La música vuelve a escucharse, mientras yo siento que el suelo bajo mis pies se derrumba llevándome a lo más profundo de toda la oscuridad existente. En menos de diez minutos, mi padre ha hecho cosas que antes nunca había realizado.
— Padre, ¿Qué sucede? ¿Por qué estás actuando extraño?— Estoy actuando como debí hacerlo siempre.— No. ¡Usted nunca irrumpió en mis fiestas, no me gritó y mucho menos, me comprometería a un anciano desconocido que por lo viejo puede ser mi padre!Todas las palabras que quería decir en señal de mi descontento con mi padre, mueren en mis pensamientos cuando siento una fuerte bofetada en mi mejilla.— ¡Deja de ser una tonta que solo sabe ofender! ¡El señor Volkova ha sido tolerante con tu comportamiento inadecuado, pero, yo no! — grita mi padre mientras yo retrocedo, aturdida por el golpe.— Me has golpeado. — susurro con voz apagada.— No quiero pegarte, Day. Pero, no voy a permitir que ofendas a alguien que te está tratando con respeto.— ¡¿Cómo quieres que reaccione si vas a casarme con un anciano que ni siquiera conozco?!— Para eso tienen estas dos semanas antes del matrimonio. Así que, deja de ser una chica malcriada y hazte a la idea de que en dos semanas ya no serás una Creswell sino, la señora Volkova.— ¡No lo haré! ¡Me niego a ser la esposa de este anciano o cualquier hombre que quieras poner a mi lado! — grito para después marcharme corriendo.— ¡Day! — grita mi padre.Pero, ignoro su llamado. Si él quiere decidir por mí, no puede culparme por ser una chica que no hace caso a sus llamados. Él actúa extraño, así que, no espere que actué igual que siempre.Así que, corro como si la misma muerte me persiguiera, mientras lloro sintiendo mi mejilla doler. Nunca me había hablado así y mucho menos, sufrí algún golpe de su parte, pero, esta noche ha actuado extraño.— ¡Ese no es mi padre! ¡Mi dulce papi no me haría algo así! — grito corriendo y limpiando mis mejillas a la vez, causando que tropiece y caiga raspando mis rodillas y las palmas de las manos.En el suelo, miro mis heridas y lloro, mientras varios truenos se escuchan, la lluvia cae con fuerzas, empapándome toda. Por lo que, lloro y grito sabiendo que el cumpleaños perfecto que planeé durante meses, ha sido arruinado en cuestión de minutos.— No puede ser, ahora seré la chica que se cansará con un anciano. ¡Qué horror! Toda la universidad sabrá que me casaré con alguien extraño. — digo en medio del llanto.— ¿Nadie te dijo que tener treinta y tres años no es vejez? — pregunta un hombre con un paraguas impidiendo que se moje.— ¿De dónde saliste?— Del auto, obviamente. — dice el hombre señalando el auto que se ha detenido en la otra cera.— ¿Qué quieres?— Estaba disfrutando lo buena que eres corriendo, pero, el aterrizaje fue más entretenido.— Púdrete, quien seas. — digo levantándome con brusquedad. Pero, el dolor de la caída me hace tambalear y es el hombre frente a mí quien con agilidad, rodea mi cintura con su brazo grueso y me pega a su cuerpo, para que pueda mirar lo que esconde el paraguas.— Las cosas son simples, Day. Serás mi esposa y eso nada va a cambiarlo. En dos semanas, sea por tu propia voluntad o atada y amordazada, seremos marido y mujer.>> Por lo que, de ti depende si quieres ser una buena chica y aceptar esto para que disfrutes de todo o si quieres hacer de tu vida un tormento. Porque, aunque creas que soy un anciano, tengo mucha energía y resistencia para seguirte de cerca y disfrutar todo el teatro que harás para resistirte a tu destino.Rápidamente, me alejo de él con brusquedad y eso le causa una gracia que me permite ver de nuevo sus hoyuelos.‘Es alguien atractivo, pero, no para mí. Yo soy prácticamente una bebé para él.’ Me digo mentalmente.— ¿Qué le dijiste a mi padre para que aceptará esta locura? ¿Acaso estamos en quiebra y debo casarme para que mi padre se recupere económicamente? ¿Te enamoraste de mí y me compraste? ¿Me quieres como una esposa sustituta? ¿Necesitas heredar algo y debes casarte? — pregunto intentando saber la causa real de esta unión.— Deja de ver novelas extrañas, Day. Están dañando tu mente. — dice el hombre presionando levemente su dedo índice en medio de mi frente.— Dime tus intenciones conmigo. — digo alejando su dedo de mí.— Mis intenciones son claras: casarme contigo.— ¿Para qué?— Para que hagamos lo que hacen los esposos, obviamente. — dice el hombre y yo me cubro de inmediato con mis brazos y manos.— ¡Aléjate de mí!— Oh, eres una pervertida. Solo piensas en el sexo. Eso es bueno. entonces, te pondré las cosas así: se buena chica para que pronto puedas montarme o gemir bajo mis sabanas o pórtate mal y has que ese momento increíble de placer, demore en efectuarse.