La primera vez que Brooke conoció a Esteban sintió como si dos trenes hubiesen colisionado, ella era una estrella hasta ese momento, hasta que sus miradas se cruzaron y explotó convirtiéndose en una supernova, la más enorme que se había visto ¿Sonaba a cliché? Pues sí, pero ¿a quién demonios le tenía que importar? Los clichés a lo largo de la historia han sido los preferidos de muchos tanto en la literatura, como en la cinematografía y eso era por una razón, son hermosos y Esteban para ella era esa explosión, ese deseo incapaz de controlar, al menos en ese momento.
Ella no era más que una simple camarera en aquel bar para gente rica, había atendido a muchas personalidades, muchos empresarios, celebridades, pero nunca, nunca, lo había visto a él ahí, estaba segura de ello porque si lo hubiera visto antes, habría sido capaz de reconocerlo en cualquier lugar. Aquel cabello color miel rizado cayendo sobre su frente de forma descuidada, esos ojos color avellana a juego y esa sonrisa esplendorosa eran incapaces de olvidar y, por alguna razón que desconocía, el destino había jugado a su favor.Todo entre ellos fue un efecto rebote porque Esteban también quedó completamente prendido cuando la vio, esa camarera tenía una belleza que era inigualable, ni todas las mujeres que él conocía eran capaces de igualarlas, no importaba los procedimientos de belleza a los que se sometían, ni la cantidad de dinero que gastaban en botox y cirugías plásticas, había algo en esa chica que la hacía especial, tenía ese brillo en su mirada y un tono rosado en las mejillas que le encantaba.Esa fue la primera vez que se vieron y, a partir de ese día no pudieron separarse jamás. Primero fueron las citas furtivas que duraban toda la noche, esos encuentros clandestinos eran lo más satisfactorio para ambos, pasaban todo el día deseando que llegara la noche y, cuando lo hacía, se perdían en sus pieles, se fusionaban una y otra vez, nunca habían experimentado algo igual, pasaban horas sin que se cansaran el uno del otro. Poco a poco fueron creando un vínculo inigualable, un vínculo que no todos eran capaces de entender, sobre todo Sonia Robinson, la madre de Esteban cuando este le contó que se había enamorado de una camarera y que le había propuesto matrimonio.Junto con Sonia, todos los medios de comunicación explotaron, la noticia salió en todos los periódicos, en cada canal de noticia, en cada emisora, el gran magnate de las joyas, Esteban Robinson había salido de la soltería y estaba comprometido con una simple camarera “¿Habrá perdido el juicio?” “Esa camarera evidentemente anda tras su dinero” “¿Será este el fin del imperio Robinson?”, eran algunos de los comentarios que más se escuchaban por aquel tiempo, los periodistas y camarógrafos habían comenzado una cacería, pero a la pareja de tortolitos no les interesaba, ellos estaban viviendo en su propia burbuja, su propio cuento de hadas, hasta que Sonia apareció como la bruja malvada.Para ella, su hijo no estaba más que cavando su propia tumba, no podía comprender cómo teniendo tantas chicas hermosas y de buenas familias interesadas en él, había preferido a esa don nadie, ni cómo estaba tan cegado por ella. Por supuesto, para sus ojos, Brooke no era más que una interesada, al igual que los medios estaba segura de que esa chica solo estaba interesada en la fortuna y no estaba dispuesta a ver cómo arruinaría a su hijo, así que comenzó con sus planes y estrategias para sacarla de sus vidas de una vez y por todas.No desaprovechaba oportunidad para hacerle saber a Brooke lo mucho que la detestaba, siempre le hacía recordar que no era más que una camarera que se había colado a través de los ojos de su hijo y que no estaría ahí por mucho tiempo. Las primeras palabras que compartieron jamás se escaparon de la mente de Brooke, Esteban las había presentado y Sonia tenía dibujada una sonrisa amplia hasta que él tuvo que dejarlas a solas para atender una llamada de negocios.—Escúchame bien pequeña rata —comenzó a decir Sonia con el mayor desprecio del que fue capaz— sé que piensas ahora mismo que estás en la cima del mundo, que has conseguido el pez gordo, pero te equivocas si piensas que voy a permitirlo. A partir de hoy tienes dos opciones, o te vas ya de nuestras vidas o me aseguraré de hacer tu vida un completo infierno y créeme, sé muy bien cómo hacerlo. Esteban tiene un mundo entero por descubrir y no serás tú la encargada de arruinarlo, si lo que quieres es dinero puedo dártelo ¿cuánto necesitas? Nombra cualquier cifra y la tendrás hoy mismo —Brooke no era capaz de creer lo que estaba escuchando, esta no era para nada la experiencia que esperaba al conocer a su suegra.