Me puse en la fila tranquilamente ignorando las miradas mortales que me lanzaban las lobas por llegar con Kyrian. Yo puse los ojos en blanco; si, ciertamente era un buen espécimen de macho: Alto, musculoso, bien parecido y con unos hermosos ojos verdes. Las lobas solo veían su exterior; yo lo conocía un poco más y sabía que tenía un buen corazón pero era letal y afilado como un cuchillo cuando quería. Le deseaba una loba que no se intimidara ante la primera señal de mal humor.
-Muy buenos días a todos ustedes. - Dijo una voz en el único palco del salón. La Luna Isabella se elevaba sobre todos nosotros y exigía silencio con su mera presencia .- Daremos comienzo en pocos minutos a nuestro baile anual. Por favor, le pido a todos los presentes que si llegan a encontrar a su pareja, nos permitan continuar con el protocolo de reclamación y esperar pacientemente su turno. Pueden comenzar a sentarse. - Dijo con voz autoritaria.
-Me encantaría que mi pareja fuera uno de los guardias principales o de la nobleza cercana a la Luna. - Dijo la loba delante de mí en voz baja hablando con la siguiente en la fila. - Sería un sueño organizar las fiestas de mi familia política.
-Con que poco te conformas. - Dijo una voz que reconocí inmediatamente y di un pequeño respingo que nadie notó. - Recuerda que el Rey sigue sin pareja, así como también el príncipe, la mano derecha del Rey y algunos de los guardias más cercanos a la corona. Yo iré por el Rey, claro está.
Yo estaba poniendo los ojos en blanco ante semejante discurso de amor y fidelidad eterna que estaba soltando Elizabeth.
-Es la hora, lobos. Permítanme presentarles a todas las chicas en edad de emparejamiento que podemos ofrecer este año. - Dijo Luna Isabella.
Esa era nuestra señal para desfilar por el gran Salón. Habíamos estado practicando toda la semana: Paso, pausa, paso, pausa… y así hasta llegar detrás del escenario. Pude sentir algunos ojos en mi cuando caminé desinteresada y sin el paso - pausa pero los ignoré y seguí adelante tan despacio como un caracol. Sin querer se me escapó un bostezo y algunos de los guardias que me conocían escondieron sonrisas y algunas risitas.
Subimos al gran escenario. Éramos fácilmente unas cincuenta lobas desde los 18 hasta los veintiocho años, más o menos. Yo me puse hasta atrás y donde no pudiera ser vista. Me estaba comenzando a aburrir.
-La primera de nuestras lobas se llama Samantha; es hija del Noble Kadel y de su pareja Diana. Sus mejores habilidades se encuentran en el tejido de prendas para invierno…
Así es como iba a ser mi noche. Se supone que cada loba tendría una presentación que era leída por la Luna Isabella de menos de dos minutos. Luego si alguno de los lobos solteros presentes la encontraba como su pareja, eran presentados, aplaudidos y llevados a la cámara de emparejamiento.
Una conmoción me hizo voltear hacia la gran puerta del salón; llegaba la guardia personal del rey y eso solo significaba que el Rey acababa de llegar. Vaya, ni siquiera había notado que no estaba entre nosotros. Claro, nunca lo había visto, así que tal vez me lo había cruzado en algún momento y nunca lo supe.
Era un lobo bastante apuesto, de aproximadamente la edad de Kyrian. Cabello negro, rasgos esculpidos y una sexy barba de unos días adornaban su cara; su cuerpo estaba metido en un traje blanco con adornos dorados hecho a la medida que abrazaba todos los lugares correctos para hacer que el tipo fuera hermoso. En pocas palabras, alguien ganó en la lotería genética.
La Luna Isabella no perdió el ritmo de la presentación de la primera loba mientras su hijo tomaba asiento justo en frente del escenario y se tomaba algunos segundos para escanear a las lobas presentes.
