Isabel: tienes razón. Además, necesito decirte algo importante, pero no debemos de seguir hablando aquí, porque nos pueden escuchar.
Ella se levanta de su asiento para poder dirigirse a la cafetería y en unos cuantos minutos llegan. Ellas piden sus almuerzos y empiezan a comer, después de que terminaron Isabel respira para poder hablar con su amiga
Ariadna: desde que llegamos a la cafetería estas extraña. Seguramente eso tiene que ver con lo que quieres hablar conmigo y siempre estaré a tu lado para aconsejarte.
Isabel: muchas gracias, Ariadna. Nada más que esto nadie lo tiene que saber y es que me voy a casar con el señor Hamilton, el día de mañana.
Ariadna: serás la esposa de tu único amor. Ahora, me puedo imaginar las razones por la cual te pidió matrimonio, estás de acuerdo con esto.
Isabel: es algo que quiero hacer. Aunque nadie se entere de que estamos casados y después de que nos divorciemos me voy a tener que despedir de este amor que siento por él.
Ariadna: lo siento tanto, amiga. Pero, siento que alguien algún día se enamorara verdaderamente de ti, pero lo único que te va a quedar es tiempo para olvidar y al final ese sentimiento lo veras como simple ilusión que invento tu corazón para no sufrir por amor.
Isabel: no será tan fácil olvidar. Él jamás sentirá lo mismo que yo, además los hombres como él no se fijan en mujeres feas y eso es lo que soy. Nada más que la vida tiene que continuar y debo de ser feliz.
Ariadna: exactamente, amiga. No debes de aferrarte a un amor no correspondido, porque un día te llegara el momento de conocer el verdadero amor y de esa manera podrás distinguir lo que sientes en tu corazón cuando estés enfrente de esa persona.
Isabel: se distinguir perfectamente mis sentimientos y él es mi verdadero amor. Estoy completamente segura de eso y no quiero seguir hablando más de él, ahora que se terminó la hora del almuerzo debemos de irnos hacer nuestro trabajo.
Ellas se levantan de sus asientos y se dirigen a sus escritos para continuar con sus trabajos. Así el tiempo siguió su curso hasta que al fin se había término el día de trabajo, Isabel suspira al darse cuenta de eso, porque sus compañeros de trabajo ya se iban y su amiga la estaba esperando para irse juntas igual como todos los días, pero lo único bueno de esto es que su jefe no la necesito en todo este tiempo
Ariadna: seguramente estas esperando a tu jefe para seguir sus órdenes. Nada más te recuerdo que se terminaron las horas de trabajo y llego el momento de irnos.
Isabel: tienes razón. Debemos irnos y como siempre nunca me doy cuenta de la hora, sino veo movimientos de los demás empleados.
Ariadna: definitivamente te gusta tu trabajo porque no sientes el tiempo que pasa. Eres la única asistente personal que le ha durado al jefe y más sabiendo el carácter tan difícil que tiene y espero que no me haya escuchado.
Isabel: no debemos hablar del señor Hamilton. Porque un día de estos nos puede escuchar y seguramente ya no tardara en salir de su oficina.
Ella se levanta de su asiento y se va junto a su amiga para subir al elevador, nada más lo que no imagino es que su jefe la está observando y sus miradas se conectaron, pero era la primera vez que pasaba algo así, la puerta del elevador se cierra para después llegar a la planta baja y ellas se bajan para poder salir de la empresa
Ariadna: aquí me despido de ti, amiga. Solamente que es una lástima que no te pueda acompañar hasta tú casa, porque debemos de tomar caminos diferentes para llegar.
Isabel: no te preocupes por mí. Esperare el autobús para poder irme a casa y ahí viene el tuyo, ahora si nos vemos hasta mañana.
Ariadna: está bien, solo que me di cuenta como se te quedaba viendo el jefe y tú también. Pero es extraño que no haya salido todavía de la empresa, si cuando nos subimos al elevador él iba saliendo de su oficina.
Isabel: la única razón por lo cual todavía no lo ha hecho debe de ser porque se le olvido algo en su oficina. Además su comportamiento es de lo más normal.