—Señora Robinson, está usted equivocada, no es el dinero lo que estoy buscando de su hijo —Brooke tenía pensado explicarle que estaba perdidamente enamorada de él, pero Sonia no le dio la oportunidad para hacerlo, la interrumpió de inmediato.—Si no es dinero ¿qué es entonces? Habla de una vez niña, no tenemos mucho tiempo antes de que mi hijo entre por esa puerta, lo que quieras te será dado, una casa, una propiedad, un mejor trabajo del que tenías, joyas, ropa, lo que sea pero dilo ya antes de que… —el sonido de los fuertes pasos de Esteban la hicieron guardar silencio de inmediato.—Entonces ¿qué han hablado en mi ausencia? Mi madre puede llegar a ser un poco fuerte pero es una excelente mujer —le dijo a Brooke— estoy convencido de que se llevarán de maravilla.A partir de ese día comenzó una guerra entre esas dos mujeres, una guerra de la que Esteban jamás fue consciente y, en su ignorancia pudo ser feliz, un sentimiento que distaba mucho del que Brooke experimentaba día a día que pasaba en esa familia pero, a pesar de ello, jamás fue capaz de contarle a él lo que su madre hacía a sus espaldas, todavía era una chica demasiado noble y gentil como para contarle, sabía que eso lo lastimaría y ella solo quería darle felicidad.Sonia era una mujer despreciable, una persona diferente a la que su hijo pensaba que era, no había un solo momento que no aprovechara para hacer sentir mal a su nuera, desde llamarla ramera hasta filtrar información falsa a la prensa en la que aseguraba que había sido prostituta antes de conocer al gran magnate.A pesar de todo, Esteban no hizo caso a los comentarios, no le interesaban en lo absoluto y se desvivía por hacer a Brooke feliz. Así pasó el tiempo, hasta que llegó el punto quiebre, un día como otro cualquiera, uno de los jardineros pidió hablar con Brooke, era ella la que se encargaba de los ornamentos de la mansión en la que ahora vivía, solo que desconocía completamente que Sonia le había pagado a este jardinero para que la tomara desprevenida y le diera un beso, uno fugaz era todo lo que necesitaba para que quedara impreso en una fotografía y así fue. De un momento a otro, la señora Robinson tenía entre sus manos una “prueba” de que Brooke le estaba siendo infiel a su hijo y comenzó a mover sus cartas.—Bueno, bueno, pero a quién tenemos aquí, nada más y nada menos que a la infiel más grande que haya existido —le dijo Sonia en cuanto entró a la cocina donde estaba Brooke preparando la cena, quería darle la noticia a su prometido de que dentro de unos meses se convertirían en pa
Brooke salió enardecida de aquel lugar, aún no podía creer que hubiese tanta maldad en su suegra. ¿Por qué la odiaba tanto? ¿Qué le había hecho para recibir todo su odio y rechazo? A pesar de Brooke saber que todo se debía a su baja posición social, pensaba que Sonia tendría por lo menos interés de ver a su hijo siendo feliz al lado de la mujer que amaba. Pero por el contrario, aquella mujer prefería verla lejos de Esteban y separarlos para siempre. Brooke sube al taxi, se dirige al bar al que meses atrás renunció para vivir junto a su amado Esteban. Pidió hablar con Morris, su antiguo jefe y este la recibió con una sonrisa amplia.—Mi querida Brooke, has regresado. —dijo y le ofreció asiento.—Morris necesito volver a trabajar. Debo pagar mis cuentas.—¡Vaya! ¿Se acabó tu sueño de princesa con el multimillonario? —Brooke baja la mirada, no sabía que responder, ni que decir. Llevaba todo el día esperando aquel mensaje de Esteban para explicarle todo, pero ese mensaje nunca llegó,
Brooke entró a la habitación, estaba bastante desordenada. Era un espacio muy reducido, apenas podía moverse en medio de la cama, la pequeña mesa y el guardarropas. Se sentó en la cama, se recostó pero no lograba sacar de su mente aquella escena, no podía dejar de pensar en lo que le había ocurrido minutos atrás. Aún sentía las manos repulsivas de Morris tocándola y sus labios besándola. Se frotó los labios como deseando borrar aquel sabor amargo de su boca, pasó con fuerza sus manos sobre sus muslos, quería arrancarse las huellas de su piel. Lloró hasta que el cansancio la venció y se quedó dormida. Despertó sobresaltada al escuchar las llaves, y la puerta abriéndose. Al ver que se trataba del taxista, sintió un alivio en su pecho. —¡Buenos días! ¿Cómo amaneció? —preguntó el hombre, colocando sobre la mesa y un par de vasos con café y una bolsa de papel.—Bien —respondió ella. —Traje algo para desayunar… —se quedó en silencio, no sabía el nombre de la chica así como ella, no
