A pesar de todo, Esteban no hizo caso a los comentarios, no le interesaban en lo absoluto y se desvivía por hacer a Brooke feliz. Así pasó el tiempo, hasta que llegó el punto quiebre, un día como otro cualquiera, uno de los jardineros pidió hablar con Brooke, era ella la que se encargaba de los ornamentos de la mansión en la que ahora vivía, solo que desconocía completamente que Sonia le había pagado a este jardinero para que la tomara desprevenida y le diera un beso, uno fugaz era todo lo que necesitaba para que quedara impreso en una fotografía y así fue. De un momento a otro, la señora Robinson tenía entre sus manos una “prueba” de que Brooke le estaba siendo infiel a su hijo y comenzó a mover sus cartas.
—Bueno, bueno, pero a quién tenemos aquí, nada más y nada menos que a la infiel más grande que haya existido —le dijo Sonia en cuanto entró a la cocina donde estaba Brooke preparando la cena, quería darle la noticia a su prometido de que dentro de unos meses se convertirían en padres.—No tengo ni idea de lo que me estás hablando ¿acaso no te cansas? Llevo un año y medio junto a tu hijo ¿cuándo te darás cuenta de que no importa lo que hagas, él me seguirá creyendo a mí? —le respondió muy segura de sí misma sin saber lo que estaba por caerle encima.—Yo que tú no estuviera muy segura de ello, sé que le estás siendo infiel con uno de los jardineros, los vieron besándose esta mañana —la más cínica de las sonrisas se dibujaba en su rostro.—¡Eso no fue lo que sucedió! Yo no le estoy siendo infiel a Esteban, nunca lo he sido, ese chico simplemente me besó de la nada, incluso lo abofeteé, él pidió disculpas y se marchó –le explicó Brooke sintiéndose ofendida.—¡Oh! Solo que eso no es lo que muestra esto –le dijo mientras colocó encima de la isla una de las fotografías que le habían tomado donde se veía a la perfección a Brooke besándose con el jardinero.—¡Tú! —le dijo Brooke con los ojos cargados de odio cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo— Eso lo planeaste tú solo para intentar destruirme, he guardado silencio todo este tiempo respecto a tu trato hacia mí, pero no lo haré más, hoy mismo Esteban sabrá la clase de madre que tiene.—Solo que no lo harás, verás, hay algo que se te está escapando, en cuanto mi hijo vea estas fotos se dará cuenta de que todo lo que se decía sobre ti era cierto, o al menos eso pensará. He pasado todo un año sembrando pequeñas semillas poco a poco y hoy por fin esas semillas darán sus frutos. Para que veas que no soy tan malvada como piensas, te daré dos opciones, justo como la primera vez que nos conocimos, o recoges tus cosas ahora mismo y te largas de aquí dejando a Esteban pensando que lo abandonaste porque murió el amor, o le mostraré estas fotos y él mismo te echará quedándose con el corazón hecho pedazos pensando que no eres más que una zorra. Creo que lo mejor es evitarle el dolor ¿no estás de acuerdo?—¿Cómo has sido capaz de armar todo este plan tan cruel? —le preguntó Brooke con las lágrimas corriendo por sus mejillas.—¡Oh, pequeña paloma! Las mejores estrategias se planean con calma, paso tras paso, solo así lograrás tener éxito, recuerda eso para tu futuro.—De acuerdo, me marcharé, pero Esteban vendrá tras de mí, me buscará y todo tu plan se irá a la m****a. No te pienses que has ganado, solo me marcho porque no seré la culpable de ocasionarle sufrimiento, ya te lo dije una vez, él verá a través de ti y sabrá la verdad.—No paloma, no irá detrás de ti, yo me encargaré de que no lo haga, buena suerte —dijo Sonia ya de espaldas, mientras se marchaba.