LEÓNIDAS —Inaceptable, Leónidas últimamente te comportas como un niño malcriado— empieza— y tú— la toma con ella que me mira molesta— veo que te tomaste muy en serio el papel de amante, has vuelto locos a mis hijos… me preguntó si alguna vez han pensado, de tener un hijo, ¿Cómo lo presentan?, ¿tu tío o tu padrastro?. La quiero mandar al diablo, de verdad quiero hacerlo y su comentario me revuelve la bilis pero me quedo a medias cuando veo que la mano de Luciana se estampa con rabia en la cara, los ojos celestes de mi madre se abren con horror y rabia, tomando su mejilla roja sin poder creer lo que acaba de pasar y para ser realista yo tampoco, jamás había visto que le hagan algo así a mi madre. Debería decir algo, debería intervenir, sin embargo, sus gritos de horror aturden a todos al punto que solo me enfoco en los ojos de mi esposa, están llenos de lágrimas y lo lamento, de verdad lo siento porque son emociones que no van conmigo, pero ella despierta una nueva faceta desconoci
LUCIANA —Ahora entiendo mejor porque no te veo como antes, ya decía yo que no tenía sentido estar triste cuando tenías la vida y el marido de los sueños de cualquier mujer… pero no, no eres feliz. —No y si no fuera porque Santiago está teniendo una mejor vida que la mía y hay un contrato de por medio, te juro que ya me hubiese ido muy lejos.Muy lejos, dónde no tenga que ver malas caras ni escuchar comentarios que nunca antes me habían hecho, no de ese calibre, no la de magnitud en la que puedes sentir tanto odio y repulsión a tu alrededor. Me doy la libertad de abrir mi alma y dejar que el peso del dolor, del fastidio y la horrible decepción se libere un poco confiando en Bianca, para mí amiga no tenía sentido no verme saltando en un pie como ella dice, rodeada de lujos, comodidades y un hombre que sería el sueño de cualquier mujer pero bien dicen por ahí que por fuera son flores y por dentro temblores, comprensible porque yo decidí casarme con él hermano de mi ex, una cruz con la
LEÓNIDAS —Pues si lo sabes entonces quítate. Se gana un pellizco en el trasero y yo un jalón de orejas que no es por exagerar pero casi me la arranca, Luciana se pone de pie visiblemente agitada y fastidiada pero no tanto como yo porque al parecer cada cosa que hago no sirve para nada, sobre todo cuando me pregunta que fue todo ese show. —Creí que estarías de acuerdo, ella no debió meterse en nuestros asuntos. —Ella y cualquiera se mete en nuestros negocios porque así lo permites tu.—¿Negocios?. —Por supuesto, son los roles que nos toca a cada uno en este infierno llamado matrimonio— cuando creo que ya no puede estar más molesta se pone peor— no me estés metiendo la mano porque no soy un juguete y déjame en paz. Qué día de mierda, semanas de mierda en la que mi vida se ha tornado complicada odiando que Juan Pablo tenga razón, todo se ha hecho insoportable por mi culpa, desde que regrese a este país nada ha salido como planee, lo de Mario creí que sería más fácil pero aparentem
LEÓNIDAS —No quería armar un escándalo, yo ni siquiera sabía que estabas ahí, te das cuenta que no sabes nada el uno del otro. —Sé que eres un prepotente del demonio— subimos las escaleras directo a la habitación— te dije que me iba a superar… ¿Crees que así puedo hacerlo?— me tira la puerta en la cara— te interpones en mi camino como quieres..La discusión, los gritos siguen, las llamadas de los inversionistas igual y me estoy volviendo loco, odio cuando alguien que no soy yo tiene razón y Luciana no quiere salir del baño, está histérica así que solo encuentro algo de paz en eso que hacía con mi padre, el estanque con los peces luce muy bien, el agua corre limpia así como no está mi consciencia y ya no se que más hacer para dejar de cagarla. —¿Luciana también te regañó?— mis problemas y silencio absoluto son interrumpidos por la voz del niño de rizos rubios que se nota tan abatido como yo— ella está tan molesta, no la quise hacer enojar, el tonto eres tú no yo. —¿Disculpa?. —La
