SEÑALES CONFUSAS

—Zarah…—Tabar carraspeó. La incomodidad en su semblante era evidente. En contraste, Ada sonreía de pie a su lado.— Mi Señora, usted jamás me interrumpe. Siempre es bienvenida aquí en mi oficina.— Zarah sonrió débilmente sin responder. No lograba que las palabras salieran de su garganta. Fue Tabar quién rompió el incómodo silencio— Veo que fueron a cazar.

—Si — Respondió cuando al fin encontró su voz.—Said y yo estuvimos todo el día en el bosque. Fue por eso que no pude acompañarlo a almorzar como usted me pidió. Espero no le moleste, mi Señor.

—Said y tú… ¿solos?—Los modales de Tabar desaparecieron en un instante. Clavó los ojos negros en el guerrero.— Creí haberte dicho que fueran acompañados de las doncellas por si cualquier cosa sucedía.

Cada palabra salió como un puñal que buscaba atravesar la carne del guerrero de cabello rojizo pero este no se inmutó. Zarah observó por encima del hombro a Said. Parecía tenso pero era incapaz de faltar el respeto a Tabar. O al menos no lo h
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