que una nueva rebelión es solo un rumor. Le tienen miedo.
-Por cierto, Lily. - Dijo Gisselle esquivando golpes. - Tengo un regalo para ti, ya que sé que éste grandulón jamás pensaría en cosas femeninas. - Dijo divertida aun cuando el comentario le valió que tío Chad la tirara de culo en la tierra.
-¿Cosas femeninas? ¿Hablas del hecho de que me salieron algunas curvas y tío Chad aún sigue en negación? - Dije volviendo a la lucha.
-Yo no estoy en negación. - Dijo Tío Chad con dientes apretados. - Sé perfectamente que ya has crecido.
-¿En serio? ¿Entonces el mes pasado compraste ropa de adolescente solo para molestar? - Dijo Gisselle pinchándolo. - ¿O el mes anterior cuando le hiciste unas botas preciosas tomando la medida de una muñeca?
-El mes anterior a ese me regaló unos lindos moños de colores. - Dije con cara seria intentando no reír con todas mis fuerzas.
Mi tío bufó pero claramente estaba avergonzado.
-¡Está bien! No sé cuándo pasó, un día tiene la altura de mi pierna y al siguiente ya me llega al hombro. ¿Cómo puedo ponerme al día si crece tan rápido? Voy a parpadear y lo siguiente que sabré es que ya está emparejada y otra pequeña de siete años me mirará desde abajo.
-Pobre y viejo tío Chad, eso es lo que pasa cuando vives aislado del mundo. Deberías de salir de vez en cuando a la aldea. - Dijo Gisselle esquivando golpes.
-Estoy bien aquí. Tengo un techo, comida caliente y mi cama es... es muy cómoda. - Dijo con una sonrisa torcida. Gisselle se sonrojó furiosamente y yo oculté una sonrisa.
En algún momento de los últimos años algo había pasado con estos dos. Sucedió poco después de que me fuera a mi primer año en la casa de la manada; cuando regresé en vacaciones ambos estaban tensos. Medio me di cuenta de lo que pasaba cuando tío Chad comenzó una de nuestras sesiones de entrenamiento y se quitó su camisa. Gisselle suspiró como una adolescente borracha y todo hizo clic.
Obviamente, no hablábamos de eso pero estaba segura de que ambos sabían que yo lo sabía. Comenzaron a relajarse a mi al rededor este año cuando comencé a reírme de sus insinuaciones y les dije que ambos eran libres de hacer lo que quisieran.
-Volviendo al asunto. - Dijo tío Chad mandándome a volar de nuevo. - Necesito que tomes esto con seriedad. No sé cuándo atacarán los rebeldes, pero no están por encima de un ataque sorpresa. No quiero que quedes atrapada en el fuego cruzado.
-En eso tiene razón, pequeña. - Dijo Gisselle secándose el sudor de su frente. - Debes prepararte para huir pero también para luchar en caso de que lo necesites. Tu mejor oportunidad es que luches en tu forma lobuna.
-De hecho he estado pensando... ¿Creen que en la manada del Sur me dejarían unirme a la guardia? Creo que no sirvo para tejer, bordar, ser anfitriona o cualquier tontería para la que Luna Isabella ha estado preparándome estos años. - Dije encogiéndome de hombros.
-Serías terrible en ello. - Dijo mi tío Chad con una sonrisa. - Tu mejor esperanza es que te emparejes con un lobo doméstico y que tú seas la que provee.
-Y eso no lo encontrarás en este continente. - Dijo Gisselle divertida. - Ni siquiera sé si eso sea posible en el continente del sur.
-Bueno, viviré con tío Chad para siempre entonces. - Dije sin darle importancia. - Su hombría puede soportar que yo traiga la cena.
-Por supuesto que sí. Ya era hora de que me cuidaras en mi vejez. - Dijo con un gruñido cuando atacamos las dos a la vez. - Mientras recuerdes que no soy eterno, muchacha.
-Llevas diciendo eso desde hace diez años y yo te veo más saludable que cualquiera de los guardias de la Casa de la manada. - Dije con una sonrisa de triunfo cuando descuidó su costado y pude darle un golpe directo.
-Esos cachorros no podrían defender un palo aunque quisieran. - Dijo con desprecio. - No sé qué m****a les enseñan en su brillante Academia, pero estoy seguro como la m****a que con un soplido del viento volarían lejos.
Las chicas teníamos la Casa de la manada para ser instruidas en cosas aburridas mientras que los chicos estudiaban en la Academia. Aquí todos los lobos sin importar su condición social, o en este caso su color de pelaje, eran instruidos en el arte de la guerra.
El continente central era algo así como un continente de mercenarios. Criaban a sus hijos para pelear y luego vendían sus servicios al mejor postor. Tengo entendido que actualmente el continente Este y Oeste se encontraban en guerra, por lo que los chicos eran contratados para pelear allá.