Yo desvié mi atención cuando otra conmoción, pero mucho más pequeña se presentó en la puerta. Un hombre con el cabello algo despeinado y andar arrogante atravesó el Gran Salón como si fuera el dueño y luego se sentó a lado del Rey. Yo los miré un poco conmocionada al darme cuenta de que era el príncipe. ¿Cómo lo supe? Pues sencillamente viendo al Rey: Ambos idénticos. Excepto que el príncipe vestía la contra parte del traje del Rey, pues era de color negro con detalles plateados.
De pronto el príncipe centró su atención en mi dirección y después de algunos segundos una lenta y maliciosa sonrisa se posó en su cara. Lo encontré extraño, pero como no creí que fuera yo la loba a la que le dirigía la mirada, desvié mis ojos y di otro bostezo. Interesante descubrimiento, pero no lo suficiente como para atraer mi atención más allá de la pequeña chispa de atracción por estar condenadamente guapo. Apenas llevaba cinco minutos y ya me estaba durmiendo.
Tuve que tratar de despertarme casi al final de cada presentación hasta que una hora y media más tarde me recargué con toda la desfachatez del mundo en la pared y cerré los ojos. Era consciente de mi entorno pero simplemente no podía importarme menos toda esta ridiculez. Esto era como un mercado de carne y la posterior venta al mejor postor.
Justo cuando estaba por caer en un sueño profundo mi nombre fue pronunciado y me desperecé lo suficiente para caminar al frente y mirar a mi alrededor. Filas y filas de lobos solteros me miraban con diversos grados de curiosidad, aburrimiento y deseo. Este último me dio escalofríos.
-Ella es Lily y es…
-Mía. - Dijo una voz entre la multitud.
Giré levemente la cabeza hacia la voz y me congelé al ver los ojos grises más impresionantes devolviéndome la mirada. Esto de por si era inquietante, pero lo verdaderamente perturbador era el dueño de esos ojos.
El Gran salón se conmocionó y algunos chillidos por parte de las lobas que no habían encontrado a su pareja y que se encontraban debajo del escenario.
-Madre. - Dijo levantándose de su asiento y mirándome fijamente mientras se acercaba. - ¿Es la señorita Lily apta para ser la Luna de nuestro continente? - Preguntó con voz profunda.
Espera… ¿Qué? ¿Es costumbre que los reyes sean hijos de mami y que no puedan tomar sus propias decisiones sin tener que consultar con ellas? Qué ridiculez.
Solté un resoplido y me crucé de brazos. Por alguna extraña razón, ya sabía cómo iba a terminar esto. Luna Isabella odiaba mi culo más de lo que odiaba tenerme en sus clases debido a mis constantes faltas, mi cero habilidad para todas las cosas mundanas que enseña a las lobas y mis manos llenas de callosidades por el entrenamiento constante.
Le sostuve la mirada sin flaquear mientras echaba chispas por los ojos. Maldito, no pudo tomar 15 segundos para conocerme.
-La señorita Lily no posee la gracia ni habilidades mínimas necesarias para tomar el puesto. - Dijo sin dudar Luna Isabella y yo volví a resoplar mientras ponía los ojos en blanco.
-Entiendo. ¿Hay alguna de las lobas presentes y sin emparejar que te parezca adecuada? En vista de que ya he encontrado a mi pareja destinada y que no está a la altura, supongo que no tiene sentido seguir esperando para emparejarme. - Dijo desviando la vista de mí.
Yo me tensé de indignación, ¿Qué m****a?
-De hecho, hay una buena candidata este año. - Dijo con una mirada de desprecio en mi dirección y luego miró hacia las lobas. - Por favor, sube de nuevo al escenario, querida Elizabeth.
Ella se encaminó de nuevo hasta donde yo estaba aún en posición defensiva y con su sonrisa más encantadoramente practicada hizo una reverencia hacia el Rey.
-Saludos, su alteza. Mi nombre es Elizabeth.