Ella se despide de su amiga y la ve subirse al autobús, ahora había llegado el turno de esperar el suyo, nada más que de repente siente una mirada de alguien y sabía perfectamente de quien era, pero el no pierde la oportunidad de acercarse a ella
Sebastián: todavía no se ha ido señorita Hendersen. Pensé que ya estabas de camino a su casa, ahora será mejor que te lleve y no puedo dejarte sola.
Isabel: estoy bien. El autobús no tarda en llegar y no se le olvide que tiene una cena con su familia, será imposible que me lleve a mi casa.
Sebastián: muchas gracias por recordármelo. Eso significa que tengo el tiempo justo para hacerlo, así que está decidido y no diga nada porque vamos a tardar más tiempo en hacerlo, pero no me importa hacer esperar a mis padres por ti.
Isabel: seguramente nada de lo que le diga lo podrá hacer cambiar de opinión y no puedo negarle ese gesto de amabilidad que tiene hacia mí.
Sebastián: es la primera vez que intento hacer algo por usted. Porque siempre ha sido indispensable para mi tenerla en mi vida y todavía no entiendo la causa de esto.
Isabel: es que soy la única persona que ha estado a su lado durante mucho tiempo. Solamente creo que muy pronto me remplazara cuando se termine nuestro acuerdo.
Sebastián: tienes razón, se me olvido ese pequeño detalle. Después tenemos de arreglar ese asunto, nada más que ahora no debemos de perder el tiempo.
Él toma su mano para después sonreír, ellos se dirigen al estacionamiento de la empresa y cuando llegan Sebastián la ayuda a subir a su auto para posteriormente hacerlo el también y así se dirigen a su destino
Isabel: antes de que lleguemos a mi casa, me gustaría saber la hora de nuestra boda, si es que nos vamos a casar el día de mañana, por favor.Sebastián: la hora de nuestra boda será a la 1: 00 p.m. Además eso ya está solucionado y mañana te convertirás en mi esposa, pero quiere que recuerdes siempre que esto es un simple acuerdo entre los dos.Isabel: eso yo más que nadie lo sé, señor Hamilton. Siempre he sabido el lugar que me corresponde en su vida y nunca seré un obstáculo en su felicidad.Sebastián: no me gusta que digas que eres un obstáculo para mí. Solamente quisiera que cambiaras de opinión en ese sentido y toda mi vida he pensado con la cabeza, porque no puedo sentir sentimientos por nadie, eso fue lo que aprendí de mis padres.Isabel:
En la mañana siguienteIsabel: este será un día menos que estaré a su lado. Debo de dejarlo ir, porque no puedo seguir soñando con su amor y mi vida tiene que continuar sin mirar atrás.Ella se levanta de su cama y se dirige directamente a tomar una ducha, Isabel no podía evitar pensar en cuantas veces había soñado casarse con él, nada más que se casaba con ella por otras razones diferentes. Tiempo después sale de la ducha, ella se acerca a su tocador y empieza a desenredarse su cabello para hacerse una trenza, lo único que faltaba era cambiarse y así lo hacen, pero cuando termina de arreglarse baja a la cocina a desayunar con su nana para posteriormente tomar asientoNana: mi niña espero que el día de hoy no llegues tarde a la casa. No quiero volverme a preocupar por ti, además debes de desayun
Sebastián: usted me conoce más bien de lo que imaginaba. Además, hubieras sido un buen matrimonio si nos casáramos por amor, señorita Hendersen.Isabel: ese sentimiento jamás será posible. Pero es demasiado triste saber el motivo de nuestra boda, porque seguramente nadie más me lo pediría.Sebastián: lamento escuchar eso. No debemos de dar marcha atrás, el destino quiso que fuera de esta manera y ahora que hemos llegado debemos de entrar.Isabel: tienes razón. Solamente firmaremos un papel que diga que estamos casados y después de esto nadie lo sabrá, nada más que no me ha dicho en cuanto tiempo se terminara todo esto.Sebastián: se me olvido decírtelo y tampoco me lo preguntaste. Nuestra unión durara un mes y ese es el tiempo que realmente necesit