— Debes estar bromeando.— No, Day. No bromeo, soy un hombre de negocios exitoso, atractivo, con mucho dinero y lo que más debe interesarte, por tu reacción de hace poco… con un miembro lo suficientemente grande que sabe cómo usarlo para darte mucho placer. >> Como veo las cosas, deberías estar celebrando más de lo que se te veía en tu fiesta de cumpleaños, en vez de lucir tan lamentable y tonta. — dice él y yo siento que he llegado al máximo nivel de indignación.— ¡¿Me has llamado tonta?! — grito y él se gira, para levantar su mano. Por lo que, golpeo su espalda, pero, lo único que logro es lastimarme, porque con lo que me encuentro son piedras en vez de piel y músculos.— Solo una tonta actúa por impulso y por ello, se lastima. Day, seré tu esposo, no tu verdugo o fuente de dolor. — dice él para después, agacharse y con rapidez, rodear mis piernas y colocarme sobre su hombro.— ¡¿Qué rayos estás haciendo?! — grito molesta.Al poco tiempo, algo cómodo recibe mi espalda y la lluvia ya no me toca, porque estoy dentro del auto. El hombre misterioso entra y de inmediato, comenzamos a movernos. Aturdida, analizo la situación y comienzo a patear y gritar cuando mis piernas están sobre las de él.— ¡Suéltame, pervertido! — grito.El hombre rápidamente me inmoviliza, haciéndome girar con tanta rapidez, que me da mareo, pero, ni siquiera me he recuperado del mareo, cuando él me nalguea robándome el aliento.— Compórtate, pequeña. Deja que primero cure tus heridas y después haces tu rabieta de niña malcriada. — dice el hombre que pasa algo húmedo por una de mis manos heridas.Aunque intento resistirme, el toque gentil más lo que me coloca hace que el dolor no se sienta igual, por lo que, me giro y dejo que me cure las heridas, mientras mentalmente lo insulto. Después de todo, no puedo golpear a mi enemigo o insultarlo, cuando no sé hacia donde me lleva y cuantas personas nos siguen.— ¿Qué es lo que quieres?— Curar tus heridas. Le prometí a tu padre que te protegería y he faltado a mi promesa en tiempo récord. Lo cual, no me agrada en lo absoluto. — dice él.— ¿Por qué debo casarme contigo? Si te gusto, no eres el primero que siente algo así por mí, pero, eso no quiere decir que debo casarme contigo.— Yo no le
Una semana despuésCamino de un lado al otro, desde que me trajeron aquí en contra de mi voluntad, no he salido. No tengo forma de comunicarme con mi padre, porque por más que lo llamo no me contesta.Tampoco he ido a clases, no podría hacerlo cuando todos van a preguntarme sobre lo que sucedió en mi fiesta de cumpleaños y como me fui de ella. Así que, me la he pasado encerrada en esta casa extraña, sin saber que hacer.Por fortuna, el anciano con el que supuestamente me voy a casar, no lo he vuelto a ver y el servicio doméstico de la casa, es amable al punto que me siento cómoda aquí.‘Entra en razón, Day. ¿Cómo es posible que te sientas cómoda en la casa de tu secuestrador?’ me pregunto mentalmente preocupada.— ¿Le ocurre algo, señorita? — pregunta Amy, la encargada de la casa.— Amy, ¿es posible que una mujer completamente sana y joven desarrolle el síndrome de Estocolmo? — pregunto con evidente preocupación.— ¿Qué es eso?— Necesito salir o me volveré loca. Sin duda, es eso. — s
El hombre no mentía cuando dijo que compraríamos nuestra vestimenta del matrimonio y es por eso, que entro gritando y lanzando patadas a la boutique que solo se encarga de recoger mis zapatos y accesorios que caen por el forcejeo.El hombre del doble de mi tamaño, me lanza a un mueble y me observa con su mirada asesina, que me impide siquiera moverme.— Llévenla a ver todos los vestidos de novia, que se mida los que le gustan y ustedes la ayuden a escoger el mejor. — ordena él con enojo, para después tomar su teléfono.— No puedes hacerme esto.— Necesito que preparen todo ahora. — dice el hombre apenas le contestan la llamada — Lo que escuchaste, nos casaremos hoy mismo.La última frase, la dice mirándome directamente a los ojos, como si estuviera esperando que negara ello para castigarme, pero, incluso mi lado rebelde se queda en silencio al notar que podría ser capaz de matarme si me niego.— Señor, ¿es un vestido de novia para ahora?— Lo que escucharon. Quiero el perfecto vestido