—¡Esto no se quedará así Sonia, lo prometo! —fueron las últimas palabras que pronunció Brooke en esa casa.Sin imaginar que apenas un infierno estaba por comenzar para ellaBrooke salió enardecida de aquel lugar, aún no podía creer que hubiese tanta maldad en su suegra. ¿Por qué la odiaba tanto? ¿Qué le había hecho para recibir todo su odio y rechazo? A pesar de Brooke saber que todo se debía a su baja posición social, pensaba que Sonia tendría por lo menos interés de ver a su hijo siendo feliz al lado de la mujer que amaba. Pero por el contrario, aquella mujer prefería verla lejos de Esteban y separarlos para siempre. Brooke sube al taxi, se dirige al bar al que meses atrás renunció para vivir junto a su amado Esteban. Pidió hablar con Morris, su antiguo jefe y este la recibió con una sonrisa amplia.—Mi querida Brooke, has regresado. —dijo y le ofreció asiento.—Morris necesito volver a trabajar. Debo pagar mis cuentas.—¡Vaya! ¿Se acabó tu sueño de princesa con el multimillonario? —Brooke baja la mirada, no sabía que responder, ni que decir. Llevaba todo el día esperando aquel mensaje de Esteban para explicarle todo, pero ese mensaje nunca llegó,
Brooke entró a la habitación, estaba bastante desordenada. Era un espacio muy reducido, apenas podía moverse en medio de la cama, la pequeña mesa y el guardarropas. Se sentó en la cama, se recostó pero no lograba sacar de su mente aquella escena, no podía dejar de pensar en lo que le había ocurrido minutos atrás. Aún sentía las manos repulsivas de Morris tocándola y sus labios besándola. Se frotó los labios como deseando borrar aquel sabor amargo de su boca, pasó con fuerza sus manos sobre sus muslos, quería arrancarse las huellas de su piel. Lloró hasta que el cansancio la venció y se quedó dormida. Despertó sobresaltada al escuchar las llaves, y la puerta abriéndose. Al ver que se trataba del taxista, sintió un alivio en su pecho. —¡Buenos días! ¿Cómo amaneció? —preguntó el hombre, colocando sobre la mesa y un par de vasos con café y una bolsa de papel.—Bien —respondió ella. —Traje algo para desayunar… —se quedó en silencio, no sabía el nombre de la chica así como ella, no
Ella le pidió a toda fuerza sobrenatural que conocía que la ayudara, lo que se imaginaba no podía ser posible, no en ese justo momento de vida, definitivamente no se esperaba algo así y mucho menos estaba preparada. Comenzó a hacer cálculos en su cabeza y a juntar toda la información, las náuseas que había estado teniendo hacía unos días, el mareo que recién había experimentado esa misma mañana, el atraso en su período, el viaje que había dado con Esteban hacía solo un mes en el que habían desbordado todo su amor, todo, absolutamente todo coincidía.Brooke no podía quedarse con la duda, no podía permitirse vivir a base de suposiciones hasta que su barriga creciera o no, eso era un lujo que no podía permitirse, necesitaba organizarse a la perfección así que, sin pensarlo dos veces, tomó el poco dinero que le quedaba del que Nacho le había facilitado y salió rápidamente hacia una farmacia a comprar una prueba de embarazo.“Por favor da negativo. Por favor que no salgan dos líneas” su
Esa misma noche Nacho salió de la pensión para iniciar con su trabajo como usualmente hacía. Estaba preocupado, no podía sacarse de la cabeza a la pobre chica que había dejado durmiendo en su propia cama. A él le costaba sustentarse a sí mismo, no había forma humana posible en la que pudiera sustentarla a ella por más que lo deseara, pero tampoco tenía el corazón tan fuerte para decirle que se marchara de ahí y dejarla desamparada. Sentimientos encontrados se debatían dentro de aquel hombre.Al llegar en la tarde después de todo un día de trabajo, se la había encontrado en posición fetal acostada en la cama llorando de forma desconsolada porque no tenía a nadie a quien acudir. Aunque Brooke no se atrevió a contarle a Nacho la otra parte de su verdad, en su propio criterio, Esteban Robinson era un gran imbécil que no había sabido valorar al ser maravilloso que era Brooke. Mas también pensó que la mayoría de las personas adineradas que él había conocido, eran cretinos, prepotentes o to