-Terminemos por hoy. Debo preparar a la pequeña loba para su gran baile de selección de mañana... Y tío Chad no está invitado. - Dijo con una sonrisa malvada en dirección al susodicho.
-¿Por qué? - Preguntó secando su sudor con su camisa.
-Porque haremos cosas femeninas como mascarillas faciales, pintarnos las uñas y rizar nuestro cabello. - Dijo abanicando sus pestañas en su dirección.
Tío Chad frunció el ceño y me miró por un momento. Luego miró a Gisselle.
-No lo necesitan. Ambas son preciosas y tienen un cabello bonito.
Aww. Mi tío era muy lindo cuando quería.
-Los cumplidos lo llevarán lejos, señor Chad. - Dijo Gisselle ruborizada. - Aun así pasaremos una tarde de chicas. Puedes ir por el pastel que te hice y luego no molestes hasta que sea hora de llevar a la pequeña no tan pequeña a la Casa de la manada.
Yo le di pulgares arriba y luego corrí a abrazarlo.
-Te amo por ser siempre mi fan número uno. - Dije en su hombro. - Tomaré el primer turno de la ducha o puedes simplemente ir a casa de Gisselle.
Con eso salí corriendo hacia la cabaña riendo todo el camino ante sus caras perplejas.
Regresé mucho más tarde a casa de Gisselle y la encontré preparando cosas sobre la mesa. Yo seguí sus instrucciones y comencé a oler los frascos que puso ante mí.
-¿Tengo que buscar uno en específico? - Dije rascando mi nariz. Hasta ahora todas eran esencias que me resultaban conocidas pero nada especial.
-No exactamente. Tienes que detenerte cuando encuentres un perfume que te resulte más agradable que cualquiera. Tu nariz te dirá cuál es la escencia de tu lobo, luego solo tenemos que maximizar ese olor en ti.
Seguí oliendo hasta que encontré uno pequeño al que quise aferrarme.
-Creo que es este. ¿Qué estoy oliendo? - Dije con mi nariz casi metida en el frasco.
-¡Oh! Ese es extra especial. - Dijo con una sonrisa. - Se llama "Vainilla" y solo se encuentra en las islas cercanas al continente del Este.
-Vainilla... me gusta.
-Por suerte para ti, con lo que tengo puedo hacer uno o dos frascos de perfume. Ahora vamos a la segunda parte de la noche. ¿Ya sabes qué vas a usar mañana?
-Uh... ¿Tengo que usar otra cosa que no sea mi uniforme? - Pregunté confundida.
-Chica... tu tío Chad te ha echado a perder.
Sacó un baúl de debajo de la cama y me pidió que eligiera lo que quisiera. Dentro había varios vestidos elegantes y la miré arqueando una ceja.
-¿Esta es la parte en la que me preguntas sobre mi misterioso pasado? - Dijo Gisselle divertida. - Pequeña, tardaste 10 años.
-No me importa tu pasado. Si quisieras compartirlo, lo habrías mencionado desde hace 10 años. - Dije divertida. - Solo me preguntaba por qué guardarías vestidos tan bonitos. Creo que nunca te los he visto puestos.
-Ah, pequeña. Es una larga y triste historia pero se podría resumir a que encontré a mi pareja y él me rechazó porque consideraba que yo era demasiado humilde para ser reina.
Mis ojos se abrieron y m boca cayó hasta el piso. Ella se rió de mi expresión.
-Si, soy una loba blanca, después de todo. Te contaré una historia mientras te ayudo a ajustar tu nuevo vestido. - Dijo con una sonrisa triste.
Yo elegí un vestido verde esmeralda que me llamó la atención.
-Era tan joven y creía firmemente en el amor y cosas románticas. - Dijo con una risa sin humor. - El rey me miró fríamente a los ojos y declaró ante toda la nobleza que había encontrado a su pareja. Luego le preguntó a su madre sobre mi desempeño en la Casa de la Manada. Ella... ella me miró con desprecio y soltó un bufido. Le dijo que era hija de un noble mercader pero pobre y que mis modales y linaje solo traerían vergüenza al continente.
Yo solté un jadeo horrorizado.
-Pero... pero eras su pareja.
-Si, y su madre no me consideraba digna. La única opinión que importaba para mí era la de mi pareja. Lo miré con ojos suplicantes solo para ser rechazada. Me miró y pronunció las palabras más horribles para romper el lazo del destino. Cuando por fin pude levantarme del suelo, donde terminé cuando el dolor de romper el vínculo me dejó, me encontré con que mi ex pareja se encontraba eligiendo entre las presentes a una "loba con mejor linaje, modales y perfecta para el puesto".
-Entonces, Luna Isabella...