Ella le pidió a toda fuerza sobrenatural que conocía que la ayudara, lo que se imaginaba no podía ser posible, no en ese justo momento de vida, definitivamente no se esperaba algo así y mucho menos estaba preparada. Comenzó a hacer cálculos en su cabeza y a juntar toda la información, las náuseas que había estado teniendo hacía unos días, el mareo que recién había experimentado esa misma mañana, el atraso en su período, el viaje que había dado con Esteban hacía solo un mes en el que habían desbordado todo su amor, todo, absolutamente todo coincidía.Brooke no podía quedarse con la duda, no podía permitirse vivir a base de suposiciones hasta que su barriga creciera o no, eso era un lujo que no podía permitirse, necesitaba organizarse a la perfección así que, sin pensarlo dos veces, tomó el poco dinero que le quedaba del que Nacho le había facilitado y salió rápidamente hacia una farmacia a comprar una prueba de embarazo.“Por favor da negativo. Por favor que no salgan dos líneas” su
Esa misma noche Nacho salió de la pensión para iniciar con su trabajo como usualmente hacía. Estaba preocupado, no podía sacarse de la cabeza a la pobre chica que había dejado durmiendo en su propia cama. A él le costaba sustentarse a sí mismo, no había forma humana posible en la que pudiera sustentarla a ella por más que lo deseara, pero tampoco tenía el corazón tan fuerte para decirle que se marchara de ahí y dejarla desamparada. Sentimientos encontrados se debatían dentro de aquel hombre.Al llegar en la tarde después de todo un día de trabajo, se la había encontrado en posición fetal acostada en la cama llorando de forma desconsolada porque no tenía a nadie a quien acudir. Aunque Brooke no se atrevió a contarle a Nacho la otra parte de su verdad, en su propio criterio, Esteban Robinson era un gran imbécil que no había sabido valorar al ser maravilloso que era Brooke. Mas también pensó que la mayoría de las personas adineradas que él había conocido, eran cretinos, prepotentes o to
A las primeras luces de la mañana siguiente, Brooke se levantó con las mejores energías que podía tener, preparó un poco de café que estuvo listo justo cuando Nacho fue a desayunar, era lo menos que podía hacer por él para devolverle todo lo que él estaba haciendo por ella.—Estás de muy buenas esta mañana —destacó Nacho quien no la había visto sonreír desde que la conoció.—Sí, tengo muy buen presentimiento sobre el día de hoy. Llamaré a ese señor y estoy segura de que conseguiré el trabajo. Por primera vez desde que mi mundo se puso de cabeza siento que puedo salir de esta y este será solo el comienzo, me esforzaré y me convertiré en mi mejor versión, te prometo que cuando eso pase, te llevaré conmigo a todos lados. Eres la mejor persona que he conocido en mi vida —dijo recordando a su madre, ella sí que era un ángel pero no quería que Nacho comenzara a preguntarle sobre ella, ese no era un día en el que se permitiría tristeza alguna.—Ahora no tienes que preocuparte por eso, viv
La vida de Brooke comenzaba a cambiar y con ello, volvía a sentirse fuerte, llena de valor y segura de poder mantener a su bebé sin tener que mendigar absolutamente nada a Esteban Robinson. En tanto, ella continuaba en la pensión donde Nacho le dio albergue, por la mañana salía para su empleo y en las noches regresaba, en ocasiones se topaba con Nacho cuando este iba a saliendo a trabajar en su taxi. Podía notar que al salir, algunos de los vecinos de la pensión murmuraban sobre la relación de ella con aquel hombre mayor, pero ella no quiso prestarle atención a sus comentarios, sabía quién era ella y también sabía de la nobleza de aquel hombre. ¿Pero, por qué en ocasiones, Ignacio se veía tan triste? ¿Qué era eso que llenaba su corazón de tristeza? Llegó a la mansión como de costumbre, se sorprendió cuando la Ama de llaves la recibió con un pago adelantado.—¿Esto qué es? —preguntó con asombro.—El Sr Costello me pidió que te lo haga llegar. Dice estar muy satisfecho con tu t
Esteban seguía con la cabeza llena de interrogantes, ¿Cómo podría ser su hija, aquella bebé? Y en caso tal de ser cierto ¿Quién era su madre? ¿Por qué la dejó allí abandonada? A pesar de sus dudas e interrogantes, lo único que importaba en ese momento era saber si era su hija realmente. Le pidió a su chofer que preparara el auto para ir hasta la clínica. Mientras él aguardaba por el coche, Gerardo va hasta la cocina, está algo nervioso con aquella extraña situación. —¿Qué tienes Gerardo? Traes una cara. —comenta Sandra.—Nada, es que acaban de dejar a una niña en una cesta y dicen que es hija del Sr Robinson. —¿Cómo dices? —pregunta con estupor. Ella más que nadie sabía que Esteban tendría un hijo con Brooke. —Sí, eso lo que oyes, es una criatura hermosa, la verdad me enternece. —¿Y dónde está? —insiste en saber. —La tiene el Sr Robinson. Creo que la llevará a hacerle un examen de paternidad.—¿Cómo? —pregunta un tanto nerviosa. Debía informarle a la mujer para la que había trab