-Ella posee todas las cualidades necesarias para el puesto; es una loba muy atractiva, de carácter dulce, tiene una hermosa voz y toca algunos instrumentos. - Dijo Luna Isabella con cariño.
Yo miré aburrida en dirección a Elizabeth. ¿Carácter dulce? Mi culo.
La voz del Rey, interrumpió mis pensamientos.
-Señorita Elizabeth. - Dijo con voz profunda. - No me gustaría alejarla de su verdadera pareja. Tiene la opción de esperar a su compañero o puede tomar el puesto de Luna en la siguiente luna llena.
-Aprecio la amable oferta, su majestad. Por supuesto, si es por el bien del reino, yo lo serviré como crea conveniente. - Dijo con la voz más melosa que le había escuchado nunca. Asco.
-Te elijo entonces como mi Luna y pareja.
Asqueada, me encogí de hombros y me dirigí a las escaleras para bajar del escenario. Miradas de lástima y algunas sonrisas burlonas de parte de mis compañeras me siguieron en mi camino a la salida. No pude evitar volver a bostezar. Bueno, ya tenía resuelto el asunto de mi pareja y al ser técnicamente ya una loba en edad reproductiva, podría irme al continente sur. Algo bueno de todo esto también era que ya no tendría que asistir a esta ridícula…
-¡Espera! - Dijo la profunda voz del rey a mi espalda. No sabía si me lo decía a mi así que solo seguí caminando hasta que una mano me tomó firmemente del codo y luego me arrastró de regreso al escenario.
Conforme pasábamos las filas de lobos solteros, pude escuchar varios bufidos, algunas risitas y murmullos.
Cuando estuvimos los dos arriba le arqueé una ceja. ¿Qué más le faltaba al idiota por decir…? Oh, m****a. Aún no había dicho que me rechazaba formalmente.
No le encontraba razón de ser al formalismo; no es como si no pudieran comenzar con su línea de bebés sin rechazarme.
-Yo, Karel Brows Iversen, Rey del continente central, te rechazo a ti, Lily…- Me miró arqueando una ceja y yo le devolví el gesto. Ni siquiera se tomó la molestia de averiguar mi apellido y yo no se lo iba a facilitar. Si quería romper nuestro lazo del destino, bien podría trabajar por ello.
Una carcajada sin disimular y profunda se escuchó en el silencio del Gran Salón, pero no desvié la mirada del hijo de mami.
Luna Isabella tuvo que ser la que se aclarara la garganta y le diera mi nombre de familia.
-… te rechazo a ti Lily Madsen como mi compañera y Luna destinada a mi manada.
Esperé a que sucediera el dolor que conllevaba el lazo del destino roto… solo que nunca llegó.
Volví a soltar un bostezo, me encogí de hombros y le di la espalda a la cara sorprendida del idiota y volví a bajar del escenario con la dignidad de una reina. Que, técnicamente, estaba destinada a ser.
Murmullos que no me tomé la molestia de poner atención siguieron mi camino. Llegué a la gran puerta, por segunda vez, antes de ser detenida… de nuevo.