-Tomó la vida que debió haber sido mía. Tuve que asistir por protocolo a los siguientes 10 bailes sin que nadie quisiera elegirme como su pareja porque era algo así como "las sobras del Rey". -Señaló los vestidos en el baúl. - Los guardé todos para quemarlos después. Mi padre cayó en la bancarrota debido a la vergüenza que traje a casa y se suicidó poco después de que me dejaran salir de la Casa de la manada. Hui con este baúl y el poco dinero que pude reunir por haber vendido algunas posesiones de mi madre. Llegué a esta playa con intención de irme del continente pero nunca encontré el valor, todo lo que conocía estaba aquí.
-Lo lamento. - Dije mirándola a los ojos.
-¿Por qué? La vida de la corte nunca hubiera sido para mí de todas formas. He vivido más feliz y tranquila aquí en la playa que en los pocos años que pasé allá. Bueno, hasta que dos personas se estrellaron en mi vida. - Dijo con una sonrisa. - Ahora, basta de hablar sobre mí. Vamos a practicar peinados para mañana.
-Hasta aquí puedo llegar, pequeña. - Dijo el tío Chad dejándome en la puerta principal del Castillo. Se había negado a dejarme ir sola vestida tan “elegante y bonita” como me dijo cuando me vio salir de mi habitación con Gisselle a cuestas. – Me quedaré cerca por si me necesitas, nunca se es demasiado precavido. Sigo pensando que debiste haber traído un abrigo más grande.-Tío, estamos en el continente Central, aquí tenemos suerte de que no haga un frío que parta huesos, como en el continente del Norte. - Dije divertida. - Estaré bien, te quiero. - Dije parándome de puntitas y dándole un beso en su barbilla. - Dame una o dos horas y nos iremos.-Hecho. - Dijo tío Chad dándome una de sus raras muestras de afecto abrazándome fuertemente.-Trata de no intimidar mucho a los pobres guardias… otra vez. - Dije divertida.-¿Es acaso mi culpa de que los pequeños guardias se asusten hasta de su sombra? En serio, quien los esté entrenando es un completo imbécil. - Dijo soltándome con un bufido.
Me puse en la fila tranquilamente ignorando las miradas mortales que me lanzaban las lobas por llegar con Kyrian. Yo puse los ojos en blanco; si, ciertamente era un buen espécimen de macho: Alto, musculoso, bien parecido y con unos hermosos ojos verdes. Las lobas solo veían su exterior; yo lo conocía un poco más y sabía que tenía un buen corazón pero era letal y afilado como un cuchillo cuando quería. Le deseaba una loba que no se intimidara ante la primera señal de mal humor.-Muy buenos días a todos ustedes. - Dijo una voz en el único palco del salón. La Luna Isabella se elevaba sobre todos nosotros y exigía silencio con su mera presencia .- Daremos comienzo en pocos minutos a nuestro baile anual. Por favor, le pido a todos los presentes que si llegan a encontrar a su pareja, nos permitan continuar con el protocolo de reclamación y esperar pacientemente su turno. Pueden comenzar a sentarse. - Dijo con voz autoritaria.-Me encantaría que mi pareja fuera uno de los guardias principale
Yo miré al dueño del brazo confundida sobre por qué mierda me detenía.-Los siento Lily, son órdenes del príncipe. - Dijo Kyrian mientras me arrastraba hacia afuera a los jardines aledaños.Yo guardé silencio y lo seguí obedientemente solo porque varios guardias nos “escoltaron” por el jardín. Tenía curiosidad por si usarían la fuerza contra mí.Llegamos al invernadero y Kyrian me pidió que me sentara en uno de los bancos.-¿Ahora soy prisionera? - Pregunté curiosa.-No lo sé. Tengo órdenes de traerte aquí y no dejarte fuera de mi vista hasta que el príncipe hable contigo. - Dijo con tono serio mientras miraba con ojos calculadores los alrededores.-¿Esperamos un ataque? Te ves tenso ¿Necesitas refuerzos? - Dije tratando de bromear para quitarle hierro al hecho de que nadie me preguntó si quería venir. Hubiera dicho que no, pero sería lindo que preguntaran.-No. - Dijo pero siguió tenso.Me callé y esperé a que alguien me dijera qué demonios hacía allí antes de regresar con el tío Cha
