CAPÍTULO 25

Entraron a la casa de Gwyneviere con el abrigo de la noche. Vandrell dejó sus cosas en el suelo y depositó la cena que había ido a comprar sobre la mesa.

- Estoy hambrienta.

- ¿No quieres asearte y cambiarte?

- Qué más da. El daño ya está hecho -dijo ella.

Vandrell la observó por un momento, pero no dijo nada. Sirvió la comida en dos platos

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