Mi padre, el hombre que jamás debió de decepcionarme de esta forma, comienza a regañarme entre dientes para que las personas cerca de nosotros, no escuchen lo que dice, mientras nos acercamos al altar.— No puedo entender en que fallé contigo. Siempre tuviste lo que querías y me recordaste el amor que deseabas de tu esposo. Tienes un hombre que está dispuesto a darte ello, así que, ¿Por qué actúas tan infantil? — pregunta mi padre agarrándome con fuerzas.— No puedo entender porque haces algo así, padre. Mi vida era perfecta como estaba. Así que, ¿Por qué me obligas a hacer esto? — pregunto molesta.— Sonríe, Day. Debes sonreír y ser agradecida porque aunque noto que no lo mereces, te estoy dejando en las mejores manos. — dice mi padre con frialdad y yo rompo nuestras manos entrelazadas.— Entonces, elijo ser una desagradecida. No voy a casarme con ese anciano. — digo enojada.— Entonces, vete, Day. Pero, recuerda esto, cada dinero que poseo, será entregado a quien sería tu esposo, co
El ataque es extraño e invasivo, pero, no molesto. Había estado besando a varios chicos, pero, ninguno había sido así de pasional, ¿Sera por la experiencia de sus años? No entendía como podía poseerme y tomar el control de todo, sin que yo pueda hacer algo al respecto.Pero, lo estaba haciendo, mientras todos reían y aplaudían, sin que yo pudiera alejarme de sus labios, porque quería comprender el ritmo y así, controlar al que parece que no cede o pierde ante nadie.Sin embargo, por más que intento comprender lo que sucede con él, termino perdiendo en ese ritmo que no comprendo y por ello, me apodero de sus labios y con fuerzas lo muerdo, para después, soltar estos lentamente.Aunque siento sus manos firmes en mi cintura, no hay algo más que me diga que le duele, porque ni siquiera mordiéndolo me hace soltarlo. Confundida, miro sus labios preguntándome si no lo mordí con fuerza y es cuando una gota de sangre cae sobre su ropa, dañando el perfecto esmoquin blanco.‘Lo he mordido con fu
Apenas salgo, escucho el disparo de cañones de donde salen muchas cosas brillantes y pétalos de rosas que me hacen retroceder, por fortuna, cuando me tambaleo, algo fuerte me sostiene y yo agradezco que la pared este justamente en el momento en el que lo necesito.— Gracias a Dios. — Tranquila, cariño. Yo estoy aquí para protegerte. — dice el hombre que tiene la misma alianza que la mía.— Todos suspiran emocionados por el hombre que me abraza y me ayuda a avanzar hacia una limosina con varios muñecos alusivos al matrimonio.— ¿Cuándo hiciste todo esto? — pregunto cuando entro a la limosina, donde incluso hay un pastel de bodas en la limosina.Cada detalle en el interior de la limosina, hace que me sienta conmovida. Si estuviera casándome con alguien que amo, sería la mujer más feliz del mundo, porque se nota todo el esfuerzo y dedicación para que el vehículo sea cómodo para ambos.Pero, mi realidad es diferente, mi ahora esposo es un anciano que no quiere ni mucho menos conozco. Un
El auto no se marcha, por lo que, Ryan baja del auto, lo rodea y el auto se va, mientras él me rodea con fuerzas, para posteriormente, besarme y así, causar que todos aplaudan, ignorando que intento alejarme de él.‘¿Acaso el vestido de negro y mi enojo al estar casándome no les dice que me están obligando a este martirio?’ me pregunto mentalmente, mientras me alejo de Ryan, quien em sonríe.— Pórtate bien, nena. Volveré pronto, cariño. — dice Ryan, para después, besar mi frente y después marcharse.A nadie le resulta extraño que mi prometido se vaya, por lo que, en medio de aplausos y fotografías, soy recibida, mientras ellos me permiten entrar a una fiesta que parece el concierto más grande de la historia. Incluso, veo personas de otras universidades con las que hablé una o dos veces, sonreír y felicitarme por mi boda. Hay muchas personas, pero, la mayoría son conocidas mías, otras, son amigos de mi padre y un grupo reducido, parecen ser invitados de Ryan.Aunque siendo sincera, to
El enojo me invade, no me agrada que sea mi esposo y mucho menos me agrada que haya aparecido justamente, cuando voy a hablar con el hombre que si quería como mi esposo.‘Ojalá pudieran cambiar papeles. Desearía mucho que Max fuera mi esposo y Ryan… Ryan solo fuera un compañero de la universidad. Solo eso.’ Me digo mentalmente.— Aléjate de mí, por favor. — digo intentando apartarme de Ryan.— No puedo hacerlo, querida. Debemos tomarnos fotos con los invitados y eso, debemos hacerlo como esposos. — dice él alejándome de Max.Pero, Max toma mi mano impidiendo que me marché y eso solo me hace estar en medio de dos hombres que parecen bastantes serios.— Suelta a mi esposa. — ordena Ryan.— Señor, debería…— Sí, soy un señor para ti, niñito. Así que, respeta a tus mayores y r