CAPÍTULO 29

El día había llegado. Gwyneviere estaba realmente ansiosa y había dormido poco. Vandrell había pasado la noche con ella y estaba alimentando a la gatita mientras Gwyneviere paseaba de un lado a otro en la habitación.

- Vas a hacer un surco en el suelo, Gwyn -le dijo, mientras acariciaba a Molly.

Ella no le prestó atención y comenzó a hurgar entre sus libros de encantamientos, pasando las páginas.

- Debe haber algo aquí… -dijo para sí.

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