A las primeras luces de la mañana siguiente, Brooke se levantó con las mejores energías que podía tener, preparó un poco de café que estuvo listo justo cuando Nacho fue a desayunar, era lo menos que podía hacer por él para devolverle todo lo que él estaba haciendo por ella.—Estás de muy buenas esta mañana —destacó Nacho quien no la había visto sonreír desde que la conoció.—Sí, tengo muy buen presentimiento sobre el día de hoy. Llamaré a ese señor y estoy segura de que conseguiré el trabajo. Por primera vez desde que mi mundo se puso de cabeza siento que puedo salir de esta y este será solo el comienzo, me esforzaré y me convertiré en mi mejor versión, te prometo que cuando eso pase, te llevaré conmigo a todos lados. Eres la mejor persona que he conocido en mi vida —dijo recordando a su madre, ella sí que era un ángel pero no quería que Nacho comenzara a preguntarle sobre ella, ese no era un día en el que se permitiría tristeza alguna.—Ahora no tienes que preocuparte por eso, viv
La vida de Brooke comenzaba a cambiar y con ello, volvía a sentirse fuerte, llena de valor y segura de poder mantener a su bebé sin tener que mendigar absolutamente nada a Esteban Robinson. En tanto, ella continuaba en la pensión donde Nacho le dio albergue, por la mañana salía para su empleo y en las noches regresaba, en ocasiones se topaba con Nacho cuando este iba a saliendo a trabajar en su taxi. Podía notar que al salir, algunos de los vecinos de la pensión murmuraban sobre la relación de ella con aquel hombre mayor, pero ella no quiso prestarle atención a sus comentarios, sabía quién era ella y también sabía de la nobleza de aquel hombre. ¿Pero, por qué en ocasiones, Ignacio se veía tan triste? ¿Qué era eso que llenaba su corazón de tristeza? Llegó a la mansión como de costumbre, se sorprendió cuando la Ama de llaves la recibió con un pago adelantado.—¿Esto qué es? —preguntó con asombro.—El Sr Costello me pidió que te lo haga llegar. Dice estar muy satisfecho con tu t
Esteban seguía con la cabeza llena de interrogantes, ¿Cómo podría ser su hija, aquella bebé? Y en caso tal de ser cierto ¿Quién era su madre? ¿Por qué la dejó allí abandonada? A pesar de sus dudas e interrogantes, lo único que importaba en ese momento era saber si era su hija realmente. Le pidió a su chofer que preparara el auto para ir hasta la clínica. Mientras él aguardaba por el coche, Gerardo va hasta la cocina, está algo nervioso con aquella extraña situación. —¿Qué tienes Gerardo? Traes una cara. —comenta Sandra.—Nada, es que acaban de dejar a una niña en una cesta y dicen que es hija del Sr Robinson. —¿Cómo dices? —pregunta con estupor. Ella más que nadie sabía que Esteban tendría un hijo con Brooke. —Sí, eso lo que oyes, es una criatura hermosa, la verdad me enternece. —¿Y dónde está? —insiste en saber. —La tiene el Sr Robinson. Creo que la llevará a hacerle un examen de paternidad.—¿Cómo? —pregunta un tanto nerviosa. Debía informarle a la mujer para la que había trab
Una vez terminado los análisis, Esteban fue de regreso hacia su hogar con la bebé en brazos a pesar de toda la insistencia de su madre para que no lo hiciera. Por mucho que intentara pensarlo, no se imaginaba dejando a esa inocente criaturita sola en un hogar de acogida, abandonada a su suerte por segunda vez, no, se negaba a ser ese tipo de padre. Ya la propia madre había tenido que dejarla, algo por lo que él ya se culpaba, no iba a cagarla de nuevo, no esta vez.Los días pasaron y él se esforzó en gran medida por hacer todo a su alcance por la niña. Acomodó su propia habitación con una cunita, con juguetes, acolchonó el suelo, a pesar de la niñera que había contratado, él intentaba hacer la mayoría de las cosas por sí mismo. Quería criar a Hope, quería que ella sintiera su calor, su afecto, ella necesitaba saber que él era su padre. Si de él dependía, esa bebé jamás descubriría lo que se siente estar solo en el mundo, siempre lo tendría a él.Unas semanas después, un co