Yo miré al dueño del brazo confundida sobre por qué mierda me detenía.-Los siento Lily, son órdenes del príncipe. - Dijo Kyrian mientras me arrastraba hacia afuera a los jardines aledaños.Yo guardé silencio y lo seguí obedientemente solo porque varios guardias nos “escoltaron” por el jardín. Tenía curiosidad por si usarían la fuerza contra mí.Llegamos al invernadero y Kyrian me pidió que me sentara en uno de los bancos.-¿Ahora soy prisionera? - Pregunté curiosa.-No lo sé. Tengo órdenes de traerte aquí y no dejarte fuera de mi vista hasta que el príncipe hable contigo. - Dijo con tono serio mientras miraba con ojos calculadores los alrededores.-¿Esperamos un ataque? Te ves tenso ¿Necesitas refuerzos? - Dije tratando de bromear para quitarle hierro al hecho de que nadie me preguntó si quería venir. Hubiera dicho que no, pero sería lindo que preguntaran.-No. - Dijo pero siguió tenso.Me callé y esperé a que alguien me dijera qué demonios hacía allí antes de regresar con el tío Cha
-Guardia. ¿Eso es todo? - Preguntó sin emoción en la voz.Me encogí de hombros.- Soy una chica sencilla.- De acuerdo. Entonces, quisiera proponerte algo. - Dijo y por instante creí ver duda en sus ojos pero desapareció igual de rápido. - Quiero que seas mi pareja.La declaración me dejó impactada.- ¿Por qué? - Pregunté cuando me recuperé.Él miró a la distancia y luego se acercó un poco más a mí.- Porque eres la primera loba que conozco que no se ha tirado a los pies de mi hermano.-Eso no me hace especial, principito. Eso solo habla de mis gustos exigentes. - Luego agregué con una sonrisa. - A menos de que quieras hacer enojar a tu hermano o provocarle algún tipo de reacción, dudo que te sirva emparejarte conmigo. Y de todas formas, yo no gano nada así que… gracias, pero no gracias. - Dije y me levanté dispuesta a irme con el tío Chad.- ¿Acaso sabes quién soy? - Preguntó divertido mientras se levantaba y me seguía.- Si. Tu nombre es Cole y eres el príncipe del reino. - Dije sin
- Primera lección, cachorra: No existen las peleas amistosas. Si decides que necesitas usar todo lo que te estoy enseñando, entonces lo usarás hasta dejar a tu oponente incapacitado o muerto. - Dijo Tío Chad el primer día de mi entrenamiento.- Pero Tío Chad, yo no quiero incapacitar a nadie. - Dije preocupada. - No quiero lastimarte, tampoco.Mi tío me regaló una sonrisa tierna y luego se agachó para estar a mi altura.- Escucha, pequeña. - Dijo tomando mis manos. - No me lastimarás y en el improbable caso de que me lastimes con tus tiernas manitas, estaré muy orgulloso de ti porque eso significa que te estoy enseñando bien. - Me dio un pequeño abrazo y luego se levantó en una postura defensiva. - Ahora, quiero que aprendas las posiciones básicas de defensa.Así fue como empezó mi entrenamiento; esa primera lección la seguí al pie de la letra. Por lo que cuando Cole se puso en posición defensiva no lo pensé y ataqué.La segunda lección del tío Chad fue que tenía que comenzar suave pa
Diez minutos después, la Luna Isabella decía mi nombre apretando los dientes.- ¿Alguno de los presentes quiere tomar como pareja a Lily Madsen?Yo miré por fin hacia el frente y me sorprendí al ver que varios lobos se habían levantado de sus asientos y levantado la mano. Los murmullos comenzaron a explotar en toda la sala y yo les di una sonrisa descarada mientras Luna Isabella intentaba poner orden en la sala de nuevo. Reconocí a algunos de los guardias que cuidaban de la casa de la manada y a algunos nobles que de vez en cuando veía por el pueblo cercano al castillo del rey y los terrenos de la Academia. El príncipe no se levantó y esto me pareció divertido.Y aquí estaba yo pensando en que me verían como mercancía dañada después del numerito con su rey. ¡Ja! Punto para la loba blanca.Cuando la sala se tranquilizó un poco me di el lujo de hablar en voz alta.- Bueno, hola a todos. - Dije coqueta. - No tenía ni idea de que fuera tan popular… supongo que no todo en la vida es coser
