CAPÍTULO 30

Hombres y criaturas colisionaron entre sí. Gwyneviere comenzó a lanzar conjuros hacia todas las direcciones posibles. Los tigres y leones que había avistado Aarik definitivamente habían estado muertos y los habían revivido con magia. Se veían sus huesos y músculos en los lugares donde faltaba la piel, y les faltaban partes como orejas u ojos.

Las hechiceras se encargaron principalmente de atacar a grifos y rocs, pues podían hacerlo a distancia, y los demás atacaron cuerpo a cuerpo. Pero eran demasiados y los rodearon por los costados. Estaban diezmando a gran parte de los suyos, atacaban con voracidad y no les importaba perder un miembro o dos, si ya estaban muertos. Seguían atacando hasta más no poder.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP