Podría desatar una guerra por lo que ha sucedido, pero, no estoy en condiciones de liderar algo así, tampoco quiero estar todo el tiempo ocupado o alerta con mi familia por enfrentarme a algo de lo que nunca he deseado ser parte. Por eso, miro con frialdad a un empresario que antes respetaba, pero, ahora solo me decepciona porque sabiendo quien me interesa, permitió que su socio causará daño a los míos. — No me interesa si Celeste es su esposa, su amante o su perro. Es su problema con él, pero, se convierte en mío al dañar a los míos. Así que, dígale que por ahora, escogeré la paz porque mis hijos recién han nacido y mi esposa me necesita, pero, después… — No habrá un después. — dice Romanov. — Tú no tienes derecho. — Esta muerto agonizando. — dice él mostrándome una videollamada que hasta ahora noto. El hombre, está lleno de sangre por todo su cuerpo, su mirada solo refleja el dolor mientras se ahoga con su propia saliva. Se nota que ha sido torturado, pero, dudo que sea por lo
Tanto los hombres a cargo del cuidado de mi esposa como mis empleados, se unen para poder darle toda la protección a ella y mis hijos, por eso, me concentro en estar con mis hijos, mientras Day se recupera. Cada pequeña parte de los cuerpos de mis hijos, son la medicina para sanar todo ese dolor que he guardado por mucho tiempo, así que, ahora puedo respirar mejor. Cada prueba de fuego que he vivido para ser quien soy, hacen que agradezca sobrevivir a todo ello, porque solo así podría estar donde estoy y con quienes estoy. — No saben todos los años que los anhelé. — susurro mirando a los pequeños acostados. — Te ves bien. — dice Day en un susurro. Rápidamente, giro mi cabeza para observar a la mujer que aun con sus labios secos y su rostro pálido, se ve como la mujer más hermosa del mundo. Mi vista se nubla y yo quiero correr para abrazarla, pero, las heridas en mis piernas, me impiden levantarme y correr a sus brazos. — No llores. — susurra ella y yo limpio mis mejillas sin evit
Tres días después Por fin podemos marcharnos, Romanov ha cumplido con su palabra sobre cómo se haría cargo de las cosas, mi esposa está mejor, nuestros hijos no han mostrado algún problema de su salud y aunque yo sigo con yeso y mucho que sanar, no es necesario quedarme hospitalizado. Por eso, podemos marcharnos los cuatro con una felicidad que se puede notar. Porque aunque no me beso con Day o resuelvo todo con sexo, si estamos más unidos, hablamos más y nos comprendemos mejor. — ¿Estás lista? — pregunto mientras ella sigue dudando de esta idea. — No creo que sea buena idea tomarnos fotos así. — Es su primera foto familiar. — Pero, nos vemos terribles, parecemos almas en pena. — dice Day. — Las almas en pena no tienen yeso, Day. Así que, diría que parecen un rompecabezas extraño. — se burla Hanna y Day le lanza la almohada. — Sigue diciendo eso y no serás madrina de Darlyn. — le regaña mi esposa. — Lo siento, oh, solemne e increíble mujer. Disculpe mi ofensa y continue prepa
Tres meses después Narra Day Los bebés están cada vez con más energía, duermen menos, exploran más, por eso, arreglar sus habitaciones y atenderlos ha sido un duro proceso para Ryan y para mí, ya que, no queremos que otras personas nos ayuden. Por fortuna, a Ryan le quitan hoy los yesos y aunque debe caminar con cuidado recibiendo ayuda de muletas, al menos la terapia para la movilidad en su brazo, le ayuda a poder hacerlo por su cuenta. El hombre con el que he podido comunicarme mejor, camina tan rápido como puede hacia nosotros, aunque tengo varios escoltas pendiente de lo que pueda necesitar o los bebés, pero, él se desespera cuando no nos ve y por eso, debemos acompañarlos a las terapias o que el terapeuta vaya a casa. — Aquí estoy, ¿me esperaron durante mucho tiempo? — pregunta Ryan y yo niego. — No, duraste lo normal. — susurro. — Yo sentí que fue una eternidad. — dice Ryan tomando a Roy. — Estamos viendo lo que haces, no necesitas desesperarte. — susurro y él niega. —