-Guardia. ¿Eso es todo? - Preguntó sin emoción en la voz.Me encogí de hombros.- Soy una chica sencilla.- De acuerdo. Entonces, quisiera proponerte algo. - Dijo y por instante creí ver duda en sus ojos pero desapareció igual de rápido. - Quiero que seas mi pareja.La declaración me dejó impactada.- ¿Por qué? - Pregunté cuando me recuperé.Él miró a la distancia y luego se acercó un poco más a mí.- Porque eres la primera loba que conozco que no se ha tirado a los pies de mi hermano.-Eso no me hace especial, principito. Eso solo habla de mis gustos exigentes. - Luego agregué con una sonrisa. - A menos de que quieras hacer enojar a tu hermano o provocarle algún tipo de reacción, dudo que te sirva emparejarte conmigo. Y de todas formas, yo no gano nada así que… gracias, pero no gracias. - Dije y me levanté dispuesta a irme con el tío Chad.- ¿Acaso sabes quién soy? - Preguntó divertido mientras se levantaba y me seguía.- Si. Tu nombre es Cole y eres el príncipe del reino. - Dije sin
- Primera lección, cachorra: No existen las peleas amistosas. Si decides que necesitas usar todo lo que te estoy enseñando, entonces lo usarás hasta dejar a tu oponente incapacitado o muerto. - Dijo Tío Chad el primer día de mi entrenamiento.- Pero Tío Chad, yo no quiero incapacitar a nadie. - Dije preocupada. - No quiero lastimarte, tampoco.Mi tío me regaló una sonrisa tierna y luego se agachó para estar a mi altura.- Escucha, pequeña. - Dijo tomando mis manos. - No me lastimarás y en el improbable caso de que me lastimes con tus tiernas manitas, estaré muy orgulloso de ti porque eso significa que te estoy enseñando bien. - Me dio un pequeño abrazo y luego se levantó en una postura defensiva. - Ahora, quiero que aprendas las posiciones básicas de defensa.Así fue como empezó mi entrenamiento; esa primera lección la seguí al pie de la letra. Por lo que cuando Cole se puso en posición defensiva no lo pensé y ataqué.La segunda lección del tío Chad fue que tenía que comenzar suave pa
Diez minutos después, la Luna Isabella decía mi nombre apretando los dientes.- ¿Alguno de los presentes quiere tomar como pareja a Lily Madsen?Yo miré por fin hacia el frente y me sorprendí al ver que varios lobos se habían levantado de sus asientos y levantado la mano. Los murmullos comenzaron a explotar en toda la sala y yo les di una sonrisa descarada mientras Luna Isabella intentaba poner orden en la sala de nuevo. Reconocí a algunos de los guardias que cuidaban de la casa de la manada y a algunos nobles que de vez en cuando veía por el pueblo cercano al castillo del rey y los terrenos de la Academia. El príncipe no se levantó y esto me pareció divertido.Y aquí estaba yo pensando en que me verían como mercancía dañada después del numerito con su rey. ¡Ja! Punto para la loba blanca.Cuando la sala se tranquilizó un poco me di el lujo de hablar en voz alta.- Bueno, hola a todos. - Dije coqueta. - No tenía ni idea de que fuera tan popular… supongo que no todo en la vida es coser
- ¿Kyrian? ¿Podrías hacerme un favor? - Pregunté mientras era conducida al ala de emparejamiento. Mi nueva y brillante pareja se fue en cuanto salimos del salón, así que solo éramos los guardias y yo juntos en esta aventura.- ¿Qué necesita, princesa? - Dijo instantáneamente poniéndose a mi lado.Acababa de descubrir que todos los lobos presentes en nuestra pequeña pelea más temprano eran algo así como la escolta personal de Cole. ¿Qué hacía Kyrian ahí? Aún era un misterio, pero en vista de que no conocía a nadie más, tendría que ser Kyrian.- Para empezar, no me digas princesa. - Dije con un bufido. - Estabas ahí cuando tu jefe dijo que esto era solo de nombre. Ahora, con respecto a ese favor… necesito que vayas por tío Chad y le expliques la situación. Me temo que parte de esta pequeña actuación requiere que me encierre una semana y mi tío podría tomar eso muy mal. - Dije encogiéndome de hombros.- Lo haré en cuanto la deje en su recámara, princesa. - Dijo escaneando los pasillos.-
Me desperté ante un ruido insistente y gemí en voz alta.- ¡Abre la maldita puerta, Cole! – dijo la voz de un hombre enojado.Entonces me sentí cargada y puesta en un mullido y hermoso colchón. Yo gemí de felicidad mientras los golpes continuaban insistentemente.Rodé por el espacio como un gato y me restregué en el hermoso aroma de las sábanas. Mierda, yo quería de este jabón.Entonces el peso de un cuerpo masculino cubrió el mío y una voz ronca y suave susurró en mi oído.- Despierta, princesa. Quizá puedas hacer enojar a mi hermano mucho antes de lo previsto. - Dijo divertido.Yo abrí los ojos y lo miré fijamente. Estaba despeinado y se notaba el crecimiento de su barba de un día. Yo quise probar las aguas y los límites.- Buenos días, guapo. - Dije con una sonrisa coqueta y mis manos se posaron en sus hombros. - ¿Por qué hay tanto ruido?- Supongo que alguien le dio las buenas noticias a mi querido hermano sobre el nuevo miembro de la familia - Dijo sin apartar la mirada de la mía