Él se queda solo en su oficina cuando su amigo se va, Sebastián no soportaría que eso pasara. Además por primera vez se sentía celoso de ella y eso definitivamente no podría pasar, porque no la amaba. Él tenía que tranquilizarte y que mejor que haciendo su trabajo. Nada más que el tiempo siguió su curso y de esa manera se terminan las horas de trabajoAriadna: ya tengo cinco minutos esperando por ti, amiga. Desde que llegaste con el jefe te he notado demasiado pensativa y debemos de irnos para que conversemos por lo mientras que llega el autobús.Isabel: lo siento y tengo muchas cosas de que hablar contigo. Solamente que debo de hacerlo durante el camino a la salida, porque tengo poco tiempo y quiero que me escuches atentamente, además eso ya no lo voy a volver a repetir.Ariadna: está bien, te escuchare. Siempre espere qu
Isabel: se hubiera evitado ese problema, sino interviene en mi conversación con él. Estaba segura que con lo que le dije no me hablaría más.Sebastián: lo estabas manejando demasiado bien. Además es algo que tenía que hacer, no iba a permitir que ninguno de mis empleados mostrara interés en mi esposa.Isabel: estas equivocado, él solamente me hizo una simple pregunta la cual tuve que contestar por educación y otra vez. No debió besarme en el estacionamiento de la empresa, pero le recuerdo que soy su esposa de nombre y que dentro de un mes usted será un hombre libre.Sebastián: precisamente durante un mes pueden pasar muchas cosas, Isabel. Solamente que estoy seguro que no voy a poder dejarla ir.Ella no entendía, porque la quería a su lado. Ahora que estaba todo dicho entre ellos, nada
Sebastián: no tengo ninguna necesidad de hacerlo. Será mejor que salga de mi oficina para ver si ya llego a la empresa para sentirme más tranquilo.Alejandro: te recuerdo de qué todavía no es tiempo de que lo haga. Además faltan como quince minutos para que lleguen los empleados.Ellos siguen conversando en su despacho. Nada más que ella había llegado a la empresa y como todos los días ocupa su lugar de trabajo, Sebastián se dio cuenta de la hora y se imaginó que ella ya estaba en la empresa, así que su amigo se despido de él para después hacerla llamar por el intercomunicador y a los minutos ella se encontraba en su oficina lista para empezar un día más de trabajoSebastián: buenos días, señora Hamilton. Espero que no hayas tenido ningún contratiempo para llegar a la empres
Sebastián: mi lugar es estar con mi esposa. Eso lo tengo demasiado claro y será mejor que te acostumbres mientras que pase el tiempo que te pedí.Isabel: nada más que nuestro matrimonio no es real. Ahora, necesito avanzar con mi trabajo para poder entrar a la reunión y debo irme.Sebastián: así que eso es lo que piensas. Pero un día te demostrare que estas equivocada y te voy a estar esperando para que entremos a la sala de juntas.Isabel: está bien, señor Hamilton. Además se perfectamente cumplir con mi trabajo y estaré a su lado unos minutos antes de que empiece.Ella sale de la oficina de su jefe y se sienta en su escritorio. Nada más que Isabel no podía evitar sentir las miradas de sus compañeros de trabajo y así paso el tiempo para después llegar la hora de la reuni&
Alejandro: es la primera vez que te veo algo impaciente, amigo. Solamente que ya se lo que te pasa y será mejor que te vayas para que puedan irse juntos.Sebastián: por supuesto que no me siento así. Pero, lo único que espero es que no se vaya, además ella se llevó una gran sorpresa cuando hable con mi familia de mi matrimonio.Alejandro: no entiendo ese cambio tan repentino de ti, Sebastián. Necesitas respetar su acuerdo, por eso ella acepto casarse contigo.Sebastián: ese acuerdo ya no existe para mí. Porque la quiero como mi esposa, aunque todavía no entiendo mis sentimientos por Isabel y eso muy pronto lo sabré.Él se despide de su amigo y ellos salen de su oficina. Sebastián la ve en su escritorio a punto de levantarse, pero él se acerca a ella para ayudarla, nada más que su amiga