Todos los preparativos de la fiesta más grande de mi vida, están listos. El sonido suena con fuerzas por toda la propiedad, mientras el alcohol no deja de ser servidos a mis más de mil invitados para mi increíble fiesta de cumpleaños.Sonriente, observo las cámaras de seguridad de toda la propiedad, mientras terminan las decoraciones de mi cabello, porque hoy debo lucir hermosa. Después de todo, este es mi primer cumpleaños como adulta y por ello, debía verme como tal.— Está todo listo, señorita. — dice la estilista.— Debo verme increíble. No quiero que vean la marca de mi ropa, si no, como me queda a mí. No deseo que me pregunten que peinado tengo si no, lo hermosa que me veo con este, ¿si hiciste eso?— Sí, señorita. Se ve hermosa. El peinado y todo lo demás fue escogido por su increíble sentido de la moda. Nosotros solo resaltamos lo que usted ya sabe que tiene. — dice la mujer y yo asiento mirándome en el espejo.— Pueden irse o quedarse en la fiesta, no me importa. — digo para
La música vuelve a escucharse, mientras yo siento que el suelo bajo mis pies se derrumba llevándome a lo más profundo de toda la oscuridad existente. En menos de diez minutos, mi padre ha hecho cosas que antes nunca había realizado.— Padre, ¿Qué sucede? ¿Por qué estás actuando extraño?— Estoy actuando como debí hacerlo siempre.— No. ¡Usted nunca irrumpió en mis fiestas, no me gritó y mucho menos, me comprometería a un anciano desconocido que por lo viejo puede ser mi padre!Todas las palabras que quería decir en señal de mi descontento con mi padre, mueren en mis pensamientos cuando siento una fuerte bofetada en mi mejilla.— ¡Deja de ser una tonta que solo sabe ofender! ¡El señor Volkova ha sido tolerante con tu comportamiento inadecuado, pero, yo no! — grita mi padre mientras yo retrocedo, aturdida por el golpe.— Me has golpeado. — susurro con voz apagada.— No quiero pegarte, Day. Pero, no voy a permitir que ofendas a alguien que te está tratando con respeto.— ¡¿Cómo quieres q
El hombre rápidamente me inmoviliza, haciéndome girar con tanta rapidez, que me da mareo, pero, ni siquiera me he recuperado del mareo, cuando él me nalguea robándome el aliento.— Compórtate, pequeña. Deja que primero cure tus heridas y después haces tu rabieta de niña malcriada. — dice el hombre que pasa algo húmedo por una de mis manos heridas.Aunque intento resistirme, el toque gentil más lo que me coloca hace que el dolor no se sienta igual, por lo que, me giro y dejo que me cure las heridas, mientras mentalmente lo insulto. Después de todo, no puedo golpear a mi enemigo o insultarlo, cuando no sé hacia donde me lleva y cuantas personas nos siguen.— ¿Qué es lo que quieres?— Curar tus heridas. Le prometí a tu padre que te protegería y he faltado a mi promesa en tiempo récord. Lo cual, no me agrada en lo absoluto. — dice él.— ¿Por qué debo casarme contigo? Si te gusto, no eres el primero que siente algo así por mí, pero, eso no quiere decir que debo casarme contigo.— Yo no le
Una semana despuésCamino de un lado al otro, desde que me trajeron aquí en contra de mi voluntad, no he salido. No tengo forma de comunicarme con mi padre, porque por más que lo llamo no me contesta.Tampoco he ido a clases, no podría hacerlo cuando todos van a preguntarme sobre lo que sucedió en mi fiesta de cumpleaños y como me fui de ella. Así que, me la he pasado encerrada en esta casa extraña, sin saber que hacer.Por fortuna, el anciano con el que supuestamente me voy a casar, no lo he vuelto a ver y el servicio doméstico de la casa, es amable al punto que me siento cómoda aquí.‘Entra en razón, Day. ¿Cómo es posible que te sientas cómoda en la casa de tu secuestrador?’ me pregunto mentalmente preocupada.— ¿Le ocurre algo, señorita? — pregunta Amy, la encargada de la casa.— Amy, ¿es posible que una mujer completamente sana y joven desarrolle el síndrome de Estocolmo? — pregunto con evidente preocupación.— ¿Qué es eso?— Necesito salir o me volveré loca. Sin duda, es eso. — s