LUCIANA—Mi señora no está castigando a nadie si se castiga así misma, por favor tiene que comer. Rita tiene razón pero no es que me quiera matar de hambre, es que no lo tengo, la discusión y actitud con Leónidas está siendo desgastante pero que Santiago se haya puesto así conmigo me hace pensar que estoy siendo una amargada y yo no era así, mi niño siempre quería estar conmigo, decía que yo era más dulce que los chocolates y me quería mucho sin embargo, ya nada es igual. Estoy harta de vivir en la tristeza y escucho a la mujer de servicio que se ha vuelto una amiga en este lugar llamándome porque según ella me estoy perdiendo de una joya, está prendida de la ventana y me jala para que haga lo mismo, definitivamente si la idea era hacer que no lloré me siento una pileta al ver que Leónidas siendo tan antipático, malgeniado y pulcro como está cargando a Santino como un paquete diciéndole que está mugroso, lejos de que mi hermano se moleste, se ríe a carcajadas y estira las piernas ha
LUCIANA El camino es tormentoso y no precisamente porque estemos peleando, ni siquiera puedo decir eso porque ahora mismo si no fuera porque los ojos avellana de Leónidas me miran de tanto en tanto yo sería un asiento más de este lujoso auto. Santiago como siempre va atrás pero su cabeza está en medio hablando como un loro e increíblemente el supuesto adulto lo escucha haciendo promesas de que le enseñara karate, a esquiar, a defenderse y muchas cosas más que me hacen sentir locamente como si fuéramos una familia y no debería, bastante tengo con haberme hecho falsas ilusiones yo solita para que mi hermano sea más parte de esto, sin embargo, me ignoran ya que su plática de hombres como dice el pequeño es muy entretenida, de verdad no quiero pero luchar conmigo es difícil, como dijo Rita definitivamente el castigo para él también es para mí y aterrizó solo cuando el auto frena ya que hemos llegado. Leónidas baja del auto con una seguridad que te grita lo importante y varonil que es,
LUCIANA—¿Es una estrategia?. —Si quieres hacemos el segundo niño aquí para que te quede claro. —¡En serio estás loco!. Y yo más que el porque no quiero ni abrir los ojos, me rehusó a caer cuando realmente ya me tire y sin paracaídas, Santiago nos jala diciendo que no quiere regresar a este lugar y estamos de acuerdo con él, sonrió tanto que hasta me duele la mandíbula pero nada se compara como mi pecho arde de una forma hermosa aún cuando no quiero ni debería caer… otra vez. Salimos del lugar y tomó la mano de mi niño mientras que con la otra Leónidas me sostiene y no soy la única que lo mira enamorada, mi hermanito avanza con nosotros mirando al hombre que con solo existir me enamora y ya no se que hacer con ello. El camino de regreso es mudo entre el y yo porque Santiago dice que le gusta mucho ser un Moreno, sin embargo, a Cavani le va muy bien y quiero refutar porque tampoco puede cambiar, pero no me hacen caso. La mano del empresario está en su volante y la otra en mi homb
—¡Basta Leonidas! ¡Deja a tu hermano!, eres un salvaje… ¿Cómo es posible que lastimes a Mario de esa manera?, ¡Dios mío solo por dinero!. —¿Solo por dinero?. No mamá, no es solo por dinero, es mi imagen, es el proyecto en el que yo me esforcé, el que me costó hasta la felicidad al lado de la mujer que amaba, sacrifique mucho por ser un digno representante de esta familia, el proyecto es mío y él me lo está quitando, soy un fracaso ante los ojos de todo el mundo. ¡Por su culpa!. No puedo creer que le crean todo tan fácil. —Mario ha presentado el proyecto— sigue mamá— no siempre puedes ser el mejor hijo, la soberbia está acabando con tu vida. —Ahora entiendo porque Raquel te dejo, eres prepotente, egoísta y desalmado, pero yo— me mira y se limpia la boca— te perdono hermano— quiero vomitar al verlo y escucharlo— tú sabes que fui yo quien ha realizado el proyecto que salva de la ruina a nuestra familia, no puedo creer que quieras robar lo que es mío. —Y yo no puedo creer la clase