- ¿Kyrian? ¿Podrías hacerme un favor? - Pregunté mientras era conducida al ala de emparejamiento. Mi nueva y brillante pareja se fue en cuanto salimos del salón, así que solo éramos los guardias y yo juntos en esta aventura.- ¿Qué necesita, princesa? - Dijo instantáneamente poniéndose a mi lado.Acababa de descubrir que todos los lobos presentes en nuestra pequeña pelea más temprano eran algo así como la escolta personal de Cole. ¿Qué hacía Kyrian ahí? Aún era un misterio, pero en vista de que no conocía a nadie más, tendría que ser Kyrian.- Para empezar, no me digas princesa. - Dije con un bufido. - Estabas ahí cuando tu jefe dijo que esto era solo de nombre. Ahora, con respecto a ese favor… necesito que vayas por tío Chad y le expliques la situación. Me temo que parte de esta pequeña actuación requiere que me encierre una semana y mi tío podría tomar eso muy mal. - Dije encogiéndome de hombros.- Lo haré en cuanto la deje en su recámara, princesa. - Dijo escaneando los pasillos.-
Me desperté ante un ruido insistente y gemí en voz alta.- ¡Abre la maldita puerta, Cole! – dijo la voz de un hombre enojado.Entonces me sentí cargada y puesta en un mullido y hermoso colchón. Yo gemí de felicidad mientras los golpes continuaban insistentemente.Rodé por el espacio como un gato y me restregué en el hermoso aroma de las sábanas. Mierda, yo quería de este jabón.Entonces el peso de un cuerpo masculino cubrió el mío y una voz ronca y suave susurró en mi oído.- Despierta, princesa. Quizá puedas hacer enojar a mi hermano mucho antes de lo previsto. - Dijo divertido.Yo abrí los ojos y lo miré fijamente. Estaba despeinado y se notaba el crecimiento de su barba de un día. Yo quise probar las aguas y los límites.- Buenos días, guapo. - Dije con una sonrisa coqueta y mis manos se posaron en sus hombros. - ¿Por qué hay tanto ruido?- Supongo que alguien le dio las buenas noticias a mi querido hermano sobre el nuevo miembro de la familia - Dijo sin apartar la mirada de la mía
- ¡No me refiero a eso! - Dijo intentando soltarse con más fuerza y yo lo dejé ir magnánimamente. Se levantó de la cama y me miró con furia, aunque se guardó sus manos para sí mismo esta vez. Bien, es bonito que haya aprendido la lección. - ¡Dime que mierda de brujería me hiciste o llamaré a mis guardias y te mataré en este segundo!- Woa, ve despacio pequeño rey. - Dije divertida. - Para empezar, no sé de qué hablas. Te he visto un total de dos minutos en toda mi vida, ¿Cómo podría hacerte brujería? ¿Existe eso? - Pregunté divagando entonces me fijé en Cole; tenía el ceño fruncido y cuando arqueé una ceja en su dirección preguntando silenciosamente sobre el asunto de la brujería, él negó con la cabeza. - Como sea, con respecto al segundo asunto… ¿Es que acaso no puedes matarme tú? – pregunté curiosa. - ¿Necesitas que mami te diga si puedes estar conmigo y luego a tus guardias para matarme? ¿A quién llamas para que te limpie el trasero?Sabía que me estaba pasando tres pueblos al no c
- Espero que no se te olvide tu parte del trato, Cole. - Dije con las mejillas tan llenas como una ardilla en invierno.- No lo olvido. - Dijo con diversión al mirarme devorar mi comida. - Puedes iniciar en la Academia cuando quieras.- ¿El trato de ser tu pareja incluye la colegiatura y el uniforme? - Pregunté curiosa. - No le he dicho al tío Chad que me quedaré aquí por un tiempo y no sé si vaya a poder pagarme la Academia.- Puedes preguntarle tu misma, cachorra. - Dijo una voz a mi espalda.Me volteé con una sonrisa en los labios.- Hola tío Chad.- ¿Me puedes explicar por qué esas cortas dos horas de pronto fueron veinte? - Dijo sacando una silla de debajo de la mesa y sentándose a mi lado.- Buenos días, príncipe Cole.- Por favor, tío Chad, usted puede llamarme solo Cole. Somos familia. - Dijo en tono serio pero amable mi pareja.- ¿La historia corta? - Dije con un suspiro resignado. - Mi pareja me rechazó y luego Cole quiso jugar a “el primero que sea sometido, pierde”.- ¿La a